DÍA 103
13 DE ABRIL (2º
SAMUEL 20:1-22:51)
CAPÍTULO 20
LA SUBLEVACIÓN
DE SEBA
1 Ocurrió que se hallaba allí un hombre
perverso que se llamaba Seba hijo de Bicri, de Benjamín. Este tocó la corneta y
dijo:
—¡Nosotros no
tenemos parte en David ni heredad en el hijo de Isaí! ¡Cada uno a su morada, oh
Israel!
2 Así todos los hombres de Israel
abandonaron a David y siguieron a Seba hijo de Bicri. Pero los hombres de Judá
siguieron fielmente a su rey, desde el Jordán hasta Jerusalén.
DAVID RECLUYE
A SUS CONCUBINAS
3 Cuando David llegó a su palacio en
Jerusalén, tomó a las diez mujeres concubinas que había dejado para guardar el
palacio, y las recluyó en una casa. El las sustentó, pero nunca más se unió a
ellas, sino que quedaron recluidas, viviendo como viudas hasta el día de su
muerte.
JOAB ASESINA A
AMASA
4 Después el rey dijo a Amasa:
—Convócame a los
hombres de Judá para dentro de tres días, y tú preséntate también aquí.
5 Amasa fue a convocar a Judá, pero se
retrasó más del tiempo que le había sido señalado. 6 Entonces dijo
David a Abisai:
—Seba hijo de
Bicri nos hará ahora más daño que Absalón. Toma tú a los servidores de tu señor
y persíguelo, no sea que halle para sí ciudades fortificadas y se nos pierda de
vista.
7 En pos de Abisai salieron los hombres de
Joab, los quereteos, los peleteos y todos los valientes. Salieron de Jerusalén
para perseguir a Seba hijo de Bicri. 8 Y cuando estaban cerca de la
gran piedra que está en Gabaón, Amasa vino ante ellos. Joab estaba vestido con
su uniforme militar y encima llevaba un cinturón y una espada sujeta en su
vaina, la cual se le cayó cuando él avanzó. 9 Joab dijo a Amasa:
—¿Te va bien,
hermano mío?
Y tomó con la
mano derecha la barba de Amasa para besarlo. 10 Como Amasa no se
cuidó de la espada que Joab tenía en la mano, éste le hirió con ella en el
vientre y derramó sus entrañas por tierra. Cayó muerto, sin necesidad de un segundo
golpe. Después Joab y su hermano Abisai continuaron persiguiendo a Seba hijo de
Bicri. 11 Luego uno de los hombres de Joab se puso de pie junto a
Amasa, y dijo:
—¡Cualquiera que
esté a favor de Joab y a favor de David, que siga a Joab!
12 Mientras tanto, Amasa yacía revolcándose
en su sangre en medio del camino, y todo el que pasaba se detenía junto a él al
verle. Y viendo aquel hombre que todo el pueblo se detenía, apartó a Amasa del
camino al campo, y echó sobre él una manta. 13 Luego que fue apartado
del camino, siguieron adelante todos los hombres tras Joab para perseguir a
Seba hijo de Bicri.
EL TRÁGICO
FINAL DE SEBA
14 Seba había pasado por todas las tribus de
Israel hasta Abel-bet-maaca, y todos los de Barim se congregaron y lo siguieron
también. 15 Entonces llegaron y le sitiaron en Abel-bet-maaca, y
construyeron un terraplén contra la ciudad, el cual se apoyaba sobre la muralla
exterior. Y toda la gente que estaba con Joab golpeaba el muro para derribarlo.
16 Entonces una mujer sabia dio voces desde la ciudad:
—¡Escuchad!
¡Escuchad! Por favor, decid a Joab: "Acércate acá para que yo hable
contigo."
17 Cuando él se acercó a ella, la mujer
preguntó:
—¿Eres tú Joab?
El respondió:
—Sí, yo soy.
Ella le dijo:
—Escucha las
palabras de tu sierva.
El respondió:
—Yo escucho.
18 Entonces ella volvió a hablar y dijo:
—Antiguamente se
solía decir: "El que consulte, que consulte en Abel." Y así se
concluía todo asunto. 19 Yo soy una de las pacíficas y fieles de
Israel, y tú procuras arrasar una ciudad que es madre en Israel. ¿Por qué
devorarás la heredad de Jehovah?
