DÍA 117
27 DE ABRIL (2º REYES 9:1-11:21)
CAPÍTULO 9
JEHÚ ES UNGIDO REY DE ISRAEL
1 Entonces el
profeta Eliseo llamó a uno de los hijos de los profetas y le dijo:
—Cíñete los lomos, toma este frasco de aceite
en tu mano, y vé a Ramot de Galaad. 2 Cuando llegues allá, verás
allí a Jehú hijo de Josafat, hijo de Nimsi. Entra, haz que se levante de entre
sus compañeros y llévalo a una habitación interior. 3 Luego toma el
frasco de aceite y derrámalo sobre su cabeza diciendo: "Así ha dicho
Jehovah: ’Yo te he ungido rey de Israel.’ " Luego abre la puerta y
escápate. ¡No esperes!
4 Aquel joven,
el criado del profeta, fue a Ramot de Galaad. 5 Entonces entró, y he
aquí que los jefes del ejército estaban sentados. Y dijo:
—Jefe, tengo un mensaje para ti.
Jehú preguntó:
—¿Para cuál de todos nosotros?
Y él respondió:
—Para ti, jefe.
6 Jehú se
levantó y entró en la casa, y el joven derramó el aceite sobre su cabeza y le
dijo:
—Así ha dicho Jehovah Dios de Israel: "Yo
te he ungido rey del pueblo de Jehovah, de Israel. 7 Tú herirás a
los de la casa de Acab, tu señor, para que yo vengue la sangre de mis siervos
los profetas y la sangre de todos los siervos de Jehovah derramada por mano de
Jezabel. 8 Toda la casa de Acab perecerá; exterminaré a todo varón
de Acab en Israel, tanto a los esclavos como a los libres. 9 Yo haré
a su casa como a la casa de Jeroboam hijo de Nabat y a la casa de Baasa hijo de
Ajías. 10 Y a Jezabel la comerán los perros en la parcela de
Jezreel. No habrá quien le dé sepultura."
En seguida abrió la puerta y huyó.
EL EJÉRCITO PROCLAMA REY A JEHÚ
11 Después
Jehú salió a donde estaban los servidores de su señor, y le preguntaron:
—¿Todo va bien? ¿Para qué vino a ti ese loco?
Y él les dijo:
—Vosotros conocéis a ese hombre y sus
palabras.
12 Ellos
dijeron:
—¡Mentira! ¡Decláranoslo, por favor!
Y él dijo:
—Así y así me habló diciendo: "Así ha
dicho Jehovah: ’Yo te he ungido rey de Israel.’ "
13 Entonces
tomaron rápidamente cada uno su manto y lo tendieron debajo de Jehú sobre las
gradas desnudas. Luego tocaron la corneta y proclamaron:
—¡Jehú reina!
14 Así
conspiró Jehú hijo de Josafat, hijo de Nimsi, contra Joram.
JEHÚ ELIMINA A JORAM REY DE ISRAEL
Joram había estado guardando Ramot de Galaad
con todo Israel, por causa de Hazael, rey de Siria. 15 Pero el rey
Joram había regresado a Jezreel para curarse de las heridas que le habían
ocasionado los sirios cuando combatía contra Hazael, rey de Siria. Entonces
Jehú dijo:
—Si es vuestro deseo, que nadie se escape de
la ciudad para ir a dar las noticias en Jezreel.
16 Luego Jehú
mismo cabalgó y fue a Jezreel, porque Joram estaba allí, en cama. También
Ocozías, rey de Judá, había descendido para ver a Joram.
17 Entonces el
centinela que estaba apostado en la torre de Jezreel vio al grupo de gente de
Jehú que venía, y dijo:
—¡Veo un grupo de gente!
Joram dijo:
—Toma un jinete y envíalo a su encuentro, y
que les pregunte: "¿Hay paz?"
18 Fue el
jinete a caballo a su encuentro, y le dijo:
—Así ha dicho el rey: "¿Hay paz?"
Y Jehú respondió:
—¿Qué te importa a ti la paz? ¡Vuélvete
conmigo!
Entonces el centinela informó diciendo:
—¡El mensajero llegó hasta ellos, pero no
regresa!
19 Envió otro
jinete a caballo, el cual llegó hasta ellos y dijo:
—Así ha dicho el rey: "¿Hay paz?"
