DÍA 143
23 DE MAYO (2º CRÓNICAS 35:1-ESDRAS 1:11)
CAPÍTULO 35
JOSÍAS Y LA CELEBRACIÓN DE LA PASCUA
1 Josías
celebró la Pascua de Jehovah en Jerusalén. Sacrificaron la víctima de la Pascua
el 14 del mes primero, 2 y él puso a los sacerdotes en sus cargos y
los alentó al servicio de la casa de Jehovah. 3 Dijo a los levitas
que enseñaban a todo Israel y que estaban consagrados a Jehovah: "Poned el
arca sagrada en el templo que edificó Salomón hijo de David, rey de Israel,
para que no tengáis que llevarla más sobre los hombros. Ahora serviréis a
Jehovah, vuestro Dios, y a su pueblo Israel. 4 Preparaos según
vuestras casas paternas y por vuestros grupos, conforme a lo prescrito por
David, rey de Israel, y por el documento de su hijo Salomón. 5
Permaneced en el santuario según la distribución de las casas paternas de
vuestros hermanos los hijos del pueblo, y del grupo de las casas paternas de
los levitas. 6 Sacrificad la víctima de la Pascua, purificaos y
preparadla para vuestros hermanos, a fin de que hagan conforme a la palabra de
Jehovah, dada por medio de Moisés."
7 Luego el rey
Josías dio a los hijos del pueblo para los sacrificios de la Pascua, para todos
los que se hallaban presentes, rebaños de corderos y cabritos en número de
30.000, y 3.000 cabezas de ganado vacuno. Esto procedía del patrimonio del rey.
8 También sus
magistrados dieron con liberalidad al pueblo, a los sacerdotes y a los levitas.
Hilquías, Zacarías y Yejiel, oficiales de la casa de Dios, dieron a los
sacerdotes 2.600 ovejas y 300 cabezas de ganado vacuno para los sacrificios de
la Pascua. 9 Y Conanías, Semaías y Natanael, sus hermanos, y
Hasabías, Jeiel y Josabad, jefes de los levitas, dieron a los levitas 5.000
ovejas y 500 cabezas de ganado vacuno para los sacrificios de la Pascua.
10 Preparado
así el servicio, los sacerdotes se colocaron de pie en sus puestos, y los
levitas según sus grupos, conforme al mandato del rey. 11 Entonces
sacrificaron la víctima de la Pascua; y los levitas la desollaban, mientras los
sacerdotes esparcían la sangre recibida de mano de ellos.
12 Luego
quitaron el holocausto para darlo a las divisiones, según las casas paternas de
los hijos del pueblo, para que lo ofreciesen a Jehovah según está escrito en el
libro de Moisés. Lo mismo hicieron con las cabezas de ganado vacuno. 13
Asaron al fuego la carne de la víctima de la Pascua, según lo establecido; pero
lo que había sido santificado lo cocieron en ollas, calderos y sartenes, y lo
llevaron rápidamente a todos los hijos del pueblo.
14 Después
prepararon para sí y para los sacerdotes, porque los sacerdotes hijos de Aarón
estuvieron ocupados hasta la noche en ofrecer los holocaustos y los sebos. Por
eso los levitas prepararon para ellos mismos y para los sacerdotes hijos de
Aarón.
15 También los
cantores, hijos de Asaf, estaban en su puesto conforme al mandato de David, de
Asaf, de Hemán y de Jedutún, vidente del rey. También los porteros estaban en
cada puerta. No era necesario que se apartasen de su servicio, porque sus
hermanos los levitas preparaban para ellos. 16 Así fue organizado
aquel día todo el servicio de Jehovah, para hacer el sacrificio de la Pascua y
para ofrecer los holocaustos sobre el altar de Jehovah, conforme al mandato del
rey Josías.
17 En aquel
tiempo los hijos de Israel que se hallaban presentes celebraron el sacrificio
de la Pascua y la fiesta de los Panes sin Levadura, durante siete días. 18
No había sido celebrada en Israel una Pascua como ésta desde el tiempo del
profeta Samuel, ni ninguno de los reyes de Israel celebró una Pascua como la
que celebró Josías, con los sacerdotes, los levitas y todo Judá e Israel que se
hallaron allí, junto con los habitantes de Jerusalén. 19 Esta Pascua
fue celebrada en el año 18 del reinado de Josías.
TRÁGICA MUERTE DE JOSÍAS
20 Después de
todas estas cosas, cuando Josías había reparado el templo, Necao, rey de
Egipto, subió a combatir en Carquemis, junto al Eufrates, y Josías le salió al
encuentro. 21 Necao le envió mensajeros diciendo: "¿Qué tenemos
tú y yo, oh rey de Judá? Yo no he venido ahora contra ti, sino contra el pueblo
que me hace la guerra. Dios me ha dicho que me apresure. Por tu bien, deja de
resistir a Dios, porque él está conmigo; no sea que él te destruya."