20 Joab respondió diciendo:
—¡Lejos, lejos
esté de mí que yo devore o destruya! 21 No es así el asunto; sino
que un hombre de la región montañosa de Efraín, que se llama Seba hijo de
Bicri, ha levantado su mano contra el rey, contra David. Entregad sólo a él, y
me iré de la ciudad.
La mujer dijo a
Joab:
—He aquí que su
cabeza te será arrojada de detrás del muro.
22 La mujer fue a todo el pueblo con su
sabiduría, y ellos cortaron la cabeza a Seba hijo de Bicri y se la arrojaron a
Joab. Este tocó la corneta, y se retiraron de la ciudad, cada uno a su morada.
Y Joab regresó al rey en Jerusalén.
OTROS OFICIALES
DE DAVID
23 Joab estaba al mando de todo el ejército
de Israel. Benaías hijo de Joyada estaba al mando de los quereteos y de los
peleteos. 24 Adoniram estaba a cargo del tributo laboral. Josafat
hijo de Ajilud era el cronista. 25 Seva era el escriba. Sadoc y
Abiatar eran los sacerdotes. 26 También Ira el jaireo era sacerdote
de David.
CAPÍTULO 21
DAVID VINDICA
A LOS GABAONITAS
1 Aconteció en los días de David que hubo
hambre durante tres años consecutivos. David buscó el rostro de Jehovah, y
Jehovah le dijo:
—Es por causa de
Saúl y su casa sanguinaria, porque él dio muerte a los gabaonitas.
2 Entonces el rey llamó a los gabaonitas y
les habló. Los gabaonitas no eran de los hijos de Israel, sino del remanente de
los amorreos, a los cuales los hijos de Israel habían hecho juramento. Pero
debido a su celo por los hijos de Israel y de Judá, Saúl había procurado
matarlos.
3 David preguntó a los gabaonitas:
—¿Qué haré por
vosotros y con qué haré compensación, para que bendigáis la heredad de Jehovah?
4 Los gabaonitas le respondieron:
—No tenemos
pleito sobre plata ni oro con Saúl ni con su casa. Tampoco queremos que muera
nadie en Israel.
El les dijo:
—Haré por
vosotros lo que digáis.
5 Ellos respondieron al rey:
—De aquel hombre
que nos destruyó y maquinó contra nosotros para exterminarnos, sin dejar nada
de nosotros en todo el territorio de Israel, 6 que nos den siete
hombres de sus descendientes para que los ahorquemos delante de Jehovah en
Gabaa de Saúl, el escogido de Jehovah.
El rey dijo:
—Os los daré.
7 El rey perdonó la vida a Mefiboset hijo
de Jonatán, hijo de Saúl, por el juramento de Jehovah que había entre ellos,
entre David y Jonatán hijo de Saúl. 8 Pero tomó a dos hijos de Rizpa
hija de Ayías, que ella había dado a luz a Saúl, a saber: Armoni y Mefiboset.
También tomó a cinco hijos de Merab hija de Saúl, que ella había dado a luz a
Adriel hijo de Barzilai el mejolatita. 9 Los entregó en mano de los
gabaonitas, y ellos los ahorcaron en el monte delante de Jehovah; y murieron
los siete juntos.
Ellos fueron
muertos en los primeros días de la siega, al comienzo de la siega de la cebada.
10 Y Rizpa hija de Ayías tomó una manta de cilicio y se la tendió
sobre una roca, desde el principio de la siega hasta que empezó a llover sobre
ellos agua del cielo, sin dejar que ningún ave del cielo se posase sobre ellos
de día, ni los animales del campo de noche.
11 Informaron a David de lo que hacía Rizpa
hija de Ayías, concubina de Saúl; 12 y David fue y tomó los restos
de Saúl y los restos de su hijo Jonatán, de los señores de Jabes, en Galaad,
quienes los habían tomado secretamente de la plaza de Bet-seán, donde los
filisteos los habían colgado el día que éstos derrotaron a Saúl en Gilboa. 13
Hizo traer de allá los restos de Saúl y los restos de su hijo Jonatán, y
recogieron los restos de los ahorcados. 14 Luego sepultaron los
restos de Saúl y los de su hijo Jonatán en territorio de Benjamín, en Zela, en
el sepulcro de su padre Quis; e hicieron todo lo que el rey había mandado. Y
después de esto, Dios atendió las súplicas con respecto a la tierra.
