DÍA 53
22 DE FEBRERO
(NÚMEROS 19:1-21:35)
CAPÍTULO 19
EL AGUA PARA
LA IMPUREZA
1 Entonces Jehovah habló a Moisés y a
Aarón, diciendo que 2 éste es el estatuto de la ley que Jehovah ha
mandado diciendo: "Di a los hijos de Israel que te traigan una vaca roja,
sin defecto, en la cual no haya mancha y sobre la cual nunca haya sido puesto
yugo. 3 La daréis al sacerdote Eleazar, y él la sacará fuera del
campamento y la hará degollar en su presencia.
4 "El sacerdote Eleazar tomará con su
dedo parte de la sangre, y rociará siete veces hacia la parte frontal del
tabernáculo de reunión. 5 Después hará que quemen la vaca en su
presencia. Hará quemar su piel, su carne y su sangre junto con su estiércol. 6
Luego el sacerdote tomará madera de cedro, hisopo y lana carmesí, y los echará
en el fuego en que arde la vaca.
7 "Luego el sacerdote lavará sus
vestiduras y lavará su cuerpo con agua. Después entrará en el campamento,
aunque quedará impuro hasta el anochecer. 8 Asimismo, el que quemó
la vaca lavará su ropa con agua y lavará su cuerpo con agua, y quedará impuro
hasta el anochecer.
9 "Después un hombre que esté puro
recogerá las cenizas de la vaca y las pondrá fuera del campamento, en un lugar
limpio. Y la congregación de los hijos de Israel las guardará; serán para el
agua para la purificación de la impureza. 10 También el que recoja
las cenizas de la vaca lavará su ropa, y quedará impuro hasta el anochecer.
Esto será un estatuto perpetuo para los hijos de Israel y para el extranjero
que resida entre ellos.
11 "El que toque el cadáver de
cualquier persona quedará impuro durante siete días. 12 El deberá
purificarse con aquella agua en el tercer día y en el séptimo día y quedará
puro. Si no se purifica en el tercer día y en el séptimo día, no quedará puro. 13
Todo el que toque un cadáver, el cuerpo de alguien que ha muerto, y que no se
purifica, contaminará el tabernáculo de Jehovah. Esa persona será excluida de
Israel, por cuanto el agua para la impureza no fue rociada sobre él. Aún queda
impuro, y su impureza permanece sobre él.
14 "Estas son las instrucciones para
cuando alguno muera en una tienda: Todo el que entre en la tienda, y todo el
que se encuentre en ella, quedará impuro durante siete días. 15 Toda
vasija abierta que no tenga tapa ajustada será inmunda.
16 "Cualquiera que en campo abierto toque a quien haya sido muerto a espada, o
un cadáver, o algún hueso humano, o alguna tumba, quedará impuro durante siete
días. 17 Para el que esté impuro, tomarán parte de la ceniza de la
vaca quemada por el pecado y sobre ella echarán agua fresca en una vasija. 18
Una persona que esté pura tomará hisopo y lo mojará en el agua. Luego rociará
la tienda, todos los utensilios, a las personas presentes, y al que tocó un
hueso o a uno que ha sido matado o un cadáver o una tumba. 19 El que
esté puro rociará sobre el impuro en el tercero y en el séptimo día. Después de
purificarlo en el séptimo día, éste lavará su ropa y lavará su cuerpo con agua;
y al anochecer será puro.
20 "El hombre que estando impuro no se
purifica, esa persona será excluida de la congregación, porque ha contaminado
el santuario de Jehovah. Si no ha sido rociada sobre él el agua para la
impureza, queda impuro. 21 Esto será para vosotros un estatuto
perpetuo.
"También el
que rocíe el agua para la impureza lavará su ropa, y el que toque el agua para
la impureza quedará impuro hasta el anochecer. 22 Todo lo que el
impuro toque será inmundo. Y la persona que lo toque quedará impura hasta el
anochecer."
