DÍA 141
21 DE MAYO (2º CRÓNICAS 29:1-31:21)
CAPÍTULO 29
EZEQUÍAS Y EL RETORNO A JEHOVAH
1 Ezequías
comenzó a reinar cuando tenía 25 años, y reinó 29 años en Jerusalén. El nombre
de su madre era Abía hija de Zacarías.
2 El hizo lo
recto ante los ojos de Jehovah, conforme a todas las cosas que había hecho su
padre David. 3 En el mes primero del primer año de su reinado, abrió
las puertas de la casa de Jehovah y las reparó. 4 Hizo venir a los
sacerdotes y a los levitas, los reunió en la plaza oriental 5 y les
dijo:
—Oídme, oh levitas: Purificaos ahora, y
purificad luego la casa de Jehovah, Dios de vuestros padres, sacando del
santuario la inmundicia. 6 Porque nuestros padres han sido infieles
y han hecho lo malo ante los ojos de Jehovah, nuestro Dios. Ellos le han
abandonado, han apartado sus rostros del tabernáculo de Jehovah, y le han
vuelto las espaldas. 7 Incluso han cerrado las puertas del pórtico y
han apagado las lámparas. No han quemado incienso ni han ofrecido holocaustos
en el santuario al Dios de Israel. 8 Por eso la ira de Jehovah ha
venido sobre Judá y Jerusalén, y los ha entregado a turbación, horror y
escarnio, como lo veis con vuestros propios ojos. 9 He aquí que por
esto nuestros padres han caído a espada, y nuestros hijos, nuestras hijas y
nuestras mujeres están cautivos. 10 Ahora pues, yo he decidido hacer
un pacto con Jehovah Dios de Israel, para que aparte de nosotros el furor de su
ira. 11 Ahora pues, hijos míos, no seáis negligentes, porque Jehovah
os ha escogido a fin de que estéis delante de él y le sirváis, para que seáis
sus servidores y le queméis incienso."
12 Entonces se
levantaron los levitas Majat hijo de Amasai y Joel hijo de Azarías, de los
hijos de Cohat; Quis hijo de Abdi y Azarías hijo de Jehalelel, de los hijos de
Merari; Jóaj hijo de Zima y Edén hijo de Jóaj, de los hijos de Gersón; 13
Simri y Jeiel, de los hijos de Elizafán; Zacarías y Matanías, de los hijos de
Asaf; 14 Yejiel y Simi, de los hijos de Hemán: Semaías y Uziel, de
los hijos de Jedutún. 15 Estos reunieron a sus hermanos, se
purificaron y entraron para limpiar la casa de Jehovah, conforme al mandato del
rey, basado en la palabra de Jehovah. 16 Los sacerdotes entraron en
la parte interior de la casa de Jehovah para limpiarla. Sacaron al atrio de la
casa de Jehovah toda la inmundicia que hallaron en el templo de Jehovah, y los
levitas la tomaron para sacarla fuera, al arroyo de Quedrón. 17
Comenzaron a purificarlo el primero del mes primero. El octavo día del mismo
mes entraron en el pórtico de Jehovah y purificaron la casa de Jehovah en ocho
días. Y acabaron el día 16 del mes primero.
18 Luego
pasaron adentro, ante el rey Ezequías, y le dijeron:
—Ya hemos limpiado toda la casa de Jehovah, el
altar del holocausto y todos sus utensilios; igualmente, la mesa de la
presentación y todos sus utensilios. 19 Asimismo, hemos preparado y
consagrado todos los utensilios que en su infidelidad había puesto de lado el
rey Acaz mientras reinaba. He aquí, ellos están delante del altar de Jehovah.
20 El rey
Ezequías se levantó muy de mañana, reunió a los dirigentes de la ciudad y subió
a la casa de Jehovah. 21 Llevaron siete toros, siete carneros, siete
corderos y siete machos cabríos para hacer un sacrificio por el pecado a favor
del reino, del santuario y de Judá. Y mandó a los sacerdotes hijos de Aarón que
los ofreciesen como holocausto sobre el altar de Jehovah.
22 Entonces
mataron los toros, y los sacerdotes tomaron la sangre y la esparcieron sobre el
altar. Mataron luego los carneros y esparcieron la sangre sobre el altar.
Asimismo, mataron los corderos y esparcieron la sangre sobre el altar. 23
Después hicieron acercar ante el rey y la multitud los machos cabríos de la
ofrenda por el pecado, y pusieron sus manos sobre ellos. 24 Entonces
los sacerdotes los degollaron y con su sangre hicieron un sacrificio por el
pecado en el altar, para hacer expiación por todo Israel. Porque el rey había
ordenado el holocausto y el sacrificio por el pecado, por todo Israel.
