DÍA 151
31 DE MAYO (NEHEMÍAS 13:1-ESTER 3:15)
CAPÍTULO 13
EXCLUSIÓN DE LOS EXTRANJEROS
1 Aquel día se
leyó en el libro de Moisés a oídos del pueblo, y se halló escrito en él: No
entrará jamás el amonita, ni el moabita en la congregación de Dios, 2
porque no salieron a recibir a los hijos de Israel con pan y agua,
sino que él contrató contra ellos a Balaam, para que los maldijese.
Pero nuestro Dios convirtió la maldición en bendición.
3 Y sucedió
que cuando escucharon la Ley, excluyeron de Israel a todos los extranjeros.
SEGUNDA FASE DE LA REFORMA DE NEHEMÍAS
4 Antes de
esto, el sacerdote Eliasib, siendo encargado de la cámara de la casa de nuestro
Dios, había emparentado con Tobías 5 y le había preparado una gran
cámara en la que antes guardaban las ofrendas vegetales, el incienso, los
utensilios, el diezmo del grano, del vino nuevo y del aceite -que estaban
asignados a los levitas, a los cantores y a los porteros- y la ofrenda para los
sacerdotes.
6 Pero cuando
sucedió todo esto, yo no estaba en Jerusalén, pues en el año 32 de Artajerjes,
rey de Babilonia, volví al rey. Pero después de un tiempo pedí permiso de él, 7
y cuando llegué a Jerusalén, comprendí el mal que había hecho Eliasib en
atención a Tobías, preparándole una cámara en los atrios de la casa de Dios. 8
Esto me desagradó muchísimo y arrojé fuera de la cámara todos los enseres de la
casa de Tobías. 9 Luego ordené que limpiaran las cámaras e hice
volver allí los enseres de la casa de Dios, con las ofrendas vegetales y el
incienso.
10 Asimismo,
me informé de que no habían sido dadas sus porciones a los levitas, por lo que
los levitas y los cantores que hacían el servicio habían huido, cada uno a su
campo. 11 Reprendí a los dirigentes diciendo: "¿Por qué está
abandonada la casa de Dios?" Entonces los reuní y los puse en sus puestos;
12 y todo Judá trajo a los almacenes el diezmo del grano, del vino y
del aceite. 13 Puse a cargo de los almacenes al sacerdote Selemías,
al escriba Sadoc y a Pedaías, uno de los levitas. Al servicio de ellos estaba
Hanán hijo de Zacur, hijo de Matanías; pues ellos eran tenidos por fieles.
Ellos estaban a cargo del reparto a sus hermanos. 14 ¡Acuérdate de
mí, oh Dios mío, con respecto a esto, y no borres las bondades que hice por la
casa de mi Dios y por sus servicios!
15 En aquellos
días vi en Judá a algunos que en sábado pisaban los lagares, acarreaban
gavillas, las cargaban sobre asnos, y también vino, uvas, higos y toda clase de
cargas, y los llevaban a Jerusalén en día de sábado. Les amonesté acerca del
día en que vendían las provisiones. 16 Y la gente de Tiro que
habitaba allí traía pescado y toda mercancía, y vendía en sábado a los
habitantes de Judá en Jerusalén. 17 También reprendí a los principales
de Judá diciéndoles: "¿Por qué hacéis vosotros esta cosa mala, profanando
así el sábado? 18 ¿No hicieron esto vuestros padres, y nuestro Dios
trajo sobre nosotros y sobre esta ciudad toda esta desgracia? ¡Vosotros estáis
añadiendo ira sobre Israel, al profanar el sábado!"
19 Sucedió,
pues, que cuando oscurecía a las puertas de Jerusalén antes del sábado, ordené
que fueran cerradas las puertas y que no las abriesen hasta después del sábado.
Puse en las puertas a algunos de mis criados, para que no dejasen meter cargas
el día de sábado. 20 Los comerciantes y los vendedores de toda clase
de mercancía permanecieron durante la noche fuera de Jerusalén una o dos veces,
21 por lo que les amonesté diciendo: "¿Por qué permanecéis
durante la noche frente al muro? ¡Si lo hacéis otra vez os echaré mano!"
