DÍA 6
6 DE ENERO (GÉNESIS 17:1-19:38)
6 DE ENERO (GÉNESIS 17:1-19:38)
CAPÍTULO 17
EL PACTO Y LA CIRCUNCISIÓN
1 Abram tenía 99 años cuando Jehovah se le apareció y le dijo:
—Yo soy el Dios Todopoderoso; camina delante de mí y sé perfecto. 2
Yo cumpliré mi pacto entre yo y tú, y te multiplicaré en gran manera.
3 Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él diciendo:
4 -He aquí que mi pacto es contigo: Tú serás padre de muchas naciones. 5
Ya no se llamará más tu nombre Abram; tu nombre será Abraham, pues te he constituido en padre de una multitud
de naciones. 6 Yo te haré muy fecundo; de ti haré naciones, y reyes
saldrán de ti. 7 Yo establezco mi pacto como pacto perpetuo entre yo
y tú, y tu descendencia después de ti por sus generaciones, para ser tu Dios y
el de tu descendencia después de ti. 8 Yo te daré en posesión
perpetua, a ti y a tu descendencia después de ti, la tierra en que resides,
toda la tierra de Canaán. Y yo seré su Dios.
9 Dios dijo de nuevo a Abraham:
—Pero tú guardarás mi pacto, tú y tus
descendientes después de ti, a través de sus generaciones. 10 Este
será mi pacto entre yo y vosotros que guardaréis tú y tus descendientes después
de ti: Todo varón de entre vosotros será circuncidado. 11
Circuncidaréis vuestros prepucios, y esto será la señal del pacto entre yo y
vosotros. 12 A los ocho días de nacido será circuncidado todo varón
de entre vosotros, a través de vuestras generaciones; tanto el nacido en casa
como el comprado con dinero a cualquier extranjero que no sea de tu
descendencia. 13 Deberá ser circuncidado el nacido en tu casa y el
comprado con tu dinero. Así estará mi pacto en vuestra carne como pacto
perpetuo. 14 El hombre incircunciso, que no haya circuncidado su
prepucio, esa persona será borrada de su pueblo, porque ha violado mi pacto.
PROMESA DEL NACIMIENTO DE
ISAAC
15 Dios dijo también a Abraham:
—A Sarai tu mujer no la llamarás más Sarai; Sara
será su nombre. 16 Yo la bendeciré y también te daré de ella un
hijo. Sí, yo la bendeciré; ella será madre de naciones, y de ella procederán
reyes de pueblos.
17 Entonces Abraham se postró sobre su rostro y se rió diciendo en su
corazón: "¿A un hombre de 100 años le ha de nacer un hijo? ¿Y Sara, ya de
90 años, ha de dar a luz?" 18 Luego Abraham dijo a Dios:
—¡Ojalá Ismael viva delante de ti!
19 Y Dios respondió:
—Ciertamente Sara tu mujer te dará un hijo, y
llamarás su nombre Isaac. Yo confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo
para su descendencia después de él. 20 Y en cuanto a Ismael, también
te he oído: He aquí que le bendeciré, le haré fecundo y le multiplicaré en gran
manera. El engendrará doce príncipes, y yo le constituiré en una gran nación. 21
Pero yo estableceré mi pacto con Isaac, que Sara te dará a luz por este tiempo,
el próximo año.
ABRAHAM APLICA LA CIRCUNCISIÓN
22 Dios acabó de hablar con él y subió de donde estaba con Abraham. 23
Entonces Abraham tomó a Ismael su hijo, a todos los siervos nacidos en su casa
y a todos los comprados con su dinero, a todo varón de las personas de la casa
de Abraham; y aquel mismo día circuncidó el prepucio de ellos, como Dios le
había dicho. 24 Abraham tenía 99 años cuando circuncidó su prepucio.
25 Su hijo Ismael tenía 13 años cuando fue circuncidado su prepucio.
26 En el mismo día fueron circuncidados Abraham e Ismael su hijo. 27
Fueron circuncidados con él todos los varones de su casa, tanto los siervos
nacidos en su casa como los comprados con dinero a los extranjeros.
