SEMANA 10 DÍA 1 (NÚMEROS 18-20)
NÚMEROS CAPÍTULO 18
DEBERES DE LOS SACERDOTES Y DE LOS LEVITAS
1 Luego el SEÑOR le dijo a Aarón: Tú, tus hijos y tus parientes de la tribu de Leví serán los responsables de cualquier ofensa relacionada con el santuario; pero sólo tú y tus hijos serán los responsables de las faltas relacionadas con el sacerdocio.
2 Trae a tus parientes de la tribu de Leví —tu tribu patriarcal— para que te ayuden, a ti y a tus hijos, a realizar los deberes sagrados delante del tabernáculo del pacto.
3 Sin embargo, cuando los levitas realicen los deberes asignados en el tabernáculo, deberán tener cuidado de no acercarse a los objetos sagrados ni al altar. Si lo hacen, tanto tú como ellos morirán.
4 Los levitas te ayudarán con el cumplimiento de sus responsabilidades del cuidado y el mantenimiento del tabernáculo, pero no podrá ayudarte ninguna persona que no esté autorizada.
5 Ustedes realizarán los deberes sagrados dentro del santuario y en el altar. Si siguen estas instrucciones, el enojo del SEÑOR nunca jamás se encenderá contra el pueblo de Israel.
6 Yo mismo escogí a tus hermanos levitas de entre los israelitas para que sean tus ayudantes especiales. Ellos son un regalo para ti, dedicados al SEÑOR para servir en el tabernáculo;
7 pero tú y tus hijos, los sacerdotes, deben llevar a cabo, personalmente, todos los rituales sacerdotales relacionados con el altar y con todo lo que está detrás de la cortina interior. Yo te doy el sacerdocio como un privilegio de servicio. Cualquier persona que se acerque al santuario sin estar autorizada, será ejecutada.
2 Trae a tus parientes de la tribu de Leví —tu tribu patriarcal— para que te ayuden, a ti y a tus hijos, a realizar los deberes sagrados delante del tabernáculo del pacto.
3 Sin embargo, cuando los levitas realicen los deberes asignados en el tabernáculo, deberán tener cuidado de no acercarse a los objetos sagrados ni al altar. Si lo hacen, tanto tú como ellos morirán.
4 Los levitas te ayudarán con el cumplimiento de sus responsabilidades del cuidado y el mantenimiento del tabernáculo, pero no podrá ayudarte ninguna persona que no esté autorizada.
5 Ustedes realizarán los deberes sagrados dentro del santuario y en el altar. Si siguen estas instrucciones, el enojo del SEÑOR nunca jamás se encenderá contra el pueblo de Israel.
6 Yo mismo escogí a tus hermanos levitas de entre los israelitas para que sean tus ayudantes especiales. Ellos son un regalo para ti, dedicados al SEÑOR para servir en el tabernáculo;
7 pero tú y tus hijos, los sacerdotes, deben llevar a cabo, personalmente, todos los rituales sacerdotales relacionados con el altar y con todo lo que está detrás de la cortina interior. Yo te doy el sacerdocio como un privilegio de servicio. Cualquier persona que se acerque al santuario sin estar autorizada, será ejecutada.
SUSTENTO PARA LOS SACERDOTES Y LOS LEVITAS
8 El SEÑOR le dio más instrucciones a Aarón: Yo mismo te he puesto a cargo de todas las ofrendas sagradas que me trae el pueblo de Israel. A ti y a tus hijos les he dado todas estas ofrendas consagradas como su porción perpetua.
9 A ti te corresponde la porción de las ofrendas sumamente santas que no se quema en el fuego. Esta porción de todas las ofrendas sumamente santas —las ofrendas de grano, las ofrendas por el pecado y las ofrendas por la culpa— será sumamente santa y te pertenece a ti y a tus hijos.
10 La comerás como una ofrenda sumamente santa. Todo varón puede comer de ella y deben tratarla como sumamente santa.
11 También te pertenecen todas las ofrendas sagradas y las ofrendas especiales que los israelitas me presenten al levantarlas ante el altar. Yo te las he dado a ti y a tus hijos e hijas como tu porción perpetua. Todo miembro de tu familia que esté ceremonialmente puro podrá comer de estas ofrendas.
