viernes, 15 de marzo de 2019

LECTURA 15 DE MARZO

SEMANA 11 DÍA 6 (DEUTERONOMIO 11-13)

DEUTERONOMIO CAPÍTULO 11

 1 Ama al SEÑOR tu Dios y obedece todos sus requisitos, decretos, ordenanzas y mandatos.
 2 Ten en cuenta que no dirijo estas palabras a tus hijos, los cuales nunca conocieron la disciplina del SEÑOR tu Dios, ni vieron su grandeza, ni su mano fuerte, ni su brazo poderoso.
 3 Ellos no vieron las señales milagrosas, ni las maravillas que hizo en Egipto contra el faraón y toda su tierra.
 4 No vieron lo que el SEÑOR les hizo a los ejércitos de Egipto, a sus caballos y a sus carros de guerra; ni cómo los ahogó en el mar Rojo mientras te perseguían. ¡Los destruyó y, hasta el día de hoy, no se han recuperado!
 5 Tus hijos no vieron cómo el SEÑOR te cuidó en el desierto hasta que llegaste aquí.
 6 No vieron lo que les hizo a Datán y a Abiram (los hijos de Eliab, un descendiente de Rubén) cuando la tierra se abrió en el campamento israelita y se los tragó vivos junto con los miembros de sus familias, sus carpas de campaña y todo ser viviente que les pertenecía.
 7 ¡Pero tú sí viste con tus propios ojos que el SEÑOR llevó a cabo todas esas obras poderosas!

LOS RESULTADOS DE OBEDECER

 8 Por lo tanto, asegúrate de obedecer cada uno de los mandatos que te entrego hoy, a fin de que tengas fuerzas para tomar la tierra donde estás a punto de entrar.
 9 Si obedeces, disfrutarás de una larga vida en la tierra que Dios juró dar a tus antepasados y a ti, que eres su descendencia, ¡una tierra donde fluyen la leche y la miel!
10 Pues la tierra donde estás a punto de entrar y que vas a poseer no es como la de Egipto, de la cual saliste, donde tenías que plantar tus semillas y hacer zanjas de riego con los pies como si fuera un huerto.
11 En cambio, la tierra que pronto tomarás para ti es una región de colinas y valles, con lluvias abundantes;
12 una tierra que el SEÑOR tu Dios cuida. ¡Él se ocupa de cuidarla en cada época del año!
13 si obedeces cuidadosamente todos los mandatos que te entrego hoy y si amas al SEÑOR tu Dios y lo sirves con todo tu corazón y con toda tu alma,
14 él mandará las lluvias propias de cada estación —las tempranas y las tardías—, para que puedas juntar las cosechas de granos, el vino nuevo y el aceite de oliva.
15 Te dará buenos pastizales para que se alimenten tus animales, y tendrás todo lo que quieras comer.
16 Pero ten cuidado. No dejes que tu corazón sea engañado y entonces te alejes del SEÑOR y sirvas y rindas culto a otros dioses.
17 Si haces eso, el enojo del SEÑOR arderá contra ti. Entonces cerrará el cielo y detendrá la lluvia, y la tierra dejará de producir sus cosechas, así que pronto morirás en esa buena tierra que el SEÑOR te da.
18 Por lo tanto, comprométete de todo corazón a cumplir estas palabras que te doy. Átalas a tus manos y llévalas sobre la frente para recordarlas.
19 Enséñalas a tus hijos. Habla de ellas en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.
20 Escríbelas en los marcos de la entrada de tu casa y sobre las puertas de la ciudad
21 para que, mientras el cielo esté sobre la tierra, tú y tus hijos prosperen en la tierra que el SEÑOR juró dar a tus antepasados.
22 Asegúrate de obedecer todos los mandatos que te entrego. Demuéstrale amor al SEÑOR tu Dios andando en sus caminos y aferrándote a él.
23 Entonces el SEÑOR expulsará a todas esas naciones de tu paso y, aunque ellas son más grandes y más fuertes que tú, tomarás posesión de esa tierra.
24 Todo lugar que pises con la planta de tus pies será tuyo. Tus fronteras se extenderán desde el desierto, en el sur, hasta el Líbano, en el norte, y desde el río Éufrates, al oriente, hasta el mar Mediterráneo, en el occidente.
25 Dondequiera que vayas en la tierra, nadie podrá hacerte frente, porque el SEÑOR tu Dios hará que los habitantes te teman y se espanten, tal como lo prometió.
26 Escucha bien: ¡hoy te doy a elegir entre una bendición y una maldición!
27 Recibirás bendición si obedeces los mandatos del SEÑOR tu Dios que te entrego hoy;
28 pero recibirás maldición si rechazas los mandatos del SEÑOR tu Dios y te apartas de él y rindes culto a dioses que no conocías.
29 Cuando el SEÑOR tu Dios te lleve a la tierra y te ayude a tomar posesión de ella, pronunciarás la bendición en el monte Gerizim y la maldición en el monte Ebal.
30 (Esos dos montes se encuentran al occidente del río Jordán, en la tierra de los cananeos que viven en el valle del Jordán, cerca de la ciudad de Gilgal, a poca distancia de los robles de More).
31 Estás a punto de cruzar el río Jordán para tomar posesión de la tierra que el SEÑOR tu Dios te da. Una vez que la tomes y estés viviendo en ella,
32 asegúrate de obedecer todos los decretos y las ordenanzas que te entrego hoy.

