sábado, 25 de julio de 2015

LECTURA 25 DE JULIO

DÍA 206

25 DE JULIO (ECLESIASTÉS 7:1-10:20)

CAPÍTULO 7

1 Mejor es el buen nombre que el perfume fino, y el día de la muerte que el día del nacimiento.

2 Mejor es ir a la casa de duelo que a la casa del banquete. Porque eso es el fin de todos los hombres, y el que vive lo tomará en serio.

3 Mejor es el pesar que la risa, porque con la tristeza del rostro se enmienda el corazón. 4 El corazón de los sabios está en la casa del duelo, pero el corazón de los necios está en la casa del placer.

5 Mejor es oír la reprensión del sabio que oír la canción de los necios. 6 Porque la risa del necio es como el crepitar de las espinas debajo de la olla. Esto también es vanidad. 7 Ciertamente la opresión entontece al sabio, y el soborno corrompe el corazón.

8 Mejor es el fin del asunto que el comienzo.

Mejor es el de espíritu paciente que el de espíritu altivo. 9 No te apresures en tu corazón a enojarte, porque el enojo reposa en el seno de los necios. 10 No digas: "¿A qué se deberá que los tiempos pasados fueron mejores que éstos?" Pues no es la sabiduría la que te hace preguntar sobre esto.

11 Mejor es la sabiduría con posesiones, y es una ventaja para los que ven el sol. 12 Porque la protección de la sabiduría es como la protección del dinero, pero la ventaja de conocer la sabiduría es que da vida a los que la poseen.

LA MESURA Y LA PRUDENCIA

13 Considera la obra de Dios. Porque, ¿quién podrá enderezar lo que él ha torcido? 14 En el día del bien, goza del bien; y en el día del mal, considera que Dios hizo tanto lo uno como lo otro, de modo que el hombre no puede descubrir nada de lo que sucederá después de él.

15 Todo esto he observado en los días de mi vanidad. Hay justos que perecen en su justicia, y hay pecadores que en su maldad alargan sus días. 16 No seas demasiado justo, ni seas sabio en exceso. ¿Por qué habrás de destruirte? 17 No seas demasiado malo, ni seas insensato. ¿Por qué morirás antes de tu tiempo? 18 Bueno es que te prendas de esto y que tampoco apartes tu mano de lo otro, porque el que teme a Dios saldrá bien en todo.

19 La sabiduría ayudará al sabio más que diez gobernantes que haya en la ciudad.

20 Ciertamente no hay hombre justo en la tierra que haga lo bueno y no peque.

21 No prestes atención a todas las cosas que se dicen, no sea que oigas a tu siervo que habla mal de ti. 22 Pues tu corazón sabe que muchas veces tú también has hablado mal de otros.

AFANOSA BÚSQUEDA DE LA SABIDURÍA

23 Todas estas cosas he probado con la sabiduría, y dije: "Me he de hacer sabio." Pero ella estaba lejos de mí. 24 Lo que está lejos y muy profundo, ¿quién lo podrá hallar? 25 Pero yo volví en mi corazón a conocer, a explorar y a buscar la sabiduría y la razón, para conocer lo malo de la necedad y la insensatez de la locura. 26 Y yo he hallado más amarga que la muerte a la mujer que es una trampa, cuyo corazón es una red y cuyas manos son ataduras. El que agrada a Dios escapará de ella, pero el pecador quedará atrapado por ella.

27 "Mira", dice el Predicador, "habiendo considerado las cosas una por una, para dar con la razón, he hallado esto 28 -mi alma aún busca pero no halla-: Un hombre he hallado entre mil, pero una mujer no he hallado entre todos éstos. 29 Mira, he hallado sólo esto: que Dios hizo al hombre recto, pero los hombres se han buscado muchas otras razones."

CAPÍTULO 8

1 ¿Quién como el sabio? ¿Quién conoce la interpretación de las cosas? La sabiduría del hombre iluminará su rostro y transformará la dureza de su semblante.

LA AUTORIDAD Y LA JUSTICIA

2 Guarda el mandato del rey, digo yo; y a causa del juramento hecho a Dios, 3 no te apresures a irte de su presencia, ni te detengas en cosa mala, porque él hará todo lo que le plazca. 4 Ya que la palabra del rey tiene poder, ¿quién le preguntará lo que hace? 5 El que guarda el mandamiento no conocerá el mal. El corazón del sabio conoce el tiempo y el proceder. 6 Pues para todo deseo hay un tiempo y un proceder, aunque grande es el mal que le sobreviene al hombre. 7 Porque éste no sabe qué ha de suceder; pues lo que ha de ser, ¿quién se lo declarará? 8 No hay hombre que tenga poder sobre el hálito de vida, como para retenerlo, ni hay poder sobre el día de la muerte. No hay tregua en semejante guerra, ni la impiedad librará a los que la poseen.

9 Todo esto he observado, y he dedicado mi corazón a todo lo que se hace debajo del sol. Hay tiempo en que el hombre se enseñorea del hombre, para su propio mal. 10 Asimismo, he observado esto: que los impíos, que antes entraban y salían del lugar santo, son sepultados y reciben elogios en la ciudad donde así hicieron. Esto también es vanidad.

11 Cuando la sentencia contra la mala obra no se ejecuta enseguida, el corazón de los hijos del hombre queda más predispuesto para hacer el mal. 12 Aunque un pecador haga mal cien veces y prolongue sus días, con todo yo sé que a los que temen a Dios, a los que temen ante su presencia, les irá bien. 13 Pero al impío no le irá bien, ni le serán alargados sus días como la sombra; porque no teme ante la presencia de Dios.

