DÍA 139
19 DE MAYO (2º CRÓNICAS 21:1-24:27)
CAPÍTULO 21
1 Josafat
reposó con sus padres y fue sepultado con ellos en la Ciudad de David. Y su
hijo Joram reinó en su lugar.
JORAM, REY DE JUDÁ
2 Joram tenía
estos hermanos, hijos de Josafat: Azarías, Yejiel, Zacarías, Azariahu, Micael y
Sefatías. Todos éstos eran hijos de Josafat, rey de Judá. 3 Su padre
les había dado muchos regalos de plata, oro y cosas preciosas, junto con
ciudades fortificadas en Judá; pero a Joram le había dado el reino, porque él
era el primogénito. 4 Joram ascendió al trono de su padre, y después
que se hizo fuerte, mató a espada a todos sus hermanos y también a algunos de
los jefes de Israel. 5 Joram tenía 32 años cuando comenzó a reinar,
y reinó 8 años en Jerusalén.
6 El anduvo en
el camino de los reyes de Israel, como hizo la casa de Acab, porque tenía por
mujer a una hija de Acab. E hizo lo malo ante los ojos de Jehovah. 7
Sin embargo, Jehovah no quiso destruir la casa de David, a causa del pacto que
había hecho con David. Porque había prometido darle una lámpara a él, y a sus
hijos, continuamente.
8 En sus días
Edom se rebeló contra el dominio de Judá, y constituyeron un rey sobre ellos. 9
Entonces Joram fue con sus oficiales y todos sus carros con él. Y sucedió que
levantándose de noche, atacó a los edomitas que les habían cercado a él y a los
jefes de los carros. 10 Así se rebeló Edom contra el dominio de
Judá, hasta el día de hoy. Por aquel tiempo, también Libna se rebeló contra su
dominio, porque él había abandonado a Jehovah, Dios de sus padres.
11 Además,
edificó lugares altos en los montes de Judá e hizo que los habitantes de
Jerusalén se prostituyeran; y a lo mismo empujó a Judá. 12 Entonces
le llegó una carta del profeta Elías que decía:
Así ha dicho Jehovah, Dios de tu padre David:
"Por cuanto no has andado en los caminos de tu padre Josafat, ni en los
caminos de Asa, rey de Judá, 13 sino que has andado en los caminos
de los reyes de Israel y has hecho que Judá y los habitantes de Jerusalén se
prostituyan, como se ha prostituido la casa de Acab, y además has asesinado a
tus hermanos, a la familia de tu padre, los cuales eran mejores que tú, 14
he aquí que por eso Jehovah traerá una gran plaga sobre tu pueblo, sobre tus
hijos, sobre tus mujeres y sobre todos tus bienes. 15 Y a ti te
herirá con muchas enfermedades. Una enfermedad de los intestinos ocasionará que
éstos se te salgan a causa de la enfermedad, día tras día."
16 Jehovah
despertó contra Joram el espíritu de los filisteos y de los árabes que estaban
al lado de los etíopes, 17 y subieron contra Judá y la invadieron.
Luego tomaron todos los bienes que hallaron en el palacio real, y también a sus
hijos y a sus mujeres. No le quedó más hijo que Ocozías, el menor de sus hijos.
18 Después de todo esto Jehovah lo hirió con una enfermedad
incurable en sus intestinos. 19 Y sucedió que con el transcurso de
los días, al final de dos años, se le salieron los intestinos a causa de su
enfermedad, y murió con graves dolores. Su pueblo no hizo una hoguera por él,
como la habían hecho por sus padres.
20 Tenía 32
años cuando comenzó a reinar, y reinó 8 años en Jerusalén; y se fue sin ser
deseado. Lo sepultaron en la Ciudad de David, pero no en los sepulcros de los
reyes.
CAPÍTULO
22
OCOZÍAS, REY DE JUDÁ
1 Los
habitantes de Jerusalén proclamaron rey en su lugar a Ocozías, su hijo menor,
porque una banda armada que había venido con los árabes al campamento había
matado a todos los mayores. Por eso asumió el reinado Ocozías hijo de Joram,
rey de Judá. 2 Ocozías tenía 22 años cuando comenzó a reinar, y
reinó un año en Jerusalén. El nombre de su madre era Atalía hija de Omri.
3 El anduvo en
los caminos de la casa de Acab, porque su madre le aconsejaba a que actuase
impíamente. 4 E hizo lo malo ante los ojos de Jehovah, como la casa
de Acab; porque después de la muerte de su padre, ellos le aconsejaban para su
perdición. 5 También siguió sus consejos y con Joram hijo de Acab,
rey de Israel, fue a la guerra contra Hazael, rey de Siria, en Ramot de Galaad.