25 También
puso a los levitas en la casa de Jehovah, con címbalos, liras y arpas, conforme
al mandato de David, de Gad, vidente del rey, y del profeta Natán; porque éste
fue el mandamiento de Jehovah por medio de sus profetas. 26 Así que
los levitas estuvieron de pie con los instrumentos de David, y los sacerdotes
con las trompetas.
27 Entonces
Ezequías mandó que se ofreciera el holocausto sobre el altar. Y cuando el
holocausto empezó a ser ofrecido, comenzó el canto a Jehovah con las trompetas
y los instrumentos de David, rey de Israel. 28 Toda la congregación
adoraba mientras resonaba el canto y sonaban las trompetas, todo hasta acabarse
el holocausto.
29 Cuando
acabaron de ofrecer el holocausto, el rey y todos los que estaban con él se
arrodillaron y adoraron. 30 Entonces el rey Ezequías y los
dirigentes mandaron a los levitas que alabasen a Jehovah con las palabras de
David y del vidente Asaf. Y ellos alabaron con grande gozo, y se inclinaron y
adoraron. 31 Luego Ezequías tomó la palabra y dijo:
—Ahora vosotros os habéis consagrado a Jehovah.
Acercaos y presentad sacrificios y ofrendas de acción de gracias en la casa de
Jehovah.
Entonces la multitud presentó sacrificios y
ofrendas de acción de gracias, y todos los de corazón generoso ofrecieron
holocaustos. 32 El número de los holocaustos que trajo la asamblea
fue de 70 toros, 100 carneros y 200 corderos; todos éstos fueron para el
holocausto a Jehovah. 33 Las ofrendas consagradas fueron de 600
toros y 3.000 ovejas.
34 Sin
embargo, los sacerdotes eran pocos y no bastaban para desollar todos los
holocaustos, de modo que sus hermanos los levitas les ayudaron, hasta que
acabaron la obra y hasta que los sacerdotes se purificaron. Porque los levitas
habían sido más concienzudos que los sacerdotes en purificarse.
35 Así, pues,
hubo una gran cantidad de holocaustos, con los sebos de los sacrificios de paz
y con las libaciones de cada holocausto. Así quedó restablecido el servicio de
la casa de Jehovah. 36 Ezequías y todo el pueblo se alegraron por lo
que Dios había realizado a favor del pueblo, porque la cosa se había hecho con
rapidez.
CAPÍTULO
30
EZEQUÍAS CELEBRA LA PASCUA
1 Ezequías
envió mensajeros por todo Israel y Judá, y también escribió cartas a los de
Efraín y Manasés para que acudieran a Jerusalén, a la casa de Jehovah, para
celebrar la Pascua de Jehovah Dios de Israel.
2 El rey había
tomado el acuerdo, junto con sus magistrados y con toda la congregación en
Jerusalén, de celebrar la Pascua en el mes segundo. 3 No la habían
podido celebrar a su debido tiempo, porque los sacerdotes no se habían
purificado en número suficiente, ni el pueblo se había reunido en Jerusalén. 4
Esto les pareció bien al rey y a toda la asamblea, 5 y determinaron
pasar una proclama por todo Israel, desde Beerseba hasta Dan, para que
acudieran a celebrar la Pascua a Jehovah Dios de Israel, en Jerusalén. Porque
hacía mucho tiempo que no la habían celebrado según estaba escrito.
6 Fueron,
pues, los mensajeros por todo Israel y Judá, con cartas de parte del rey y de
sus magistrados, como el rey lo había mandado, que decían:
Oh hijos de Israel, volveos a Jehovah, Dios de
Abraham, de Isaac y de Israel, para que él se vuelva a los que han escapado y
sobrevivido de mano de los reyes de Asiria. 7 No seáis como vuestros
padres y como vuestros hermanos, que actuaron con infidelidad a Jehovah, Dios
de sus padres, por lo cual él los entregó a la desolación, como vosotros veis.
8 Ahora pues,
no endurezcáis vuestra cerviz como vuestros padres. Someteos a Jehovah, y venid
a su santuario que él ha santificado para siempre. Servid a Jehovah vuestro
Dios, y el furor de su ira se apartará de vosotros. 9 Porque si os
volvéis a Jehovah, vuestros hermanos y vuestros hijos hallarán misericordia
delante de quienes los llevaron cautivos, y volverán a esta tierra. Porque
Jehovah vuestro Dios es clemente y misericordioso, y si vosotros os volvéis a
él, no esconderá de vosotros su rostro.