12 También te doy las ofrendas de la cosecha que el pueblo presenta al SEÑOR: lo mejor del aceite de oliva y del vino nuevo y del grano.
13 Todas las primeras cosechas de la tierra que el pueblo presente al SEÑOR te pertenecen. Todo miembro de tu familia que esté ceremonialmente puro podrá comer de estos alimentos.
14 Todo lo que en Israel haya sido consagrado especialmente para el SEÑOR también te pertenece.
15 Todo primer nacido, sea humano o animal, que se ofrece al SEÑOR, será tuyo; pero siempre tendrán que redimir a los primeros hijos varones y a las primeras crías de los animales ceremonialmente impuros.
16 Los rescatarán al mes de haber nacido. El precio de rescate es cinco piezas de plata (calculado según el peso del siclo del santuario, que equivale a veinte geras).
17 sin embargo, no podrán redimir las primeras crías del ganado, de las ovejas o de las cabras. Éstas están consagradas y han sido apartadas para el SEÑOR: rocía su sangre en el altar y quema su grasa como ofrenda especial de aroma agradable al SEÑOR.
18 La carne de estos animales será tuya, así como el pecho y el muslo derecho que se presentan al levantarlos como una ofrenda especial ante el altar.
19 Así es, te doy todas estas ofrendas sagradas que el pueblo de Israel lleva al SEÑOR. Son para ti y tus hijos e hijas, para que las coman como su porción perpetua. Este es un pacto eterno e inquebrantable entre tú y el SEÑOR y también se aplica a tus descendientes.
20 El SEÑOR le dijo a Aarón: Ustedes, los sacerdotes, no recibirán ninguna asignación de tierra ni porción de terreno entre el pueblo de Israel. Yo soy tu porción y tu asignación.
21 En cuanto a la tribu de Leví, tus parientes, los recompensaré por su servicio en el tabernáculo. En lugar de una asignación de tierra, les daré los diezmos de toda la tierra de Israel.
22 De ahora en adelante, ningún israelita, con excepción de los sacerdotes o los levitas, podrá acercarse al tabernáculo. Si alguien se acerca, será declarado culpable y morirá.
23 Únicamente los levitas podrán servir en el tabernáculo y serán los responsables de toda ofensa cometida contra el tabernáculo. Esta es una ley perpetua para ustedes, y tendrá que cumplirse de generación en generación. Los levitas no recibirán ninguna asignación de tierra entre los israelitas,
24 porque yo les he dado los diezmos del pueblo de Israel, que han sido entregados como ofrendas sagradas al SEÑOR. Esta será la porción de los levitas. Por eso les he dicho que no recibirán ninguna asignación de tierra entre los israelitas.
25 El SEÑOR también le dijo a Moisés:
26 Da las siguientes instrucciones a los levitas: cuando reciban de los israelitas los diezmos que les he asignado como su porción, entreguen una décima parte de ellos —un diezmo de los diezmos— al SEÑOR como ofrenda sagrada.
27 El SEÑOR contará esta ofrenda de ustedes como una ofrenda de cosecha, como si fuera el primer grano de su propio campo de trillar o el vino de su propio lagar.
28 La décima parte de los diezmos que reciben de los israelitas, tendrán que presentarla como ofrenda sagrada para el SEÑOR. Esta es la porción sagrada del SEÑOR y tienen que presentarla al sacerdote Aarón.
29 De todas las ofrendas recibidas, asegúrense de dar lo mejor al SEÑOR.
30 Da también las siguientes instrucciones a los levitas: cuando presenten la mejor parte como su ofrenda, esta será considerada como si viniera de su propio campo de trillar o de su lagar.
31 Levitas, ustedes y sus familias podrán comer este alimento donde quieran, porque constituye su recompensa por servir en el tabernáculo.
32 No serán considerados culpables por aceptar los diezmos ofrecidos al SEÑOR, si dan la mejor porción a los sacerdotes. Sin embargo, tengan cuidado de no considerar las ofrendas sagradas del pueblo de Israel como si fueran algo ordinario. Si lo hacen, morirán.
