DÍA 137
17 DE MAYO (2º CRÓNICAS 13:1-17:19)
CAPÍTULO 13
ABÍAS REY DE JUDÁ
1 En el año 18
del rey Jeroboam comenzó a reinar Abías sobre Judá, 2 y reinó tres
años en Jerusalén. El nombre de su madre era Maaca hija de Uriel, de Gabaa.
Hubo guerra entre Abías y Jeroboam. 3
Abías dispuso la batalla con un ejército de 400.000 hombres de guerra
escogidos. Jeroboam preparó la batalla contra él con 800.000 hombres escogidos
y valientes.
4 Abías se
levantó sobre el monte Zemaraim, que está en la región montañosa de Efraín, y
dijo: "Oídme, Jeroboam y todo Israel: 5 ¿No sabéis vosotros que
Jehovah Dios de Israel dio a David el reinado sobre Israel para siempre, a él y
a sus hijos, mediante un pacto de sal? 6 Pero Jeroboam hijo de
Nabat, servidor de Salomón hijo de David, se levantó y se rebeló contra su
señor. 7 Con él se agruparon hombres ociosos y perversos, que
pudieron más que Roboam hijo de Salomón, pues Roboam era joven e inmaduro de
corazón, y no se mantuvo fuerte ante ellos. 8 Y ahora vosotros
tratáis de resistir al reinado de Jehovah que está en manos de los hijos de
David, porque sois muchos y tenéis con vosotros los becerros de oro que
Jeroboam os hizo como dioses. 9 ¿No habéis excluido a los sacerdotes
de Jehovah, los hijos de Aarón, y a los levitas, y os habéis hecho sacerdotes a
la manera de los pueblos de otras tierras? Cualquiera que venga a consagrarse
con un becerro y siete carneros se convierte en sacerdote de lo que no es Dios.
10 Pero en cuanto a nosotros, Jehovah es nuestro Dios, y no le hemos
abandonado. Los sacerdotes que sirven a Jehovah son los hijos de Aarón, y los
levitas están en la obra. 11 Ellos ofrecen a Jehovah los holocaustos
cada mañana y cada tarde, queman el incienso aromático, hacen la presentación
del pan sobre la mesa limpia y encienden el candelabro de oro con sus lámparas,
para que ardan cada noche. Nosotros guardamos la ordenanza de Jehovah nuestro
Dios, pero vosotros le habéis abandonado. 12 He aquí que Dios está
con nosotros, a la cabeza, y sus sacerdotes tienen las trompetas de estrépito
para tocar contra vosotros. ¡Oh hijos de Israel, no luchéis contra Jehovah,
Dios de vuestros padres; porque no os irá bien!"
13 Pero
Jeroboam puso una emboscada a fin de alcanzarlos por la retaguardia, de manera
que estaban frente a Judá, pero tenían la emboscada a espaldas de ellos. 14
Judá se volvió, y he aquí que tenían la batalla por delante y por detrás.
Entonces clamaron a Jehovah, y los sacerdotes tocaron las trompetas. 15
Los hombres de Judá gritaron con estruendo; y sucedió que mientras gritaban los
hombres de Judá, Dios desbarató a Jeroboam y a todo Israel delante de Abías y
de Judá. 16 Los hijos de Israel huyeron delante de Judá, y Dios los
entregó en su mano. 17 Abías y su gente les ocasionaron una gran
derrota, y de Israel cayeron muertos 500.000 hombres escogidos. 18
Así fueron humillados los hijos de Israel en aquel tiempo, pero los hijos de
Judá se hicieron fuertes, porque se apoyaban en Jehovah, Dios de sus padres.
19 Abías
persiguió a Jeroboam y le tomó las ciudades de Betel con sus aldeas, Jesana con
sus aldeas y Efrón con sus aldeas. 20 Jeroboam no recuperó su
poderío en los días de Abías. Después Jehovah lo hirió, y murió. 21
Pero Abías se hizo fuerte. Tomó para sí catorce mujeres, y engendró veintidós
hijos y dieciséis hijas.
22 Los demás
hechos de Abías, sus caminos y sus palabras están escritos en la historia del profeta
Ido.