Y Jehú respondió:
—¿Qué te importa a ti la paz? ¡Vuélvete
conmigo!
20 También el
centinela informó diciendo:
—¡Ese llegó hasta ellos, pero no regresa! Y la
manera de conducir del que viene es como la de Jehú hijo de Nimsi, porque
conduce como un loco.
21 Entonces
Joram dijo:
—¡Unce el carro!
Cuando unció su carro, Joram rey de Israel y
Ocozías rey de Judá, cada uno en su carro, salieron al encuentro de Jehú, y lo
encontraron en la parcela de Nabot de Jezreel. 22 Y cuando Joram vio
a Jehú, le preguntó:
—¿Hay paz, Jehú?
Y él respondió:
—¿Cómo va a haber paz, mientras continúen las
fornicaciones y las muchas hechicerías de tu madre Jezabel?
23 Entonces
Joram, volviendo las riendas, huyó diciendo a Ocozías:
—¡Traición, Ocozías!
24 Pero Jehú
puso la flecha en su arco e hirió a Joram por la espalda. La flecha le atravesó
el corazón, y él cayó sobre sus rodillas en su carro. 25 Luego Jehú
dijo a Bidcar, uno de sus comandantes:
—¡Tómalo y arrójalo en la parcela del campo de
Nabot de Jezreel! Acuérdate que cuando tú y yo íbamos juntos cabalgando detrás
de su padre Acab, Jehovah pronunció contra él esta sentencia: 26
"Ciertamente vi ayer la sangre de Nabot y la sangre de sus hijos, dice
Jehovah. Y tengo que darte la retribución en esta parcela, dice Jehovah."
Ahora pues, tómalo y arrójalo en la parcela, conforme a la palabra de Jehovah.
JEHÚ ELIMINA A OCOZÍAS REY DE JUDÁ
27 Al ver esto
Ocozías, rey de Judá, huyó por el camino de Bet-hagan, y Jehú lo persiguió
diciendo:
—¡Matad también a ése!
Y le hirieron en el carro en la cuesta de Gur,
junto a Ibleam; pero huyó a Meguido, donde murió. 28 Entonces sus
servidores le llevaron a Jerusalén en un carro, y le dieron sepultura con sus
padres en su sepulcro en la Ciudad de David.
29 En el año
11 de Joram hijo de Acab había comenzado a reinar Ocozías sobre Judá.
JEHÚ ELIMINA A JEZABEL
30 Jehú fue
después a Jezreel. Y cuando lo oyó Jezabel, se pintó los ojos, arregló su
cabello y miró por la ventana. 31 Cuando Jehú entraba por la puerta
de la ciudad, ella dijo:
—¿Cómo le va a Zimri, asesino de su señor?
32 Jehú
levantó la cara hacia la ventana y dijo:
—¿Quién está conmigo? ¿Quién?
Miraron hacia él dos o tres funcionarios, 33
y él les dijo:
—¡Echadla abajo!
La echaron, y parte de su sangre salpicó la
pared y los caballos, los cuales la atropellaron. 34 Luego entró, y
después que comió y bebió, dijo:
—Ocupaos de esa maldita y sepultadla, pues es
hija de rey.
35 Pero cuando
fueron para sepultarla, no hallaron de ella más que el cráneo, los pies y las
palmas de las manos. 36 Volvieron y se lo informaron. Y él dijo:
—¡Esta es la palabra que Jehovah habló por
medio de su siervo Elías el tisbita, diciendo: "En la parcela de Jezreel,
los perros comerán la carne de Jezabel; 37 y el cadáver de Jezabel
será como estiércol sobre la superficie del campo en la parcela de Jezreel, de
modo que nadie pueda decir: ’Esta es Jezabel.’ "
CAPÍTULO
10
JEHÚ ELIMINA A LOS HIJOS DE ACAB
1 Acab tenía
setenta hijos en Samaria. Y Jehú escribió cartas y las envió a Samaria a los
principales de la ciudad, a los ancianos y a los tutores de los hijos de Acab,
diciendo:
2 Ahora,
cuando esta carta llegue a vosotros, puesto que tenéis con vosotros a los hijos
de vuestro señor, y tenéis con vosotros los carros, los caballos, una ciudad
fortificada y las armas, 3 mirad cuál es el mejor y más apto de los
hijos de vuestro señor, y ponedlo en el trono de su padre, y combatid por la
casa de vuestro señor.