Desde entonces no vinieron en el sábado.
22 Luego mandé
a los levitas que se purificasen y fuesen a guardar las puertas, para
santificar el día de sábado. También por esto acuérdate de mí, oh Dios mío, y
perdóname según la grandeza de tu misericordia.
23 Asimismo,
en aquellos días vi a judíos que habían tomado mujeres de Asdod, de Amón y de
Moab. 24 La mitad de sus hijos hablaban el idioma de Asdod; no
sabían hablar el hebreo, sino el idioma de uno o de otro pueblo. 25
Reñí con ellos, los maldije, golpeé a algunos de ellos, les arranqué los pelos
y les hice jurar por Dios, diciendo: "¡No daréis vuestras hijas a sus
hijos, ni desposaréis sus hijas con vuestros hijos ni con vosotros! 26
¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel? Entre las muchas naciones no hubo rey
como él, amado por su Dios y a quien Dios le había constituido rey de todo
Israel. Con todo, incluso a él le hicieron pecar las mujeres extranjeras. 27
¿Habremos, pues, de escucharos y cometer toda esta gran maldad de actuar con
infidelidad contra nuestro Dios, tomando mujeres extranjeras?"
28 Uno de los
hijos de Joyada, hijo del sumo sacerdote Eliasib, era yerno de Sanbalat el
horonita; por lo que lo ahuyenté de mi lado. 29 ¡Acuérdate de ellos,
oh Dios mío, porque han contaminado el sacerdocio y el pacto de los sacerdotes
y de los levitas!
30 Los
purifiqué, pues, de todo lo extranjero y asigné deberes a los sacerdotes y a
los levitas, cada uno en su tarea. 31 Dispuse lo necesario para la
ofrenda de leña en los tiempos señalados y para las primicias.
¡Acuérdate de mí, oh Dios mío, para bien!
EL LIBRO DE
ESTER
CAPÍTULO
1
LA GLORIA DE PERSIA Y DEL REY ASUERO
1 Esto
aconteció en los días de Asuero (el Asuero que reinó desde la India hasta
Etiopía, sobre 127 provincias). 2 En aquellos días, cuando el rey
Asuero se había sentado en su trono real que estaba en Susa, la capital, 3
en el tercer año de su reinado, hizo un banquete para todos sus magistrados y
servidores. Los jefes del ejército de Persia y de Media, los nobles y los
magistrados de las provincias estaban ante él, 4 mientras les
mostraba por muchos días (180 días) la gloriosa riqueza de su reino y el
costoso esplendor de su grandeza.
5 Una vez cumplidos
estos días, el rey hizo un banquete durante siete días para todo el pueblo que
se hallaba en Susa, la capital, desde el mayor hasta el menor, en el patio de
los jardines del palacio real. 6 Había lienzos de lino blanco y
azul, sujetos por cordones de lino y de púrpura a anillos de plata y a columnas
de mármol. Los divanes de oro y de plata estaban sobre un pavimento de
alabastro, de mármol, de madreperla y de ónice. 7 Y conforme a la
generosidad del rey, daban a beber mucho vino real en vasos de oro, vasos
diferentes unos de otros. 8 La bebida era, de acuerdo con lo
establecido, sin ninguna obligación; porque el rey había mandado a todos los
mayordomos de su casa que se hiciese conforme al gusto de cada uno.
9 También la
reina Vasti hizo un banquete para las mujeres en el palacio real del rey
Asuero.
VASTI PIERDE SU POSICIÓN DE REINA
10 En el
séptimo día, estando el corazón del rey alegre a causa del vino, mandó a
Mehumán, a Bizta, a Harbona, a Bigta, a Abagta, a Zetar y a Carcas (los siete
eunucos que servían personalmente al rey Asuero), 11 que trajesen a
la presencia del rey a la reina Vasti, con su corona real, para mostrar su
belleza a los pueblos y a los gobernantes; porque ella era de hermosa
apariencia. 12 Pero la reina Vasti rehusó comparecer, a pesar de la
orden del rey enviada por medio de los eunucos.