9 A ti te corresponde la porción de las ofrendas sumamente santas que no se quema en el fuego. Esta porción de todas las ofrendas sumamente santas —las ofrendas de grano, las ofrendas por el pecado y las ofrendas por la culpa— será sumamente santa y te pertenece a ti y a tus hijos.
10 La comerás como una ofrenda sumamente santa. Todo varón puede comer de ella y deben tratarla como sumamente santa.
11 También te pertenecen todas las ofrendas sagradas y las ofrendas especiales que los israelitas me presenten al levantarlas ante el altar. Yo te las he dado a ti y a tus hijos e hijas como tu porción perpetua. Todo miembro de tu familia que esté ceremonialmente puro podrá comer de estas ofrendas.
12 También te doy las ofrendas de la cosecha que el pueblo presenta al SEÑOR: lo mejor del aceite de oliva y del vino nuevo y del grano.
13 Todas las primeras cosechas de la tierra que el pueblo presente al SEÑOR te pertenecen. Todo miembro de tu familia que esté ceremonialmente puro podrá comer de estos alimentos.
14 Todo lo que en Israel haya sido consagrado especialmente para el SEÑOR también te pertenece.
15 Todo primer nacido, sea humano o animal, que se ofrece al SEÑOR, será tuyo; pero siempre tendrán que redimir a los primeros hijos varones y a las primeras crías de los animales ceremonialmente impuros.
16 Los rescatarán al mes de haber nacido. El precio de rescate es cinco piezas de plata (calculado según el peso del siclo del santuario, que equivale a veinte geras).
17 sin embargo, no podrán redimir las primeras crías del ganado, de las ovejas o de las cabras. Éstas están consagradas y han sido apartadas para el SEÑOR: rocía su sangre en el altar y quema su grasa como ofrenda especial de aroma agradable al SEÑOR.
18 La carne de estos animales será tuya, así como el pecho y el muslo derecho que se presentan al levantarlos como una ofrenda especial ante el altar.
19 Así es, te doy todas estas ofrendas sagradas que el pueblo de Israel lleva al SEÑOR. Son para ti y tus hijos e hijas, para que las coman como su porción perpetua. Este es un pacto eterno e inquebrantable entre tú y el SEÑOR y también se aplica a tus descendientes.
20 El SEÑOR le dijo a Aarón: Ustedes, los sacerdotes, no recibirán ninguna asignación de tierra ni porción de terreno entre el pueblo de Israel. Yo soy tu porción y tu asignación.
21 En cuanto a la tribu de Leví, tus parientes, los recompensaré por su servicio en el tabernáculo. En lugar de una asignación de tierra, les daré los diezmos de toda la tierra de Israel.
22 De ahora en adelante, ningún israelita, con excepción de los sacerdotes o los levitas, podrá acercarse al tabernáculo. Si alguien se acerca, será declarado culpable y morirá.
23 Únicamente los levitas podrán servir en el tabernáculo y serán los responsables de toda ofensa cometida contra el tabernáculo. Esta es una ley perpetua para ustedes, y tendrá que cumplirse de generación en generación. Los levitas no recibirán ninguna asignación de tierra entre los israelitas,
24 porque yo les he dado los diezmos del pueblo de Israel, que han sido entregados como ofrendas sagradas al SEÑOR. Esta será la porción de los levitas. Por eso les he dicho que no recibirán ninguna asignación de tierra entre los israelitas.
25 El SEÑOR también le dijo a Moisés:
26 Da las siguientes instrucciones a los levitas: cuando reciban de los israelitas los diezmos que les he asignado como su porción, entreguen una décima parte de ellos —un diezmo de los diezmos— al SEÑOR como ofrenda sagrada.
27 El SEÑOR contará esta ofrenda de ustedes como una ofrenda de cosecha, como si fuera el primer grano de su propio campo de trillar o el vino de su propio lagar.
28 La décima parte de los diezmos que reciben de los israelitas, tendrán que presentarla como ofrenda sagrada para el SEÑOR. Esta es la porción sagrada del SEÑOR y tienen que presentarla al sacerdote Aarón.
