DÍA 121
1 DE MAYO (2º REYES 21:1-23:37)
CAPÍTULO 21
MANASÉS, REY DE JUDÁ
1 Manasés
tenía 12 años cuando comenzó a reinar, y reinó 55 años en Jerusalén. El nombre
de su madre era Hefsiba.
2 El hizo lo
malo ante los ojos de Jehovah, conforme a las prácticas abominables de las
naciones que Jehovah había echado de delante de los hijos de Israel. 3
Volvió a edificar los lugares altos que su padre Ezequías había destruido.
Erigió altares a Baal e hizo un árbol ritual de Asera, como había hecho Acab,
rey de Israel. Se postró ante todo el ejército de los cielos y les rindió
culto. 4 También edificó altares en la casa de Jehovah, de la cual
Jehovah había dicho: "En Jerusalén pondré mi nombre." 5
Edificó altares a todo el ejército de los cielos en los dos atrios de la casa
de Jehovah. 6 Hizo pasar por fuego a su hijo, practicó la magia y la
adivinación, evocó a los muertos y practicó el espiritismo. Abundó en hacer lo
malo ante los ojos de Jehovah, provocándole a ira.
7 Puso la
imagen tallada de Asera que había hecho, en la casa de la cual Jehovah había
dicho a David y a su hijo Salomón: "En esta casa y en Jerusalén, que he
elegido entre todas las tribus de Israel, pondré mi nombre para siempre. 8
No volveré a desplazar los pies de Israel de la tierra que he dado a sus
padres, con tal de que procuren hacer conforme a todas las cosas que les he
mandado, y conforme a toda la ley que les mandó mi siervo Moisés."
9 Pero ellos
no escucharon, y Manasés hizo que se desviaran, e hicieron lo malo, más que las
naciones que Jehovah había destruido ante los hijos de Israel. 10
Entonces Jehovah habló por medio de sus siervos los profetas, diciendo: 11
"Por cuanto Manasés, rey de Judá, ha hecho estas abominaciones y ha hecho
más mal que todo el que hicieron los amorreos que le precedieron, y ha hecho
también pecar a Judá con sus ídolos, 12 por tanto, así ha dicho
Jehovah Dios de Israel: ’He aquí, yo traigo tal mal sobre Jerusalén y sobre
Judá, que al que lo oiga le retiñirán ambos oídos. 13 Extenderé
sobre Jerusalén el cordel de Samaria y la plomada de la casa de Acab, y
limpiaré a Jerusalén como cuando se limpia un plato; se limpia y luego se lo
pone boca abajo. 14 Desampararé al remanente de mi heredad y lo
entregaré en mano de sus enemigos, y serán presa y despojo para todos sus
enemigos. 15 Porque han hecho lo malo ante mis ojos y me han
provocado a ira desde el día en que sus padres salieron de Egipto hasta el día
de hoy.’ "
16 Aparte de
esto, Manasés derramó muchísima sangre inocente, hasta llenar Jerusalén de un
extremo a otro, además de su pecado con el que hizo pecar a Judá, para que
hiciese lo malo ante los ojos de Jehovah.
17 Los demás
hechos de Manasés, todas las cosas que hizo y el pecado que cometió, ¿no están
escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? 18
Manasés reposó con sus padres y fue sepultado en el jardín de su casa, en el
jardín de Uza. Y su hijo Amón reinó en su lugar.
AMÓN, REY DE JUDÁ
19 Amón tenía
22 años cuando comenzó a reinar, y reinó 2 años en Jerusalén. El nombre de su
madre era Mesulemet hija de Haruz, de Jotba.
20 El hizo lo
malo ante los ojos de Jehovah, como había hecho su padre Manasés. 21
Anduvo en todo el camino en el que había andado su padre, rindió culto a los
ídolos a los que su padre había rendido culto, y se postró ante ellos. 22
Abandonó a Jehovah, el Dios de sus padres, y no anduvo en el camino de Jehovah.
23 Los
servidores de Amón conspiraron contra él y mataron al rey en su casa. 24
Pero el pueblo de la tierra mató a todos los que habían conspirado contra el
rey Amón. Luego, en su lugar, el pueblo de la tierra proclamó rey a su hijo
Josías.
25 Los demás
hechos de Amón, las cosas que hizo, ¿no están escritos en el libro de las
crónicas de los reyes de Judá? 26 Fue sepultado en su sepulcro, en
el jardín de Uza. Y su hijo Josías reinó en su lugar.
CAPÍTULO
22
JOSÍAS Y EL HALLAZGO DEL LIBRO DE LA LEY
1 Josías tenía
8 años cuando comenzó a reinar, y reinó 31 años en Jerusalén. El nombre de su
madre era Yedida hija de Adaías, de Boscat.