10 Los
mensajeros pasaron de ciudad en ciudad por la tierra de Efraín y de Manasés, y
hasta Zabulón; pero se reían de ellos y los ridiculizaban. 11
Solamente algunos hombres de Aser, de Manasés y de Zabulón se humillaron y
fueron a Jerusalén. 12 También en Judá se manifestó la mano de Dios,
dándoles un solo corazón para cumplir el mandato del rey y de los magistrados,
conforme a las palabras de Jehovah.
13 En el mes
segundo se reunió en Jerusalén mucha gente, una gran congregación, para
celebrar la fiesta de los panes sin levadura. 14 Luego se levantaron
y quitaron los altares que había en Jerusalén. También quitaron los altares de
incienso, y los echaron al arroyo de Quedrón.
15 Entonces
sacrificaron la víctima de la Pascua el 14 del mes segundo. Los sacerdotes y
los levitas estaban avergonzados y se purificaron, y llevaron holocaustos a la
casa de Jehovah. 16 Tomaron su respectivo lugar conforme a lo
establecido en la ley de Moisés, hombre de Dios, y los sacerdotes esparcían la
sangre que recibían de mano de los levitas.
17 Puesto que
había muchos en la congregación que no estaban purificados, los levitas
estuvieron a cargo del sacrificio de las víctimas de la Pascua, por todos los
que no se habían purificado, a fin de consagrarlas a Jehovah. 18 La
mayoría de la gente, muchos de Efraín, de Manasés, de Isacar y de Zabulón, no
se había purificado; pero comieron la víctima de la Pascua, aunque no de
acuerdo con lo prescrito. Pero Ezequías oró por ellos diciendo: "Jehovah,
que es bueno, perdone a todo aquel que ha preparado su corazón para buscar a
Dios, 19 a Jehovah, Dios de sus padres, aunque no sea de acuerdo con
la purificación ritual." 20 Y Jehovah escuchó a Ezequías y sanó
al pueblo.
21 Así los
hijos de Israel que se hallaban en Jerusalén celebraron la fiesta de los Panes sin
Levadura, durante siete días, con gran gozo. Los levitas y los sacerdotes
alababan a Jehovah día tras día, cantando a Jehovah con instrumentos
resonantes.
22 Ezequías
habló al corazón de todos los levitas que demostraban tener buen conocimiento
de Jehovah, y durante siete días comieron la porción asignada, ofreciendo
sacrificios de paz y dando gracias a Jehovah, Dios de sus padres. 23
Entonces toda la congregación determinó que se celebrase otros siete días. Y
celebraron otros siete días con alegría. 24 Porque Ezequías, rey de
Judá, había dado para la congregación 1.000 toros y 7.000 ovejas; y también los
magistrados habían dado para la congregación 1.000 toros y 10.000 ovejas, y
muchos sacerdotes ya se habían purificado.
25 Toda la
congregación de Judá se regocijó, como también los sacerdotes, los levitas y
toda la congregación que había venido de Israel. Asimismo los forasteros que
habían venido de la tierra de Israel y los que habitaban en Judá. 26
Hubo gran alegría en Jerusalén, porque no había habido cosa semejante en
Jerusalén desde los días de Salomón hijo de David, rey de Israel.
27 Después los
sacerdotes y los levitas se levantaron y bendijeron al pueblo. Y su voz fue
oída, y su oración llegó a su santa morada, al mismo cielo.
CAPÍTULO
31
1 Cuando se
acabó todo esto, todos los de Israel que habían estado presentes fueron por las
ciudades de Judá; rompieron las piedras rituales, cortaron los árboles rituales
de Asera y derribaron los lugares altos y los altares en todo Judá y Benjamín,
y también en Efraín y Manasés, hasta acabar con ellos. Después todos los hijos
de Israel regresaron a sus ciudades, cada uno a su posesión.
REORGANIZACIÓN DE SACERDOTES Y LEVITAS
2 Ezequías
constituyó los grupos de los sacerdotes y de los levitas, conforme a sus
grupos, y cada uno según su oficio (tanto los sacerdotes como los levitas),
para los holocaustos y los sacrificios de paz; a fin de que sirviesen, diesen
gracias y alabasen en las puertas de la morada de Jehovah.
3 El rey
contribuyó con una parte de su patrimonio para los holocaustos: para los
holocaustos de la mañana y de la tarde, y para los holocaustos de los sábados,
de las lunas nuevas y de las fiestas solemnes, como está escrito en la ley de
Jehovah. 4 También mandó al pueblo que habitaba en Jerusalén que
diesen a los sacerdotes y a los levitas la porción que les correspondía, para
que se mantuviesen dedicados a la ley de Jehovah. 5 Cuando fue
divulgada esta orden, los hijos de Israel dieron muchas primicias de grano,
vino nuevo, aceite, miel y de todos los frutos de la tierra. Asimismo, trajeron
en abundancia los diezmos de todas las cosas.
