NOTA: Una pequeña equivocación de fechas, pero fue enmendado. Publiqué el día 16 como el 15. Así que el 16 saldrá nuevamente en su día y el 15 ya fue publicado aquí. Gracias y disculpen.
DÍA 105
DÍA 105
15 DE ABRIL (1º
REYES 1:1-2:46)
EL PRIMER LIBRO DE
REYES
1
REYES
CAPÍTULO
1
ABISAG LA SUNAMITA ATIENDE A
DAVID
1 Cuando el rey David era anciano, de edad avanzada, lo cubrían con
ropas, pero no se calentaba. 2 Por tanto, sus servidores le dijeron:
"Que busquen para mi señor el rey una joven virgen, a fin de que esté en
la presencia del rey, le atienda y duerma en su seno,
para que dé calor a mi señor el rey."
3 Entonces buscaron a una joven bella por todo el territorio de Israel.
Hallaron a Abisag la sunamita y la llevaron al rey. 4 La joven era
sumamente bella. Ella atendía al rey y le servía, pero el rey no la conoció.
ADONÍAS PROCURA USURPAR EL
TRONO
5 Entonces Adonías, hijo de Haguit, se enalteció
diciendo: "¡Yo seré rey!" Y se consiguió un carro, jinetes y
cincuenta hombres que corriesen delante de él. 6 En toda su vida, su padre no le había
contrariado diciéndole: "¿Por qué has actuado así?" El era también de
muy buena presencia y había nacido después de Absalón.
7 Adonías tenía tratos con Joab, hijo de
Sarvia, y con el sacerdote Abiatar. Ellos respaldaban a Adonías; 8 pero el sacerdote Sadoc, Benaías hijo de
Joyada, el profeta Natán, Simei, Rei y los valientes que tenía
David no seguían a Adonías. 9 Adonías mató ovejas, vacas y ganado engordado junto a la peña de
Zojélet, que está cerca de En-rogel; e invitó a todos sus hermanos, los hijos
del rey, y a todos los hombres de Judá, servidores del rey. 10 Pero
no invitó al profeta Natán, ni a Benaías, ni a los valientes, ni a su hermano
Salomón.
DAVID PROCLAMA REY A SALOMÓN
11 Entonces Natán habló a Betsabé, madre de Salomón, diciendo:
—¿No has oído que reina Adonías, hijo de Haguit,
sin que lo sepa nuestro señor David? 12 Ahora pues, ven, déjame
darte un consejo para que salves tu vida y la vida de tu hijo Salomón: 13
Vé, entra a la presencia del rey David y dile: "Mi señor el rey, ¿no has
jurado tú a tu sierva diciendo: ’Tu hijo Salomón reinará después de mí, y él se
sentará en mi trono’? ¿Por qué, pues, reina Adonías?" 14
Mientras tú aún estés allí hablando con el rey, he aquí que yo entraré detrás
de ti y confirmaré tus palabras.
15 Entonces Betsabé entró en el dormitorio del rey. El rey era muy
anciano, y Abisag la sunamita le servía. 16 Betsabé se inclinó y se
postró ante el rey, y éste preguntó:
—¿Qué quieres?
17 Ella le respondió:
—Señor mío, tú has jurado a tu sierva por
Jehovah tu Dios: "Tu hijo Salomón reinará después de mí, y él se sentará
en mi trono." 18 Pero ahora, he aquí que reina Adonías; y tú, mi
señor el rey, no lo sabes. 19 El ha matado numerosos bueyes, ganado engordado y ovejas; ha invitado a
todos los hijos del rey, al sacerdote Abiatar y a Joab, jefe del ejército; pero
no ha invitado a tu siervo Salomón. 20 Ahora bien, oh mi señor el
rey, los ojos de todo Israel están puestos en ti, para que les declares quién
se ha de sentar en el trono de mi señor el rey, después de él. 21 De
otra manera, acontecerá que cuando mi señor el rey repose con sus padres, mi
hijo Salomón y yo seremos tenidos por culpables.