CAPÍTULO 14
1 Abías reposó
con sus padres, y lo sepultaron en la Ciudad de David. Y su hijo Asa reinó en
su lugar, en cuyos días la tierra tuvo tranquilidad durante diez años.
ASA, REY DE JUDÁ
2 Asa hizo lo
bueno y lo recto ante los ojos de Jehovah su Dios. 3 Quitó los
altares de culto extraño y los lugares altos, rompió las piedras rituales y
quebró los árboles rituales de Asera. 4 Mandó a los de Judá que
buscaran a Jehovah, Dios de sus padres, y que pusieran por obra la ley y los
mandamientos. 5 Quitó los lugares altos y los altares de incienso de
todas las ciudades de Judá.
El reino estuvo en calma bajo él, 6
y edificó ciudades fortificadas en Judá, porque había tranquilidad en la
tierra. En aquellos años no había guerra contra él, porque Jehovah le había
dado reposo. 7 Por tanto, dijo a Judá: "Edifiquemos estas
ciudades y rodeémoslas de murallas, torres, puertas y cerrojos, mientras la
tierra esté ante nosotros, porque hemos buscado a Jehovah nuestro Dios. Le
hemos buscado, y él nos ha dado reposo por todas partes." Entonces
edificaron y fueron prosperados.
8 Asa tuvo un
ejército de 300.000 de Judá, que llevaba escudos grandes y lanzas; también tuvo
280.000 de Benjamín, quienes llevaban escudos pequeños y disparaban con el
arco. Todos eran hombres valientes.
9 Zéraj el
etíope salió contra ellos con un ejército de 1.000.000 de hombres y 300 carros,
y llegó hasta Maresa. 10 Asa salió contra él, y dispusieron la
batalla en el valle de Sefata, junto a Maresa. 11 Asa invocó a
Jehovah su Dios, diciendo: "¡Oh Jehovah, no hay otro como tú para ayudar
tanto al poderoso como al que no tiene fuerzas! Ayúdanos, oh Jehovah, Dios
nuestro, porque en ti nos apoyamos y en tu nombre vamos contra esta multitud.
¡Oh Jehovah, tú eres nuestro Dios; no prevalezca contra ti el hombre!"
12 Entonces
Jehovah desbarató a los etíopes delante de Asa y de Judá, y los etíopes
huyeron. 13 Asa y la gente que estaba con él los persiguieron hasta
Gerar. Cayeron tantos de los etíopes que no quedaron sobrevivientes de ellos,
porque fueron destrozados delante de Jehovah y de su ejército, y les tomaron un
gran botín. 14 Atacaron también todas las ciudades de los
alrededores de Gerar, porque el terror de Jehovah había caído sobre éstas.
Saquearon todas las ciudades, porque en ellas había mucho botín. 15
Asimismo, cayeron sobre las tiendas de los que tenían ganado, y se llevaron
muchas ovejas y camellos. Luego volvieron a Jerusalén.
CAPÍTULO 15
PACTO DE ASA CON JEHOVAH
1 Entonces el
Espíritu de Dios vino sobre Azarías hijo de Oded, 2 quien salió al encuentro
de Asa y le dijo: "Oídme, Asa y todo Judá y Benjamín: Jehovah estará con
vosotros cuando vosotros estéis con él. Si le buscáis, él se dejará hallar;
pero si le abandonáis, él os abandonará. 3 Por mucho tiempo ha
estado Israel sin el Dios verdadero, sin sacerdote que les enseñase, y sin ley.
4 Pero cuando en su tribulación se volvieron a Jehovah Dios de
Israel y le buscaron, él se dejó hallar por ellos. 5 En aquellos
tiempos no había paz ni para el que salía, ni para el que entraba, porque había
muchas aflicciones sobre todos los habitantes de los países. 6 Una
nación era destruida por otra nación, y una ciudad por otra ciudad, porque Dios
los turbaba con toda clase de calamidades. 7 Pero vosotros,
esforzaos; no desfallezcan vuestras manos, porque vuestra obra tiene
recompensa."