2 El hizo lo
recto ante los ojos de Jehovah, y anduvo en todo el camino de su padre David,
sin apartarse ni a la derecha ni a la izquierda.
3 Sucedió que
en el año 18 del rey Josías el rey envió a Safán hijo de Azalías, hijo del
escriba Mesulam, a la casa de Jehovah, diciendo:
4 -Vé al sumo
sacerdote Hilquías y dile que vacíe el dinero que ha sido traído a la casa de
Jehovah y que los guardias de la puerta han recogido del pueblo. 5
Que lo entreguen en manos de los que hacen la obra, los que están encargados de
la casa de Jehovah, para que lo entreguen a los que hacen la obra en la casa de
Jehovah, con el propósito de reparar las grietas de la casa 6 (es
decir, a los carpinteros, a los constructores y a los albañiles), a fin de
comprar madera y piedra labrada para reparar la casa. 7 Pero que no
se les pida cuenta del dinero cuyo manejo se les confía, porque ellos proceden
con fidelidad.
8 Entonces el
sumo sacerdote Hilquías dijo al escriba Safán:
—He hallado el libro de la Ley en la casa de
Jehovah.
E Hilquías entregó el libro a Safán, y éste lo
leyó.
9 Entonces el
escriba Safán fue al rey y le dio informes diciendo:
—Tus siervos han vaciado el dinero que se
halló en el templo, y lo han entregado en manos de los que hacen la obra, los
que están encargados de la casa de Jehovah. 10 -Asimismo, el escriba
Safán declaró al rey diciendo-: El sacerdote Hilquías me ha dado un libro.
Y Safán lo leyó en presencia del rey. 11
Y sucedió que cuando el rey escuchó las palabras del libro de la Ley, rasgó sus
vestiduras. 12 Luego el rey mandó al sacerdote Hilquías, a Ajicam
hijo de Safán, a Acbor hijo de Micaías, al escriba Safán y a Asaías, el siervo
del rey, diciendo:
13 -Id y
consultad a Jehovah por mí, por el pueblo y por todo Judá, respecto a las
palabras del libro que ha sido hallado. Porque grande es la ira de Jehovah que
se ha encendido contra nosotros, por cuanto nuestros padres no han obedecido
los mandamientos de este libro de hacer conforme a todo lo que ha sido escrito
acerca de nosotros.
14 Entonces el
sacerdote Hilquías, Ajicam, Acbor, Safán y Asaías fueron a la profetisa Hulda,
esposa de Salum hijo de Ticva, hijo de Jarjas, guarda de las vestiduras, la
cual vivía en el Segundo Barrio de Jerusalén; y hablaron con ella. 15
Y ella les dijo:
—Así ha dicho Jehovah Dios de Israel:
"Decid al hombre que os ha enviado a mí, 16 que así ha dicho
Jehovah: ’He aquí yo traeré el mal sobre este lugar y sobre sus habitantes, es
decir, todas las palabras del libro que el rey de Judá ha leído. 17
Porque me han abandonado y han quemado incienso a otros dioses, provocándome a
ira con todas las obras de sus manos. Por eso se ha encendido mi ira contra
este lugar, y no será apagada.’ " 18 Así diréis al rey de Judá
que os ha enviado para consultar a Jehovah: "Así ha dicho Jehovah Dios de
Israel con respecto a las palabras que has escuchado: 19 ’Por cuanto
tu corazón se ha conmovido y te has humillado delante de Jehovah cuando
escuchaste lo que he pronunciado contra este lugar y contra sus habitantes (que
vendrían a ser objeto de horror y maldición), y por cuanto rasgaste tus
vestiduras y lloraste en mi presencia, yo también te he escuchado, dice
Jehovah. 20 Por tanto, he aquí que yo te reuniré con tus padres, y
serás reunido en tu sepulcro en paz. Tus ojos no verán todo el mal que traeré
sobre este lugar.’ "
Y ellos dieron la respuesta al rey.
CAPÍTULO
23
PACTO INSPIRADO EN EL LIBRO DE LA LEY
1 Entonces el
rey mandó reunir con él a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén. 2
Luego el rey subió a la casa de Jehovah, y con él todos los hombres de Judá,
todos los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los profetas y todo el
pueblo, desde el menor hasta el mayor. Y leyó a oídos de ellos todas las
palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa de Jehovah.
3 El rey se
puso de pie junto a la columna e hizo pacto delante de Jehovah, de andar en pos
de Jehovah y de guardar sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos con
todo el corazón y con toda el alma, para cumplir las palabras de este pacto
escritas en este libro. Entonces todo el pueblo se puso de pie a favor del
pacto.