22 Y he aquí, mientras ella todavía hablaba con el rey, llegó el profeta
Natán. 23 E informaron al rey diciendo:
—El profeta Natán está aquí.
Cuando él entró a la presencia del rey, se
postró a tierra sobre su rostro ante el rey. 24 Entonces dijo Natán:
—Mi señor el rey, ¿has dicho tú: "Adonías
reinará después de mí, y él se sentará en mi trono"? 25 Porque
hoy ha descendido y ha matado numerosos bueyes, ganado engordado y ovejas. Ha
invitado a todos los hijos del rey, a los jefes del ejército y
al sacerdote Abiatar. He aquí, ellos están comiendo y bebiendo ante él, y han
dicho: "¡Viva el rey Adonías!" 26 Pero no me ha invitado a mí,
tu siervo; ni al sacerdote Sadoc, ni a Benaías hijo de Joyada, ni a tu siervo
Salomón. 27 ¿Ha sido ordenado este asunto por mi señor el rey, sin
haber informado a tu siervo quién se habría de sentar en
el trono de mi señor el rey, después de él?
28 Entonces el rey David respondió diciendo:
—Llamadme a Betsabé.
Ella entró a la presencia del rey y se puso de
pie delante de él. 29 Y el rey juró diciendo:
—¡Vive Jehovah que rescató mi alma de toda
adversidad, 30 que como yo te he jurado por Jehovah Dios de Israel,
diciendo: "Tu hijo Salomón reinará después de mí, y él se sentará en mi
trono en mi lugar", ciertamente así lo haré en el día de hoy!
31 Entonces Betsabé se inclinó con el rostro a tierra y se postró ante el
rey, diciendo:
—¡Viva para siempre mi señor, el rey David!
32 Y el rey David dijo:
—Llamadme al sacerdote Sadoc, al profeta Natán y
a Benaías hijo de Joyada.
Ellos entraron a la presencia del rey, 33
y el rey les dijo:
—Tomad con vosotros a los servidores de vuestro
señor, haced montar a mi hijo Salomón sobre mi mula y hacedle descender a
Guijón. 34 El sacerdote Sadoc y el profeta Natán lo ungirán allí rey
de Israel. Luego tocaréis la corneta y diréis "¡Viva el rey Salomón!"
35 Después subiréis vosotros detrás de él, y vendrá y se sentará en
mi trono, y él reinará en mi lugar; porque a él le he designado para que sea el
soberano de Israel y de Judá.
36 Benaías hijo de Joyada respondió al rey diciendo:
—¡Amén! Así lo diga Jehovah, Dios de mi señor el
rey. 37 De la manera que Jehovah ha estado con mi señor el rey, así
esté con Salomón y engrandezca su trono más que el trono de mi señor, el rey
David.
38 El sacerdote Sadoc, el profeta Natán, Benaías hijo de Joyada, los
quereteos y los peleteos descendieron e hicieron montar a Salomón sobre la mula
del rey David y lo condujeron a Guijón. 39 Entonces el sacerdote
Sadoc tomó del tabernáculo el cuerno de aceite y ungió a Salomón. Luego tocaron
la corneta, y todo el pueblo gritó:
—¡Viva el rey Salomón!
40 Después todo el pueblo subió tras él. La gente tocaba flautas y se
regocijaba con tal regocijo que la tierra se partía con el estruendo de ellos.
SALOMÓN PERDONA LA VIDA A
ADONÍAS
41 Cuando habían acabado de comer, Adonías lo oyó, junto con todos los
invitados que estaban con él. Y al oír Joab el sonido de la corneta, dijo:
—¿Por qué se alborota la ciudad con bullicio?
42 Mientras él aún hablaba, he aquí que llegó Jonatán, hijo del sacerdote
Abiatar; y Adonías le dijo:
—Entra, porque tú eres hombre valeroso y traerás
buenas noticias.