CAPÍTULO 20
MARÍA MUERE EN
CADES
1 Toda la congregación de los hijos de
Israel llegó al desierto de Zin, en el mes primero, y el pueblo acampó en
Cades. Allí murió María, y allí fue sepultada.
BROTA AGUA DE
LA ROCA EN MERIBA
2 Como no había agua para la congregación,
se reunieron contra Moisés y Aarón. 3 El pueblo contendía contra
Moisés diciendo:
—¡Ojalá nos
hubiésemos muerto cuando perecieron nuestros hermanos delante de Jehovah! 4
¿Por qué has traído la congregación de Jehovah a este desierto, para que
muramos aquí nosotros y nuestro ganado? 5 ¿Por qué nos has hecho
subir de Egipto para traernos a este lugar tan malo? Este no es un lugar de
sembrados, ni de higueras, ni de viñas, ni de granados. ¡Ni siquiera hay agua
para beber!
6 Moisés y Aarón se fueron de delante de la
congregación hasta la entrada del tabernáculo de reunión, y se postraron sobre
sus rostros. Entonces se les apareció la gloria de Jehovah. 7 Y
habló Jehovah a Moisés diciendo:
8 -Toma la vara, y tú y Aarón tu hermano
reunid a la congregación y hablad a la roca ante los ojos de ellos. Ella dará
agua. Sacarás agua de la roca para ellos, y darás de beber a la congregación y
a su ganado.
9 Moisés tomó la vara de delante de
Jehovah, como él le había mandado. 10 Luego Moisés y Aarón reunieron
a la congregación delante de la roca, y él les dijo:
—¡Escuchad,
rebeldes! ¿Sacaremos para vosotros agua de esta roca?
11 Entonces Moisés levantó su mano y golpeó
la roca con su vara dos veces. Y salió agua abundante, de modo que bebieron la
congregación y su ganado. 12 Luego Jehovah dijo a Moisés y a Aarón:
—Por cuanto no
creísteis en mí, para tratarme como santo ante los ojos de los hijos de Israel,
por eso vosotros no introduciréis esta congregación en la tierra que les he
dado.
13 Estas son las Aguas de Meriba, porque
allí contendieron los hijos de Israel contra Jehovah, y él manifestó su
santidad entre ellos.
EDOM NIEGA EL
PASO A ISRAEL
14 Moisés envió mensajeros desde Cades al
rey de Edom. Y dijeron:
—Así dice tu
hermano Israel: "Tú conoces todas las dificultades que nos han
sobrevenido; 15 cómo nuestros padres fueron a Egipto, y habitamos
allí mucho tiempo. Los egipcios maltrataron tanto a nosotros como a nuestros
padres. 16 Pero cuando clamamos a Jehovah, él escuchó nuestra voz,
envió un ángel y nos sacó de Egipto. Y he aquí nosotros estamos en Cades,
ciudad que se encuentra en el extremo de tu territorio. 17 Permite
que pasemos por tu tierra. No pasaremos por los campos ni por las viñas;
tampoco beberemos agua de los pozos. Iremos por el camino del Rey, sin
apartarnos ni a la derecha ni a la izquierda, hasta que hayamos pasado por tu
territorio."
18 Edom le respondió:
—No pasarás por
mi tierra; de otra manera saldré contra ti con la espada.
19 Los hijos de Israel le dijeron:
—Iremos por el
camino principal. Si bebemos de tus aguas nosotros y nuestro ganado, pagaremos
su precio. Solamente déjanos pasar a pie, nada más.
20 Pero él respondió:
—No pasarás.
Y Edom salió
contra Israel con mucha gente y con mano poderosa. 21 Como Edom
rehusó dejar pasar a Israel por su territorio, Israel se alejó de ellos. 22
Los hijos de Israel, toda aquella congregación, partieron desde Cades y
llegaron al monte Hor.
