viernes, 22 de marzo de 2019

LECTURA 22 DE MARZO

SEMANA 12 DÍA 6 (DEUTERONOMIO 32-34; Salmo 91)

DEUTERONOMIO CAPÍTULO 32


 1 ¡Escuchen, oh cielos, y hablaré! ¡Oye, oh tierra, las palabras que digo!

 2 Que mi enseñanza caiga sobre ustedes como lluvia; que mi discurso se asiente como el rocío. Que mis palabras caigan como lluvia sobre pastos suaves, como llovizna delicada sobre plantas tiernas.
 3 Proclamaré el nombre del SEÑOR; ¡qué glorioso es nuestro Dios!
 4 Él es la Roca, sus obras son perfectas. Todo lo que hace es justo e imparcial. Él es Dios fiel, nunca actúa mal; ¡qué justo y recto es él!
 5 Pero ellos se comportaron de manera corrupta con él; cuando actúan con tanta perversión, ¿son realmente sus hijos? Son una generación engañosa y torcida.
 6 ¿Es así como le pagas al SEÑOR, pueblo necio y sin entendimiento? ¿No es él tu Padre, quien te creó? ¿Acaso no te formó y te estableció?
 7 Recuerda los días pasados, piensa en las generaciones anteriores. Pregúntale a tu padre, y él te informará. Averigua con los ancianos, y ellos te contarán.
 8 Cuando el Altísimo asignó territorios a las naciones, cuando dividió a la raza humana, fijó los límites de los pueblos según el número de su corte celestial.
 9 Pues el pueblo de Israel pertenece al SEÑOR; Jacob es su posesión más preciada.
10 Él lo encontró en un desierto, en un páramo vacío y ventoso. Lo rodeó y lo cuidó; lo protegió como a sus propios ojos.
11 Como un águila que aviva a sus polluelos y revolotea sobre sus crías, así desplegó sus alas para tomarlo y alzarlo y llevarlo a salvo sobre sus plumas.
12 El SEÑOR, sólo él, lo guió; el pueblo no siguió a dioses ajenos.
13 Él lo dejó cabalgar sobre tierras altas y saciarse con las cosechas de los campos. Lo nutrió con miel de la roca y con aceite de oliva de los pedregales.
14 Lo alimentó con yogur de la manada y leche del rebaño, y también con la grasa de los corderos. Le dio de los mejores carneros de Basán y cabras, junto con el trigo más selecto. Bebiste el vino más fino, elaborado con el jugo de las uvas.
15 Pero Israel pronto engordó y se volvió rebelde; ¡el pueblo aumentó de peso, se puso gordo y relleno! Entonces abandonó a Dios, quien lo había creado; se burló de la Roca de su salvación.
16 Lo provocó a celos al rendir culto a dioses ajenos; lo enfureció con sus actos detestables.
17 Ofreció sacrificios a demonios, los cuales no son Dios, a dioses que no conocían, a dioses nuevos y recientes; a dioses que sus antepasados jamás temieron.
18 Descuidaste la Roca que te engendró; te olvidaste del Dios que te dio la vida.
19 El SEÑOR vio todo eso y se alejó de ti, provocado al enojo por sus propios hijos e hijas.
20 Dijo: «Los abandonaré y ya veremos cómo terminan. Pues son una generación torcida, hijos sin integridad.
21 Ellos despertaron mis celos al rendir culto a cosas que no son Dios; provocaron mi enojo con sus ídolos inútiles. Ahora yo despertaré sus celos con gente que ni siquiera es pueblo, provocaré su enojo por medio de gentiles insensatos.
22 Pues mi enojo arde como el fuego y quema hasta las profundidades de la tumba. Devora la tierra y todos sus cultivos y enciende hasta los cimientos de las montañas.
23 Amontonaré calamidades sobre ellos y los derribaré con mis flechas.
