DÍA 19
19 DE ENERO (GÉNESIS 49:1-ÉXODO 1:22)
19 DE ENERO (GÉNESIS 49:1-ÉXODO 1:22)
CAPÍTULO 49
JACOB BENDICE A SUS HIJOS
1 Entonces Jacob llamó a sus hijos y les dijo:
"Reuníos, y os declararé
lo que os ha de acontecer en los días postreros.
2 Reuníos y escuchad, hijos de Jacob;
escuchad a vuestro padre Israel:
3 "Rubén, mi primogénito:
Tú eres mi fortaleza y el principio de mi vigor;
principal en dignidad y principal en poder.
4 Porque fuiste inestable como el agua,
no serás el principal.
Porque subiste a la cama de tu padre,
y al subir a mi lecho lo profanaste.
5 "Simeón y Leví son hermanos;
sus armas son instrumentos de violencia.
6 No participe mi alma en su consejo,
ni mi honor se adhiera a su asamblea.
Porque en su furor mataron hombres,
y en su desenfreno lisiaron bueyes.
7 Maldito sea su furor, porque fue fiero,
y su ira, porque fue cruel.
Yo los dispersaré en Jacob,
y los esparciré en Israel.
8 "Judá, tus hermanos te alabarán.
Tu mano estará sobre el cuello de tus enemigos,
y los hijos de tu padre se postrarán
ante ti.
9 Eres un cachorro de león, oh Judá;
vuelves de cazar, hijo mío.
Se agacha y se recuesta cual león;
y como leona, ¿quién lo despertará?
10 El cetro no será quitado de Judá,
ni la vara de autoridad de entre sus pies,
hasta que venga Siloh;
y le obedecerán los pueblos.
11 Atando a la vid su borriquillo
y a la cepa la cría de su asna,
lava en vino su vestidura
y en sangre de uvas su manto.
12 Sus ojos están brillantes por el vino,
y sus dientes blancos por la leche.
13 "Zabulón habitará las costas de los mares.
Será puerto de navíos,
y su extremo llegará hasta Sidón.
14 "Isacar es un asno de fuertes huesos,
echado entre dos alforjas.
15 Vio que el lugar de descanso era bueno
y que la tierra era placentera,
e inclinó sus hombros para cargar
y se sometió al tributo laboral.
16 "Dan juzgará a su pueblo
como una de las tribus de Israel.
17 Dan será como serpiente junto al camino,
como víbora junto al sendero,
que muerde los cascos del caballo
de modo que su jinete caiga hacia atrás.
18 "¡Espero tu salvación, oh Jehovah!
19 "Gad: Un batallón lo atacará;
pero él les atacará por su espalda.
20 "Aser: Sus alimentos son suculentos;
él producirá manjares dignos de un rey.
21 "Neftalí es una venada suelta
que tendrá hermosos venaditos.
22 "José es un retoño fructífero,
retoño fructífero junto a un manantial;
sus ramas trepan sobre el muro.
23 Los arqueros le causaron amargura;
le fueron hostiles los flecheros.
24 Pero su arco permaneció firme,
y sus brazos se hicieron ágiles,
por las manos del Fuerte de Jacob;
por el nombre del Pastor, la Roca de Israel;
25 por el Dios de tu padre, el cual te ayudará;
y por el Todopoderoso, quien te bendecirá:
con bendiciones del cielo arriba,
con bendiciones del océano que se extiende
abajo;
con bendiciones de los senos y de la matriz.
26 Las bendiciones de tu padre
sobrepasan a las de las montañas eternas,
y a los deleites de las colinas antiguas.
Sean sobre la cabeza de José,
sobre la coronilla del príncipe de sus hermanos.
27 "Benjamín es un lobo rapaz:
Por la mañana come la presa,
y al atardecer reparte el botín."
28 Todos éstos llegaron a ser las doce tribus de Israel, y esto fue lo que
su padre les dijo al bendecirlos; a cada uno lo bendijo con su respectiva
bendición.