CAMPAÑA DE JOSÍAS CONTRA LA IDOLATRÍA
4 Entonces el
rey mandó al sumo sacerdote Hilquías, a los sacerdotes de segundo orden y a los
guardias de la puerta, que sacasen del santuario de Jehovah todos los objetos
que habían sido hechos para Baal, para Asera y para todo el ejército de los
cielos. Los quemó fuera de Jerusalén en los campos del Quedrón, e hizo llevar
sus cenizas a Betel.
5 Quitó a los
sacerdotes idólatras que los reyes de Judá habían puesto para que quemasen
incienso en los lugares altos de las ciudades de Judá y en los alrededores de
Jerusalén; también a los que quemaban incienso a Baal, al sol, a la luna, a los
signos del zodíaco y a todo el ejército de los cielos.
6 También sacó
de la casa de Jehovah el árbol ritual de Asera, fuera de Jerusalén, al arroyo
de Quedrón; y lo quemó en el arroyo de Quedrón. Lo redujo a polvo y arrojó su
polvo sobre el sepulcro de los hijos del pueblo. 7 Y destruyó las
habitaciones de los varones consagrados a la prostitución ritual, las cuales
estaban en la casa de Jehovah, donde las mujeres hacían tejidos para Asera.
8 Hizo venir a
todos los sacerdotes de las ciudades de Judá y profanó los lugares altos donde
los sacerdotes quemaban incienso, desde Geba hasta Beerseba. Destruyó los
altares de las puertas que estaban a la entrada de la puerta de Josué,
gobernador de la ciudad, los cuales estaban a la izquierda, según uno entra por
la puerta de la ciudad. 9 Sin embargo, los sacerdotes de los lugares
altos no subían al altar de Jehovah en Jerusalén; sólo comían panes sin
levadura entre sus hermanos.
10 También
profanó el Tófet, que estaba en el valle del hijo de Hinom, para que ninguno
pasase por fuego a su hijo o a su hija en honor a Moloc. 11 Y quitó
de la entrada de la casa de Jehovah los caballos que los reyes de Judá habían
dedicado al sol. Estaban junto a la cámara del funcionario Natán-melec, que
estaba en las dependencias. Y quemó en el fuego los carros del sol.
12 También
demolió los altares que los reyes de Judá habían hecho, que estaban en la
azotea de la Sala de Acaz, y los altares que Manasés había hecho en los dos
atrios de la casa de Jehovah. Los destrozó allí y arrojó su polvo en el arroyo
de Quedrón. 13 Profanó los lugares altos que estaban al este de
Jerusalén, al sur del monte de la Destrucción, los cuales había edificado
Salomón, rey de Israel, para Astarte, ídolo detestable de los sidonios; para
Quemós, ídolo detestable de Moab; y para Moloc, ídolo abominable de los hijos
de Amón. 14 Destrozó las piedras rituales, cortó los árboles
rituales de Asera y llenó sus lugares con huesos humanos.
15 También
destruyó el altar que había en Betel y el lugar alto que había hecho Jeroboam
hijo de Nabat, quien hizo pecar a Israel; destruyó ese altar y el lugar alto.
Quemó el lugar alto y lo convirtió en polvo, y quemó el árbol ritual de Asera. 16
Y al volverse Josías, vio los sepulcros que estaban allí en el monte. Entonces
mandó sacar los huesos de los sepulcros y los quemó sobre el altar para
profanarlo, conforme a la palabra de Jehovah que había proclamado el hombre de
Dios que había anunciado estas cosas.
17 Después
preguntó:
—¿Qué es aquel monumento que veo?
Y los hombres de la ciudad le respondieron:
—Es el sepulcro del hombre de Dios que vino de
Judá y anunció estas cosas que tú has hecho contra el altar de Betel.
18 Entonces
dijo:
—Dejadlo. Nadie mueva sus restos.
Así fueron preservados sus restos junto con
los restos del profeta que vino de Samaria.
19 Josías
también quitó todos los santuarios de los lugares altos que estaban en las
ciudades de Samaria, que habían hecho los reyes de Israel, provocando a ira a
Jehovah. Hizo con ellos conforme a todo lo que había hecho en Betel. 20
Además, mató sobre los altares a todos los sacerdotes de los lugares altos que
estaban allí, y sobre ellos quemó huesos humanos. Después regresó a Jerusalén.
JOSÍAS Y LA CELEBRACIÓN DE LA PASCUA
21 Entonces el
rey mandó a todo el pueblo, diciendo:
—Celebrad la Pascua a Jehovah vuestro Dios,
conforme a lo que está escrito en este libro del pacto.