ELEAZAR SUCEDE
A AARÓN
23 Jehovah habló a Moisés y a Aarón en el
monte Hor, en la frontera de la tierra de Edom, diciendo: 24
"Aarón será reunido con su pueblo, pues no entrará en la tierra que he
dado a los hijos de Israel, porque fuisteis rebeldes a mi mandato en las aguas
de Meriba. 25 Toma a Aarón y a su hijo Eleazar, y haz que suban al
monte Hor. 26 Quita a Aarón sus vestiduras, y viste con ellas a su
hijo Eleazar. Porque Aarón será reunido con su pueblo, y allí morirá."
27 Moisés hizo como le había mandado
Jehovah, y subieron al monte Hor ante la vista de toda la congregación. 28
Entonces Moisés quitó a Aarón sus vestiduras, y vistió con ellas a su hijo
Eleazar. Y Aarón murió allí, en la cumbre del monte.
Luego Moisés y
Eleazar descendieron del monte. 29 Y al ver toda la congregación que
Aarón había muerto, toda la casa de Israel hizo duelo por él durante 30 días.
CAPÍTULO 21
ISRAEL
DESTRUYE ARAD
21 Cuando el rey
cananeo de Arad, que habitaba en el Néguev, oyó que Israel iba por el camino de
Atarim, combatió contra Israel y tomó prisioneros a algunos de ellos. 2
Entonces Israel hizo un voto a Jehovah diciendo: "Si de veras entregas a
este pueblo en mi mano, yo destruiré por completo sus ciudades."
3 Jehovah escuchó la voz de Israel y
entregó a los cananeos en su mano. Luego Israel los destruyó por completo
juntamente con sus ciudades. Por eso fue llamado el nombre de aquel lugar
Horma.
LA SERPIENTE
DE BRONCE
4 Partieron del monte Hor con dirección al
mar Rojo, para rodear la tierra de Edom. Pero el pueblo se impacientó por causa
del camino, 5 y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés,
diciendo:
—¿Por qué nos has
hecho subir de Egipto para morir en el desierto? Porque no hay pan, ni hay
agua, y nuestra alma está hastiada de esta comida miserable.
6 Entonces Jehovah envió entre el pueblo
serpientes ardientes, las cuales mordían al pueblo, y murió mucha gente de
Israel. 7 Y el pueblo fue a Moisés diciendo:
—Hemos pecado al
haber hablado contra Jehovah y contra ti. Ruega a Jehovah que quite de nosotros
las serpientes.
Y Moisés oró por
el pueblo. 8 Entonces Jehovah dijo a Moisés:
—Hazte una
serpiente ardiente y ponla sobre un asta. Y sucederá que cualquiera que sea
mordido y la mire, vivirá.
9 Moisés hizo una serpiente de bronce y la
puso sobre un asta. Y sucedía que cuando alguna serpiente mordía a alguno, si
éste miraba a la serpiente de bronce, vivía.
ISRAEL RODEA
LA TIERRA DE MOAB
10 Los hijos de Israel partieron y acamparon
en Obot. 11 Partieron de Obot y acamparon en Iye-abarim, en el
desierto que está frente a Moab, al oriente. 12 Partieron de allí y
acamparon en el valle del Zered. 13 Partieron de allí y acamparon al
otro lado del Arnón, en el desierto. El Arnón nace en el territorio de los
amorreos, pues marca la frontera de Moab, entre los moabitas y los amorreos. 14
Por eso se dice en el libro de las batallas de Jehovah:
"A Zahab
junto a Sufá,
a los arroyos del
Arnón,
15 y a la vertiente de los arroyos
que se desvía al
sitio de Ar
y se apoya en la
frontera de Moab."
16 De allí fueron a Beer. Este es el pozo
del cual Jehovah dijo a Moisés: "Reúne al pueblo, y yo les daré
agua." 17 Entonces Israel cantó este cántico:
"¡Brota, oh
pozo! ¡Cantadle!
18 Pozo que cavaron los jefes
y excavaron los
nobles del pueblo
con el cetro y
con sus báculos."