JACOB ES SEPULTADO EN MACPELA
29 Luego les mandó diciendo: "Yo voy a ser reunido con mi pueblo.
Sepultadme con mis padres en la cueva que está en el campo de Efrón el heteo; 30
en la cueva que está en el campo de Macpela, frente a Mamre, en la tierra de
Canaán, la cual compró Abraham a Efrón el heteo, junto con el campo, para
posesión de sepultura. 31 Allí sepultaron a Abraham y a Sara su mujer, allí sepultaron a Isaac y a
Rebeca su mujer, y allí sepulté yo a Lea. 32 El campo y la cueva que
está en él fueron adquiridos de los hijos de Het."
33 Cuando acabó de dar instrucciones a sus hijos, recogió sus pies en la
cama y expiró. Y fue reunido con sus padres.
CAPÍTULO 50
1 Entonces José se echó sobre la cara de su padre, lloró sobre él y lo
besó. 2 José mandó a sus servidores, los médicos, que embalsamaran a
su padre, y los médicos embalsamaron a Israel. 3 Cumplieron con él
cuarenta días, tiempo que duraba el proceso de embalsamamiento, y los egipcios
guardaron luto por él setenta días. 4 Y pasados los días de su
duelo, José habló a los de la casa del faraón diciendo:
—Si he hallado gracia ante vuestros ojos, por
favor, haced llegar a oídos del faraón lo siguiente: 5 "Mi
padre me hizo jurar diciendo: ’He aquí, que yo voy a morir; en el sepulcro que
cavé para mí en la tierra de Canaán, allí me sepultarás.’ Permite, pues, que
suba yo ahora, sepulte a mi padre y regrese."
6 El faraón le respondió:
—Sube y sepulta a tu padre, como él te hizo
jurar.
7 Entonces José subió a sepultar a su padre. Y con él subieron todos los
servidores del faraón, los dignatarios de su corte y todos los dignatarios de
la tierra de Egipto, 8 toda la familia de José, sus hermanos y la
familia de su padre. Solamente dejaron en la tierra de Gosén a sus niños, sus
ovejas y sus vacas. 9 Subieron también con él carros y gente de a
caballo, formando un numeroso cortejo.
10 Llegaron hasta la era de Atad, que estaba al otro lado del Jordán, y allí tuvieron una lamentación
grande y muy fuerte. José hizo duelo por su padre durante siete días.
11 Al ver los habitantes de la tierra, los cananeos, el duelo en la era de
Atad, dijeron: "¡Grande es este duelo de los egipcios!" Por eso fue
llamado Abel-mizraim el nombre de ese lugar, que está al otro lado del Jordán.
12 Hicieron, pues, sus hijos con él, según les había mandado Jacob. 13
Sus hijos lo llevaron a la tierra de Canaán y lo sepultaron en la cueva del
campo de Macpela, frente a Mamre, la cual, junto con el campo, Abraham había
comprado a Efrón el heteo, como una propiedad para sepultura.
JOSÉ CONSUELA A SUS HERMANOS
14 Después que había sepultado a su padre, José volvió a Egipto junto con
sus hermanos y todos los que fueron con él para sepultar a su padre. 15
Y viendo los hermanos de José que su padre había muerto, dijeron:
—Quizás José nos tenga rencor y nos devuelva
todo el mal que le ocasionamos.
16 Y enviaron a decir a José:
—Tu padre nos mandó antes de su muerte que te
dijéramos: 17 "Así diréis a José: ’Por favor, perdona la maldad
de tus hermanos y su pecado, porque te trataron mal.’ " Por eso, te
rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre.
José lloró mientras le hablaban. 18
Entonces lloraron también sus hermanos, y postrándose delante de él le dijeron:
—Aquí nos tienes como siervos tuyos.
19 Pero José les respondió:
—No temáis. ¿Estoy yo acaso en el lugar de Dios?
20 Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo encaminó para bien,
para hacer lo que vemos hoy: mantener con vida a un pueblo numeroso. 21
Ahora pues, no tengáis miedo. Yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos.
Así les confortó y les habló al corazón.
JOSÉ MUERE EN EGIPTO
22 José se quedó en Egipto con la familia de su padre. José vivió 110
años, 23 y vio José a los hijos de Efraín hasta la tercera
generación. También cuando nacieron los hijos de Maquir hijo de Manasés fueron
puestos sobre las rodillas de José.