El rey se indignó muchísimo, y se encendió en
él su ira. 13 Entonces el rey, como era la costumbre del rey con los
que conocían la ley y el derecho, preguntó a los sabios conocedores de los
tiempos 14 (hizo que se acercaran a él Carsena, Setar, Admata,
Tarsis, Meres, Marsena, y Memucán, siete magistrados de Persia y de Media que
tenían acceso al rey y que ocupaban los primeros puestos en el reino):
15 -Según la
ley, ¿qué se ha de hacer con la reina Vasti, por no haber cumplido la orden del
rey Asuero, dada por medio de los eunucos?
16 Entonces
Memucán dijo ante el rey y los magistrados:
—La reina Vasti ha actuado mal, no solamente
contra el rey, sino también contra todos los magistrados y contra todos los
pueblos que están en todas las provincias del rey Asuero. 17 Porque
la palabra de la reina llegará a todas las mujeres y les hará mirar con
menosprecio a sus maridos, diciendo: "El rey Asuero ordenó traer a su
presencia a la reina Vasti, pero ella no fue." 18 Y desde este
día las damas de Persia y de Media que hayan oído las palabras de la reina
dirán lo mismo a todos los magistrados del rey, y habrá mucho menosprecio e
indignación. 19 Si al rey le parece bien, salga de su presencia un
decreto real que sea escrito entre las leyes de Persia y de Media, de modo que
no sea abrogado: que Vasti no venga más a la presencia del rey Asuero, y que el
rey dé su dignidad real a otra mejor que ella. 20 La sentencia que
promulgue el rey será oída en todo su reino, inmenso como es; y todas las
mujeres honrarán a sus maridos, desde el mayor hasta el menor.
21 Este
consejo pareció bien al rey y a los magistrados, y el rey hizo conforme al
dicho de Memucán. 22 Entonces envió cartas a todas las provincias
del rey, a cada provincia conforme a su sistema de escritura y a cada pueblo en
su idioma. El expresó, en el idioma de cada pueblo, que todo hombre fuese señor
en su casa.
CAPÍTULO
2
ESTER ES HECHA REINA DE PERSIA
1 Después de
estas cosas, y una vez apaciguada la ira del rey Asuero, él se acordó de Vasti,
de lo que ella había hecho y de lo que se había decidido con respecto a ella. 2
Entonces dijeron los jóvenes que servían al rey: "Búsquense para el rey
jóvenes vírgenes de hermosa apariencia. 3 Nombre el rey oficiales en
todas las provincias de su reino, para que reúnan en Susa, la capital, a todas
las jóvenes vírgenes de hermosa apariencia, en el harén que está bajo el
cuidado de Hegai, eunuco del rey y guardián de las mujeres; y provéase su
tratamiento cosmético. 4 La joven que agrade a los ojos del rey,
reine en lugar de Vasti." Este consejo agradó al rey, y así lo hizo.
5 En Susa, la
capital, había un judío llamado Mardoqueo hijo de Jaír, hijo de Simei, hijo de
Quis, de la tribu de Benjamín, 6 que había sido llevado cautivo de
Jerusalén junto con los cautivos llevados con Joaquín, rey de Judá, a quien Nabucodonosor,
rey de Babilonia, llevó cautivo. 7 Este había criado a Hadasa (que
es Ester), hija de su tío, porque ella no tenía padre ni madre. La joven era de
bella figura y de hermosa apariencia. Cuando murieron su padre y su madre,
Mardoqueo la tomó como hija suya.
8 Sucedió que
al ser oídas la palabra y la disposición del rey, y al ser reunidas muchas
jóvenes en Susa, la capital, bajo el cuidado de Hegai, también Ester fue
llevada a la casa del rey, bajo el cuidado de Hegai, guardián de las mujeres. 9
La joven agradó a sus ojos y obtuvo gracia delante de él, por lo que ordenó que
se le administrasen de inmediato su tratamiento cosmético y su dieta, y que se
le asignasen siete jóvenes escogidas de la casa del rey. Y la trasladó con
ellas a la mejor sección del harén.