8 Cuando Asa
oyó estas palabras y la profecía del profeta Oded, tomó ánimo y quitó los
ídolos abominables de toda la tierra de Judá y de Benjamín, así como de las
ciudades que él había tomado en la región montañosa de Efraín. También reparó
el altar de Jehovah que estaba delante del pórtico de la casa de Jehovah. 9
Después reunió a todo Judá y Benjamín, y a los que residían con ellos de
Efraín, Manasés y Simeón; pues muchos de Israel se habían pasado a él, al ver
que Jehovah su Dios estaba con él.
10 Se
reunieron, pues, en Jerusalén en el mes tercero del año 15 del reinado de Asa. 11
Aquel día ofrecieron como sacrificio a Jehovah, del botín que habían traído,
700 vacas y 7.000 ovejas. 12 Luego hicieron un pacto prometiendo que
buscarían a Jehovah, Dios de sus padres, con todo su corazón y con toda su
alma; 13 y que todo el que no buscase a Jehovah Dios de Israel
muriese, fuera grande o pequeño, hombre o mujer. 14 Y lo juraron a
Jehovah en voz alta y con júbilo, al son de trompetas y de cornetas. 15
Todos los de Judá se alegraron por dicho juramento, porque juraron con todo su
corazón. Así buscaron a Jehovah con toda su voluntad, y él se dejó hallar por
ellos. Y Jehovah les dio reposo por todas partes.
16 También
depuso a Maaca, madre del rey Asa, de ser reina madre, porque ella había hecho
una monstruosa imagen de Asera. Asa destruyó la monstruosa imagen, la desmenuzó
y la quemó junto al arroyo de Quedrón. 17 Aunque no quitó de Israel
los lugares altos, sin embargo, el corazón de Asa fue íntegro todos sus días. 18
El introdujo en la casa de Dios lo que había consagrado su padre y lo que él
mismo había consagrado: plata, oro y utensilios.
CAPÍTULO 16
PACTO DE ASA CON BEN-HADAD
19 No hubo
guerra hasta el año 35 del reinado de Asa. 1 Pero en el año 36 del
reinado de Asa, Baasa rey de Israel subió contra Judá y estaba reedificando
Ramá para no dejar que ninguno tuviera acceso a Asa, rey de Judá. 2
Entonces Asa sacó plata y oro de los tesoros de la casa de Jehovah y de la casa
del rey, y los envió a Ben-hadad, rey de Siria, que habitaba en Damasco,
diciendo: 3 "Haya alianza entre tú y yo, como la había entre mi
padre y tu padre. He aquí, yo te envío plata y oro; vé y anula tu alianza con
Baasa, rey de Israel, para que él se retire de mí."
4 Ben-hadad
consintió con el rey Asa. Envió contra las ciudades de Israel a los jefes de
sus ejércitos, y atacaron Ijón, Dan, Abel-maim y todas las ciudades almacenes
de Neftalí.
5 Cuando Baasa
oyó esto, dejó de reedificar Ramá e hizo cesar su obra. 6 Entonces
el rey Asa trajo a todo Judá, y se llevaron las piedras y la madera de Ramá,
con que Baasa edificaba. Y con ellas reedificó Geba y Mizpa.
7 En aquel
tiempo el vidente Hanani fue a Asa, rey de Judá, y le dijo: "Por haberte
apoyado en el rey de Siria y no haberte apoyado en Jehovah tu Dios, por eso el
ejército del rey de Siria se ha escapado de tu mano. 8 ¿No eran los
etíopes y los libios un ejército numerosísimo, con muchos carros y jinetes? Con
todo, porque te apoyaste en Jehovah, él los entregó en tu mano. 9
Porque los ojos de Jehovah recorren toda la tierra para fortalecer a los que
tienen un corazón íntegro para con él. Locamente has actuado en esto, y de
ahora en adelante habrá guerras contra ti."
10 Asa se
enojó contra el vidente y lo puso en la cárcel, porque se encolerizó contra él
por esto. En aquel tiempo también maltrató a algunos del pueblo.