22 Pero Josías
no se apartó de él; se disfrazó para combatir contra él, y no hizo caso a las
palabras de Necao, que en realidad procedían de la boca de Dios. Josías fue para
combatir en el valle de Meguido, 23 pero los arqueros tiraron contra
el rey Josías. Entonces el rey dijo a sus servidores: "¡Retiradme, porque
estoy gravemente herido!"
24 Sus
servidores lo retiraron del carro y lo pusieron en otro carro que él tenía. Lo
llevaron a Jerusalén, pero murió; y lo sepultaron en los sepulcros de sus
padres. Todo Judá y Jerusalén hicieron duelo por Josías. 25 Jeremías
compuso un lamento por Josías, y todos los cantores, hombres y mujeres,
mencionan a Josías en sus lamentaciones, hasta el día de hoy, pues lo pusieron
como un precepto en Israel. He aquí que está escrito entre las lamentaciones.
26 Los demás
hechos de Josías y sus obras piadosas conforme a lo escrito en la ley de
Jehovah, 27 sus hechos, los primeros y los últimos, he aquí que
están escritos en el libro de los reyes de Israel y de Judá.
CAPÍTULO 36
1 Luego el
pueblo de la tierra tomó a Joacaz hijo de Josías, y le proclamó rey en Jerusalén,
en lugar de su padre.
JOACAZ, REY DE JUDÁ
2 Joacaz tenía
23 años cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses en Jerusalén. 3
Pero el rey de Egipto lo depuso en Jerusalén, e impuso al país una multa de 100
talentos de plata y un talento de oro.
4 El rey de
Egipto proclamó a Eliaquim, hermano de Joacaz, rey sobre Judá y Jerusalén, pero
le cambió su nombre por el de Joacim. Y a Joacaz, su hermano, Necao lo tomó y
lo llevó a Egipto.
JOACIM, REY DE JUDÁ
5 Joacim tenía
25 años cuando comenzó a reinar, y reinó 11 años en Jerusalén.
El hizo lo malo ante los ojos de Jehovah su
Dios. 6 Entonces Nabucodonosor, rey de Babilonia, subió contra él y
lo ató con cadenas de bronce para llevarlo a Babilonia. 7
Nabucodonosor también llevó a Babilonia algunos utensilios de la casa de
Jehovah, y los puso en su palacio en Babilonia.
8 Los demás
hechos de Joacim, las abominaciones que hizo y lo que se halló en su contra, he
aquí que están escritos en el libro de los reyes de Israel y de Judá. Y su hijo
Joaquín reinó en su lugar.
JOAQUÍN REY DE JUDÁ
9 Joaquín
tenía 18 años cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses y diez días en
Jerusalén.
El hizo lo malo ante los ojos de Jehovah, 10
y al año siguiente el rey Nabucodonosor mandó llevarle a Babilonia, junto con
los utensilios preciosos de la casa de Jehovah. En lugar de él proclamó rey
sobre Judá y Jerusalén a Sedequías, hermano de su padre.
SEDEQUÍAS Y LA CAÍDA DE JERUSALÉN
11 Sedequías
tenía 21 años cuando comenzó a reinar, y reinó 11 años en Jerusalén.
12 El hizo lo
malo ante los ojos de Jehovah, su Dios, y no se humilló delante del profeta
Jeremías que le hablaba por mandato de Jehovah. 13 Asimismo, se
rebeló contra el rey Nabucodonosor, quien le había hecho jurar por Dios.
Endureció su cerviz y obstinó su corazón para no volver a Jehovah Dios de
Israel. 14 También todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo
multiplicaron sus infidelidades, siguiendo todas las abominaciones de las naciones
y contaminando la casa de Jahovah, que él había santificado en Jerusalén.
15 Jehovah,
Dios de sus padres, les envió sus mensajeros persistentemente, porque tenía
misericordia de su pueblo y de su morada. 16 Pero ellos se burlaban
de los mensajeros de Dios, despreciaban sus palabras y hacían escarnio de sus
profetas, hasta que la ira de Jehovah estalló contra su pueblo, y ya no hubo
remedio. 17 Así trajo contra ellos al rey de los caldeos, quien mató
a espada a sus jóvenes en su mismo santuario, sin perdonar la vida de los
jóvenes ni de las jóvenes, de los ancianos ni de los decrépitos. A todos los
entregó en su mano.