6 También los
hijos de Israel y de Judá que habitaban en las ciudades de Judá trajeron los
diezmos de las vacas y de las ovejas, y los diezmos de las cosas consagradas a
Jehovah su Dios, y lo acumularon en montones. 7 Comenzaron a hacer
aquellos montones en el mes tercero, y acabaron en el mes séptimo.
8 Ezequías y
los magistrados fueron a ver los montones, y bendijeron a Jehovah y a su pueblo
Israel. 9 Ezequías preguntó a los sacerdotes y a los levitas acerca
de los montones. 10 Y Azarías, sumo sacerdote de la casa de Sadoc,
le respondió: "Desde que comenzaron a traer la ofrenda a la casa de
Jehovah, hemos comido y nos hemos saciado, y ha sobrado mucho. Porque Jehovah
ha bendecido a su pueblo, y ha sobrado esta gran cantidad."
11 Entonces
Ezequías mandó que preparasen unas cámaras en la casa de Jehovah. Las
prepararon 12 y pusieron fielmente en ellas las ofrendas, los
diezmos y las cosas consagradas. A cargo de ello estaban el oficial Conanías,
levita, y su hermano Simei, segundo en rango. 13 Yejiel, Azazías,
Najat, Asael, Jerimot, Jozabad, Eliel, Ismaquías, Majat y Benaías eran
supervisores bajo el mando de Conanías y de su hermano Simei, por disposición
del rey Ezequías y de Azarías, director de la casa de Dios. 14 El
levita Coré hijo de Imna, guardia de la puerta oriental, estaba encargado de
las ofrendas voluntarias hechas a Dios, de la distribución de las
contribuciones a Jehovah y de las cosas más sagradas. 15 Bajo su
mando estaban Edén, Miniamín, Jesúa, Semaías, Amarías y Secanías en las
ciudades de los sacerdotes encargados de distribuir con fidelidad a sus
hermanos sus porciones, conforme a sus grupos, desde el mayor hasta el menor; 16
a los varones, de acuerdo con sus genealogías, de tres años para arriba, todos
los que entraban en la casa de Jehovah, para realizar su tarea diaria, según su
servicio, en sus deberes y de acuerdo con sus grupos. 17 Lo mismo a
los sacerdotes inscritos en las genealogías, según sus casas paternas, y a los
levitas de 20 años para arriba, conforme a sus deberes y a sus grupos. 18
Ellos estaban inscritos en el registro con todos sus bebés, sus mujeres, sus
hijos e hijas, de toda la asamblea, porque con fidelidad se consagraban a las
cosas sagradas. 19 Además, para los hijos de Aarón, los sacerdotes,
que estaban en los campos alrededor de sus ciudades, había hombres designados
por nombre en cada una de las ciudades, para que dieran porciones a cada varón
entre los sacerdotes y a todos los levitas registrados en las genealogías.
20 De esta
manera hizo Ezequías en todo Judá. El hizo lo bueno, lo recto y lo verdadero
delante de Jehovah su Dios. 21 El buscó a su Dios en toda obra que
emprendió en el servicio de la casa de Dios y en la ley y los mandamientos. Lo
hizo de todo corazón y fue prosperado.
DEJANDO A DIOS ACTUAR EN EL CORAZÓN DE LAS PERSONA
REFLEXIÓN
Y Jehovah escuchó a Ezequías y sanó al pueblo.
(2Cro. 30:20)
A la final éste es el verdadero propósito de
la ley, no el hecho de la práctica ritual sino el principio espiritual que esta
contiene Sobre todo la Pascua, que es el símbolo de la salvación de Israel. Es
lo mismo que el cristianismo celebra, la cena del señor. Son símbolos de
salvación que tienen implícito el perdón, no es para condenación de las
personas. Entonces había personas de Israel que la querían celebrar, pero no
estaban preparadas del todo para cumplir con la ordenanza. Pero el rey Ezequías
intercedió por ello ante Dios, y Dios escucho su oración y los perdonó. En
nuestras iglesias a veces en la cena del Señor pareciera que no se quisiera que
las personas participaran de la misma, ya que el mayor énfasis que se hace es
al de tomarla indignamente y no al verdadero significado del arrepentimiento y
del perdón. Ojalá seamos más como Ezequías, intercesores por los pecadores
arrepentidos. Quizás habría más personas consagradas a Dios en nuestras
iglesias, más personas que buscaran a Dios de corazón.
ORACIÓN
Mi Dios te doy gracias por tu sacrificio perdonador
en la cruz del calvario, ayúdame a tenerlo siempre presente. Amén.
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