22 En verdad,
no había sido celebrada una Pascua como ésta desde el tiempo de los jueces que
gobernaron a Israel, ni en todo el tiempo de los reyes de Israel y de los reyes
de Judá. 23 Esta Pascua a Jehovah fue celebrada en Jerusalén en el
año 18 del rey Josías.
ULTIMOS AÑOS Y MUERTE DE JOSÍAS
24 Asimismo,
Josías eliminó a los que evocaban a los muertos y a los espiritistas, los
ídolos domésticos, los ídolos repugnantes y todos los ídolos detestables que se
veían en la tierra de Judá y en Jerusalén, para cumplir las palabras de la ley
que estaban escritas en el libro que el sacerdote Hilquías había hallado en la
casa de Jehovah. 25 No hubo un rey antes de él que se volviera como
él a Jehovah con todo su corazón, con toda su alma y con todas sus fuerzas,
conforme a toda la ley de Moisés; ni tampoco se levantó otro igual después de
él.
26 Con todo
eso, Jehovah no desistió del ardor de su gran ira, ya que su ira se había
encendido contra Judá, por todas las cosas con que Manasés le había provocado. 27
Entonces dijo Jehovah: "También quitaré de mi presencia a Judá, como quité
a Israel. Desecharé esta ciudad que escogí, a Jerusalén, y la casa de la cual
había dicho: ’Allí estará mi nombre.’ "
28 Los demás
hechos de Josías y todas las cosas que hizo, ¿no están escritos en el libro de
las crónicas de los reyes de Judá?
29 En sus días
el faraón Necao, rey de Egipto, subió contra el rey de Asiria, junto al río
Eufrates. El rey Josías fue a su encuentro, pero cuando el faraón le vio, le
dio muerte en Meguido. 30 Sus servidores lo pusieron en un carro y
lo llevaron muerto de Meguido a Jerusalén, y lo sepultaron en su sepulcro.
Luego el pueblo de la tierra tomó a Joacaz hijo de Josías, y le ungieron y le
proclamaron rey en lugar de su padre.
JOACAZ, REY DE JUDÁ
31 Joacaz
tenía 23 años cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses en Jerusalén. El
nombre de su madre era Hamutal hija de Jeremías, de Libna.
32 El hizo lo
malo ante los ojos de Jehovah, conforme a todas las cosas que habían hecho sus
padres. 33 El faraón Necao lo encarceló en Ribla, en la tierra de
Hamat, para que no reinara en Jerusalén; e impuso sobre el país una multa de
100 talentos de plata y un talento de oro.
34 El faraón
Necao proclamó rey a Eliaquim hijo de Josías en lugar de Josías su padre, pero
le cambió su nombre por el de Joacim. Y tomó a Joacaz y lo llevó a Egipto,
donde murió.
JOACIM, REY DE JUDÁ
35 Joacim pagó
al faraón la plata y el oro, pero tuvo que imponer un impuesto al país para dar
el dinero conforme al mandato del faraón. Exigió la plata y el oro al pueblo de
la tierra, a cada uno según la estimación de su patrimonio, para darlo al
faraón Necao.
36 Joacim
tenía 25 años cuando comenzó a reinar, y reinó 11 años en Jerusalén. El nombre
de su madre era Zebuda hija de Pedaías, de Ruma.
37 El hizo lo
malo ante los ojos de Jehovah, conforme a todas las cosas que habían hecho sus
padres.
TEN CUIDADO DE NO PROVOCAR LA IRA DE DIOS
REFLEXIÓN
Desampararé al remanente de mi heredad (2Rey.
21:13)
Ya hemos hablado de esto, no debemos provocar
a ira a Dios. Porque cuando cae su justicia, entonces no hay lugar para la
misericordia. No pienses que porque es un Dios misericordioso, un Dios de amor;
te tiene que perdonar todas las veces. Cuando andamos en el tiempo del amor y
de la misericordia, también es tiempo para reflexionar sobre nuestra conducta.
Ya he dicho que la misericordia de Dios no implica que apruebe nuestro
comportamiento, como muchos tienen por costumbre. La misericordia de Dios
implica que él esta dándonos tiempo de que nos arrepintamos de nuestros
pecados, siempre nos hará saber que estamos actuando mal. Así que es mejor
escuchar esa voz, y hacer lo que nos manda. Porque llega el tiempo en que la
gran y extensa misericordia de Dios llega a su fin, entonces cae la espada de
la justicia y de esa no se salva nadie. En ese momento no hay ya más misericordia,
solo juicio. Y muchos se preguntan, ¿por qué Dios nos ha desamparado?
ORACIÓN
Mi Dios ayúdame para no conocer nunca tu
justicia, hazme entrar en razón para no caer en tu juicio. Amén.
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