DEUTERONOMIO CAPÍTULO 12

EL LUGAR DE ADORACIÓN ELEGIDO POR DIOS

 1 Estos son los decretos y las ordenanzas que debes asegurarte de obedecer cuando vivas en la tierra que te da el SEÑOR, Dios de tus antepasados. obedécelos todos los días de tu vida.
 2 Cuando expulses a las naciones que viven allí, deberás destruir todos los lugares donde rinden culto a sus dioses —sobre las cimas de las montañas y de los cerros, y debajo de todo árbol frondoso—;
 3 destruye sus altares y destroza sus columnas sagradas. ¡Quema los postes dedicados a la diosa Asera y derriba los ídolos tallados! ¡Borra por completo el nombre de sus dioses!
 4 No adores al SEÑOR tu Dios de la manera en que esos pueblos paganos rinden culto a sus dioses.
 5 Más bien, busca al SEÑOR tu Dios en el lugar de adoración que él mismo elegirá entre todas las tribus, el lugar donde su nombre será honrado.
 6 Allí llevarás tus ofrendas quemadas, tus sacrificios, tus diezmos, tus ofrendas sagradas, las ofrendas para cumplir tus juramentos, tus ofrendas voluntarias y las ofrendas de las primeras crías de tus manadas y rebaños.
 7 Allí, en la presencia del SEÑOR tu Dios, comerás hasta quedar satisfecho junto con tus familias, y te alegrarás por todo lo que hayas logrado gracias a la bendición del SEÑOR tu Dios.
 8 Tu modelo de adoración tendrá que cambiar. Ahora cada uno hace lo que quiere
 9 porque aún no has llegado al lugar de descanso, a la tierra que el SEÑOR tu Dios te da como preciada posesión.
10 Sin embargo, pronto cruzarás el río Jordán y vivirás en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da. Cuando él te dé descanso de todos tus enemigos y estés viviendo a salvo en esa tierra,
11 deberás llevar todo lo que yo te ordeno —tus ofrendas quemadas, sacrificios, diezmos, ofrendas sagradas y ofrendas para cumplir tus juramentos— al lugar de adoración designado, el lugar que el SEÑOR tu Dios elija para que su nombre sea honrado.
12 Celebra allí, en presencia del SEÑOR tu Dios, con tus hijos e hijas y todos tus sirvientes. Y acuérdate de incluir a los levitas que vivan en tus ciudades, porque ellos no van a recibir ninguna asignación de tierra como las demás tribus.
13 Asegúrate de no sacrificar tus ofrendas quemadas donde se te ocurra.
14 Sólo podrás hacerlo en el lugar que el SEÑOR elija en el territorio de una de las tribus. Allí presentarás tus ofrendas quemadas y harás todo lo que yo te ordeno.
15 Puedes matar tus animales y comer su carne en cualquier ciudad y cuando quieras. Puedes comer sin impedimento los animales con los que el SEÑOR tu Dios te haya bendecido. Todo el pueblo, esté o no ceremonialmente puro, podrá comer la carne de esos animales, así como ahora come la carne de gacela y de ciervo.
16 Pero por ninguna razón consumas la sangre, sino derrámala sobre la tierra como si fuera agua.