OTRAS CAMPAÑAS
CONTRA LOS FILISTEOS
15 Aconteció que hubo otra batalla de los
filisteos contra Israel. David descendió con sus servidores y combatieron
contra los filisteos, y David quedó extenuado. 16 Entonces
Isbi-benob, uno de los descendientes de Harafa, cuya lanza pesaba 300 siclos de
bronce, ceñido con una espada nueva, trató de matar a David. 17 Pero
Abisai, hijo de Sarvia, le socorrió, hirió al filisteo y lo mató. Entonces los
hombres de David le juraron diciendo: "No saldrás más con nosotros a la
batalla, no sea que apagues la lámpara de Israel."
18 Aconteció después de esto que hubo otra
batalla contra los filisteos en Gob. Entonces Sibecai, de Husa, mató a Saf, uno
de los descendientes de Harafa.
19 Hubo otra batalla contra los filisteos en
Gob. Entonces Eljanán hijo de Jaare-oreguim, de Belén, mató a Goliat el geteo,
el asta de cuya lanza era como un rodillo de telar.
20 Y hubo otra batalla en Gat, donde había
un hombre de gran estatura, el cual tenía seis dedos en cada mano y seis dedos
en cada pie, veinticuatro en total. El también era un descendiente de Harafa. 21
El desafió a Israel, pero lo mató Jonatán hijo de Simea, hermano de David.
22 Estos cuatro eran descendientes de Harafa
en Gat, y cayeron por mano de David y por mano de sus servidores.
CAPÍTULO 22
CÁNTICO DE LIBERACIÓN
1 David dirigió a Jehovah las palabras de
este cántico, el día que Jehovah le libró de mano de todos sus enemigos, y de
mano de Saúl. El dijo:
2 "Jehovah es mi roca,
mi fortaleza y mi
libertador.
3 Dios es mi peña; en él me refugiaré.
El es mi escudo,
el poder de mi liberación,
mi baluarte, mi
refugio y mi salvador.
Tú me salvas de
la violencia.
4 "Invocaré a Jehovah, quien es digno
de ser alabado,
y seré librado de
mis enemigos.
5 Ciertamente me rodearon las olas de la
muerte,
y los torrentes
de la perversidad me atemorizaron.
6 Me rodearon las ligaduras del Seol;
me confrontaron
los lazos de la muerte.
7 "En mi angustia invoqué a Jehovah;
invoqué a mi
Dios.
El oyó mi voz
desde su templo,
y mi clamor llegó
a sus oídos.
8 "La tierra se estremeció y tembló;
se conmovieron
los cimientos de los cielos.
Se estremecieron,
porque él se airó.
9 Humo subió de su nariz;
de su boca salió
fuego consumidor,
y carbones
encendidos saltaban de él.
10 Inclinó los cielos y descendió;
una densa
oscuridad había debajo de sus pies.
11 Cabalgó sobre un querubín y voló;
se remontó sobre
las alas del viento.
12 Puso tinieblas alrededor de sí como su
morada,
oscuridad de
aguas y densas nubes.
13 Por el resplandor de su presencia
se encendieron
carbones de fuego.
14 "Jehovah tronó desde los cielos;
el Altísimo dio
su voz.
15 Envió flechas y los dispersó;
arrojó relámpagos
y los desconcertó.
16 A la reprensión de Jehovah,
por el soplo del
aliento de su nariz,
se hicieron visibles
los lechos del mar,
y se descubrieron
los cimientos del mundo.
17 "Envió desde lo alto y me tomó;
me sacó de las
aguas caudalosas.
18 Me libró de mi poderoso enemigo
y de los que me
aborrecían,
pues eran más
fuertes que yo.
19 Se enfrentaron a mí el día de mi
desgracia,
pero Jehovah fue
mi apoyo.
20 El me sacó a un lugar espacioso;
me libró, porque
se agradó de mí.
21 "Jehovah me ha pagado conforme a mi
justicia;
conforme a la
limpieza de mis manos me ha recompensado.
22 Porque he guardado los caminos de
Jehovah,
y no me he
apartado impíamente de mi Dios.