CAPÍTULO 18
NUEVA PROMESA DEL NACIMIENTO
DE ISAAC
1 Jehovah se apareció a Abraham en el encinar de Mamre, cuando él estaba sentado en la entrada de la
tienda, en el pleno calor del día. 2 Alzó sus ojos y miró, y he aquí
tres hombres que estaban de pie frente a él. Y al verlos, corrió desde la
entrada de la tienda para recibirlos, y se postró a tierra. 3 Y dijo:
—Señor, si he hallado gracia ante tus ojos, por
favor, no pases de largo a tu siervo. 4 Que se traiga un poco de
agua para que lavéis vuestros pies y os recostéis debajo del árbol. 5
Yo traeré un pedazo de pan, y repondréis vuestras fuerzas y después
proseguiréis; porque para esto habéis pasado cerca de vuestro siervo.
Ellos dijeron:
—Sí; haz así como dices.
6 Entonces Abraham fue de prisa a la tienda de Sara y le dijo:
—Toma rápidamente tres medidas de harina fina,
amásala y prepara unas tortas.
7 Luego corrió Abraham a donde estaban las vacas y tomó un ternero tierno
y bueno, y se lo dio al mozo; y éste se dio prisa para prepararlo. 8
Después tomó mantequilla, leche y el ternero que había preparado, y lo puso
delante de ellos. Y mientras comían, él se quedó de pie junto a ellos debajo
del árbol. 9 Ellos le preguntaron:
—¿Dónde está Sara tu mujer?
El respondió:
—Adentro, en la tienda.
10 Entonces dijo:
—Ciertamente volveré a ti después del tiempo que
dura el embarazo, y he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo.
Sara escuchaba junto a la entrada de la tienda
que estaba detrás de él. 11 Abraham y Sara eran ancianos, de edad
avanzada. A Sara le había cesado ya la regla de las mujeres. 12 Y
Sara se reía dentro de sí, diciendo: "Después que he envejecido, ¿tendré
placer, siendo también anciano mi señor?" 13 Entonces Jehovah
dijo a Abraham:
—¿Por qué se ríe Sara, diciendo:
"¿Realmente he de dar a luz siendo vieja?" 14 ¿Acaso
existe para Jehovah alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti,
después del tiempo que dura el embarazo, y Sara habrá tenido un hijo.
15 Entonces Sara, porque tuvo miedo, negó diciendo:
—No me he reído.
Pero él dijo:
—No, sino que sí te has reído.
ABRAHAM PIDE POR SODOMA Y
GOMORRA
16 Los hombres se levantaron de allí y miraron hacia Sodoma. Abraham iba
con ellos para despedirlos.
17 Entonces Jehovah dijo:
—¿He de encubrir a Abraham lo que voy a hacer, 18
habiendo de ser Abraham una nación grande y poderosa, y que en él han de ser
benditas todas las naciones de la tierra? 19 Porque yo le he
escogido y sé que mandará a sus hijos y a su casa después de él que guarden el
camino de Jehovah, practicando la justicia y el derecho, para que Jehovah haga
venir sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él. 20 - Además
Jehovah dijo-: Ciertamente el clamor de Sodoma y de Gomorra es grande, y el
pecado de ellos se ha agravado en extremo. 21 Descenderé, pues, para
ver si han consumado su maldad, según el clamor que ha llegado hasta mí; y si
no, lo sabré.
22 Los hombres partieron de allí y se fueron a Sodoma. Pero Abraham quedó
todavía delante de Jehovah. 23 Entonces Abraham se acercó y dijo:
—¿Destruirás también al justo con el culpable? 24
Quizás haya cincuenta justos dentro de la ciudad; ¿la destruirás con todo y no
perdonarás el lugar por causa de los cincuenta justos que estén dentro de ella?
25 Lejos esté de ti hacer tal cosa: hacer morir al justo con el
culpable, y que el justo sea tratado como el culpable. ¡Lejos esté de ti! El
Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?
26 Entonces respondió Jehovah:
—Si hallo en Sodoma cincuenta justos dentro de
la ciudad, perdonaré todo el lugar en consideración a ellos.
27 Intervino Abraham y dijo:
—He aquí, ya que he comenzado a hablar con mi
Señor, a pesar de que soy polvo y ceniza, 28 quizás falten cinco
para ser cincuenta justos. ¿Destruirás por aquellos cinco toda la ciudad?