4 Pero ellos
tuvieron mucho temor y se dijeron: "He aquí que dos reyes no pudieron
resistirle; ¿cómo podremos resistir nosotros?" 5 Entonces el
administrador del palacio, el alcalde de la ciudad, los ancianos y los tutores
enviaron a decir a Jehú: "Nosotros somos tus siervos y haremos todo lo que
nos digas. No pondremos a ninguno como rey; haz lo que te parezca bien."
6 Entonces les
escribió una segunda carta diciendo:
Si estáis de mi parte y obedecéis mi voz,
tomad las cabezas de los hijos varones de vuestro señor y venid a mí mañana a
estas horas, a Jezreel.
Los hijos del rey, setenta hijos varones,
estaban allí con los principales de la ciudad que los criaban. 7 Y
sucedió que cuando les llegó la carta, tomaron a los hijos del rey y degollaron
a los setenta hijos varones. Luego pusieron sus cabezas en canastas y las
enviaron a Jehú, a Jezreel. 8 Entonces llegó el mensajero y le
informó diciendo:
—Han traído las cabezas de los hijos del rey.
Y él dijo:
—Ponedlas en dos montones a la entrada de la
puerta de la ciudad, hasta mañana.
9 Cuando llegó
la mañana, Jehú salió, se puso de pie y dijo a todo el pueblo:
—Vosotros sois inocentes. He aquí, yo soy el
que ha conspirado contra mi señor y lo he matado. Pero, ¿quién ha matado a
todos éstos? 10 Sabed, por tanto, que de la palabra de Jehovah, de
lo que ha hablado Jehovah contra la casa de Acab, nada caerá a tierra; y que
Jehovah ha hecho lo que había dicho por medio de su siervo Elías.
11 Así Jehú
mató a todos los que habían quedado de la casa de Acab en Jezreel, a todos sus
principales, a sus amigos íntimos y a sus sacerdotes, hasta no dejarle ningún
sobreviviente.
JEHÚ ELIMINA A LOS HERMANOS DE OCOZÍAS
12 Jehú partió
y se dirigió a Samaria, y en el camino llegó a Bet-equed de los pastores. 13
Y Jehú encontró allí a los hermanos de Ocozías, rey de Judá, y les preguntó:
—¿Quiénes sois vosotros?
Ellos respondieron:
—Somos hermanos de Ocozías y hemos descendido
para saludar a los hijos del rey y a los hijos de la reina madre.
14 Entonces él
dijo:
—¡Prendedlos vivos!
Y después que los prendieron vivos, degollaron
junto al pozo de Bet-equed a cuarenta y dos hombres, sin dejar con vida a
ninguno de ellos.
JEHÚ ELIMINA A LA FAMILIA DE ACAB
15 Jehú partió
de allí y encontró a Jonadab hijo de Recab, que venía a su encuentro. Y después
de saludarle, le preguntó:
—¿Es recto tu corazón, como mi corazón es
recto con tu corazón?
Jonadab respondió:
—Sí, lo es.
Entonces Jehú dijo:
—Si lo es, ¡dame la mano!
Y le dio la mano. Luego le hizo subir con él
al carro, 16 y dijo:
—Ven conmigo y verás mi celo por Jehovah.
Y le hizo subir a su carro. 17
Entonces, cuando Jehú llegó a Samaria, mató a todos los de Acab que habían
quedado allí, hasta exterminarlos, conforme a la palabra que Jehovah había
hablado a Elías.
JEHÚ ELIMINA A LOS PROFETAS DE BAAL
18 Entonces
Jehú reunió a todo el pueblo y les dijo:
—Acab sirvió poco a Baal; Jehú le servirá
mucho. 19 Ahora pues, convocadme a todos los profetas de Baal, a
todos sus siervos y a todos sus sacerdotes, sin que falte ni uno; porque voy a
ofrecer un gran sacrificio a Baal. Cualquiera que falte no vivirá.
Jehú hacía esto con astucia, para destruir a
los que rendían culto a Baal. 20 Entonces dijo Jehú:
—¡Consagrad una asamblea festiva para Baal!
Y ellos la convocaron. 21 Entonces
Jehú envió mensajeros por todo Israel, y todos los siervos de Baal llegaron,
sin que nadie dejase de venir. Y entraron en el templo de Baal, el cual se
llenó de extremo a extremo.