VANIDAD DEL DESTINO HUMANO

14 Hay una vanidad que se hace sobre la tierra: Hay justos a quienes sucede como si hicieran obras de impíos, y hay impíos a quienes sucede como si hicieran obras de justos. Digo que esto también es vanidad. 15 Por eso yo elogio la alegría, pues el hombre no tiene debajo del sol mejor bien que comer, beber y alegrarse. Esto es lo que le queda por su duro trabajo en los días de su vida que Dios le ha dado debajo del sol.

16 Al dedicar mi corazón a conocer la sabiduría y a ver la tarea que se realiza sobre la tierra (porque ni de noche ni de día los ojos del hombre disfrutan del sueño), 17 vi todas las obras de Dios. Ciertamente el hombre no logra comprender la obra que se hace debajo del sol. Por más que se esfuerce buscándolo, no lo alcanzará; aunque el sabio diga que lo conoce, no por ello podrá alcanzarlo.

CAPÍTULO 9

1 Ciertamente he dedicado mi corazón a todas estas cosas para aclarar todo esto: que los justos y sabios, y sus hechos, están en la mano de Dios. Si se trata del amor o del odio, el hombre no lo sabe. Todo lo que está delante de ellos 2 es vanidad, puesto que a todos les sucede lo mismo: al justo y al impío, al bueno y al malo, al puro y al impuro, al que ofrece sacrificios y al que no los ofrece. Como el bueno, así es el que peca; y el que jura, como el que teme el jurar.

3 Este es el mal que hay en todo lo que se hace debajo del sol: que a todos les sucede lo mismo; también que el corazón de los hijos del hombre está lleno de mal, que la locura está en su corazón mientras dura su vida, y que después descienden al lugar de los muertos. 4 Pero para todo aquel que está unido a los vivos hay esperanza, pues mejor es perro vivo que león muerto. 5 Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos no saben nada, ni tienen más recompensa, pues la memoria de ellos es puesta en el olvido. 6 También han desaparecido su amor, su odio y su envidia. Ya no tienen parte en este mundo, en todo lo que se hace debajo del sol.

7 Anda, come tu pan con gozo y bebe tu vino con alegre corazón, porque tus obras ya son aceptables a Dios. 8 En todo tiempo sean blancas tus vestiduras, y nunca falte aceite perfumado sobre tu cabeza. 9 Goza de la vida, con la mujer que amas, todos los días de tu vana vida, que Dios te ha dado debajo del sol; porque ésta es la porción de tu vida y del duro trabajo con que te afanas debajo del sol. 10 Todo lo que te venga a la mano para hacer, hazlo con empeño. Porque en el Seol, a donde vas, no hay obras, ni cuentas, ni conocimiento, ni sabiduría.

EL PODER DE LA SABIDURÍA

11 Entonces volví a observar debajo del sol que no es de los veloces la carrera, ni de los valientes la batalla, ni de los sabios el pan, ni de los entendidos las riquezas, ni de los conocedores la gracia; sino que a todos les llegan el tiempo y el contratiempo. 12 Porque el hombre tampoco conoce su tiempo. Como los peces que son atrapados en la mala red y como los pájaros que quedan presos en la trampa, así son atrapados los hijos del hombre en el tiempo malo, cuando éste cae de repente sobre ellos.

13 También he visto esta sabiduría debajo del sol, la cual me parece grandiosa: 14 Había una ciudad pequeña con pocos hombres en ella, y contra ella vino un gran rey y la rodeó edificando contra ella grandes torres de asedio. 15 Y se encontraba en ella un hombre pobre, pero sabio, el cual con su sabiduría libró a la ciudad. Pero nadie se acordaba de aquel hombre pobre. 16 Entonces dije: "Mejor es la sabiduría que la fuerza, aunque el conocimiento del pobre sea menospreciado y sus palabras no sean escuchadas."

17 Las palabras del sabio, oídas con sosiego, son mejores que el grito del que gobierna entre los necios. 18 Mejor es la sabiduría que las armas de guerra, pero un solo pecador destruye mucho bien.

CAPÍTULO 10

PROVERBIOS SOBRE CAUSA Y EFECTO

1 Las moscas muertas hacen heder el frasco del fino perfume del perfumista. Así afecta un poco de necedad a la sabiduría y a la honra.

2 El corazón del sabio se inclina a su derecha; pero el corazón del necio, a su izquierda.

3 Aun cuando el insensato ande en el camino, le falta entendimiento, y a todos hace saber que es insensato.

4 Si el ánimo del gobernante se excita contra ti, no abandones tu puesto; porque la serenidad apacigua grandes ofensas.

5 Hay un mal que he observado debajo del sol, como el error que proviene de un gobernante: 6 El insensato es colocado en grandes alturas, y los ricos habitan en posición humilde. 7 He visto siervos a caballo y príncipes andando a pie como siervos.

8 El que cava un hoyo caerá en él, y al que rompa el cerco le morderá una serpiente.

9 El que corta piedras se lastima con ellas, y el que parte leña corre peligro con ella.

10 Si se embota el hacha y no es afilada, hay que añadir más esfuerzo. Pero es más ventajoso aplicar la sabiduría.

11 Si la serpiente muerde antes de ser encantada, de nada sirve el encantador.

12 Las palabras de la boca del sabio son agradables, pero los labios del necio causan su propia ruina. 13 El comienzo de las palabras de su boca es necedad, y el final de su hablar es locura nociva.

14 El insensato multiplica las palabras, aunque el hombre no sabe lo que ha de suceder. Y lo que habrá de ser después de él, ¿quién se lo declarará?