Los sirios hirieron a Joram, 6 y éste volvió a Jezreel para curarse
de las heridas que le habían ocasionado en Ramot cuando combatía contra Hazael,
rey de Siria. Entonces Ocozías hijo de Joram, rey de Judá, descendió a Jezreel
para ver a Joram hijo de Acab, porque éste estaba enfermo.
7 La caída de
Ocozías, al visitar a Joram, ocurrió de parte de Dios, pues cuando llegó, salió
con Joram contra Jehú hijo de Nimsi, al cual Jehovah había ungido para que
exterminase a la casa de Acab. 8 Y sucedió que cuando Jehú ejecutaba
juicio contra la casa de Acab, encontró a los jefes de Judá y a los hijos de
los hermanos de Ocozías, que servían a Ocozías, y los mató. 9
Después mandó buscar a Ocozías, y lo capturaron en Samaria, donde se había
escondido; lo llevaron a Jehú y lo mataron. Y le dieron sepultura, porque
dijeron: "Era hijo de Josafat, quien buscó a Jehovah con todo su
corazón."
No quedó nadie de la casa de Ocozías para
retener el poder del reino.
ATALÍA USURPA EL TRONO DE JUDÁ
10 Cuando
Atalía, madre de Ocozías, vio que su hijo había muerto, se levantó y exterminó
a toda la descendencia real de la casa de Judá. 11 Pero Josabet,
hija del rey, tomó a Joás hijo de Ocozías, lo sacó a escondidas de entre los
hijos del rey a quienes estaban dando muerte, y puso a él y a su nodriza en un
dormitorio. Josabet, hija del rey Joram y mujer del sacerdote Joyada (siendo
ella hermana de Ocozías), lo escondió de Atalía, para que no lo matara. 12
Y estuvo escondido con ellos en la casa de Dios seis años. Entre tanto, Atalía
reinaba en el país.
CAPÍTULO
23
JOÁS ASCIENDE AL TRONO DE JUDÁ
1 Al séptimo
año, Joyada cobró ánimo y trajo, para hacer un convenio con él, a jefes de
centenas: Azarías hijo de Jerojam, Ismael hijo de Johanán, Azarías hijo de
Obed, Maasías hijo de Adaías y Elisafat hijo de Zicri. 2 Ellos
recorrieron Judá y reunieron a los levitas de todas las ciudades de Judá y a
los jefes de las casas paternas de Israel, y fueron a Jerusalén. 3
Entonces toda la congregación hizo un convenio con el rey en la casa de Dios, y
Joyada les dijo:
—He aquí el hijo del rey, el cual reinará, como
Jehovah ha prometido acerca de los hijos de David. 4 Esto es lo que
habéis de hacer: Una tercera parte de vosotros, los sacerdotes y los levitas
que entráis de turno el sábado, estaréis de porteros. 5 Otra tercera
parte estará en la casa del rey, y la otra tercera parte estará en la puerta
del Cimiento. Todo el pueblo estará en los atrios de la casa de Jehovah, 6
pero nadie entrará en la casa de Jehovah, excepto los sacerdotes y los levitas
que sirven. Estos podrán entrar, porque están consagrados; y todo el pueblo
guardará la ordenanza de Jehovah. 7 Entonces los levitas formarán un
círculo alrededor del rey, cada uno con sus armas en su mano. Cualquiera que
entre en el templo morirá. Estaréis con el rey cuando entre y cuando salga.
8 Los levitas
y todo Judá hicieron conforme a todo lo que había mandado el sacerdote Joyada.
Tomaron cada uno a sus hombres, a los que habían de entrar el sábado y a los
que habían de salir el sábado, porque el sacerdote Joyada no dio licencia a los
grupos. 9 El sacerdote Joyada dio a los jefes de centenas las lanzas
y los escudos pequeños y grandes que habían sido del rey David, y que estaban
en la casa de Dios. 10 Luego puso a toda la gente en su lugar, cada
uno con su lanza en la mano, desde el lado sur del templo hasta el lado norte
del templo, entre el altar y el templo, alrededor del rey.
11 Luego
sacaron al hijo del rey, le pusieron la corona, le dieron el testimonio y le
proclamaron rey. Joyada y sus hijos lo ungieron diciendo:
—¡Viva el rey!