10 Ester no
declaró cuál era su pueblo ni su parentela, pues Mardoqueo le había mandado que
no lo dijese. 11 Y cada día Mardoqueo se paseaba frente al patio del
harén para informarse de cómo le iba a Ester y de qué le acontecía.
12 Cuando
llegaba el turno a cada una de las jóvenes para venir al rey Asuero, después de
haber estado doce meses sujetas a lo establecido para las mujeres (porque así
se cumplía su tratamiento cosmético, es decir, seis meses con aceite de mirra y
seis meses con perfumes y ungüentos para mujeres), 13 así es como la
joven venía al rey. Todo lo que ella pidiese se le daba para llevarlo consigo
del harén a la casa del rey. 14 Ella iba al anochecer, y a la mañana
siguiente volvía al segundo harén bajo el cuidado de Saasgaz, eunuco del rey,
guardián de las concubinas. No volvía a ir al rey, salvo si el rey la deseaba,
y era llamada por nombre.
15 Cuando a
Ester hija de Abijail, tío de Mardoqueo, a la que éste había tomado como hija,
le llegó el turno para ir al rey, ninguna cosa pidió aparte de lo que dispuso
Hegai, eunuco del rey, guardián de las mujeres. Así Ester obtenía gracia ante
los ojos de todos los que la veían.
16 Ester fue
llevada al rey Asuero, a su palacio real en el mes décimo, el mes de Tebet, del
séptimo año de su reinado. 17 El rey amó a Ester más que a todas las
mujeres, y ella halló gracia y favor delante de él, más que todas las demás
jóvenes vírgenes. El puso la corona real sobre su cabeza y la proclamó reina en
lugar de Vasti. 18 Entonces el rey ofreció un gran banquete (el
banquete de Ester) a todos sus oficiales y servidores. También hizo reducción
de impuestos a las provincias y dio obsequios, conforme a la facultad del rey.
MARDOQUEO SALVA LA VIDA AL REY
19 Mardoqueo
estaba sentado junto a la puerta real cuando las jóvenes vírgenes eran reunidas
por segunda vez. 20 De acuerdo con lo que Mardoqueo le había
mandado, Ester no había declarado cuál era su parentela ni su pueblo. Ester
hizo según las instrucciones de Mardoqueo, como cuando estaba bajo su
protección.
21 En aquellos
días, estando Mardoqueo sentado junto a la puerta real, Bigtán y Teres, dos
eunucos del rey, guardias de la puerta, se enojaron y conspiraron para quitar
la vida al rey Asuero. 22 Este hecho llegó al conocimiento de
Mardoqueo, quien lo declaró a la reina Ester, y ella se lo dijo al rey en
nombre de Mardoqueo.
23 El hecho
fue investigado y hallado cierto, por lo que ambos fueron colgados en una
horca. Esto fue escrito en el libro de las crónicas, en presencia del rey.
CAPÍTULO
3
DECRETO DE AMÁN CONTRA LOS JUDÍOS
1 Después de
estas cosas, el rey Asuero engrandeció a Amán hijo de Hamedata, el agageo. Lo
enalteció y puso su sitial más alto que el de todos los magistrados que estaban
con él. 2 Todos los servidores del rey que estaban a la puerta real
se arrodillaban y rendían homenaje a Amán, porque así había mandado el rey con
respecto a él. Pero Mardoqueo no se arrodillaba ni le rendía homenaje.
3 Entonces los
servidores del rey que estaban a la puerta real preguntaron a Mardoqueo:
"¿Por qué desobedeces la orden del rey?" 4 Y aconteció que
como le hablaban día tras día de esta manera y él no les hacía caso, lo
denunciaron ante Amán para ver si las palabras de Mardoqueo se mantendrían
firmes; porque él les había declarado que era judío.
