DÍA 113
23 DE ABRIL (1º REYES 20:1-21:29)
CAPÍTULO 20
BEN-HADAD
SITIA SAMARIA
1 Entonces Ben-hadad, rey de Siria, reunió
todo su ejército. Estaban con él treinta y dos reyes, con caballos y carros.
Luego subió, sitió Samaria y combatió contra ella. 2 Después envió
mensajeros a la ciudad, a Acab, rey de Israel, diciendo: 3 "Así
ha dicho Ben-hadad: ’Tu plata y tu oro son míos; tus mujeres y los mejores de
tus hijos son míos.’ "
4 El rey de Israel respondió diciendo:
"Como tú dices, oh mi señor el rey, yo soy tuyo con todo lo que
tengo."
5 Volvieron otra vez los mensajeros y
dijeron: "Así dice Ben-hadad: ’Por cierto, te envié a decir que me dieras
tu plata, tu oro, tus mujeres y tus hijos. 6 Mañana a estas horas te
enviaré mis servidores, los cuales registrarán tu casa y las casas de tus
servidores. Y sucederá que tomarán con sus manos y se llevarán todo lo precioso
que tengas.’ "
7 El rey de Israel llamó a todos los
ancianos del país y les dijo:
—Sabed, pues, y
ved cómo éste no busca sino el mal; porque ha enviado por mis mujeres y mis
hijos, y por mi plata y mi oro; y yo no se lo he negado.
8 Y todos los ancianos y todo el pueblo
respondieron:
—No le escuches
ni accedas.
9 Entonces Acab respondió a los mensajeros
de Ben-hadad:
—Decid a mi señor
el rey: "Haré todo lo que enviaste a exigir a tu siervo al principio, pero
esto no lo puedo hacer."
Los mensajeros
fueron y le dieron la respuesta, 10 y Ben-hadad envió a decirle:
"Así me hagan los dioses y aun me añadan, si el polvo de Samaria basta
para llenar las manos de todo el pueblo que me sigue."
11 El rey de Israel respondió y dijo:
"Decidle: ’No se jacte tanto el que se ciñe como el que se desciñe.’
"
12 Y sucedió que cuando él oyó estas
palabras, mientras bebía con los reyes en las cabañas, dijo a sus servidores:
—¡Tomad
posiciones!
Y tomaron
posiciones contra la ciudad.
ACAB DERROTA A
BEN-HADAD
13 He aquí, un profeta se acercó a Acab, rey
de Israel, y le dijo:
—Así ha dicho
Jehovah: "¿Has visto toda aquella gran multitud? He aquí, yo la entregaré
hoy en tu mano, para que reconozcas que yo soy Jehovah."
14 Acab preguntó:
—¿Por medio de
quién?
Y él respondió:
—Así ha dicho
Jehovah: "Por medio de los jóvenes de los jefes de las provincias."
Y Acab preguntó:
—¿Quién comenzará
la batalla?
El respondió:
—Tú.
15 Acab pasó revista a los jóvenes de los
jefes de las provincias, los cuales eran 232. Después de ellos, pasó revista a
todo el pueblo, a todos los hijos de Israel, que eran 7.000. 16 Y
éstos salieron al mediodía, mientras Ben-hadad estaba bebiendo hasta
emborracharse en las cabañas con los reyes, los treinta y dos reyes que habían
venido en su ayuda. 17 Los jóvenes de los jefes de las provincias
salieron primero. Ben-hadad había enviado a algunos, quienes le informaron
diciendo:
—Unos hombres han
salido de Samaria.
18 El dijo:
—Si han salido
para hacer la paz, prendedlos vivos. Y si han salido para combatir, prendedlos
vivos.
19 Salieron, pues, de la ciudad los jóvenes
de los jefes de las provincias, y tras ellos salió el ejército. 20 Y
cada uno mató al que venía contra él; y los sirios huyeron, e Israel los
persiguió. Pero Ben-hadad, rey de Siria, se escapó a caballo con algunos
jinetes. 21 Entonces salió el rey de Israel, atacó los caballos y
los carros, y ocasionó a los sirios una gran derrota.