29 De todas las ofrendas recibidas, asegúrense de dar lo mejor al SEÑOR.
30 Da también las siguientes instrucciones a los levitas: cuando presenten la mejor parte como su ofrenda, esta será considerada como si viniera de su propio campo de trillar o de su lagar.
31 Levitas, ustedes y sus familias podrán comer este alimento donde quieran, porque constituye su recompensa por servir en el tabernáculo.
32 No serán considerados culpables por aceptar los diezmos ofrecidos al SEÑOR, si dan la mejor porción a los sacerdotes. Sin embargo, tengan cuidado de no considerar las ofrendas sagradas del pueblo de Israel como si fueran algo ordinario. Si lo hacen, morirán.
NÚMEROS CAPÍTULO 19
AGUA PARA LA PURIFICACIÓN
1 El SEÑOR les dijo a Moisés y a Aarón:
2 Este es otro requisito legal ordenado por el SEÑOR: díganle al pueblo de Israel que traigan una novilla de color rojizo, un animal perfecto sin defectos y al que nunca se le haya colocado un yugo para el arado.
3 Entréguenla al sacerdote Eleazar, para que sea llevada fuera del campamento y matada en su presencia.
4 Entonces Eleazar tomará con el dedo un poco de la sangre y la rociará siete veces hacia el frente del tabernáculo.
5 La novilla se quemará por completo —la piel, la carne, la sangre y el estiércol— en presencia de Eleazar.
6 Después, el sacerdote Eleazar tomará un palo de cedro, una rama de hisopo y un poco de hilado de color escarlata y los arrojará en el fuego donde se quema la novilla.
7 Luego el sacerdote lavará su ropa y se bañará en agua. Después podrá volver al campamento, aunque permanecerá ceremonialmente impuro hasta el anochecer.
8 El hombre que queme el animal también lavará su ropa y se bañará en agua, y también permanecerá impuro hasta el anochecer.
9 Luego, alguien que esté ceremonialmente puro recogerá las cenizas de la novilla y las depositará fuera del campamento en un lugar ceremonialmente puro. Las conservarán allí para que la comunidad de Israel las use en el agua para la ceremonia de purificación. Esta ceremonia se realiza para quitar los pecados.
10 El hombre que recoja las cenizas de la novilla también lavará su ropa y quedará ceremonialmente impuro hasta el anochecer. Esta será una ley perpetua para los israelitas y para todo extranjero que viva entre ellos.
11 El que toque el cadáver de un ser humano quedará ceremonialmente impuro durante siete días.
12 Esta persona debe purificarse el tercer y el séptimo día con el agua de la purificación; entonces quedará purificada; pero si no lo hace el tercer y el séptimo día, quedará impura aun después del séptimo día.
13 El que toque un cadáver y no se purifique de la debida manera contamina el tabernáculo del SEÑOR y será excluido de la comunidad de Israel. Ya que no se roció con el agua de la purificación, su contaminación continúa.
14 La siguiente ley ritual se aplicará cuando alguien muera dentro de una carpa: todos los que entren en esa carpa y los que se encontraban en ella cuando la muerte ocurrió quedarán ceremonialmente impuros durante siete días.
15 Todo recipiente abierto en la carpa que no estaba cerrado con tapa también estará contaminado.
16 Y si alguien en el campo abierto toca el cadáver de alguien que mataron a espada o que murió de muerte natural, o si alguien toca un hueso de ser humano o una tumba, esa persona quedará contaminada durante siete días.
17 Para quitar la contaminación, pongan en un frasco parte de las cenizas de la ofrenda quemada de la purificación y echen agua fresca sobre ellas.
18 Después, alguien ceremonialmente puro tomará una rama de hisopo y la mojará en el agua. Esa persona debe rociar el agua sobre la carpa, sobre todos los muebles de la carpa y sobre las personas que estaban en ella; también sobre la persona que tocó un hueso humano o tocó a una persona que mataron o que murió de muerte natural o tocó una tumba.
19 La persona ceremonialmente pura rociará el agua sobre los que quedaron contaminados el tercer y el séptimo día. Después, el séptimo día, las personas en proceso de purificación deben lavar sus ropas y bañarse. Entonces esa noche quedarán limpios de su contaminación.