43 Jonatán respondió y dijo a Adonías:
—Al contrario; porque nuestro señor el rey David
ha hecho rey a Salomón. 44 El rey ha enviado con él al sacerdote
Sadoc, al profeta Natán, a Benaías hijo de Joyada y también a los quereteos y a
los peleteos, los cuales le han hecho montar sobre la mula del rey. 45
El sacerdote Sadoc y el profeta Natán lo han ungido rey en Guijón. De allá han
subido con gran regocijo, y la ciudad está llena de bullicio. Este es el
alboroto que habéis oído. 46 Además, Salomón se ha sentado en el
trono real. 47 También los servidores del rey han ido a congratular
a nuestro señor el rey David, diciendo: "¡Tu Dios haga el nombre de
Salomón más ilustre que tu nombre y engrandezca su trono más que el tuyo!"
El mismo rey ha hecho reverencia desde su cama, 48 y el rey también
ha hablado así: "¡Bendito sea Jehovah Dios de Israel, que ha dado hoy
quien se siente en mi trono, y que mis ojos lo vean!"
49 Entonces todos los invitados que estaban con Adonías se estremecieron,
se levantaron y se fueron, cada uno por su camino. 50 Pero Adonías,
temiendo a Salomón, se levantó y fue a asirse de los cuernos del altar. 51
E informaron a Salomón diciendo:
—He aquí que Adonías tiene miedo del rey
Salomón, y se ha asido de los cuernos del altar, diciendo: "¡Que me jure
ahora el rey Salomón que no matará a espada a su siervo!"
52 Entonces Salomón dijo:
—Si demuestra ser un hombre digno, ni uno de sus
cabellos caerá en tierra; pero si se halla maldad en él, morirá.
53 El rey Salomón mandó que le hicieran bajar del altar. El vino y se
postró ante el rey Salomón. Y Salomón le dijo:
—Vete a tu casa.
CAPÍTULO 2
DAVID INSTRUYE A SALOMÓN
1 Cuando se acercaban los días de la muerte de David, mandó a su hijo
Salomón diciendo: 2 "Yo me voy por el camino de todo el mundo.
Tú, esfuérzate y sé hombre. 3 Guarda lo que Jehovah tu Dios te ha
encomendado, para andar en sus caminos y guardar sus estatutos, sus
mandamientos, sus decretos y sus testimonios, como está escrito en la ley de Moisés,
para que tengas éxito en todo lo que hagas y en todo lo que emprendas; 4
a fin de que Jehovah cumpla su promesa que hizo acerca de mí, diciendo:
’Si tus hijos guardan sus caminos andando delante de mí con fidelidad, con todo
su corazón y con toda su alma, jamás te faltará un hombre sobre el trono de
Israel.’
5 "También tú sabes lo que me hizo Joab, hijo de Sarvia: lo que hizo
a dos jefes del ejército de Israel, a Abner hijo de Ner y a Amasa hijo de
Jeter, a quienes mató derramando sangre de guerra en
tiempo de paz y poniendo sangre de guerra en el cinturón que llevaba sobre sus
lomos y en el calzado que tenía en sus pies. 6 Tú
harás conforme a tu sabiduría; no dejarás que sus canas desciendan en paz al
Seol.
7 "Pero mostrarás benevolencia a los hijos de Barzilai el galadita.
Que ellos estén entre los que comen a tu mesa, porque se pusieron a mi lado
cuando yo iba huyendo de tu hermano Absalón.
8 "He aquí, tienes contigo a Simei hijo de Gera, el benjaminita de
Bajurim, quien me maldijo con una cruel maldición el día que yo iba a Majanaim.
Pero cuando él mismo descendió a recibirme al Jordán, le juré por Jehovah
diciendo: ’No te mataré a espada.’ 9 Pero ahora no lo absolverás.
Puesto que tú eres un hombre sabio, sabrás lo que debes hacer con él; harás
descender sus canas con sangre al Seol."