Le respondió:
—No la destruiré, si encuentro allí cuarenta y
cinco.
29 Volvió a hablarle diciendo:
—Quizás se encuentren allí cuarenta…
Y respondió:
—No lo haré en consideración a los cuarenta.
30 Abraham le dijo:
—Por favor, no se enoje mi Señor si hablo:
Quizás se encuentren allí treinta …
Y respondió:
—No lo haré, si encuentro allí treinta.
31 Y dijo:
—He aquí, ya que he empezado a hablar a mi
Señor, quizás se encuentren allí veinte …
Y respondió:
—No la destruiré en consideración a los veinte.
32 Volvió a decir:
—Por favor, no se enoje mi Señor, si hablo sólo
una vez más: Quizás se encuentren allí diez…
Y respondió:
—No la destruiré en consideración a los diez.
33 Y Jehovah se fue luego que acabó de hablar con Abraham. Y Abraham
regresó a su lugar.
CAPÍTULO 19
LOT Y SUS HIJAS SON LIBRADOS
DE LA RUINA
1 Los dos ángeles llegaron a Sodoma al anochecer. Lot estaba sentado
junto a la puerta de Sodoma, y al verlos se levantó Lot para recibirlos
postrándose a tierra. 2 Y les dijo:
—He aquí, señores míos, venid, por favor, a la
casa de vuestro siervo; pasad la noche y lavaos vuestros pies. Por la mañana os
levantaréis temprano y seguiréis vuestro camino.
Pero ellos respondieron:
—No, sino que pasaremos la noche en la calle.
3 Pero él les insistió mucho; así que fueron con él y entraron en su
casa. Él les preparó un banquete; hizo panes sin levadura y comieron. 4
Pero antes de que se acostasen, los hombres de la ciudad, los hombres de
Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo, rodearon
la casa. 5 Y llamaron a Lot y le dijeron:
—¿Dónde están los hombres que vinieron a ti esta
noche? Sácanoslos, para que los conozcamos.
6 Entonces Lot salió a ellos a la puerta, cerró la puerta detrás de sí 7
y dijo:
—¡Por favor, hermanos míos, no hagáis tal
maldad! 8 He aquí tengo dos hijas que todavía no han conocido varón:
Os las sacaré, pues, y haced con ellas como os parezca; sólo que no hagáis nada
a estos hombres, porque para esto han venido a la sombra de mi techo.
9 Ellos respondieron:
—¡Quítate de ahí! -Y añadieron-: Este vino aquí
para residir como forastero, ¿y ahora habrá de erigirse como juez? Ahora te
haremos a ti más daño que a ellos.
Forcejeaban mucho contra el hombre, contra Lot,
y se acercaron para romper la puerta. 10 Entonces los hombres
extendieron las manos, metieron a Lot en la casa con ellos y cerraron la
puerta. 11 Y a los hombres que estaban junto a la puerta de la casa,
los hirieron con ceguera, desde el menor hasta el mayor, de modo que se
fatigaban por hallar la puerta.
12 Aquellos hombres dijeron a Lot:
—¿Tienes aquí a alguien más? Yernos, hijos,
hijas; cualquiera que tengas en la ciudad, sácalos de este lugar. 13
Porque vamos a destruir este lugar, por cuanto el clamor de ellos ha llegado a
ser grande delante de Jehovah. Por eso Jehovah nos ha enviado para destruirlo.
14 Entonces salió Lot y habló a sus yernos, los que habían de casarse con
sus hijas, y les dijo:
—¡Levantaos, salid de este lugar, porque Jehovah
va a destruir la ciudad!
Pero a sus yernos les pareció que bromeaba. 15
Y al rayar el alba, los ángeles apremiaban a Lot, diciéndole:
—¡Levántate, toma a tu mujer y a tus dos hijas
que están aquí, para que no seas destruido con el castigo de la ciudad!
16 Cuando se detenía, los hombres tomaron su mano, la mano de su mujer y
las manos de sus dos hijas, por la misericordia de Jehovah para con él. Lo
sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad. 17 Y después de haberlos
sacado fuera, le dijeron:
—¡Escapa por tu vida! No mires atrás, ni te
detengas en toda esta llanura. Escapa a la montaña, no sea que perezcas.