15 El duro trabajo fatiga al necio, de manera que él ni siquiera sabe cómo ir a la ciudad.

16 ¡Ay de ti, oh tierra, cuando tu rey es un muchacho y tus príncipes se festejan de mañana! 17 Bienaventurada tú, oh tierra, cuando tu rey es un hijo de nobles, y tus príncipes comen a su hora, para reponer sus fuerzas y no para embriagarse.

18 Por la pereza se hunde el techo, y por la flojedad de manos tiene goteras la casa.

19 El alimento se prepara para disfrutarlo, el vino alegra la vida, y el dinero preocupa a todos.

20 Ni aun en tu alcoba maldigas al rey, ni en tu dormitorio maldigas al rico; porque las aves del cielo llevarán la voz, y las criaturas aladas declararán el asunto.


DEJA QUE DIOS ABRA TUS OJOS


REFLEXIÓN

Aun cuando el insensato ande en el camino, le falta entendimiento, y a todos hace saber que es insensato. (Eclesiastés 10:3)

He visto a muchas personas en eta situación, especialmente en el pueblo de Dios. Conocen ciertas verdades, las predican, parecieran que estás bien parado en el camino correcto, pero a la final no entienden nada de lo que Dios está queriendo hacer. No llegan al conocimiento pleno de la palabra de Dios, como que repiten ciertos conceptos pero no los entienden a cabalidad. Se dicen ser muy sabios en la palabra, pero no tienen el concepto completo y alguno hasta herrados. Se dicen llamar maestros, pero les falta entendimiento. En ocasiones pienso que es Dios quien no se les revela completamente, o quizá toman lo que les interesa de o los beneficiará. El problema con esto es que no completan el conocimiento del pueblo, no dejan que todos lleguen a la medida de la estatura de Cristo. Entonces siempre seremos un pueblo medio enseñado, nunca estaremos completos. Claro ellos tampoco están completos, porque no quieren aprender todo o Dios no le revela todo. Son ciegos guiando a otros ciegos.

ORACIÓN

Mi Dios abre mis ojos, para poder ver tu verdad completamente. Que pueda siempre tener mi mirada en ti y en tu verdad. Amén.





viernes, 24 de julio de 2015

LECTURA 24 DE JULIO

DÍA 205

24 DE JULIO (ECLESIASTÉS 3:1-6:12)

CAPÍTULO 3

UN TIEMPO PARA TODO

1 Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora:

2 Tiempo de nacer y tiempo de morir;
tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado;
3 tiempo de matar y tiempo de sanar;
tiempo de destruir y tiempo de construir;
4 tiempo de llorar y tiempo de reír;
tiempo de estar de duelo y tiempo de bailar;
5 tiempo de esparcir piedras y tiempo de juntar piedras;
tiempo de abrazar y tiempo de dejar de abrazar;
6 tiempo de buscar y tiempo de perder;
tiempo de guardar y tiempo de arrojar;
7 tiempo de romper y tiempo de coser;
tiempo de callar y tiempo de hablar;
8 tiempo de amar y tiempo de aborrecer;
tiempo de guerra y tiempo de paz.

9 ¿Qué provecho saca el que hace algo, de aquello en que se afana? 10 He considerado la tarea que Dios ha dado a los hijos del hombre, para que se ocupen en ella. 11 Todo lo hizo hermoso en su tiempo; también ha puesto eternidad en el corazón de ellos, de modo que el hombre no alcanza a comprender la obra que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin.

12 Yo sé que no hay cosa mejor para el hombre que alegrarse y pasarlo bien en su vida. 13 Y también, que es un don de Dios que todo hombre coma y beba y goce del fruto de todo su duro trabajo. 14 Sé que todo lo que Dios hace permanecerá para siempre. Sobre ello no hay que añadir, ni de ello hay que disminuir. Así lo ha hecho Dios, para que los hombres teman delante de él. 15 Aquello que fue ya es, y lo que ha de ser ya fue. Dios recupera lo que ya pasó.

LAS INJUSTICIAS DE LA VIDA

16 Además, he visto debajo del sol que en el lugar del derecho allí está la impiedad, y que en el lugar de la justicia allí está la impiedad. 17 Y yo dije en mi corazón: "Tanto al justo como al impío los juzgará Dios, porque hay un tiempo para todo lo que se quiere y para todo lo que se hace."

18 Yo dije en mi corazón, con respecto a los hijos del hombre, que Dios los ha probado para que vean que ellos de por sí son animales. 19 Porque lo que ocurre con los hijos del hombre y lo que ocurre con los animales es lo mismo: Como es la muerte de éstos, así es la muerte de aquéllos. Todos tienen un mismo aliento; el hombre no tiene ventaja sobre los animales, porque todo es vanidad. 20 Todo va al mismo lugar; todo es hecho del polvo, y todo volverá al mismo polvo. 21 ¿Quién sabe si el espíritu del hombre sube arriba, y si el espíritu del animal desciende abajo a la tierra?

22 Así que he visto que no hay cosa mejor para el hombre que alegrarse en sus obras, porque ésa es su porción. Pues, ¿quién lo llevará para que vea lo que ha de ser después de él?

CAPÍTULO 4

1 Yo me volví y vi todos los actos de opresión que se cometen debajo del sol: He allí las lágrimas de los oprimidos, que no tienen quien los consuele. El poder está de parte de sus opresores, y no tienen quien los consuele. 2 Entonces yo elogié a los difuntos, los que ya habían muerto, más que a los vivos, los que hasta ahora viven. 3 Pero consideré que mejor que ambos es el que aún no ha nacido, que no ha visto las malas obras que se hacen debajo del sol.

4 Asimismo, yo he visto que todo trabajo y toda obra excelente son resultado de la rivalidad del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.