MUERTE Y SEPULTURA DE DAVID
10 Entonces David reposó con sus padres y fue sepultado en la Ciudad de
David. 11 El tiempo que David reinó sobre Israel fue de 40 años. En
Hebrón reinó 7 años, y en Jerusalén reinó 33 años.
12 Salomón se sentó en el trono de su padre David, y su reino fue
firmemente establecido.
SALOMÓN ELIMINA A ADONÍAS
13 Entonces Adonías, hijo de Haguit, fue a Betsabé, madre de Salomón, y
ella le preguntó:
—¿Es pacífica tu visita?
El respondió:
—Es pacífica. 14 -Y añadió-: Tengo
que decirte algo.
Ella dijo:
—Habla.
15 El dijo:
—Tú sabes que el reino era mío y que todo Israel
había puesto la mirada en mí, para que yo reinara. Pero el reino cambió de
manos y pasó a ser de mi hermano, porque por determinación de Jehovah era suyo.
16 Ahora, yo te hago una petición; no me la niegues.
Ella le dijo:
—Habla.
17 Entonces él dijo:
—Por favor, habla al rey Salomón, porque él no
te lo negará, para que me dé por mujer a Abisag la sunamita.
18 Y Betsabé dijo:
—Bien, yo hablaré al rey por ti.
19 Betsabé fue al rey Salomón para hablarle a favor de Adonías. El rey se
levantó para recibirla y le hizo reverencia. Volvió a sentarse en su trono e
hizo poner una silla para la madre del rey, quien se sentó a su derecha. 20
Entonces ella dijo:
—Te haré una pequeña petición; no me la niegues.
El rey le dijo:
—Pide, madre mía, que no te la negaré.
21 Ella dijo:
—Que Abisag la sunamita sea dada por mujer a tu
hermano Adonías.
22 El rey Salomón respondió y dijo a su madre:
—¿Por qué pides a Abisag la sunamita para
Adonías? ¡Pide también el reino para él, porque es mi hermano mayor, y además
tiene de su parte al sacerdote Abiatar y a Joab, hijo de Sarvia!
23 Entonces el rey Salomón juró por Jehovah diciendo:
—¡Así me haga Dios y aun me añada, que Adonías
ha hablado estas palabras contra su propia vida! 24 Ahora pues, vive
Jehovah que me ha confirmado, me ha hecho sentar en el trono de mi padre David
y me ha hecho casa, como me había dicho, que Adonías morirá hoy mismo.
25 Entonces el rey Salomón envió a Benaías hijo de Joyada, quien arremetió
contra Adonías, y éste murió.
SALOMÓN EXCLUYE A ABIATAR Y A
JOAB
26 Después dijo el rey al sacerdote Abiatar:
—Vete a tus campos en Anatot, pues tú eres digno
de muerte. Pero no te mataré hoy, porque has llevado el arca del Señor Jehovah
delante de mi padre David, y porque has participado de todo aquello que mi
padre sufrió.
27 Así excluyó Salomón a Abiatar de ser sacerdote de Jehovah, cumpliéndose
la palabra que Jehovah había hablado en Silo acerca de la casa de Elí.
28 La noticia llegó hasta Joab, porque Joab también se había adherido a
Adonías, aunque no se había adherido a Absalón. Joab
huyó al tabernáculo de Jehovah y se asió de los cuernos del
altar. 29 Informaron al rey Salomón que Joab había huido al
tabernáculo de Jehovah y que estaba junto al altar. Entonces Salomón envió a
Benaías hijo de Joyada, diciendo:
—¡Vé y arremete contra él!
30 Benaías entró en el tabernáculo de Jehovah y le dijo:
—El rey dice que salgas.
El dijo:
—No, sino que aquí moriré.