17 sin embargo, en la ciudad donde vives, no podrás comer de tus ofrendas: sea la décima parte de tu grano y vino nuevo y aceite de oliva, o las primeras crías de tus rebaños y manadas, o cualquier ofrenda para cumplir un juramento, o tus ofrendas voluntarias, o tus ofrendas sagradas.
18 Todas estas las comerás en la presencia del SEÑOR tu Dios, en el lugar que él elija. Lo harás allí con tus hijos, tus sirvientes y los levitas que vivan en tus ciudades, y celebrarás en la presencia del SEÑOR tu Dios cada cosa que haces.
19 Y ten mucho cuidado de no desamparar a los levitas mientras vivas en tu tierra.
20 Cuando el SEÑOR tu Dios expanda tu territorio, tal como lo prometió, y tengas ganas de comer carne, podrás comer carne con libertad cada vez que lo desees.
21 Podría ser que el lugar de adoración designado —el lugar que el SEÑOR tu Dios elija para que su nombre sea honrado— quede muy lejos de tu hogar. De ser así, podrás matar cualquier animal que el SEÑOR te haya dado, tanto del ganado como ovejas o cabras, y comer su carne sin impedimento en la ciudad donde vives, tal como te ordené.
22 Cualquier persona del pueblo, esté o no ceremonialmente pura, podrá comer de esa carne como ahora comes de las gacelas y de los ciervos.
23 Pero nunca consumas la sangre, porque la sangre es vida, y no deberás consumir la vida con la carne.
24 En cambio, derrama la sangre sobre la tierra como si fuera agua.
25 No consumas la sangre, para que todo te salga bien a ti y a todos tus descendientes, porque estarás haciendo lo que al SEÑOR le agrada.
26 Lleva todo lo que hayas consagrado y también las ofrendas para cumplir tus juramentos al lugar que el SEÑOR elija.
27 Debes presentar la carne y la sangre de tus ofrendas quemadas sobre el altar del SEÑOR tu Dios. Debes derramar la sangre de los otros sacrificios sobre el altar del SEÑOR tu Dios, pero puedes comer la carne.
28 Asegúrate de obedecer todos mis mandatos, para que te vaya bien a ti y a todos tus descendientes, porque así estarás haciendo lo que es bueno y agradable ante el SEÑOR tu Dios.
29 Cuando el SEÑOR tu Dios vaya delante de ti y destruya a las naciones, y tú las expulses y te apoderes de su tierra,
30 no caigas en la trampa de seguir sus costumbres ni de rendir culto a sus dioses. No preguntes acerca de sus dioses diciendo: «¿De qué manera rinden culto estas naciones a sus dioses? Yo quiero hacer lo mismo».
31 Tú no adorarás al SEÑOR tu Dios de la manera que las otras naciones rinden culto a sus dioses, llevando a cabo en honor de ellos toda clase de actos detestables que el SEÑOR odia. Hasta sacrifican a sus hijos y a sus hijas en el fuego como ofrenda a sus dioses.
32 Por lo tanto, asegúrate de obedecer todos los mandatos que te doy. No les agregues ni les quites nada.