24 Luego José dijo a sus hermanos:
—Yo voy a morir, pero Dios ciertamente os
visitará con su favor y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró dar a
Abraham, a Isaac y a Jacob.
25 Entonces José hizo jurar a los hijos de Israel, diciendo:
—Ciertamente Dios vendrá en vuestra ayuda;
entonces vosotros haréis llevar de aquí mis restos.
26 José murió a la edad de 110 años, y lo embalsamaron y lo pusieron en un
ataúd en Egipto.
EL SEGUNDO LIBRO DE MOISÉS
EXODO
CAPÍTULO 1
LOS ISRAELITAS ESCLAVOS EN
EGIPTO
1 Estos son los nombres de los hijos de Israel que entraron en Egipto con
Jacob, cada uno con su familia: 2 Rubén, Simeón, Leví, Judá, 3
Isacar, Zabulón, Benjamín, 4 Dan, Neftalí, Gad y Aser. 5
Todas las personas descendientes directos de Jacob eran setenta. José ya estaba en Egipto.
6 Murieron José y sus hermanos, y toda aquella generación. 7
Pero los hijos de Israel fueron fecundos y se hicieron muy numerosos; se
multiplicaron y llegaron a ser muy poderosos. Y la tierra estaba llena de
ellos.
8 Después se levantó un nuevo rey en Egipto que no había conocido a José,
el cual dijo a su pueblo: 9 "He aquí, el pueblo de los hijos de
Israel es más numeroso y fuerte que nosotros. 10 Procedamos
astutamente con él para que no se multiplique; no suceda que, en caso de
guerra, también se una a nuestros enemigos, luche contra nosotros y se vaya del
país."
11 Entonces les impusieron jefes de tributo laboral que los oprimiesen con
sus cargas, y edificaron para el faraón las ciudades almacenes de Pitón y
Ramesés. 12 Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban
y se propagaban, de manera que los egipcios se alarmaron a causa de los hijos
de Israel. 13 Entonces los egipcios los hicieron trabajar con
dureza, 14 y amargaron sus vidas con el pesado trabajo de hacer
barro y adobes, aparte de todo trabajo en el campo; y en todos los tipos de trabajo
les trataban con dureza.
15 También el rey de Egipto habló a las parteras de las hebreas, una de
las cuales se llamaba Sifra y la otra Fúa, y les dijo:
16 —Cuando asistáis a las mujeres hebreas a dar a luz y veáis en la silla
de parto que es niño, matadlo; pero si es niña, dejadla vivir.
17 Pero las parteras temían a Dios y no hicieron como el rey de Egipto les
mandó, sino que dejaban con vida a los niños varones. 18 Entonces el
rey de Egipto hizo llamar a las parteras y les dijo:
—¿Por qué habéis hecho esto de dejar con vida a
los niños varones?
19 Las parteras respondieron al faraón:
—Las mujeres hebreas no son como las egipcias.
Ellas son vigorosas y dan a luz antes de que llegue a ellas la partera.
20 Dios favoreció a las parteras, y el pueblo se multiplicó y se
fortaleció muchísimo. 21 Y sucedió que, porque las parteras tuvieron
temor de Dios, él también les dio a ellas su propia familia.
22 Entonces el faraón mandó a decir a todo su pueblo: "Echad al Nilo
a todo niño que nazca, pero a toda niña conservadle la vida."
REFLEXIÓN
Y sucedió que,
porque las parteras tuvieron temor de Dios, él también les dio a ellas su
propia familia. (Exo. 1:21).
El temor a Dios
trae muchas bendiciones, trae paz, trae tranquilidad y largura de vida como
dice Proverbios. Así que debemos ejercitarlo, si queremos tener una vida sana y
llena de bendiciones. Si buscamos a Dios correctamente, procuramos andar en sus
caminos rectos, buscamos su rostro todos los días, nos sometemos a su voluntad,
aprendemos a escuchar su voz y seguimos sus consejos. De seguro tendremos de
Dios lo que anhelemos.
ORACIÓN
Señor endereza mi
camino y dirígelo hacia ti. Quiero hacer tu voluntad y caminar en el temor a ti.
Amén.
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