5 Cuando Amán
vio que Mardoqueo no se arrodillaba ni le rendía homenaje, Amán se llenó de
ira. 6 Pero tuvo como poca cosa echar mano sólo sobre Mardoqueo,
pues ya le habían declarado cuál era el pueblo de Mardoqueo. Amán procuró
destruir a todos los judíos, el pueblo de Mardoqueo, que estaban en todo el
reino de Asuero.
7 En el mes
primero, que es el mes de Nisán, del año 12 del rey Asuero, fue realizado
delante de Amán un pur, es decir, un sorteo, para elegir un día y un mes. Y
salió el mes duodécimo, que es el mes de Adar. 8 Luego Amán dijo al
rey Asuero:
—Hay un pueblo disperso y diseminado entre los
pueblos en todas las provincias de tu reino, cuyas leyes son diferentes de las
de cualquier pueblo. Ellos no observan las leyes del rey, y el rey no tiene
ventaja en dejarlos vivir. 9 Si al rey le parece bien, decrétese por
escrito que se los destruya, y yo pesaré en manos de los administradores de las
obras públicas 10.000 talentos de plata, que serán traídos a los tesoros del
rey.
10 Entonces el
rey se quitó el anillo de su mano y se lo dio a Amán hijo de Hamedata, el
agageo, enemigo de los judíos. 11 Y el rey dijo a Amán:
—La plata sea para ti, y también el pueblo,
para que hagas con él lo que te parezca bien.
12 Entonces
fueron llamados los escribas del rey, el día 13 del mes primero, y conforme a
todo lo que mandó Amán se escribió a los sátrapas del rey, a los gobernadores
de cada provincia y a los magistrados de cada pueblo. A cada provincia se escribió
según su escritura, y a cada pueblo en su idioma. Se escribió en nombre del rey
Asuero y se selló con el anillo real. 13 Y las cartas fueron
enviadas por medio de mensajeros, a todas las provincias del rey, para
destruir, matar y exterminar a todos los judíos, desde los jóvenes hasta los
ancianos, los niños y las mujeres, en un solo día, el 13 del mes duodécimo, que
es el mes de Adar, y para tomar botín de ellos. 14 Una copia del
documento debía ser promulgada como ley en cada provincia y debía ser proclamada
a todos los pueblos, a fin de que estuviesen preparados para aquel día. 15
Los mensajeros salieron apresurados por mandato del rey. El decreto fue
promulgado en Susa, la capital. Luego el rey y Amán se sentaron a beber, pero
la ciudad de Susa estaba consternada.
CUIDANDO DE NO TRASPASAR EL LÍMITE DEL CELO POR LA COSA DE DIOS
REFLEXIÓN
¡Acuérdate de mí, oh Dios mío, para bien! (Neh.
13:31)
Seguimos encontrando característica de un líder
en Nehemías, vemos en sus escritos muchas frases como esta. Siempre las dice después
de hacer una reprensión o castigo fuerte, cuando corrige hasta a los sacerdotes
o a lo levitas. En otras ocasiones reprende fuertemente al pueblo, la da por la
cabeza, le arranca las barbas. Entonces dice una frase parecida a esta, como
pidiendo perdón a Dios por su actuar fuerte. Compensando sus emociones y
pensamientos, pero a quien no le sucedió eso liderando al pueblo. A Moisés en
muchas ocasiones le colmaron la paciencia, al hombre más manso obre la tierra.
A veces actuamos así y nos dejamos llevar por nuestras emociones. Pero Dios
comprende nuestro actuar, como comprendió el de Nehemías. Pero Nehemías tenía
celo por hacer la cosa de Dios correctamente, y por eso actuaba así en ciertas
ocasiones. Debemos de tener cuidad de confundir eso con mal carácter, eso si no
agrada a Dios.
ORACIÓN
Mi Señor te pido que controles mi mal carácter,
que pueda predominar en mí el querer
corregir a tu pueblo del mal camino. Amén.
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