20 Pero los que se contaminen y no se purifiquen serán excluidos de la comunidad, porque han contaminado el santuario del SEÑOR. Ya que el agua de la purificación no se ha rociado sobre ellos, quedarán contaminados.
21 Esta será una ley perpetua para el pueblo. Aquellos que rocíen el agua de la purificación deben lavar sus ropas después de hacerlo, y todo el que toque el agua usada para la purificación quedará contaminado hasta el anochecer.
22 Toda cosa o toda persona que toque a alguien contaminado, quedará ceremonialmente impura hasta el anochecer.
2 Este es otro requisito legal ordenado por el SEÑOR: díganle al pueblo de Israel que traigan una novilla de color rojizo, un animal perfecto sin defectos y al que nunca se le haya colocado un yugo para el arado.
3 Entréguenla al sacerdote Eleazar, para que sea llevada fuera del campamento y matada en su presencia.
4 Entonces Eleazar tomará con el dedo un poco de la sangre y la rociará siete veces hacia el frente del tabernáculo.
5 La novilla se quemará por completo —la piel, la carne, la sangre y el estiércol— en presencia de Eleazar.
6 Después, el sacerdote Eleazar tomará un palo de cedro, una rama de hisopo y un poco de hilado de color escarlata y los arrojará en el fuego donde se quema la novilla.
7 Luego el sacerdote lavará su ropa y se bañará en agua. Después podrá volver al campamento, aunque permanecerá ceremonialmente impuro hasta el anochecer.
8 El hombre que queme el animal también lavará su ropa y se bañará en agua, y también permanecerá impuro hasta el anochecer.
9 Luego, alguien que esté ceremonialmente puro recogerá las cenizas de la novilla y las depositará fuera del campamento en un lugar ceremonialmente puro. Las conservarán allí para que la comunidad de Israel las use en el agua para la ceremonia de purificación. Esta ceremonia se realiza para quitar los pecados.
10 El hombre que recoja las cenizas de la novilla también lavará su ropa y quedará ceremonialmente impuro hasta el anochecer. Esta será una ley perpetua para los israelitas y para todo extranjero que viva entre ellos.
11 El que toque el cadáver de un ser humano quedará ceremonialmente impuro durante siete días.
12 Esta persona debe purificarse el tercer y el séptimo día con el agua de la purificación; entonces quedará purificada; pero si no lo hace el tercer y el séptimo día, quedará impura aun después del séptimo día.
13 El que toque un cadáver y no se purifique de la debida manera contamina el tabernáculo del SEÑOR y será excluido de la comunidad de Israel. Ya que no se roció con el agua de la purificación, su contaminación continúa.
14 La siguiente ley ritual se aplicará cuando alguien muera dentro de una carpa: todos los que entren en esa carpa y los que se encontraban en ella cuando la muerte ocurrió quedarán ceremonialmente impuros durante siete días.
15 Todo recipiente abierto en la carpa que no estaba cerrado con tapa también estará contaminado.
16 Y si alguien en el campo abierto toca el cadáver de alguien que mataron a espada o que murió de muerte natural, o si alguien toca un hueso de ser humano o una tumba, esa persona quedará contaminada durante siete días.
17 Para quitar la contaminación, pongan en un frasco parte de las cenizas de la ofrenda quemada de la purificación y echen agua fresca sobre ellas.
18 Después, alguien ceremonialmente puro tomará una rama de hisopo y la mojará en el agua. Esa persona debe rociar el agua sobre la carpa, sobre todos los muebles de la carpa y sobre las personas que estaban en ella; también sobre la persona que tocó un hueso humano o tocó a una persona que mataron o que murió de muerte natural o tocó una tumba.
19 La persona ceremonialmente pura rociará el agua sobre los que quedaron contaminados el tercer y el séptimo día. Después, el séptimo día, las personas en proceso de purificación deben lavar sus ropas y bañarse. Entonces esa noche quedarán limpios de su contaminación.