24 Los debilitaré con hambre, alta fiebre y enfermedades mortales. Les enviaré los colmillos de bestias salvajes y serpientes venenosas que se arrastran por el polvo.
25 Por fuera, la espada los matará y por adentro, el terror los carcomerá, tanto a los muchachos como a las jovencitas, tanto a los niños como a los ancianos.
26 Los habría aniquilado por completo, habría borrado hasta el recuerdo de ellos,
27 pero temí la burla de los enemigos de Israel, quienes podrían entender mal y decir: «¡Nuestro poder ha triunfado! ¡El SEÑOR no tuvo nada que ver en eso!» »
28 Pero Israel es una nación insensata; su gente es necia, sin entendimiento.
29 ¡Ay, si fueran sabios y entendieran estas cosas! ¡Ay, si supieran lo que les espera!
30 ¿Cómo podría una persona perseguir a mil de ellos y dos personas hacer huir a diez mil, a menos que la Roca de ellos los hubiera vendido, a menos que el SEÑOR se los hubiera entregado?
31 Pero la roca de nuestros enemigos no es como nuestra Roca, hasta ellos mismos se dan cuenta de eso.
32 Su vid crece de la vid de Sodoma, de los viñedos de Gomorra. Sus uvas son veneno, y sus racimos son amargos.
33 Su vino es veneno de serpientes, veneno mortal de cobras.
34 El SEÑOR dice: «¿Acaso no estoy sellando todas esas cosas y almacenándolas en mi cofre?
35 Yo tomaré venganza; yo les pagaré lo que se merecen. A su debido tiempo, sus pies resbalarán. Les llegará el día de la calamidad, y su destino los alcanzará».
36 Sin duda, el SEÑOR hará justicia a su pueblo y cambiará de parecer acerca de sus siervos, cuando vea que ya no tienen fuerzas y no queda nadie allí, ni siervo ni libre.
37 Y luego preguntará: «¿Dónde están sus dioses, esas rocas a las que acudieron para refugiarse?
38 ¿Dónde están ahora los dioses que comían la gordura de sus sacrificios y bebían el vino de sus ofrendas? ¡Que se levanten esos dioses y los ayuden! ¡Que ellos les den refugio!
39 ¡Miren ahora, yo mismo soy Dios! ¡No hay otro dios aparte de mí! Yo soy el que mata y el que da vida, soy el que hiere y el que sana. ¡Nadie puede ser librado de mi mano poderosa!
40 Ahora levanto mi mano al cielo y declaro: «Tan cierto como que yo vivo,
41 cuando afile mi espada reluciente y comience a hacer justicia, me vengaré de mis enemigos y daré su merecido a los que me rechazan.
42 Haré que mis flechas se emborrachen de sangre, y mi espada devorará carne: la sangre de los masacrados y cautivos, y las cabezas de los jefes enemigos»».
43 Alégrense con él, oh cielos, y que lo adoren todos los ángeles de Dios. Alégrense con su pueblo, oh naciones, y que todos los ángeles se fortalezcan en él. Pues él vengará la sangre de sus siervos, cobrará venganza de sus enemigos. Dará su merecido a los que lo odian y limpiará la tierra para su pueblo.
44 Entonces Moisés fue con Josué, hijo de Nun, y recitó todas las palabras de ese canto al pueblo.
45 Cuando Moisés terminó de recitar todas esas palabras al pueblo de Israel,
46 agregó: Toma en serio cada una de las advertencias que te hice hoy. Transmítelas como una orden a tus hijos, para que obedezcan cada palabra de esas instrucciones.
47 No son palabras vacías; ¡son tu vida! Si las obedeces, disfrutarás de muchos años en la tierra que poseerás al cruzar el río Jordán.