18 Asimismo,
todos los utensilios de la casa de Dios, grandes y pequeños, los tesoros de la
casa de Jehovah y los tesoros del rey y de sus magistrados, todo lo llevó a
Babilonia. 19 Luego incendiaron la casa de Dios y derribaron la
muralla de Jerusalén. Incendiaron todos sus palacios y destruyeron todos sus
objetos preciosos. 20 A los sobrevivientes de la espada, los llevó
cautivos a Babilonia, y fueron hechos esclavos del rey y de sus hijos hasta el
establecimiento del reino de Persia, 21 para que se cumpliese la
palabra de Jehovah por boca de Jeremías, hasta que la tierra hubiera disfrutado
de su reposo. Todo el tiempo de su desolación reposó, hasta que se cumplieron
los setenta años.
CIRO DECRETA RECONSTRUIR EL TEMPLO
22 En el
primer año de Ciro, rey de Persia, y para que se cumpliese la palabra de
Jehovah por boca de Jeremías, Jehovah despertó el espíritu de Ciro, rey de
Persia, quien hizo pregonar por todo su reino, oralmente y por escrito,
diciendo:
23 Así ha
dicho Ciro, rey de Persia: "Jehovah, Dios de los cielos, me ha dado todos
los reinos de la tierra y me ha comisionado para que le edifique un templo en
Jerusalén, que está en Judá. Quien haya entre vosotros de todo su pueblo, que
Jehovah su Dios sea con él, y suba."
EL LIBRO DE
ESDRAS
CAPÍTULO 1
CIRO DECRETA RECONSTRUIR EL TEMPLO
1 En el primer
año de Ciro, rey de Persia, y para que se cumpliese la palabra de Jehovah por
boca de Jeremías, Jehovah despertó el espíritu de Ciro, rey de Persia, quien
hizo pregonar por todo su reino, oralmente y por escrito, diciendo:
2 Así ha dicho
Ciro, rey de Persia: "Jehovah, Dios de los cielos, me ha dado todos los
reinos de la tierra y me ha comisionado para que le edifique un templo en
Jerusalén, que está en Judá. 3 Quien haya entre vosotros de todo su
pueblo, que su Dios sea con él, y suba a Jerusalén, que está en Judá, y
edifique la casa de Jehovah Dios de Israel; él es el Dios que está en
Jerusalén. 4 Y a todo el que quede, en cualquier lugar donde habite,
ayúdenle los hombres de su lugar con plata, oro, bienes y ganado, con ofrendas
voluntarias, para la casa de Dios que está en Jerusalén."
CIRO DEVUELVE LOS UTENSILIOS DEL TEMPLO
5 Entonces se
levantaron los jefes de las casas paternas de Judá y de Benjamín, los
sacerdotes y los levitas, todos aquellos cuyo espíritu Dios despertó para subir
a edificar la casa de Jehovah que está en Jerusalén. 6 Todos los que
estaban en los alrededores les ayudaron con objetos de plata y de oro, con
bienes, ganado y objetos preciosos, además de todas las ofrendas voluntarias. 7
También el rey Ciro sacó los utensilios que eran de la casa de Jehovah y que
Nabucodonosor había sacado de Jerusalén y puesto en el templo de sus dioses. 8
Ciro, rey de Persia, los sacó por medio del tesorero Mitrídates, el cual se los
dio contados a Sesbasar, dirigente de Judá.
9 Esta es la
lista de ellos: 30 tazones de oro, 1.000 tazones de plata, 29 cuchillos, 10
más 30 tazas de oro, 410 tazas idénticas de plata y otros 1.000 utensilios. 11
Todos los utensilios de oro y de plata eran 5.400. Sesbasar los llevó todos
cuando los del cautiverio regresaron de Babilonia a Jerusalén.
CUANDO LAS PIEDRAS HABLAN
REFLEXIÓN
…no hizo caso a las palabras de Necao, que en
realidad procedían de la boca de Dios. (2Cro. 35:22)
Ahora veremos como Dio mueve los hilo de la
historia, como todo se mueve según el designio de su voluntad. Aunque no nos
pueda parecer así, pero en ciertas ocasiones algunos de los impíos hablarán las
palabras de Dios. Este se deba al hecho de que o su pueblo no quiere hablar la
palabra de Dios, o como lo hemos visto en esta lectura no quieren escuchar lo
que viene de parte de Dios por medio de sus profetas. Es un poco difícil para
nosotros escuchar a las piedras hablar pero en ciertas ocasiones esto será así
aunque en realidad es una cuestión de juicio para u propio pueblo. He escuchado
a personas decir que no importa que no hablemos por que Jesucristo dujo que las
piedra hablarían, pero el hecho de que cuando hablen las piedras implica juicio para nosotros que no abrimos la boca.
Pero lo cierto es que en la manos de Dios, e encuentra toda situación que sucede
en este mundo. A Dios no e le escapa nada de su manos.
ORACIÓN
Mi Señor que nunca pueda ver esa situación cuando
la piedras hablen, que pueda haber siempre en tu pueblo profeta que comuniquen
tu palabra; y pueblo que pueda escuchar y arrepentirse. Amén.
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