20 Pero los que se contaminen y no se purifiquen serán excluidos de la comunidad, porque han contaminado el santuario del SEÑOR. Ya que el agua de la purificación no se ha rociado sobre ellos, quedarán contaminados.
21 Esta será una ley perpetua para el pueblo. Aquellos que rocíen el agua de la purificación deben lavar sus ropas después de hacerlo, y todo el que toque el agua usada para la purificación quedará contaminado hasta el anochecer.
22 Toda cosa o toda persona que toque a alguien contaminado, quedará ceremonialmente impura hasta el anochecer.
NÚMEROS CAPÍTULO 20
MOISÉS GOLPEA LA ROCA
1 El primer mes del año, toda la comunidad de Israel llegó al desierto de Zin y acampó en Cades. Mientras estaban allí, Miriam murió y la enterraron.
2 Ya que en ese lugar no había agua para que el pueblo bebiera, la gente se rebeló contra Moisés y Aarón.
3 El pueblo culpó a Moisés y dijo: ¡Si tan sólo hubiéramos muerto con nuestros hermanos delante del SEÑOR!
4 ¿Por qué trajiste a la congregación del pueblo del SEÑOR a este desierto para morir, junto con todos nuestros animales?
5 ¿Por qué nos obligaste a salir de Egipto y nos trajiste a este terrible lugar? ¡Esta tierra no tiene grano ni higos ni uvas ni granadas ni agua para beber!
6 Entonces Moisés y Aarón se apartaron del pueblo y fueron a la entrada del tabernáculo, donde cayeron rostro en tierra. Allí la presencia gloriosa del SEÑOR se les apareció,
7 y el SEÑOR le dijo a Moisés:
8 Tú y Aarón tomen la vara y reúnan a toda la comunidad. En presencia de todo el pueblo, háblale a la roca y de ella brotará agua. De la roca proveerás suficiente agua para satisfacer a toda la comunidad y a sus animales.
9 Así que Moisés hizo lo que se le dijo. Tomó la vara del lugar donde se guardaba en la presencia del SEÑOR.
10 Luego él y Aarón mandaron a llamar al pueblo a reunirse frente a la roca. ¡Escuchen, ustedes rebeldes! —gritó—. ¿Acaso debemos sacarles agua de esta roca?
11 Enseguida Moisés levantó su mano y golpeó la roca dos veces con la vara y el agua brotó a chorros. Así que toda la comunidad y sus animales bebieron hasta saciarse.
12 Sin embargo, el SEÑOR les dijo a Moisés y a Aarón: ¡Puesto que no confiaron lo suficiente en mí para demostrar mi santidad a los israelitas, ustedes no los llevarán a la tierra que les doy!
13 Por eso este lugar se conoce como las aguas de Meriba (que significa pelea) porque allí el pueblo de Israel peleó con el SEÑOR y allí él demostró su santidad entre ellos.
2 Ya que en ese lugar no había agua para que el pueblo bebiera, la gente se rebeló contra Moisés y Aarón.
3 El pueblo culpó a Moisés y dijo: ¡Si tan sólo hubiéramos muerto con nuestros hermanos delante del SEÑOR!
4 ¿Por qué trajiste a la congregación del pueblo del SEÑOR a este desierto para morir, junto con todos nuestros animales?
5 ¿Por qué nos obligaste a salir de Egipto y nos trajiste a este terrible lugar? ¡Esta tierra no tiene grano ni higos ni uvas ni granadas ni agua para beber!
6 Entonces Moisés y Aarón se apartaron del pueblo y fueron a la entrada del tabernáculo, donde cayeron rostro en tierra. Allí la presencia gloriosa del SEÑOR se les apareció,
7 y el SEÑOR le dijo a Moisés:
8 Tú y Aarón tomen la vara y reúnan a toda la comunidad. En presencia de todo el pueblo, háblale a la roca y de ella brotará agua. De la roca proveerás suficiente agua para satisfacer a toda la comunidad y a sus animales.
9 Así que Moisés hizo lo que se le dijo. Tomó la vara del lugar donde se guardaba en la presencia del SEÑOR.
10 Luego él y Aarón mandaron a llamar al pueblo a reunirse frente a la roca. ¡Escuchen, ustedes rebeldes! —gritó—. ¿Acaso debemos sacarles agua de esta roca?