ANUNCIO DE LA MUERTE DE MOISÉ


48 Ese mismo día, el SEÑOR le dijo a Moisés:

49 Ve a Moab, a las montañas que están al oriente del río, y sube el monte Nebo, que está frente a Jericó. Contempla la tierra de Canaán, la tierra que le doy al pueblo de Israel como su preciada posesión.
50 Entonces morirás allí, en la montaña. Te reunirás con tus antepasados tal como tu hermano Aarón, quien murió en el monte Hor y se reunió con sus antepasados.
51 Pues los dos me traicionaron ante los israelitas en las aguas de Meriba, en Cades, en el desierto de Zin. Allí ustedes no le demostraron mi santidad al pueblo de Israel.
52 Así que verás la tierra desde lejos, pero no podrás entrar en la tierra que le doy al pueblo de Israel.

DEUTERONOMIO CAPÍTULO 33


MOISÉS BENDICE AL PUEBLO


 1 La siguiente es la bendición que Moisés, hombre de Dios, le dio al pueblo de Israel antes de morir:

 2 El SEÑOR vino desde el monte Sinaí y se nos apareció en el monte Seir; resplandeció desde el monte Parán y llegó desde Meriba-cades con llamas de fuego en la mano derecha.
 3 Él ama verdaderamente a su pueblo; todos sus santos están en sus manos. Ellos siguen sus pasos y aceptan sus enseñanzas.
 4 Moisés nos dio la instrucción del SEÑOR, que es una posesión exclusiva del pueblo de Israel.
 5 El SEÑOR era el rey en Israel cuando los líderes del pueblo se reunieron, cuando las tribus de Israel se juntaron como una sola.
 6 Moisés dijo lo siguiente sobre la tribu de Rubén: Que la tribu de Rubén viva y no desaparezca, aunque sean pocos en cantidad.
 7 Moisés dijo lo siguiente sobre la tribu de Judá: ¡Oh SEÑOR, oye el clamor de Judá y reúnelo como un solo pueblo. Dale fuerzas para defender su causa, ayúdalo contra sus enemigos.
 8 Moisés dijo lo siguiente sobre la tribu de Leví: Oh SEÑOR, has dado tu Urim y Tumim —el sorteo sagrado— a tus siervos fieles, los levitas. Los pusiste a prueba en Masah y luchaste con ellos en las aguas de Meriba.
 9 Los levitas obedecieron tu palabra y cumplieron tu pacto. Fueron más leales a ti que a sus propios padres. Ignoraron a sus parientes y no reconocieron a sus propios hijos.
10 Ellos enseñan tus ordenanzas a Jacob y dan tus instrucciones a Israel. Ofrecen incienso delante de ti y presentan ofrendas quemadas enteras sobre el altar.
11 Oh SEÑOR, bendice el servicio de los levitas y acepta todo el trabajo de sus manos. Hiere a sus enemigos donde más les duela y derriba a sus adversarios para que no vuelvan a levantarse.
12 Moisés dijo lo siguiente sobre la tribu de Benjamín: Los de Benjamín son amados por el SEÑOR y viven seguros a su lado. Él los rodea continuamente y los protege de todo daño.
13 Moisés dijo lo siguiente sobre las tribus de José: Que el SEÑOR bendiga su tierra con el precioso regalo del rocío de los cielos y el agua que está debajo de la tierra,
14 con los ricos frutos que maduran al sol y las cosechas abundantes de cada mes,
15 con los mejores cultivos de las antiguas montañas y la abundancia de las colinas eternas,
16 con lo mejor que da la tierra y su plenitud, y el favor de aquél que apareció en la zarza ardiente. Que estas bendiciones reposen sobre la cabeza de José y coronen la frente del príncipe entre sus hermanos.
17 José tiene la majestad de un toro joven, tiene los cuernos de un buey salvaje. Corneará a naciones lejanas y las arrastrará hasta los extremos de la tierra. Esa es mi bendición para las multitudes de Efraín y los millares de Manasés.
18 Moisés dijo lo siguiente sobre la tribu de Zabulón y la de Isacar: Que los de Zabulón prosperen en sus viajes. Que los de Isacar prosperen en su casa.
19 Ellos convocan al pueblo a la montaña para ofrecer allí los sacrificios apropiados. Sacan provecho de las riquezas del mar y de los tesoros escondidos en la arena.
20 Moisés dijo lo siguiente sobre la tribu de Gad: ¡Bendito el que extiende el territorio de Gad! Gad está agazapado allí como un león para arrancar un brazo o una cabeza.
21 La gente de Gad se llevó la mejor tierra, se le asignó la porción de un líder. Cuando los líderes del pueblo se reunieron, llevaron a cabo la justicia del SEÑOR y obedecieron sus ordenanzas para Israel.
22 Moisés dijo lo siguiente sobre la tribu de Dan: Dan es un cachorro de león que salta desde Basán.
23 Moisés dijo lo siguiente sobre la tribu de Neftalí: Oh Neftalí, tú eres rico en favor y estás lleno de las bendiciones del SEÑOR; que sean tuyos el Occidente y el Sur.
24 Moisés dijo lo siguiente sobre la tribu de Aser: Que Aser sea más bendito que los otros hijos, que sea estimado por sus hermanos, que bañe sus pies en aceite de oliva.
25 Que los cerrojos de tus puertas sean de hierro y de bronce, que vivas protegido todos los días de tu vida.
26 No hay nadie como el Dios de Israel. Él cabalga por el firmamento para ir en tu ayuda, a través de los cielos, con majestuoso esplendor.
27 El Dios eterno es tu refugio, y sus brazos eternos te sostienen. Él quita al enemigo de tu paso y grita: «¡Destruyelo!».
28 Así que Israel vivirá a salvo, el próspero Jacob habitará protegido en una tierra de grano y vino nuevo, donde los cielos dejan caer su rocío.
29 ¡Qué bendito eres, oh Israel! ¿Quién es como tú, un pueblo rescatado por el SEÑOR? ¡Él es tu escudo protector y tu espada triunfante! Tus enemigos se arrastrarán ante ti, y tú los pisotearás con fuerza sobre la espalda.