22 Entonces
Jehú dijo al que estaba a cargo del vestuario:
—Saca vestiduras para todos los siervos de
Baal.
Y él sacó las vestimentas para ellos. 23
Luego entró Jehú con Jonadab hijo de Recab en el templo de Baal, y dijo a los
siervos de Baal:
—Buscad y ved que no haya aquí entre vosotros
ninguno de los siervos de Jehovah, sino sólo los siervos de Baal.
24 Cuando
entraron para ofrecer los sacrificios y los holocaustos, Jehú colocó afuera
ochenta hombres diciéndoles:
—¡Cualquiera que deje escapar a alguno de los
hombres que yo he puesto en vuestras manos, su vida responderá por la de él!
25 Y sucedió
que cuando ellos acabaron de hacer el holocausto, Jehú dijo a los de su escolta
y a los comandantes:
—¡Entrad y matadlos; que no salga ninguno!
Los de la escolta y los comandantes los
mataron a filo de espada y los echaron fuera. Avanzaron hasta el interior del
templo de Baal, 26 sacaron el árbol ritual del templo de Baal y lo
quemaron. 27 Destrozaron la piedra ritual de Baal, destrozaron el
templo y lo convirtieron en letrina hasta el día de hoy. 28 Así Jehú
erradicó a Baal de Israel.
OTROS HECHOS DE JEHÚ
29 Con todo
eso, Jehú no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, quien hizo
pecar a Israel. Jehú no se apartó de ir en pos de los becerros de oro que
estaban en Betel y en Dan. 30 Entonces Jehovah dijo a Jehú:
—Porque has actuado bien haciendo lo recto
ante mis ojos y has hecho a la casa de Acab conforme a todo lo que estaba en mi
corazón, tus hijos se sentarán en el trono de Israel hasta la cuarta
generación.
31 Pero Jehú
no se cuidó de andar con todo su corazón en la ley de Jehovah Dios de Israel,
ni se apartó de los pecados de Jeroboam, quien hizo pecar a Israel.
32 En aquellos
días Jehovah comenzó a reducir a Israel. Hazael los derrotó en todo el
territorio de Israel, 33 desde el Jordán al oriente, en todas las
tierras de Galaad, Gad, Rubén y Manasés; y desde Aroer, que está junto al río
Arnón, hasta Galaad y Basán.
34 Los demás
hechos de Jehú, todas las cosas que hizo y todo su poderío, ¿no están escritos
en el libro de las crónicas de los reyes de Israel? 35 Jehú reposó
con sus padres, y lo sepultaron en Samaria. Y su hijo Joacaz reinó en su lugar.
36 El tiempo que reinó Jehú sobre Israel en Samaria fue de 28 años.
CAPÍTULO
11
ATALÍA USURPA EL TRONO DE JUDÁ
1 Cuando
Atalía, madre de Ocozías, vio que su hijo había muerto, se levantó y exterminó
a toda la descendencia real. 2 Pero Josabet, hija del rey Joram y
hermana de Ocozías, tomó a Joás hijo de Ocozías, lo sacó a escondidas de entre
los hijos del rey a quienes estaban dando muerte, y puso a él y a su nodriza en
un dormitorio. Así lo escondió de Atalía, y no fue muerto. 3 Y
estuvo escondido con ella en la casa de Jehovah seis años. Entre tanto, Atalía
reinaba en el país.
JOÁS ASCIENDE AL TRONO DE JUDÁ
4 Al séptimo
año, Joyada trajo a los jefes de centenas de los careos y de los de la escolta
real, y los llevó con él a la casa de Jehovah. Entonces hizo un convenio con
ellos, les hizo prestar juramento en la casa de Jehovah y les mostró al hijo
del rey. 5 Y les mandó diciendo:
—Esto es lo que habéis de hacer: Una tercera
parte de vosotros, los que entráis de turno el sábado, tendréis la guardia de
la casa del rey. 6 Otra tercera parte estará junto a la puerta Sur,
y la otra tercera parte estará en la puerta detrás de la escolta real. Así
guardaréis el palacio por turno. 7 Y dos partes de vosotros, todos
los que salís de turno el sábado, tendréis la guardia de la casa de Jehovah
junto al rey. 8 Formaréis un círculo alrededor del rey, cada uno con
sus armas en su mano. Cualquiera que se meta en las filas morirá. Estaréis con
el rey cuando salga y cuando entre.