12 Cuando
Atalía oyó el bullicio de la gente que corría y loaba al rey, se acercó a la
gente en la casa de Jehovah. 13 Y cuando miró, he aquí que el rey
estaba de pie junto a su columna, a la entrada. Los magistrados y los que
tocaban las trompetas estaban junto al rey. Todo el pueblo de la tierra se
regocijaba y tocaba las trompetas, y los cantores dirigían la alabanza con
instrumentos musicales. Entonces Atalía rasgó sus vestidos y gritó:
—¡Conspiración! ¡Conspiración!
14 Luego el
sacerdote Joyada sacó a los jefes de centenas que estaban al mando del
ejército, y les dijo:
—¡Sacadla de entre las filas; y el que la siga
sea muerto a espada!
Porque el sacerdote había dicho que no la
matasen en la casa de Jehovah. 15 Entonces le echaron mano, y cuando
ella llegó a la entrada de la puerta de los Caballos de la casa del rey, allí
la mataron.
16 Joyada hizo
un pacto entre él, todo el pueblo y el rey, de que serían el pueblo de Jehovah.
17 Después todo el pueblo entró en el templo de Baal, y lo destruyeron.
Rompieron sus altares y sus imágenes, y delante de los altares mataron a Matán,
sacerdote de Baal.
18 Luego
Joyada designó oficiales para la casa de Jehovah, a cargo de los sacerdotes
levitas, a quienes David había organizado para estar a cargo de la casa de
Jehovah, a fin de ofrecer los holocaustos de Jehovah, como está escrito en la
ley de Moisés, con alegría y canto, conforme a lo establecido por David. 19
También puso porteros junto a las puertas de la casa de Jehovah, para que no
entrase ninguna persona impura por cualquier razón.
20 Después
tomó a los jefes de centenas, a los poderosos, a los que gobernaban el pueblo y
a todo el pueblo de la tierra; e hizo descender al rey desde la casa de
Jehovah. Entraron en la casa del rey por la puerta superior, e hicieron que el
rey se sentase en el trono del reino. 21 Todo el pueblo de la tierra
se regocijó, y la ciudad estaba en calma, después que a Atalía le habían dado
muerte a espada.
CAPÍTULO 24
1 Joás tenía 7
años cuando comenzó a reinar, y reinó 40 años en Jerusalén. El nombre de su
madre era Sibia, de Beerseba.
JOÁS RESTAURA EL TEMPLO
2 Joás hizo lo
recto ante los ojos de Jehovah, todo el tiempo del sacerdote Joyada. 3
Joyada tomó para el rey dos mujeres, y éste engendró hijos e hijas.
4 Aconteció
después de esto que Joás decidió reparar la casa de Jehovah. 5
Entonces reunió a los sacerdotes y a los levitas, y les dijo:
—Recorred las ciudades de Judá y reunid de
todo Israel el dinero para reparar de año en año la casa de vuestro Dios. Poned
diligencia en este asunto.
Pero los levitas no pusieron diligencia. 6
Entonces el rey llamó a Joyada, el sumo sacerdote, y le dijo:
—¿Por qué no has requerido de los levitas que
traigan de Judá y de Jerusalén la contribución que Moisés, siervo de Jehovah, y
la congregación de Israel establecieron para el tabernáculo del testimonio?
7 Pues los
hijos de la malvada Atalía habían arruinado la casa de Dios, y también habían
empleado para los Baales todas las cosas sagradas de la casa de Jehovah.
8 Entonces el
rey dijo que hiciesen un cofre, que pusieron fuera, junto a la puerta de la
casa de Jehovah. 9 Luego hicieron pregonar en Judá y en Jerusalén
que trajesen a Jehovah la contribución que Moisés, siervo de Dios, había
establecido para Israel en el desierto. 10 Entonces se regocijaron
todos los jefes y todo el pueblo, y traían sus contribuciones y las echaban en
el cofre, hasta llenarlo. 11 Y sucedía que cuando llegaba el tiempo
para llevar el cofre al oficial del rey por medio de los levitas, y cuando
veían que había mucho dinero, el escriba del rey y el oficial del sumo
sacerdote iban y vaciaban el cofre, y lo tomaban y lo volvían a poner en su
lugar. Así lo hacían a diario, y recogían mucho dinero. 12 Luego el
rey y Joyada lo entregaban a los que hacían la obra de reparación de la casa de
Jehovah. Así contrataban canteros y carpinteros para que restauraran la casa de
Jehovah; igualmente trabajadores en hierro y en bronce, para que reparasen la
casa de Jehovah.
13 Los obreros
trabajaban, y la obra de restauración progresó en sus manos. Restauraron la
casa de Dios a su primer estado y la reforzaron. 14 Cuando acabaron,
llevaron al rey y a Joyada lo que quedó del dinero, y con él hicieron
utensilios para la casa de Jehovah: utensilios para el servicio y para ofrecer
holocaustos, cucharas y utensilios de oro y de plata. Continuamente ofrecían
holocaustos en la casa de Jehovah, todos los días de Joyada.