Del desierto
fueron a Mataná, 19 de Mataná a Najaliel y de Najaliel a Bamot. 20
Y de Bamot, en el valle que está en los campos de Moab, fueron a la cumbre del
Pisga, que mira hacia Jesimón.
ISRAEL DERROTA
A LOS AMORREOS
21 Israel envió mensajeros a Sejón, rey de
los amorreos, diciendo: 22 "Déjame pasar por tu tierra. No nos
desviaremos por los campos ni por las viñas. Tampoco beberemos agua de los
pozos. Iremos por el camino del Rey hasta que hayamos pasado por tu territorio."
23 Pero Sejón no dejó pasar a Israel por su
territorio. Más bien, reunió a todo su pueblo, salió al desierto contra Israel,
fue a Jahaz y combatió contra Israel. 24 Pero Israel los hirió a
filo de espada y tomó posesión de su tierra desde el Arnón hasta el Jaboc,
hasta la frontera de los hijos de Amón, porque Jazer era la frontera de los
hijos de Amón. 25 Israel tomó todas estas ciudades, y habitó en
todas las ciudades de los amorreos, en Hesbón y en todas sus aldeas. 26
Porque Hesbón era la sede de Sejón, rey de los amorreos, quien había estado en
guerra con el anterior rey de Moab y había tomado de su poder toda su tierra
hasta el Arnón. 27 Por eso dicen los poetas:
Venid a Hesbón, y
sea reedificada.
Sea reafirmada la
ciudad de Sejón.
28 Porque fuego salió de Hesbón,
y llama de la
ciudad de Sejón;
consumió a
Ar-moab
y las alturas más
prominentes del Arnón.
29 ¡Ay de ti, oh Moab!
Has perecido,
pueblo de Quemós.
A sus hijos dejó
ir fugitivos
y a sus hijas
cautivas
de Sejón, rey de
los amorreos.
30 Su descendencia ha perecido
desde Hesbón
hasta Dibón.
Los asolamos
hasta Nófaj,
que se extiende
hasta Medeba.
31 Así Israel habitó en la tierra de los
amorreos. 32 Moisés envió gente para espiar a Jazer, y tomaron sus
aldeas echando a los amorreos que estaban allí.
ISRAEL DERROTA
AL REY DE BASÁN
33 Después se volvieron y subieron rumbo a
Basán. Entonces Og, rey de Basán, salió al encuentro de ellos con todo su
pueblo, para combatir en Edrei. 34 Y Jehovah dijo a Moisés: "No
le tengas miedo, porque en tu mano he entregado a él, a todo su pueblo y su
tierra. Tú harás con él como hiciste con Sejón, rey de los amorreos, que
habitaba en Hesbón."
35 Así los mataron a él, a sus hijos y a
toda su gente, hasta no dejarle ningún sobreviviente. Y tomaron posesión de su
tierra.
NADIE ESTÁ EXENTO
REFLEXIÓN
Por cuanto no
creísteis en mí, para tratarme como santo ante los ojos de los hijos de Israel,
por eso vosotros no introduciréis esta congregación en la tierra que les he
dado. (Num. 20:12)
Bueno al parecer
ninguno de nosotros estamos exentos de las reprensiones de Dios, él toma muy en
serio lo de la obediencia. En Deuteronomio leeremos que no hubo profeta como Moisés,
quien hablo con Dios cara a cara. Pero al no obedecer en el momento oportuno,
no entró a la tierra prometida. Toda esa generación completa, que salieron de
Egipto, por una razón o por otra; no entraron a la tierra prometida. Las únicas
excepciones fueron Josué y Caleb, ni siquiera Moisés ni Aarón. Nos parece un
poco severo esto, pero por lo menos este relato no lo explica tan claro, más
adelante otros libros nos darán una luz al respecto. Pero al parecer, no le fue
dada a Dios la gloria debida en todo este asunto del agua saliendo de la peña,
y en eso siempre tendremos problemas con él.
ORACIÓN
Mi Señor ayúdame
a obedecerte por sobre todas las cosas, y enséñame a darte la gloria en todo.
Amén.
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