5 El necio se cruza de brazos y come su misma carne.

VENTAJAS DE UNA VIDA SABIA

6 Mejor es una mano llena de sosiego que ambos puños llenos de duro trabajo y de aflicción de espíritu. 7 Otra vez me volví y vi esta vanidad debajo del sol: 8 Se da el caso de un hombre solo y sin sucesor, que no tiene ni hijo ni hermano; pero no cesa de todo su duro trabajo, ni sus ojos se sacian de riquezas, ni se pregunta: "¿Para quién me afano yo, privando a mi alma del bienestar?" También esto es vanidad y penosa tarea.

9 Mejor dos que uno solo, pues tienen mejor recompensa por su trabajo. 10 Porque si caen, el uno levantará a su compañero. Pero, ¡ay del que cae cuando no hay otro que lo levante! 11 También si dos duermen juntos, se abrigarán mutuamente. Pero, ¿cómo se abrigará uno solo? 12 Y si uno es atacado por alguien, si son dos, prevalecerán contra él. Y un cordel triple no se rompe tan pronto.

13 Mejor es un muchacho pobre y sabio que un rey viejo e insensato que ya no sabe ser precavido; 14 aunque aquél para reinar haya salido de la cárcel, o aunque en su reino haya nacido pobre. 15 Vi a todos los vivientes debajo del sol caminando con el muchacho sucesor que estará en lugar del otro. 16 Era sin fin todo el pueblo que estaba delante de él. Sin embargo, los que vengan después tampoco estarán contentos con él. También esto es vanidad y conflicto de espíritu.

CAPÍTULO 5

EL COMPORTAMIENTO ANTE DIOS

1 Cuando vayas a la casa de Dios, guarda tu pie. Acércate más para oír que para ofrecer el sacrificio de los necios, que no saben que hacen mal.

2 No te precipites con tu boca, ni se apresure tu corazón a proferir palabra delante de Dios. Porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras. 3 Pues de la mucha preocupación viene el soñar; y de las muchas palabras, el dicho del necio.

4 Cuando hagas un voto a Dios, no tardes en cumplirlo; porque él no se complace en los necios. Cumple lo que prometes. 5 Mejor es que no prometas, a que prometas y no cumplas. 6 No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del mensajero que fue un error. ¿Por qué habrá de airarse Dios a causa de tu voz y destruir la obra de tus manos? 7 Porque cuando hay muchos sueños, también hay vanidades y muchas palabras. Pero tú, teme a Dios.

PARADOJAS DE LA VIDA

8 Si observas en una provincia la opresión de los pobres y la privación del derecho y la justicia, no te asombres por ello. Porque al alto lo vigila uno más alto, y hay alguien aun más alto que ellos. 9 Pero en todo es provechoso para un país que el rey esté al servicio del campo.

10 El que ama el dinero no quedará satisfecho con dinero, y el que ama las riquezas no tendrá beneficio. También esto es vanidad.

11 Cuando los bienes aumentan, también aumentan los que los consumen. ¿Qué provecho, pues, tendrán sus dueños aparte de verlos con sus ojos?

12 Dulce es el sueño del trabajador, haya comido poco o haya comido mucho; pero al rico no le deja dormir la abundancia.

13 Hay un grave mal que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por su dueño, para su propio mal; 14 o aquellas riquezas que se pierden en un mal negocio. Y al engendrar un hijo, nada le queda en la mano. 15 Como salió del vientre de su madre, desnudo, así volverá; tal como vino, se irá. Nada de su duro trabajo llevará en su mano cuando se vaya. 16 Este también es un grave mal: que de la misma manera que vino, así vuelva. ¿Y de qué le aprovecha afanarse para el viento? 17 Además, consume todos los días de su vida en tinieblas, con mucha frustración, enfermedad y resentimiento.

18 He aquí, pues, el bien que yo he visto: que lo agradable es comer y beber, y tomar satisfacción en todo el duro trabajo con que se afana debajo del sol, durante los contados días de la vida que Dios le ha dado; porque ésta es su porción. 19 Asimismo, el que Dios le dé a un hombre riquezas y posesiones, permitiéndole también comer de ellas, tomar su porción y gozarse de su duro trabajo, esto es un don de Dios. 20 Ciertamente no se acordará mucho de los días de su vida, ya que Dios lo mantiene ocupado con la alegría de su corazón.

CAPÍTULO 6

1 Hay un mal que he visto debajo del sol y que es muy gravoso sobre el hombre. 2 Se da el caso de un hombre a quien Dios ha dado riquezas, posesiones y honra, y nada le falta de todo lo que desea. Pero Dios no le ha permitido comer de ello; más bien, los extraños se lo comen. Esto es vanidad y penosa enfermedad.

3 Si un hombre engendra cien hijos y vive muchos años, de modo que los días de sus años son numerosos, pero su alma no se sacia de sus bienes y ni aun recibe sepultura, digo yo que un abortivo es mejor que él. 4 Porque vino en vano y a las tinieblas se fue, y su nombre quedará cubierto con tinieblas. 5 Aunque no vio el sol ni nada conoció, más sosiego tiene éste que aquél. 6 Aunque aquél viva mil años dos veces, sin gozar del bien, ¿no van todos a un mismo lugar?

7 Todo el duro trabajo del hombre es para su boca; y con todo eso, su alma no se sacia. 8 ¿Qué ventaja tiene el sabio sobre el necio? ¿Qué gana el pobre que sabe conducirse ante los demás seres vivientes?