MUERTE DE JOYADA Y APOSTASÍA DE JOÁS
15 Entonces
Joyada envejeció y murió lleno de años. Tenía 130 años cuando murió, 16
y lo sepultaron en la Ciudad de David, junto con los reyes, porque había hecho
bien en Israel para con Dios y su casa.
17 Después de
la muerte de Joyada vinieron los jefes de Judá y se postraron ante el rey, y el
rey los escuchó. 18 Entonces abandonaron la casa de Jehovah, Dios de
sus padres, y rindieron culto a los árboles rituales de Asera y a los ídolos. Y
la ira de Dios vino contra Judá y contra Jerusalén, a causa de esta culpa suya.
19 Sin embargo, les envió profetas para que los hiciesen volver a
Jehovah; y éstos les amonestaron, pero ellos no escucharon.
CRIMEN DE JOÁS CONTRA ZACARÍAS
20 Entonces el
Espíritu de Dios invistió a Zacarías, hijo del sacerdote Joyada, quien se puso
de pie donde estaba más alto que el pueblo y les dijo:
—Así ha dicho Dios: "¿Por qué quebrantáis
los mandamientos de Jehovah? No prosperaréis; porque por haber abandonado a
Jehovah, él también os abandonará."
21 Pero ellos
conspiraron contra él, y por mandato del rey lo apedrearon en el atrio de la casa
de Jehovah. 22 El rey Joás no se acordó de la bondad que Joyada,
padre de Zacarías, había mostrado con él. Más bien, mató a su hijo, quien dijo
al morir: "¡Jehovah lo vea y lo demande!"
ULTIMOS AÑOS Y MUERTE DE JOÁS
23 Aconteció
que al año siguiente subió contra él el ejército de Siria. Vinieron a Judá y a
Jerusalén, destruyeron de entre la población a todos los magistrados del pueblo
y enviaron todo su botín al rey en Damasco. 24 Aunque el ejército de
Siria había venido con poca gente, Jehovah entregó en su mano un ejército muy
numeroso, porque habían abandonado a Jehovah, Dios de sus padres. Así
ejecutaron juicio contra Joás.
25 Cuando los
sirios se alejaron de él, lo dejaron gravemente enfermo. Después conspiraron
contra él sus servidores, a causa de la sangre del hijo del sacerdote Joyada.
Lo hirieron de muerte en su cama, y murió. Y lo sepultaron en la Ciudad de
David, pero no en los sepulcros de los reyes. 26 Los que conspiraron
contra él fueron Zabad, hijo de Simeat la amonita, y Jozabad, hijo de Simrit la
moabita.
27 Lo
referente a sus hijos, a las muchas profecías acerca de él y a la restauración
de la casa de Jehovah, he aquí que está escrito en la historia del libro de los
reyes. Y su hijo Amasías reinó en su lugar.
CUANDO PODREMOS VER Y ESCUCHAR UN VERDADERO PROFETA DE DIOS
REFLEXIÓN
…les envió profetas para que los hiciesen
volver a Jehovah; y éstos les amonestaron, pero ellos no escucharon. (2Cro.
24:19)
Que corazón tan duro
el del pueblo de Dios, después que muere el sacerdote Joyada vinieron los mimos
jefes de las casas paternas de Judá; para decir al rey que debían adorar a otros
dioses. Pero vemos en este versículo cual e el propósito de los profeta de
Dios, hacer volver al pueblo de Dios de su error. Dios los envía para amonestar
al pueblo, para que por medio de la palabra de él que pone en sus bocas; el
pueblo desista del mal en que se encuentra y su vuelva a Dios. No sé qué pasa
con los profetas de hoy día, que algunos se vuelven profetas del desastre pero no
amonestan al pueblo, otros tienen visiones y sueños pero no buscan cambiar el
pensamiento del pueblo de Dios y por otra parte nunca faltan los falsos
profetas que hablan de paz y prosperidad y buscan mantener al pueblo de Dios en
la condición que se encuentran.
ORACIÓN
Mi Dios y Señor
permite que puedan venir verdaderos profetas de parte tuya, que nos ayuden a
mejorar nuestra relación contigo. Amén.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Puedes dejar tu comentario acerca del tema que se esta tratando en el momento o responder a algún otro comentario que alguien haya dejado, pero no se permitirán comentarios obscenos, discriminatorios ni despreciativos en esta página.