18 Lot le dijo:
—¡Por favor, no, señor mío! 19 He aquí que tu siervo ha
hallado gracia ante tus ojos y has engrandecido tu misericordia que has
mostrado conmigo dándome la vida. Pero yo no podré escapar a la montaña, no sea
que me alcance el mal y muera. 20 He allí esa ciudad está cerca para
escapar allá, y es pequeña. Deja que escape allá y salve mi vida. ¿Acaso no es
pequeña?
21 Le respondió:
—He aquí que también te he atendido con respecto a este asunto. No destruiré la
ciudad de la cual has hablado. 22 Date prisa y escapa allá. Nada
podré hacer hasta que hayas llegado allí.
Por eso fue llamado el nombre de la ciudad Zoar.
23 El sol ya había salido sobre la tierra cuando Lot llegó a Zoar. 24
Entonces Jehovah hizo llover desde los cielos azufre y fuego de parte de
Jehovah sobre Sodoma y Gomorra. 25 Y trastornó aquellas ciudades,
toda la llanura con todos los habitantes de las ciudades y las plantas de la
tierra. 26 Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y
se convirtió en una columna de sal.
27 Abraham se levantó muy de mañana, fue al lugar donde había estado
delante de Jehovah 28 y miró hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la
tierra de la llanura. Y al mirar, he aquí que el humo subía de la tierra como
el humo de un horno. 29 Y sucedió que cuando Dios destruyó las
ciudades de la llanura, se acordó Dios de Abraham y sacó a Lot de en medio de
la destrucción, al trastornar las ciudades donde Lot había estado.
LAS HIJAS DE LOT CONCIBEN DE
SU PADRE
30 Lot tuvo miedo de permanecer en Zoar y se fue de allí a la región
montañosa, junto con sus dos hijas. Y habitaba en una cueva con sus dos hijas. 31
Entonces la mayor dijo a la menor:
—Nuestro padre es viejo, y no queda ningún
hombre en la tierra que se una a nosotras, como es la costumbre en toda la
tierra. 32 Ven, demos de beber vino a nuestro padre, acostémonos con
él y conservemos descendencia de nuestro padre.
33 Aquella noche dieron de beber vino a su padre. Luego entró la mayor y
se acostó con su padre, pero él no se dio cuenta cuando ella se acostó ni
cuando se levantó. 34 Y aconteció que al día siguiente la mayor dijo
a la menor:
—He aquí yo me acosté anoche con mi padre.
Démosle de beber vino también esta noche, y entra tú y acuéstate con él, y
conservemos descendencia de nuestro padre.
35 También aquella noche dieron de beber vino a su padre. Luego fue la
menor y se acostó con él, pero él no se dio cuenta cuando ella se acostó ni
cuando se levantó. 36 Así concibieron de su padre las dos hijas de
Lot. 37 La mayor dio a luz un hijo y llamó su nombre Moab, el cual es el padre de los moabitas, hasta hoy. 38
La menor dio a luz un hijo y llamó su nombre Ben-amí, el cual es el padre de
los amonitas, hasta hoy.
Dios tiene grandes cosas para nosotros. el desea lo mejor para cada uno en particular. Pero también demanda de nosotros fidelidad y no solo conforme con eso, espera que esa fidelidad sea transmitida a nuestras generaciones después de nosotros. La fidelidad de Dios no es solo para nosotros, sino para nuestros hijos, nietos, bisnietos y más adelante. Pero nuestro compromiso con el también parte de nosotros y ha de cumplirse en las generaciones que vendrán después de nosotros.
Nosotros somos el comienzo de la bendición, pero también del compromiso de la fidelidad a Dios. Tenemos en nuestras manos la oportunidad de sembrar fidelidad a Dios a nuestros hijos, para que así se mantenga la bendición de Dios en nuestra familia.
ORACIÓN
Señor ayúdame a poder entender que tengo que ser fiel a ti, para poder palpar tu bendición. Ayúdame a mantenerme fiel en tus caminos y poderlo transmitirlo fielmente a mis hijos y familiares. Y así disfrutar juntos de tus bendiciones de generación en generación.
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