Benaías llevó la respuesta al rey diciendo:
—Así ha dicho Joab, y así me ha respondido…
31 Entonces el rey le dijo:
—Haz como él ha dicho. Arremete contra él, y
sepúltalo. Así quitarás de mí y de la casa de mi padre la sangre que Joab ha
derramado injustamente. 32 Jehovah hará recaer su sangre sobre su
cabeza, porque sin que lo supiera mi padre David, arremetió y mató a espada a
dos hombres más justos y mejores que él: a Abner hijo de Ner, jefe del ejército
de Israel; y a Amasa hijo de Jeter, jefe del ejército de Judá. 33 La
sangre de ellos recaiga sobre la cabeza de Joab y sobre la cabeza de sus
descendientes, para siempre. Pero haya paz de parte de Jehovah para David y sus
descendientes, y para su casa y su trono, por siempre.
34 Entonces Benaías hijo de Joyada fue, arremetió contra él y lo mató. Y
fue sepultado en su casa en el desierto. 35 El rey puso en su lugar, al
mando del ejército, a Benaías hijo de Joyada; también el rey puso al sacerdote
Sadoc en lugar de Abiatar.
SALOMÓN ELIMINA A SIMEI
36 Después el rey envió a llamar a Simei y le dijo:
—Edifícate una casa en Jerusalén y habita allí.
No salgas de allí a ninguna parte, 37 porque debes saber bien que el
día que salgas y cruces el arroyo de Quedrón, morirás irremisiblemente; y tu
sangre recaerá sobre tu cabeza.
38 Simei dijo al rey:
—Está bien lo que dices. Tu siervo hará así como
ha dicho mi señor el rey.
Simei habitó en Jerusalén mucho tiempo. 39
Pero aconteció, pasados tres años, que se le escaparon a Simei dos esclavos y
se fueron a Aquis hijo de Maaca, rey de Gat. E informaron a Simei, diciendo:
"He aquí que tus esclavos están en Gat." 40 Entonces Simei
se levantó, aparejó su asno y fue a Gat, ante Aquis, para buscar a sus
esclavos. Fue, pues, Simei e hizo volver de Gat a sus esclavos.
41 Se le informó a Salomón que Simei había ido de Jerusalén a Gat y que
había regresado. 42 El rey envió a llamar a Simei y le dijo:
—¿No te hice jurar por Jehovah y te advertí
diciendo: "El día que salgas y vayas a alguna parte, ten por cierto que
morirás irremisiblemente"? Y tú me dijiste: "Está bien lo que dices;
yo obedeceré." 43 ¿Por qué, pues, no guardaste el juramento de
Jehovah y el mandato que te impuse? 44 -El rey dijo además a Simei-:
Tú conoces, tú conoces bien toda la maldad que cometiste contra mi padre David.
Jehovah, pues, ha vuelto tu maldad sobre tu cabeza. 45 El rey Salomón será bendito,
y el trono de David será firme delante de Jehovah para siempre.
46 Entonces el rey mandó a Benaías hijo de Joyada, quien salió y arremetió
contra Simei, y éste murió.
Así fue consolidado el reino
en mano de Salomón.
DEBATIÉNDONOS ENTRE LA MISERICORDIA Y LA JUSTICIA
REFLEXIÓN
…no dejarás que sus canas
desciendan en paz al Seol (1Rey. 2:6)
Podrá tardar algún tiempo,
pero la justicia de Dios no dejara de cumplirse. Joab hizo siempre que su voluntad
prevaleciera, interpuso siempre sus deseos a los deseos de Dios. Pero el hecho
que no se cumpla inmediatamente la justicia de Dios, no quiere decir que él
este aprobando esa actitud. David siguió teniendo éxitos militares, con Joab al
frente del ejército. Pero en su tiempo, fue llamado a cuentas. La misericordia
de Dios no implica aprobación de malas conductas, solo se muestra para dar
oportunidad de cambiar de actitud. Pero debemos tener prisa en el asunto,
porque no sabemos cuándo dará paso a su justicia; es entonces que ya no hay más
nada que hacer.
ORACIÓN
Mi Dios ayúdame a apreciar tu
misericordia, para no dar paso a tu justicia. Amén.
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