DÍA 13
13 DE ENERO (GÉNESIS 33:1-35:29)
13 DE ENERO (GÉNESIS 33:1-35:29)
CAPÍTULO 33
REENCUENTRO DE JACOB Y ESAÚ
1 Alzando Jacob sus ojos miró, y he aquí que Esaú venía con los 400
hombres. Entonces él repartió sus hijos entre Lea, Raquel y sus dos siervas. 2
Puso a las siervas y a sus hijos delante, después a Lea y a sus hijos, y al
final a Raquel y a José. 3 El mismo pasó delante de ellos y se
postró en tierra siete veces, hasta que se acercó a su hermano.
4 Esaú corrió a su encuentro, le abrazó, se echó sobre su cuello y le
besó. Y lloraron. 5 Alzó sus ojos, vio a las mujeres y a los niños y
preguntó:
—¿Quiénes son éstos para ti?
Y él respondió:
—Son los hijos que Dios, en su gracia, ha dado a
tu siervo.
6 Entonces se acercaron las siervas y sus hijos, y se postraron. 7
También se acercaron Lea y sus hijos, y se postraron. Finalmente se acercaron
José y Raquel, y se postraron.
8 Entonces Esaú le preguntó:
—¿Cuál es el propósito de todos esos grupos que
he encontrado?
Y él respondió:
—Hallar gracia ante los ojos de mi señor.
9 Esaú le dijo:
—Yo tengo suficiente, hermano mío; sea para ti
lo que es tuyo.
10 Y Jacob respondió:
—No, por favor. Si he hallado gracia ante tus
ojos, toma mi presente de mis manos, pues el ver tu cara ha sido como si hubiera visto el
rostro de Dios, y me has mostrado tu favor. 11 Acepta, pues, mi
presente que te ha sido traído, pues
Dios me ha favorecido, porque tengo de todo.
El insistió, y Esaú lo aceptó. 12
Luego éste dijo:
—¡Vamos, partamos! Yo te acompañaré.
13 Jacob le dijo:
—Mi señor sabe que los niños son tiernos y que
tengo a mi cuidado ovejas y vacas que están criando. Si se los fatiga, en un
día morirá todo el rebaño. 14 Por favor, pase mi señor delante de su
siervo. Yo avanzaré como convenga, al paso del ganado que va delante de mí y al
paso de los niños, hasta que alcance a mi señor, en Seír.
15 Esaú dijo:
—Permite que deje contigo algunos de los hombres
que están conmigo.
Y él dijo:
—¿Para qué esto? Sólo que halle yo gracia ante
los ojos de mi señor.
16 Aquel día regresó Esaú por su camino a Seír.
JACOB LLEGA A SIQUEM
17 Entonces Jacob se dirigió a Sucot y edificó allí una casa para sí. Hizo
también cabañas para su ganado, por eso llamó el nombre de aquel lugar Sucot.
18 Al volver de Padan-aram, Jacob llegó en paz a la ciudad de Siquem, en
la tierra de Canaán, y acampó frente a la ciudad. 19 Y la parte del
campo donde instaló su tienda compró de manos de los hijos de Hamor, el padre
de Siquem, por la suma de 100 piezas de dinero. 20 Allí levantó un
altar y llamó su nombre El-Elohei-Israel.
CAPÍTULO 34
SIQUEM VIOLA A DINA
1 Entonces Dina, la hija que Lea había dado a luz a Jacob, salió para ver
a las jóvenes del lugar. 2 Y la vio Siquem, el hijo de Hamor el
heveo, príncipe de aquella tierra. El la tomó, se acostó con ella y la violó. 3
Pero se sintió ligado a Dina hija de Jacob; se enamoró de la joven y habló al
corazón de ella. 4 Y Siquem habló con Hamor su padre, diciendo:
—Tómame a esta joven por mujer.
LOS HERMANOS DE DINA TOMAN
VENGANZA
5 Cuando Jacob oyó que Siquem había mancillado a Dina, su hija, sus hijos
estaban en el campo con su ganado. Por ello Jacob calló hasta que ellos
regresaran. 6 Entonces Hamor, padre de Siquem, fue para hablar con
Jacob.