LO QUE ES MEJOR PARA EL HOMBRE

9 Mejor es lo que los ojos ven que el divagar del deseo. Sin embargo, esto también es vanidad y aflicción de espíritu. 10 El que existe ya ha recibido un nombre, y se sabe que es sólo hombre y que no puede contender con quien es más fuerte que él. 11 Cuando hay muchas palabras, éstas aumentan la vanidad. ¿Qué ventaja, pues, tiene el hombre? 12 Porque, ¿quién sabe lo que es mejor para el hombre durante los contados días de su vana vida, los cuales él pasa como sombra? ¿Quién, pues, declarará al hombre qué habrá después de él debajo del sol?


DEJANDO A DIOS HACER SU TRABAJO


REFLEXIÓN

Además, he visto debajo del sol que en el lugar del derecho allí está la impiedad, y que en el lugar de la justicia allí está la impiedad. (Eclesiastés 3:16)

Entonces la impiedad, la impunidad y todas esas cosas en consecuencia de la ausencia del derecho y la justicia. No es que haya impiedad, lo que no hay es derecho. No es que hay impunidad, sino más bien falta la justicia. Al mirar alguna forma de mal en nuestro alrededor, implica la ausencia de alguna buena virtud de Dios. Nuestra acciones entorpecen lo que Dio pueda hacer aquí en la tierra, queriendo imitar lo que procede de Dios nos interponemos  a la accionar de Dios. Al interponernos entre la persona y lo que verdaderamente procede de Dios, entonces relucen la injusticias. Porque nosotros siempre aplicaremos el derecho y la justicia de acuerdo a nuestro criterio, y no según la verdadera necesidad que se esté manifestando. Esto tiene relación con todo en la vida cristiana, al intervenir nosotros entonces reinará la anarquía.

ORACIÓN

Mi Dio que pueda siempre dejar fluir tu derecho y tu justicia, que no pueda yo frenar lo que proceda de ti. Amén.





jueves, 23 de julio de 2015

LECTURA 23 DE JULIO

DÍA 204

23 DE JULIO (PROVERBIOS 31:1-ECLESIASTÉS 2:26)

PROVERBIO 31

PALABRAS DE LEMUEL

1 Palabras de Lemuel, rey de Masá, que le enseñara su madre:

2 ¡Oh, hijo mío!
¡Oh, hijo de mi vientre!
¡Oh, hijo de mis votos!
3 No des a las mujeres tu fuerza,
ni tus caminos a las que destruyen a los reyes.
4 No es cosa de reyes, oh Lemuel,
no es cosa de reyes beber vino;
ni de los magistrados, el licor.
5 No sea que bebiendo olviden lo que se ha decretado
y perviertan el derecho de todos los afligidos.
6 Dad licor al que va a perecer,
y vino a los de ánimo amargado.
7 Beban y olvídense de su necesidad,
y no se acuerden más de su miseria.

8 Abre tu boca por el mudo
en el juicio de todos los desafortunados.
9 Abre tu boca, juzga con justicia
y defiende al pobre y al necesitado.

ELOGIO DE LA MUJER VIRTUOSA

10 Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?
Porque su valor sobrepasa a las perlas.
11 Confía en ella el corazón de su marido,
y no carecerá de ganancias.
12 Le recompensará con bien y no con mal,
todos los días de su vida.
13 Busca lana y lino
y con gusto teje con sus manos.
14 Es como un barco mercante
que trae su pan de lejos.
15 Se levanta siendo aún de noche,
y da de comer a su familia
y su diaria ración a sus criadas.
16 Evalúa un campo y lo compra,
y con sus propias manos planta una viña.
17 Ciñe su cintura con firmeza
y esfuerza sus brazos.
18 Comprueba que le va bien en el negocio,
y no se apaga su lámpara en la noche.
19 Su mano aplica a la rueca,
y sus dedos toman el huso.
20 Sus manos extiende al pobre
y tiende sus manos al necesitado.
21 No teme por su familia a causa de la nieve,
porque toda su familia está vestida de ropa doble.
22 Tapices hace para sí,
y se viste de lino fino y púrpura.
23 Es conocido su marido en las puertas de la ciudad,
cuando se sienta con los ancianos del país.
24 Telas hace y las vende;
entrega cintas al mercader.
25 Fuerza y honor son su vestidura,
y se ríe de lo porvenir.
26 Su boca abre con sabiduría,
y la ley de la misericordia está en su lengua.
27 Considera la marcha de su casa
y no come pan de ociosidad.
28 Se levantan sus hijos
y le llaman: "Bienaventurada."
Y su marido también la alaba:
29 "Muchas mujeres han hecho el bien,
pero tú sobrepasas a todas."
30 Engañosa es la gracia y vana es la hermosura;
la mujer que teme a Jehovah, ella será alabada.
31 ¡Dadle del fruto de sus manos,
y en las puertas de la ciudad alábenla sus hechos!

EL LIBRO DE

ECLESIASTÉS

CAPÍTULO 1

BÚSQUEDA DEL SENTIDO DE LA VIDA

1 Las palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén: 2 "Vanidad de vanidades", dijo el Predicador; "vanidad de vanidades, todo es vanidad."

3 ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su duro trabajo con que se afana debajo del sol? 4 Generación va, y generación viene; pero la tierra siempre permanece. 5 El sol sale, y el sol se pone. Vuelve a su lugar y de allí sale de nuevo. 6 El viento sopla hacia el sur y gira hacia el norte; va girando de continuo, y de nuevo vuelve el viento a sus giros. 7 Todos los ríos van al mar, pero el mar no se llena. Al lugar adonde los ríos corren, allí vuelven a correr. 8 Todas las cosas son fatigosas, y nadie es capaz de explicarlas. El ojo no se harta de ver, ni el oído se sacia de oír. 9 Lo que fue, eso será; y lo que ha sido hecho, eso se hará. Nada hay nuevo debajo del sol. 10 ¿Hay algo de lo que se pueda decir: "Mira, esto es nuevo"? Ya sucedió en las edades que nos han precedido. 11 No hay memoria de lo primero, ni tampoco de lo que será postrero. No habrá memoria de ello entre los que serán después.