9 Los jefes de
centenas hicieron conforme a todo lo que había mandado el sacerdote Joyada.
Tomaron cada uno a sus hombres, a los que habían de entrar el sábado y a los
que habían de salir el sábado, y fueron al sacerdote Joyada. 10 El
sacerdote dio a los jefes de centenas las lanzas y los escudos que habían sido
del rey David, y que estaban en la casa de Jehovah. 11 Entonces los
de la escolta real se apostaron, cada uno con sus armas en su mano, desde el
lado sur del templo hasta el lado norte del templo, entre el altar y el templo,
alrededor del rey.
12 Luego
Joyada sacó al hijo del rey, le puso la corona y le dio el testimonio; y le
proclamaron rey. Lo ungieron y le aplaudieron diciendo:
—¡Viva el rey!
13 Cuando
Atalía oyó el bullicio de la escolta y de la gente, se acercó a la gente en la
casa de Jehovah. 14 Y cuando miró, he aquí que el rey estaba de pie
junto a la columna, según la costumbre. Los magistrados y los que tocaban las
trompetas estaban junto al rey. Todo el pueblo de la tierra se regocijaba y
tocaba las trompetas. Entonces Atalía rasgó sus vestidos y gritó:
—¡Conspiración! ¡Conspiración!
15 Luego el
sacerdote Joyada dio orden a los jefes de centenas que estaban al mando del
ejército, y les dijo:
—¡Sacadla de entre las filas; y al que la
siga, matadle a espada!
Porque el sacerdote había dicho que no la
matasen en la casa de Jehovah. 16 Entonces le echaron mano, y cuando
ella llegó a la casa del rey, por el camino de la entrada de los caballos, allí
fue muerta.
17 Joyada hizo
un pacto entre Jehovah, el rey y el pueblo, de que serían el pueblo de Jehovah.
También hizo pacto entre el rey y el pueblo. 18 Después todo el
pueblo de la tierra entró en el templo de Baal, y lo destruyeron. Rompieron por
completo sus altares y sus imágenes, y delante de los altares mataron a Matán,
sacerdote de Baal.
Luego el sacerdote designó oficiales para la
casa de Jehovah. 19 Después tomó a los jefes de centenas, a los
careos, a los de la escolta real y a todo el pueblo de la tierra; e hicieron
descender al rey desde la casa de Jehovah. Entraron en la casa del rey por el
camino de la puerta de los de la escolta real. Entonces el rey se sentó en el
trono real. 20 Todo el pueblo de la tierra se regocijó, y la ciudad
estaba en calma, después que a Atalía le habían dado muerte a espada en la casa
del rey.
21 Joás tenía 7
años cuando comenzó a reinar.
EN LA JUSTICIA DE DIOS NO HAY MISERICORDIA
REFLEXIÓN
…y has hecho a la casa de Acab conforme a todo
lo que estaba en mi corazón (2Rey. 10:30)
La palabra de Dios siempre se cumple, cuando
llega su justicia no se detiene hasta que se cumpla todo lo que decretó. Pasaron
muchas cosas, pasó mucho tiempo, pero Acab seguía haciendo lo malo ante los ojos
de Dios. Elia demostró delante de él quién era el verdadero Dios, degolló a los
cuatrocientos profetas de Baal; pero Acab los volvió a restituir. Así que
durante el tiempo de la justicia de Dio no se espera compasión, durante la misericordia
Dios espera que cambiemos de actitud. Pero al ejecutar la justicia, no se
detiene hasta completar su obra. Así que tenemos tiempo de obra para enmendar
todo, mientras estamos en el tiempo de la misericordia. La misericordia no está
presente porque Dios está aprobando nuestras obras, la misericordia tiene el
propósito de hacernos recapacitar para que cambiemos de actitud. A Acab hasta
le fue enviado en muchas ocasiones a Elías, que le anunciaba de parte de Dios
lo que estaba mal. Pero así muchas veces somos nosotros, creemos que el profeta
de Dios es el que está hablando por su propia cuenta.
ORACIÓN
Mi Dios ayúdame a reconocer tu voz en todo tiempo,
a reconocer tu misericordia, a cambiar mi conducta que no te agrada. Amén.
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