7 Cuando los hijos de Jacob lo supieron, regresaron del campo. Los
hombres se indignaron y se enfurecieron mucho, porque él había cometido una
vileza en Israel, acostándose con la hija de Jacob, cosa que no se debía haber
hecho.
8 Hamor habló con ellos y les dijo:
—Mi hijo Siquem se siente atraído por vuestra hija. Os ruego que se la deis por
mujer. 9 Por favor, emparentad con nosotros. Dadnos vuestras hijas,
y tomad vosotros las nuestras. 10 Habitad con nosotros; la tierra
está delante de vosotros. Habitad en ella, negociad y estableceos en ella.
11 También Siquem dijo al padre y a los hermanos de ella:
—Halle yo gracia ante vuestros ojos, y os daré
lo que me pidáis. 12 Aumentad a cuenta mía el precio matrimonial y muchos regalos. Yo os daré cuánto me pidáis,
pero dadme la joven por mujer.
13 Los hijos de Jacob respondieron a Siquem y a su padre Hamor, hablando
con engaño, porque Siquem había violado a Dina, la hermana de ellos. 14
Les dijeron:
—No podemos hacer eso de dar nuestra hermana a
un hombre incircunciso, porque entre nosotros eso es una abominación. 15
Sólo con esta condición accederemos: que seáis como nosotros, al circuncidarse
todos vuestros varones. 16 Entonces os daremos nuestras hijas, y
tomaremos nosotros las vuestras. Habitaremos con vosotros y seremos un solo
pueblo. 17 Pero si no nos hacéis caso en circuncidaros, tomaremos a
nuestra hermana y nos iremos.
18 Sus palabras parecieron bien a Hamor y a su hijo Siquem. 19
No tardó el joven en hacerlo, porque la hija de Jacob le había gustado. Además,
él era el más distinguido de toda la casa de su padre. 20 Entonces
Hamor y su hijo Siquem fueron a la puerta de la ciudad y hablaron a los hombres
de la ciudad, diciendo:
21 -Estos hombres son pacíficos para con nosotros. Que habiten ellos en la
tierra y que negocien en ella, pues he aquí la tierra es amplia para ellos
también. Nosotros tomaremos sus hijas por mujeres y les daremos nuestras hijas.
22 Pero con esta condición accederán estos hombres para habitar con
nosotros, de modo que seamos un solo pueblo: que se circuncide todo varón de
entre nosotros, así como ellos son circuncidados. 23 Sus rebaños,
sus posesiones y todo su ganado, ¿no serán así nuestros? Sólo accedamos a su
condición, y ellos habitarán con nosotros.
24 Todos los que salían por las puertas de la ciudad hicieron caso a Hamor
y a su hijo Siquem. Circuncidaron a todo varón, a cuantos salían por las
puertas de la ciudad. 25 Pero sucedió que al tercer día, cuando
ellos aún sentían dolor, dos de los hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de
Dina, tomaron cada uno su espada, fueron contra la ciudad que estaba
desprevenida y mataron a todo varón. 26 También mataron a filo de
espada a Hamor y a su hijo Siquem, y tomando a Dina de la casa de Siquem, se
fueron. 27 Y los hijos de Jacob pasaron sobre los muertos y
saquearon la ciudad, porque habían mancillado a su hermana. 28
Tomaron sus ovejas, sus vacas, sus asnos, lo que había en la ciudad y lo que
había en el campo. 29 Llevaron cautivos a todos sus niños y a sus
mujeres, y saquearon todos sus bienes y todo lo que había en las casas. 30
Entonces Jacob dijo a Simeón y a Leví:
—Me habéis arruinado, haciendo que yo sea odioso
entre los habitantes de esta tierra, entre los
cananeos y los ferezeos. Teniendo yo pocos hombres, se juntarán contra mí, me
herirán y me destruirán a mí y a mi casa.
31 Y ellos respondieron:
—¿Había de tratar él a nuestra hermana como a
una prostituta?
CAPÍTULO 35
JACOB REGRESA A BETEL
1 Entonces Dios dijo a Jacob:
—Levántate, sube a Betel y quédate allí. Haz
allí un altar a Dios, que se te apareció cuando huías de tu hermano Esaú.
2 Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que le acompañaban:
—Quitad los dioses extraños que hay entre
vosotros. Purificaos y cambiad vuestros vestidos. 3 Levantémonos y
subamos a Betel; allí haré un altar a Dios, que me respondió en el día de mi
angustia y ha estado conmigo en el camino que he andado.