11 Enseguida Moisés levantó su mano y golpeó la roca dos veces con la vara y el agua brotó a chorros. Así que toda la comunidad y sus animales bebieron hasta saciarse.
12 Sin embargo, el SEÑOR les dijo a Moisés y a Aarón: ¡Puesto que no confiaron lo suficiente en mí para demostrar mi santidad a los israelitas, ustedes no los llevarán a la tierra que les doy!
13 Por eso este lugar se conoce como las aguas de Meriba (que significa pelea) porque allí el pueblo de Israel peleó con el SEÑOR y allí él demostró su santidad entre ellos.
EDOM LE NIEGA EL PASO A ISRAEL
14 Mientras Moisés estaba en Cades, envió embajadores al rey de Edom con el siguiente mensaje: Esto es lo que dicen tus parientes, los israelitas: tú sabes todas las dificultades por las que hemos pasado.
15 Nuestros antepasados bajaron a Egipto y allí vivimos un largo tiempo. Los egipcios nos maltrataron brutalmente, tanto a nosotros como a nuestros antepasados;
16 pero cuando clamamos al SEÑOR, él nos oyó y envió a un ángel que nos sacó de Egipto. Ahora estamos acampando en Cades, la ciudad en la frontera de tu territorio.
17 Por favor, permítenos atravesar tu territorio. Tendremos cuidado de no pasar por tus campos y viñedos, ni siquiera beberemos el agua de tus pozos. seguiremos derecho por el camino real, sin desviarnos hasta que hayamos atravesado tu territorio.
18 Sin embargo, el rey de Edom dijo: ¡Quédense fuera de mi territorio o saldré a su encuentro con mi ejército!
19 Entonces los israelitas le contestaron: Nos mantendremos en el camino principal. Si nuestros animales beben de tu agua, te la pagaremos. Sólo permítenos atravesar tu territorio; es todo lo que pedimos.
20 Aun así, el rey de Edom respondió: ¡Quédense fuera! Ustedes no pueden pasar por nuestra tierra. Dicho esto movilizó su ejército y salió contra ellos con una fuerza imponente.
21 Y como Edom no le permitió a los israelitas atravesar su país, se vieron obligados a regresar.
15 Nuestros antepasados bajaron a Egipto y allí vivimos un largo tiempo. Los egipcios nos maltrataron brutalmente, tanto a nosotros como a nuestros antepasados;
16 pero cuando clamamos al SEÑOR, él nos oyó y envió a un ángel que nos sacó de Egipto. Ahora estamos acampando en Cades, la ciudad en la frontera de tu territorio.
17 Por favor, permítenos atravesar tu territorio. Tendremos cuidado de no pasar por tus campos y viñedos, ni siquiera beberemos el agua de tus pozos. seguiremos derecho por el camino real, sin desviarnos hasta que hayamos atravesado tu territorio.
18 Sin embargo, el rey de Edom dijo: ¡Quédense fuera de mi territorio o saldré a su encuentro con mi ejército!
19 Entonces los israelitas le contestaron: Nos mantendremos en el camino principal. Si nuestros animales beben de tu agua, te la pagaremos. Sólo permítenos atravesar tu territorio; es todo lo que pedimos.
20 Aun así, el rey de Edom respondió: ¡Quédense fuera! Ustedes no pueden pasar por nuestra tierra. Dicho esto movilizó su ejército y salió contra ellos con una fuerza imponente.
21 Y como Edom no le permitió a los israelitas atravesar su país, se vieron obligados a regresar.
MUERTE DE AARÓN
22 Toda la comunidad israelita partió de Cades y llegó al monte Hor.
23 Allí, en la frontera de la tierra de Edom, el SEÑOR les dijo a Moisés y a Aarón:
24 Ha llegado el momento en que Aarón se reúna con sus antepasados al morir. Él no entrará a la tierra que le daré al pueblo de Israel, porque ustedes dos se rebelaron contra mis instrucciones con respecto al agua en Meriba.