23 Porque delante de mí han estado todos sus
juicios,
y no he apartado
de mí sus estatutos.
24 Fui íntegro para con él,
y me guardé de mi
maldad.
25 Por tanto, Jehovah me ha recompensado
conforme a mi justicia,
conforme a mi
limpieza ante sus ojos.
26 "Con el misericordioso
te muestras
misericordioso,
e íntegro con el
hombre íntegro.
27 Con el limpio te muestras limpio,
y eres sagaz con
el perverso.
28 Salvas al pueblo humilde;
pero tus ojos
humillan a los altivos.
29 Ciertamente tú eres mi lámpara, oh
Jehovah;
Jehovah ilumina
mis tinieblas.
30 Contigo desbarataré ejércitos;
con mi Dios
saltaré murallas.
31 "Perfecto es el camino de Dios;
probada es la
palabra de Jehovah.
El es escudo a
todos los que en él se refugian.
32 Porque, ¿quién es Dios fuera de Jehovah?
¿Quién es Roca
fuera de nuestro Dios?
33 Dios es el que me ciñe de vigor,
y hace perfecto
mi camino.
34 Hace que mis pies sean ágiles como los
del venado,
y me mantiene
firme sobre mis alturas.
35 Adiestra mis manos para la batalla;
así mis brazos
pueden tensar el arco de bronce.
36 "Me has dado el escudo de tu
salvación;
tu
condescendencia me ha engrandecido.
37 Tú has ensanchado mis pasos debajo
de mí,
para que no
tiemblen mis tobillos.
38 Perseguí a mis enemigos y los destruí;
no volví sino
hasta acabarlos.
39 Los consumí;
los golpeé, y no
pudieron levantarse;
cayeron debajo de
mis pies.
40 Me ceñiste de poder para la batalla;
doblegaste a mis
enemigos debajo de mí.
41 Hiciste que mis enemigos me dieran las
espaldas,
y destruí a los
que me aborrecían.
42 Clamaron, pero no hubo quien los salvase.
Clamaron a
Jehovah, pero él no les respondió.
43 Los desmenucé como polvo de la tierra;
los deshice como
lodo de la calle y los aplasté.
44 "Tu me libraste de las contiendas de
mi pueblo,
y me guardaste
como jefe de las naciones.
Aun los pueblos
que yo no conocía me sirvieron.
45 Los hijos de los extranjeros me adulaban;
apenas oían de
mí, me rendían obediencia.
46 Los hijos de los extranjeros se
desvanecían
y salían
temblando de sus escondrijos.
47 "¡Viva Jehovah! ¡Bendita sea mi
Roca!
Sea ensalzado
Dios, la roca de mi salvación,
48 el Dios que ejecuta mi venganza;
somete a los
pueblos debajo de mí
49 y me aparta de mis enemigos.
Tú me has
enaltecido sobre mis adversarios,
y me has librado
del hombre violento.
50 Por eso te confesaré entre las naciones,
oh Jehovah,
y cantaré salmos
a tu nombre.
51 "El engrandece las victorias de su
rey
y muestra
misericordia a su ungido:
a David y a sus
descendientes, para siempre."
TENIENDO CUIDAD DE NUESTRA MALAS ACCIONES
REFLEXIÓN
Es por causa de
Saúl y su casa sanguinaria, porque él dio muerte a los gabaonitas (2Sam. 21:1)
No eran del
pueblo de Israel, habían engañado a Josué y a los ancianos del pueblo. Pero
habían recibido una palabra de paz de parte de Israel, y se hicieron sus
siervos para no ser destruidos. Así que una mala acción de parte de Saúl, Dios
la estaba cobrando al pueblo. Nada queda en el olvido, la justicia de Dios
retribuya a cada quien justamente lo que se merece. Aunque no sean parte del
pueblo de Dios, pero está involucrado su nombre de por medio. Como pueblo de
Dios y como líderes del pueblo, tenemos que tener cuidado con nuestras acciones
y nuestras palabras. Aunque sea a un impío, pero el nombre de Dios no puede
quedar en mal por nuestra causa. Dios siempre nos retribuirá, de acuerdo con
nuestro comportamiento.
OREACIÓN
Señor ayúdame a recordar
mis pecados que me son ocultos, así como también oraba David. Amén.
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