DEUTERONOMIO CAPÍTULO 34


MUERTE DE MOISÉS


 1 Entonces Moisés se dirigió al monte Nebo desde las llanuras de Moab, y subió a la cumbre del monte Pisga, que está frente a Jericó. Y el SEÑOR le mostró todo el territorio: desde Galaad hasta tan lejos como Dan,

 2 toda la tierra de Neftalí, la tierra de Efraín y de Manasés, toda la tierra de Judá —que se extiende hasta el mar Mediterráneo,
 3 el Neguev, y el valle del Jordán junto con Jericó —la ciudad de las palmeras— hasta Zoar.
 4 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: Esta es la tierra que le prometí bajo juramento a Abraham, a Isaac y a Jacob cuando dije: «La daré a tus descendientes». Ahora te he permitido verla con tus propios ojos, pero no entrarás en ella.
 5 Así que Moisés, siervo del SEÑOR, murió allí, en la tierra de Moab, tal como el SEÑOR había dicho.
 6 El SEÑOR lo enterró en un valle cercano a Bet-peor, en Moab, pero nadie conoce el lugar exacto hasta el día de hoy.
 7 Moisés tenía ciento veinte años cuando murió, pero hasta entonces conservó una buena vista y mantuvo todo su vigor.
 8 El pueblo de Israel hizo duelo por Moisés en las llanuras de Moab durante treinta días, hasta que se cumplió el tiempo acostumbrado para el duelo.
 9 Ahora, Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él. Así que el pueblo de Israel lo obedeció haciendo todo lo que el SEÑOR le había ordenado a Moisés.
10 Nunca más hubo en Israel otro profeta como Moisés, a quien el SEÑOR conocía cara a cara.
11 El SEÑOR lo envió a la tierra de Egipto para realizar todas las señales milagrosas y las maravillas contra el faraón, contra toda su tierra y contra todos sus sirvientes.
12 Moisés realizó con gran poder hechos aterradores a la vista de todo Israel.

SALMO 91


 1 Los que viven al amparo del Altísimo encontrarán descanso a la sombra del Todopoderoso.

 2 Declaro lo siguiente acerca del SEÑOR: Sólo él es mi refugio, mi lugar seguro; él es mi Dios y en él confío.
 3 Te rescatará de toda trampa y te protegerá de enfermedades mortales.
 4 Con sus plumas te cubrirá y con sus alas te dará refugio. Sus fieles promesas son tu armadura y tu protección.
 5 No tengas miedo de los terrores de la noche ni de la flecha que se lanza en el día.
 6 No temas a la enfermedad que acecha en la oscuridad, ni a la catástrofe que estalla al mediodía.
 7 Aunque caigan mil a tu lado, aunque mueran diez mil a tu alrededor, esos males no te tocarán.
 8 Simplemente abre tus ojos y mira cómo los perversos reciben su merecido.
 9 Si haces al SEÑOR tu refugio y al Altísimo tu resguardo,
10 ningún mal te conquistará; ninguna plaga se acercará a tu hogar.
11 Pues él ordenará a sus ángeles que te protejan por donde vayas.
12 Te sostendrán con sus manos para que ni siquiera te lastimes el pie con una piedra.
13 Pisotearás leones y cobras; ¡aplastarás feroces leones y serpientes bajo tus pies!
14 El SEÑOR dice: Rescataré a los que me aman; protegeré a los que confían en mi nombre.
15 Cuando me llamen, yo les responderé; estaré con ellos en medio de las dificultades. Los rescataré y los honraré.
16 Los recompensaré con una larga vida y les daré mi salvación.


REFLEXIÓN

CUANDO DIOS NO ES DIOS

Ellos despertaron mis celos al rendir culto a cosas que no son Dios; provocaron mi enojo con sus ídolos inútiles. Ahora yo despertaré sus celos con gente que ni siquiera es pueblo, provocaré su enojo por medio de gentiles insensatos. (Deuteronomio 32:21)

Cuando empezamos a llamar o a practicar o a predicar cosas que no son de Dios como si vinieran de Él, entonces debemos de empezar a tener temor de lo que Dios va a dejar que suceda. Dejará que falsos profetas y maestros entren en su pueblo, que vengan y enseñen cosas que no vienen de Él. Entonces seguiremos adelante con nuestros planes, seguir detrás de enseñanzas que no provienen de Él. Le daremos autoridad diciendo que es lo nuevo de Dios, pero tales enseñanzas no nos llevarán hacia Él. Nos alejarán cada día más de Él, hasta que estemos completamente perdidos. Entonces nos daremos cuenta que ese camino no fue el que Él trazó para nosotros, que eso no fue lo que Él quiso que aprendiéramos, que hemos estado perdiendo el tiempo. Ojalá llegara el momento de volvernos verdaderamente a Él, de buscarlo de corazón, de seguir su senda correctamente. 

ORACIÓN

Mi Dios que siempre pueda estar en tu verdad, que me ayudes a mantenerme en todo momento en tus caminos. Amén.



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