4 Así entregaron a Jacob todos los dioses extraños que tenían en su
poder, y los aretes de sus orejas, y Jacob los escondió al pie de la encina que
había junto a Siquem. 5 Cuando partieron, el terror de Dios se
apoderó de los habitantes de las ciudades de sus alrededores, y no persiguieron
a los hijos de Jacob.
6 Jacob y toda la gente que le acompañaba llegaron a Luz, es decir, a
Betel, en la tierra de Canaán, 7 y allí edificó un altar. Llamó al
lugar El-betel, porque allí se le había revelado Dios cuando huía de su hermano.
8 Entonces murió Débora, nodriza de Rebeca, y fue sepultada al pie de
Betel, debajo de una encina, la cual fue llamada Alón-bacut.
JEHOVAH RATIFICA SU PACTO A
JACOB
9 Dios se apareció otra vez a Jacob después de haber regresado de
Padan-aram, y le bendijo. 10 Le dijo Dios: "Tu nombre es Jacob,
pero no se llamará más tu nombre Jacob. Tu nombre será Israel." Y llamó su nombre Israel. 11 También le dijo Dios: "Yo
soy el Dios Todopoderoso. Sé fecundo y multiplícate. De ti procederán una nación y un conjunto de
naciones; reyes saldrán de tus lomos. 12 La tierra que he dado a
Abraham y a Isaac, te la daré a ti; a tus descendientes después de ti, les daré
la tierra."
13 Dios se apartó de él, del lugar donde había hablado con él. 14
Entonces Jacob erigió una piedra en el lugar donde Dios había hablado con él,
una piedra memorial. Sobre ella derramó una libación, y echó sobre ella aceite.
15 Jacob llamó Betel al lugar donde Dios había hablado con él.
RAQUEL MUERE AL NACER BENJAMÍN
16 Partieron de Betel, y faltando aún cierta distancia para llegar a
Efrata, Raquel dio a luz tras un parto muy difícil. 17 Y aconteció
que como había dificultad en su parto, le dijo la partera:
—No temas, porque también tendrás este hijo.
18 Pero sucedió que al dar el último suspiro (porque murió), llamó el
nombre de su hijo Benoní. Pero su padre lo llamó Benjamín.
19 Así murió Raquel y fue sepultada en el camino de Efrata, es decir,
Belén. 20 Jacob puso sobre su sepulcro una piedra memorial. Este es
el memorial del sepulcro de Raquel hasta hoy.
RUBÉN Y LA CONCUBINA DE SU
PADRE
21 Israel partió e instaló su tienda más allá de Migdal-eder. 22
Y sucedió mientras habitaba Israel en aquella tierra, que Rubén fue y se acostó
con Bilha, concubina de su padre. Y lo llegó a saber Israel.
LOS DOCE HIJOS DE ISRAEL
Ahora bien, los hijos de Israel fueron doce:
23 Los hijos de Lea: Rubén, el primogénito de Jacob, Simeón, Leví, Judá,
Isacar y Zabulón.
24 Los hijos de Raquel: José y Benjamín.
25 Los hijos de Bilha, sierva de Raquel: Dan y Neftalí.
26 Los hijos de Zilpa, sierva de Lea: Gad y Aser.
Estos fueron los hijos de Jacob que le nacieron
en Padan-aram.
MUERTE DE ISAAC
27 Entonces Jacob fue a Isaac su padre, a Mamre, a Quiriat-arba, es decir,
Hebrón, donde habían habitado Abraham e Isaac.
28 Fueron 180 los años de Isaac. 29 E Isaac falleció y fue reunido con su pueblo, anciano y lleno de
años. Y sus hijos Jacob y Esaú lo sepultaron.
Levántate, sube a Betel y quédate allí. (Gén. 35:1).
Betel significa casa de Dios. Para ir al lugar donde se encuentra Dios, tenemos que pedirle que nos purifique y cambiar nuestra vieja manera de vivir. No podemos llegar a donde se encuentra Dios, con la misma actitud y costumbres de siempre.
ORACIÓN
Mi Dios me pongo en tus manos para que cambies mi actitud y las costumbres mías que no te agradan, para que así pueda yo acercarme a ti. Amén
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