DEUTERONOMIO CAPÍTULO 13

ADVERTENCIA CONTRA LA IDOLATRÍA

 1 Supongamos que, en medio de ti, hay profetas o aquellos que tienen sueños sobre el futuro, y te prometen señales o milagros,
 2 y resulta que esas señales o milagros se cumplen. si de pronto ellos dicen: «Ven, rindamos culto a otros dioses» —dioses que hasta entonces no conocías—
 3 no los escuches. El SEÑOR tu Dios te está probando para ver si realmente lo amas con todo el corazón y con toda el alma.
 4 Sirve sólo al SEÑOR tu Dios y teme solamente a él. Obedece sus mandatos, escucha su voz y aférrate a él.
 5 Los falsos profetas o los soñadores que traten de descarriarte serán ejecutados, porque fomentan la rebelión contra el SEÑOR tu Dios, quien te libertó de la esclavitud y te sacó de la tierra de Egipto. Ya que tratan de desviarte del camino que el SEÑOR tu Dios te ordenó que siguieras, tendrás que quitarles la vida. De esa manera, eliminarás la maldad que hay en medio de ti.
 6 Supongamos que alguien trata de persuadirte en secreto —incluso podría ser tu hermano, tu hijo o tu hija, tu amada esposa o tu mejor amigo— y te dice: «Vamos, rindamos culto a otros dioses», dioses que ni tú ni tus antepasados jamás conocieron.
 7 Incluso podrían sugerir que rindas culto a los dioses de los pueblos que viven cerca o de los que viven en los extremos de la tierra.
 8 No les hagas caso ni los escuches. No les tengas compasión ni les perdones la vida ni trates de protegerlos.
 9 ¡Deberás quitarles la vida! Da tú el primer golpe, y luego que todo el pueblo se sume.
10 Tienes que apedrear a muerte a los culpables, porque han tratado de alejarte del SEÑOR tu Dios, quien te rescató de la tierra de Egipto, donde eras esclavo.
11 Entonces todo Israel oirá y tendrá temor, y ya nadie volverá a actuar con tanta perversidad.
12 Cuando comiences a vivir en las ciudades que el SEÑOR tu Dios te da, tal vez oigas
13 que hay sinvergüenzas en medio de ti que llevan por mal camino a los habitantes de su ciudad, diciéndoles: «Vamos, rindamos culto a otros dioses», dioses que hasta entonces tú no conocías.
14 En tales casos, analiza los hechos cuidadosamente. Si encuentras que lo que se dice es cierto y en verdad se cometió ese acto tan detestable en medio de ti,
15 deberás atacar a esa ciudad y destruir por completo a todos los habitantes junto con todos los animales.
16 Luego deberás amontonar todo el botín en el centro de la plaza pública y quemarlo. Prende fuego a toda la ciudad como una ofrenda quemada al SEÑOR tu Dios. La ciudad deberá quedar en ruinas para siempre; no se volverá a construir jamás.
17 Que nadie guarde nada del botín que fue separado para ser destruido. Entonces el SEÑOR alejará de ti su enojo feroz y te tratará con misericordia. Tendrá compasión de ti y te convertirá en una nación numerosa, tal como lo juró a tus antepasados.
18 El SEÑOR tu Dios será compasivo contigo sólo si escuchas su voz y obedeces todos sus mandatos que te entrego hoy, y haces lo que a él le agrada.


REFLEXIÓN

SABER IDENTIFICAR LA VERDAD DE LA MENTIRA

Sirve sólo al SEÑOR tu Dios y teme solamente a él. Obedece sus mandatos, escucha su voz y aférrate a él. (Deuteronomio 13:4)

La formula perfecta para para descubrir lo falso y seguir lo bueno. No hay otra opción para saber cuando es falso o es verdadero, alguien que pretende hablar en nombre de Dios. No es que no debe haber profeta, sino que no debemos dejarnos engañar por los falsos. Los falsos siempre nos van a alejar y apartar de las verdaderas enseñanzas de Dios, los verdaderos nos acercarán a Él. Los falsos siempre tienen algo nuevo que decir, lo cual no procede de Dios indiscutiblemente. Los verdaderos siempre aclararan nuestras mente, nos ayudaran a volver a las verdades de Dios que hemos pedido. No son los prodigios y los milagros los que marcan la pauta, son las verdades de Dios las que nos hagan reflexionar. Como identificar lo verdadero de lo falso, obedeciendo sus mandatos, aprendiendo a escuchar su voz y aferrándonos a Él.

ORACIÓN

Mi Dios ayúdame a siempre reconocer tu verdad, para así poder rechazar las mentiras. Amén.


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