12 Yo, el Predicador, fui rey de Israel en Jerusalén. 13 Y dediqué mi corazón a investigar y a explorar con sabiduría todo lo que se hace debajo del cielo. Es una penosa tarea que Dios ha dado a los hijos del hombre, para que se ocupen en ella. 14 He observado todas las obras que se hacen debajo del sol, y he aquí que todo ello es vanidad y aflicción de espíritu. 15 Lo torcido no se puede enderezar, y lo incompleto no se puede completar.

16 Yo hablé con mi corazón diciendo: "He aquí que yo me he engrandecido y he aumentado mi sabiduría más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén, y mi corazón ha percibido mucha sabiduría y conocimiento." 17 Dediqué mi corazón a conocer la sabiduría y el conocimiento, la locura y la necedad. Pero he entendido que aun esto es conflicto de espíritu. 18 Porque en la mucha sabiduría hay mucha frustración, y quien añade conocimiento añade dolor.

CAPÍTULO 2

VANIDAD DEL PLACER

1 Yo dije en mi corazón: "¡Ven, pues; te probaré con el placer, y verás lo bueno!" Pero he aquí que esto también era vanidad. 2 A la risa dije: "¡Eres locura!"; y al placer: "¿De qué sirve esto?"

3 Propuse en mi corazón agasajar mi cuerpo con vino y echar mano de la necedad -mientras mi corazón siguiera conduciéndose en sabiduría-, hasta ver en qué consiste el bien para los hijos del hombre, en el cual se han de ocupar debajo del sol, durante los contados días de su vida.

4 Engrandecí mis obras, me edifiqué casas, planté viñas, 5 me hice huertos y jardines, y planté en ellos toda clase de árboles frutales. 6 Me hice estanques de aguas para regar con ellas un bosque donde crecieran los árboles. 7 Adquirí siervos y siervas, y tuve siervos nacidos en casa. También tuve mucho ganado, vacas y ovejas, más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén. 8 Acumulé también plata y oro para mí, y tesoros preciados de reyes y de provincias. Me proveí de cantantes, tanto hombres como mujeres; de los placeres de los hijos del hombre, y de mujer tras mujer. 9 Me engrandecí y acumulé más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén, y en todo esto mi sabiduría permaneció conmigo. 10 No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni rehusé a mi corazón placer alguno; porque mi corazón se alegraba de todo mi duro trabajo. Esta fue mi parte de todo mi duro trabajo.

11 Luego yo consideré todas las cosas que mis manos habían hecho y el duro trabajo con que me había afanado en hacerlas, y he aquí que todo era vanidad y aflicción de espíritu. No había provecho alguno debajo del sol.

VANIDAD DEL AFÁN HUMANO

12 Después yo volví a considerar la sabiduría, la locura y la necedad. Pues, ¿qué añadirá el hombre que suceda al rey, a lo que éste ya hizo? 13 Yo vi que la sabiduría tiene ventaja sobre la necedad, como la ventaja que la luz tiene sobre las tinieblas. 14 El sabio tiene sus ojos en su cabeza, pero el necio anda en tinieblas. También yo entendí que lo mismo acontecerá a todos ellos.

15 Entonces dije en mi corazón: "Lo mismo que le acontecerá al necio me acontecerá también a mí. ¿Para qué, pues, me he hecho más sabio?" Y dije en mi corazón que también esto era vanidad. 16 Porque ni del sabio ni del necio habrá perpetua memoria, puesto que en los días venideros ya habrá sido olvidado todo. ¡Y cómo muere el sabio junto con el necio! 17 Entonces aborrecí la vida, porque la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; pues todo es vanidad y aflicción de espíritu. 18 Asimismo, aborrecí todo el duro trabajo con que me había afanado debajo del sol, el cual tendré que dejar a otro que vendrá después de mí. 19 ¿Y quién sabe si él será sabio o necio? Sin embargo, se enseñoreará de todo el duro trabajo con que me he afanado para hacerme sabio debajo del sol. También esto es vanidad.

20 Por tanto, volví a desesperarme con respecto a todo el duro trabajo con que me había afanado debajo del sol. 21 Porque se da el caso del hombre que habiéndose afanado con sabiduría, con conocimiento y con talento, deja sus bienes a otro hombre que jamás se afanó en ello. También esto es vanidad y un mal grande. 22 Porque, ¿qué logra el hombre de todo su duro trabajo y del conflicto de corazón con que se afana debajo del sol? 23 Porque todos sus días no son sino dolores; y su tarea, frustración. Ni aun de noche reposa su corazón. Esto también es vanidad.

24 No hay, pues, mejor cosa para el hombre que comer y beber, y hacer que su alma vea lo bueno de su trabajo. Yo he visto que esto también proviene de la mano de Dios. 25 Pues, ¿quién comerá y se regocijará separado de él? 26 Porque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, conocimiento y alegría; pero al pecador le da la tarea de acumular y amontonar, para que lo deje al que agrada a Dios. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.