25 Lleva a Aarón y a su hijo Eleazar y suban al monte Hor.
26 Ahí le quitarás las vestiduras sacerdotales a Aarón y se las pondrás a su hijo Eleazar. Aarón morirá allí y se reunirá con sus antepasados.
27 Así que Moisés hizo lo que el SEÑOR le ordenó. Los tres subieron juntos al monte Hor, mientras toda la comunidad observaba.
28 En la cumbre, Moisés le quitó las vestiduras sacerdotales a Aarón y se las puso a Eleazar, hijo de Aarón. Entonces Aarón murió en la cima de la montaña y Moisés y Eleazar descendieron.
29 Cuando el pueblo se dio cuenta de que Aarón había muerto, todo Israel lo lloró por treinta días.
REFLEXIÓN
EL VERDADERO PROPÓSITO DE LAS OFRENDAS A DIOS
Sin embargo, tengan cuidado de no considerar las ofrendas sagradas del pueblo de Israel como si fueran algo ordinario. Si lo hacen, morirán. (Números 18:32)
Debemos tener cuidado en las iglesias o en el pueblo de Dios, como tratamos con las ofendas que da la congregación. Primeramente debemos de tener en cuenta que todo lo que nosotros nombramos como ofrenda, automáticamente debemos considerar que le pertenece a Dios y no a la iglesia o la congregación. Después en base a esta consideración debo administrarla correctamente, sobre todo debo preguntar al Señor de la ofrenda cómo y dónde gastarla. Esto no es solo para el que las recoletas, sino también para el que las recibe. Las ofrendas de Dios no son para hacer negocios para enriquecerse, ni tampoco son para ser invertidas para generar riquezas para alguna organización. Las ofrendas son de Dios y para Dios, el en su infinito amos nos concede el privilegio de poder usarlas para sostener su obra.
ORACIÓN
Mi Dios que pueda tener siempre presente, la importancia que la ofrenda tiene para ti. Amén.
23 Allí, en la frontera de la tierra de Edom, el SEÑOR les dijo a Moisés y a Aarón:
24 Ha llegado el momento en que Aarón se reúna con sus antepasados al morir. Él no entrará a la tierra que le daré al pueblo de Israel, porque ustedes dos se rebelaron contra mis instrucciones con respecto al agua en Meriba.
25 Lleva a Aarón y a su hijo Eleazar y suban al monte Hor.
26 Ahí le quitarás las vestiduras sacerdotales a Aarón y se las pondrás a su hijo Eleazar. Aarón morirá allí y se reunirá con sus antepasados.
27 Así que Moisés hizo lo que el SEÑOR le ordenó. Los tres subieron juntos al monte Hor, mientras toda la comunidad observaba.
28 En la cumbre, Moisés le quitó las vestiduras sacerdotales a Aarón y se las puso a Eleazar, hijo de Aarón. Entonces Aarón murió en la cima de la montaña y Moisés y Eleazar descendieron.
29 Cuando el pueblo se dio cuenta de que Aarón había muerto, todo Israel lo lloró por treinta días.
REFLEXIÓN
EL VERDADERO PROPÓSITO DE LAS OFRENDAS A DIOS
Sin embargo, tengan cuidado de no considerar las ofrendas sagradas del pueblo de Israel como si fueran algo ordinario. Si lo hacen, morirán. (Números 18:32)
Debemos tener cuidado en las iglesias o en el pueblo de Dios, como tratamos con las ofendas que da la congregación. Primeramente debemos de tener en cuenta que todo lo que nosotros nombramos como ofrenda, automáticamente debemos considerar que le pertenece a Dios y no a la iglesia o la congregación. Después en base a esta consideración debo administrarla correctamente, sobre todo debo preguntar al Señor de la ofrenda cómo y dónde gastarla. Esto no es solo para el que las recoletas, sino también para el que las recibe. Las ofrendas de Dios no son para hacer negocios para enriquecerse, ni tampoco son para ser invertidas para generar riquezas para alguna organización. Las ofrendas son de Dios y para Dios, el en su infinito amos nos concede el privilegio de poder usarlas para sostener su obra.
ORACIÓN
Mi Dios que pueda tener siempre presente, la importancia que la ofrenda tiene para ti. Amén.
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