ULTIMOS AÑOS Y MUERTE DE ASA
11 He aquí que
los hechos de Asa, los primeros y los últimos, están escritos en el libro de
los reyes de Judá y de Israel. 12 En el año 39 de su reinado Asa se
enfermó de los pies. Su enfermedad fue muy grave; pero aun en su enfermedad no
consultó a Jehovah, sino a los médicos. 13 Asa reposó con sus padres
y murió en el año 41 de su reinado, 14 y lo sepultaron en el
sepulcro que él había cavado para sí en la Ciudad de David. Lo recostaron en un
féretro, el cual llenaron de especias aromáticas y de todo tipo de ungüentos y
mezclas de ungüentos, e hicieron una gran hoguera en su honor.
CAPÍTULO 17
EL REY JOSAFAT Y SUS REFORMAS
1 En lugar de
Asa reinó su hijo Josafat, quien se hizo fuerte contra Israel. 2
Puso tropas en todas las ciudades fortificadas de Judá, y puso destacamentos en
la tierra de Judá y en las ciudades de Efraín que su padre Asa había tomado.
3 Jehovah
estuvo con Josafat, porque anduvo en los primeros caminos de su padre David, y
no acudió a los Baales. 4 Más bien, buscó al Dios de su padre,
andando según sus mandamientos y no según las obras de Israel. 5 Por
eso Jehovah afirmó el reino en su mano. Todo Judá daba presentes a Josafat, y
él tuvo riquezas y gloria en abundancia. 6 Elevó su corazón hacia
los caminos de Jehovah, y quitó otra vez de Judá los lugares altos y los
árboles rituales de Asera.
7 En el tercer
año de su reinado envió a sus magistrados -Benjail, Abdías, Zacarías, Natanael
y Micaías-, para que enseñasen en las ciudades de Judá. 8 Y con
ellos, a los levitas Semaías, Netanías, Zebadías, Asael, Semiramot, Jonatán,
Adonías, Tobías y Tob-adonías; y con los levitas, a los sacerdotes Elisama y
Joram. 9 Ellos enseñaron en Judá, llevando consigo el libro de la
Ley de Jehovah. E hicieron una gira por todas las ciudades de Judá, instruyendo
al pueblo.
10 El temor de
Jehovah cayó sobre todos los reinos de las tierras que estaban alrededor de
Judá, y no hicieron guerra contra Josafat. 11 Algunos de los
filisteos traían a Josafat presentes y tributos de plata. También los árabes le
llevaban ganado: 7.700 carneros y 7.700 machos cabríos. 12 Josafat
se fue engrandeciendo más y más, y edificó en Judá fortalezas y ciudades
almacenes. 13 Tenía muchas provisiones en las ciudades de Judá.
El tenía en Jerusalén guerreros y hombres
valientes. 14 Esta era la lista de ellos, según sus casas paternas:
Los jefes de millares de Judá: el jefe Adnas,
y con él, 300.000 hombres valientes. 15 A su lado, el jefe Johanán,
y con él, 280.000. 16 A su lado, Amasías hijo de Zicri, que se había
ofrecido voluntariamente a Jehovah, y con él, 200.000 hombres valientes.
17 Los de
Benjamín: Eliada, un hombre valiente, y con él, 200.000 hombres armados de arco
y escudo. 18 A su lado, Jozabad, y con él, 180.000 hombres listos
para la guerra. 19 Estos eran servidores del rey, sin contar los que
el rey había puesto en las ciudades fortificadas, por todo Judá.
CUIDADO CON ROBARLE LA GLORIA A DIOS
REFLEXIÓN
El temor de Jehovah cayó sobre todos los
reinos de las tierras que estaban alrededor de Judá, y no hicieron guerra
contra Josafat. (2Cro. 17:10)
A veces pensamos que nosotros mismos somos
fuertes, que tenemos gran inteligencia, que la gente a nuestro alrededor nos
admira. Pero nos equivocamos en todo esto, si no fuera porque que cayera el
temor de Dios en las persona que nos rodean; seríamos completamente ignorados.
Jamás debemos olvidar esto, no es por nuestros méritos; es porque tenemos la
gracia de Dios. Si es que realmente somos sus hijos, o lo tenemos como nuestro
Dios soberano. Pero esa gloria no es de nosotros, no debemos aprovecharnos de
la gracia de Dios.
ORACIÓN
Mi Dios siempre eres fiel para con nosotros,
que pueda yo serte fiel en todo momento. Amén.
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