ASOCIÁNDOME CON DIOS PARA CAMBIAR AL MUNDO


REFLEXIÓN

Lo torcido no se puede enderezar, y lo incompleto no se puede completar. (Eclesiastés 1:15)

Eclesiastés un libro de la Biblia que te trae pesar, nada tiene sentido sino solo servir a Dios. Especialmente éste versículo nos dice que por más esfuerzo que pongamos, no podemos cambiar nada en este mundo. No depende de nosotros, no está a nuestro alcance. El hacer cambiar la cosa solo depende de Dio, no de nuestro esfuerzo por cambiarlas. Podremos pasar toda nuestra vida intentando hacer cosas buenas, para así  poder cambiar nuestro entorno. Pero eso no se encuentra a nuestro alcance, no tenemos la facultad de poder cambiar las cosas. Solo Dios puede hacerlo, él tiene la capacidad. No corresponde a nosotros simplemente asociarnos a él, descubrir que quiere hacer y ponernos a su disposición.

ORACIÓN

Mi Dios dame entendimiento para aceptar que sin ti nada puedo hacer, que nada de lo que haga fuera de ti puede cambiar verdaderamente mi entorno. Amén.





miércoles, 22 de julio de 2015

LECTURA 22 DE JULIO

DÍA 203

22 DE JULIO (PROVERBIOS 28:1-30:33)

PROVERBIO 28

1 Huye el impío sin que nadie lo persiga,
pero los justos están confiados como un león.
2 Por la rebelión del país se multiplican sus gobernantes,
pero por el hombre de entendimiento y de inteligencia permanecerá.
3 El hombre pobre que oprime a los más débiles
es como lluvia torrencial que deja sin pan.
4 Los que abandonan la ley
alaban a los impíos,
pero los que guardan la ley
contenderán con ellos.
5 Los hombres malos no entienden el derecho,
pero los que buscan a Jehovah lo entienden todo.
6 Mejor es el pobre que camina en su integridad
que el de caminos torcidos, aunque sea rico.
7 El que guarda la ley es hijo inteligente,
pero el que se junta con glotones avergüenza a su padre.
8 El que aumenta sus riquezas con usura e intereses
acumula para el que se compadece de los pobres.
9 El que aparta su oído para no oír la ley,
aun su oración es abominable.
10 El que hace errar a los rectos por el mal camino,
él caerá en su propia fosa;
pero los íntegros heredarán el bien.
11 El hombre rico es sabio en su propia opinión,
pero el pobre que es inteligente lo escudriña.
12 Cuando triunfan los justos,
grande es la gloria;
pero cuando se levantan los impíos,
se esconden los hombres.
13 El que encubre sus pecados no prosperará,
pero el que los confiesa y los abandona alcanzará misericordia.
14 Bienaventurado el hombre que siempre teme,
pero el que endurece su corazón caerá en el mal.
15 León rugiente y oso que embiste
es el gobernante impío sobre el pueblo empobrecido.
16 El gobernante falto de entendimiento aumenta la extorsión,
pero el que aborrece las ganancias deshonestas alargará sus días.
17 El hombre que carga con un delito de sangre huirá hasta la fosa,
y nadie lo detendrá.
18 El que camina en integridad será salvo,
pero el de caminos torcidos caerá en una fosa.
19 El que cultiva su tierra se saciará de pan,
pero el que persigue cosas vanas se saciará de pobreza.
20 El hombre fiel tendrá muchas bendiciones,
pero el que se apresura a enriquecerse no quedará impune.
21 No es bueno hacer distinción de personas,
pues un hombre puede delinquir hasta por un bocado de pan.
22 El hombre de malas intenciones se apresura a enriquecerse,
y no sabe que le ha de venir escasez.
23 El que reprende al hombre hallará después mayor gracia
que el que le lisonjea con la lengua.
24 El que roba a su padre y a su madre,
y dice que no es maldad,
es compañero del destructor.
25 El de ánimo altivo suscita contiendas,
pero el que confía en Jehovah prosperará.
26 El que confía en su propio corazón es un necio,
pero el que camina en sabiduría estará a salvo.
27 Al que da al pobre no le faltará,
pero el que cierra ante él sus ojos tendrá muchas maldiciones.
28 Cuando se levantan los impíos,
se ocultan los hombres;
pero cuando perecen,
los justos se engrandecen.

PROVERBIO 29

1 El hombre que al ser reprendido endurece la cerviz,
de repente será quebrantado,
y para él no habrá remedio.
2 Cuando los justos aumentan,
el pueblo se alegra;
pero cuando gobierna el impío,
el pueblo gime.
3 El hombre que ama la sabiduría alegra a su padre,
pero el que se junta con prostitutas malgasta sus bienes.
4 El rey con la justicia da estabilidad al país,
pero el que lo abruma con impuestos lo destruye.
5 El hombre que lisonjea a su prójimo
le tiende red ante sus pasos.
6 El hombre malo cae en la trampa de su propia transgresión,
pero el justo cantará y se alegrará.
7 El justo se preocupa por la causa de los más necesitados,
pero el impío no entiende tal preocupación.
8 Los burladores agitan la ciudad,
pero los sabios aplacan la ira.
9 Si el sabio pleitea con el necio,
aunque se enoje o se ría, no tendrá reposo.
10 Los hombres sanguinarios aborrecen al íntegro,
pero los rectos buscan su bien.
11 El necio da rienda suelta a toda su ira,
pero el sabio conteniéndose la apacigua.
12 Si el gobernante atiende a palabras mentirosas,
todos sus servidores serán unos impíos.
13 El pobre y el opresor tienen esto en común:
A ambos Jehovah les alumbra los ojos.
14 El rey que juzga a los pobres según la verdad
afirma su trono para siempre.
15 La vara y la corrección dan sabiduría,
pero el muchacho dejado por su cuenta avergüenza a su madre.
16 Cuando abundan los impíos,
abunda la transgresión;
pero los justos verán la ruina de ellos.
17 Corrige a tu hijo, y te dará reposo;
él dará satisfacciones a tu alma.
18 Donde no hay visión, el pueblo se desenfrena;
pero el que guarda la ley es bienaventurado.
19 El siervo no se corrige sólo con palabras;
porque entiende, pero no hace caso.
20 ¿Has visto a un hombre apresurado en sus palabras?
Más esperanza hay del necio que de él.
21 El que mima a su siervo desde la niñez,
a la postre, éste será su heredero.
22 El hombre iracundo suscita contiendas,
y el furioso comete muchas transgresiones.
23 La soberbia del hombre lo abate,
pero al humilde de espíritu le sustenta la honra.
24 El cómplice del ladrón aborrece su vida;
aunque oiga las maldiciones, no lo denunciará.
25 El temor al hombre pone trampas,
pero el que confía en Jehovah estará a salvo.
26 Muchos buscan el favor del gobernante,
pero de Jehovah proviene el derecho de cada uno.
27 Abominación es a los justos el hombre inicuo,
y el de caminos rectos es abominación al impío.

PROVERBIO 30

PALABRAS DE AGUR

1 Las palabras de Agur hijo de Jaqué, de Masá:
El hombre dice:
"No hay Dios; no hay Dios."
¿Y acaso podré yo saber?
2 Ciertamente yo soy el más ignorante de los hombres
y no tengo entendimiento humano.
3 No he aprendido sabiduría
para conocer al Santo.

4 ¿Quién ha subido al cielo y ha descendido?
¿Quién reunió los vientos en sus puños?
¿Quién contuvo las aguas en un manto?
¿Quién levantó todos los extremos de la tierra?
¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si lo sabes?

5 Probada es toda palabra de Dios;
él es escudo a los que en él se refugian.
6 No añadas a sus palabras,
no sea que te reprenda,
y seas hallado mentiroso.

7 Dos cosas te he pedido;
no me las niegues antes que muera:
8 Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí,
y no me des pobreza ni riqueza.
Sólo dame mi pan cotidiano;
9 no sea que me sacie y te niegue,
o diga: "¿Quién es Jehovah?"
No sea que me empobrezca y robe,
y profane el nombre de mi Dios.

10 No difames al siervo ante su señor;
no sea que te maldiga,
y seas hallado culpable.

11 Hay generación que maldice a su padre
y no bendice a su madre.
12 Hay generación limpia en su propia opinión,
a pesar de que no ha sido lavada de su inmundicia.
13 Hay generación cuyos ojos son altivos
y cuya vista es altanera.
14 Hay generación cuyos dientes son espadas
y cuyas mandíbulas son cuchillos,
para devorar a los pobres de la tierra
y a los necesitados de entre los hombres.

PROVERBIOS NUMÉRICOS

15 La sanguijuela tiene dos hijas:
Dame y Dame.

16 Tres cosas hay que nunca se sacian,
y la cuarta nunca dice: "¡Basta!"
El Seol, la matriz estéril,
la tierra que no se sacia de agua
y el fuego que jamás dice: "¡Basta!"

17 Al ojo que se burla de su padre
y menosprecia el obedecer a su madre,
sáquenlo los cuervos de la quebrada,
y tráguenlo los polluelos del águila.

18 Tres cosas me son misteriosas,
y tampoco comprendo la cuarta:
19 el rastro del águila en el aire,
el rastro de la serpiente sobre la peña,
el rastro del barco en el corazón del mar
y el rastro del hombre en la joven.

20 La mujer adúltera procede así:
Come, limpia su boca y dice:
"No he hecho ninguna iniquidad."

21 Por tres cosas tiembla la tierra,
y la cuarta no puede soportar:
22 por el esclavo, cuando llega a ser rey;
por el vil, cuando se sacia de pan;
23 por la mujer aborrecida, cuando se casa;
y por una criada que hereda a su señora.

24 Cuatro cosas son de las más pequeñas de la tierra,
y las mismas son más sabias que los sabios:
25 las hormigas, pueblo no fuerte,
pero en el verano preparan su comida;
26 los conejos, pueblo no poderoso,
pero tienen su casa en la roca;
27 las langostas, que no tienen rey,
pero salen por cuadrillas;
28 y la lagartija, que atrapas con las manos,
pero está en los palacios del rey.

29 Hay tres cosas de paso gallardo;
y la cuarta camina muy bien:
30 el león, fuerte entre todos los animales,
que no vuelve atrás por nada;
31 el gallo erguido, el macho cabrío;
y el rey, a quien nadie resiste.

32 Si neciamente te has enaltecido y has pensado el mal,
pon tu mano sobre tu boca:
33 Ciertamente el que bate la leche sacará mantequilla;
el que con fuerza se suena la nariz sacará sangre,
y el que provoca la ira causará contienda.


DEJEMOS A DIOS ACTUAR EN NUESTRAS VIDAS


REFLEXIÓN

La sanguijuela tiene dos hijas: Dame y Dame. (Proverbio 30:15)

Hay personas que solo piden y piden y nunca se cansan de pedir, pero no son capaces de dar nada. Nunca están satisfechos con lo recibido, siempre quieren más y no aprecian lo que tienen. Siempre están esperando que todos le den algo, nunca reciben lo suficiente, siempre le quedan debiendo. Nunca crecen espiritualmente, esperan ser reconocidos, esperan que Dios haga grandes coa con ellos, pero nunca se rinden a Dios incondicionalmente. No dejan a Dios hacer su trabajo en ellos, porque todavía no le ha dado lo que ellos están esperando. Parecemos sanguijuelas, con dos grande hijas.

ORACIÓN

Mi Señor que pueda siempre ser agradecido con lo que has hecho por mí, que me deje moldear por ti en todo momento. Amén.