VICTORIA SOBRE
LOS SIRIOS EN AFEC
22 Luego se acercó el profeta al rey de
Israel y le dijo:
—Vé, cobra ánimo;
considera y mira lo que has de hacer, porque el rey de Siria volverá contra ti
el próximo año.
23 Los servidores del rey de Siria le
dijeron:
—Sus dioses son
dioses de las montañas; por eso fueron más fuertes que nosotros. Pero si
combatimos contra ellos en la llanura, sin duda seremos más fuertes que ellos. 24
Haz, pues, así: Saca a cada uno de los reyes de su puesto, y pon gobernadores
en su lugar. 25 Y tú, organiza otro ejército como el ejército que
perdiste, caballo por caballo y carro por carro. Luego combatiremos contra
ellos en la llanura, y sin duda seremos más fuertes que ellos.
El les prestó
atención, y lo hizo así. 26 Y aconteció, al año siguiente, que Ben-hadad
pasó revista a los sirios y fue a Afec para combatir contra Israel. 27
También se pasó revista a los hijos de Israel, y tomando provisiones les
salieron al encuentro. Los hijos de Israel acamparon frente a ellos y eran como
dos pequeños rebaños de cabras, mientras que los sirios llenaban el campo. 28
Entonces el hombre de Dios se acercó al rey de Israel y le habló diciendo:
—Así ha dicho
Jehovah: "Porque los sirios han dicho: ’Jehovah es un dios de las
montañas; no es un dios de los valles’, yo entregaré a toda esta gran multitud
en tu mano, para que reconozcas que yo soy Jehovah."
29 Siete días estuvieron acampados los unos
frente a los otros. Y sucedió que al séptimo día se dio la batalla. Entonces
los hijos de Israel mataron en un día a 100.000 hombres de infantería de los
sirios. 30 Los demás huyeron a la ciudad de Afec, pero el muro cayó
encima de 27.000 hombres que habían quedado. También Ben-hadad fue huyendo a la
ciudad y se escondía de cuarto en cuarto.
ACAB HACE
ALIANZA CON BEN-HADAD
31 Sus servidores dijeron a Ben-hadad:
—He aquí, hemos
oído que los reyes de la casa de Israel son reyes clementes. Pongamos, pues,
cilicio sobre nuestras espaldas y sogas a nuestros cuellos, y salgamos al rey
de Israel; quizás nos perdone la vida.
32 Entonces se ciñeron sus lomos con cilicio
y pusieron sogas a sus cuellos, y fueron al rey de Israel y dijeron:
—Tu siervo
Ben-hadad dice: "Por favor, perdóname la vida."
Y él respondió:
—¿Todavía vive?
¡Es mi hermano!
33 Aquellos hombres tomaron esto como buen
augurio y se apresuraron a tomarle la palabra, diciendo:
—¡Tu hermano es
Ben-hadad!
El dijo:
—Id y traedle.
Ben-hadad se
presentó ante Acab, quien le hizo subir en su carro. 34 Luego le
dijo Ben-hadad:
—Yo restituiré
las ciudades que mi padre tomó a tu padre. Tú también podrás establecer centros
comerciales en Damasco, como mi padre hizo en Samaria.
—Entonces con
este convenio yo te dejaré ir libre.
Hizo, pues, un
convenio con él y le dejó ir.
Acab es
reprendido respecto a Ben-hadad
35 Entonces un hombre de los hijos de los
profetas dijo a su compañero, por mandato de Jehovah:
—¡Golpéame, por
favor!
Pero el hombre
rehusó golpearle. 36 Y él le dijo:
—Porque no has
obedecido la voz de Jehovah, he aquí que cuando te apartes de mí, te matará un
león.
Cuando se apartó
de él, lo encontró un león y lo mató.
37 Luego se encontró con otro hombre y le
dijo:
—¡Golpéame, por
favor!
El hombre le dio
un golpe y le ocasionó una herida. 38 Entonces el profeta se fue y
se puso de pie delante del rey en el camino, disfrazándose con una venda sobre
los ojos. 39 Sucedió que cuando el rey pasaba, aquél gritó al rey y
dijo:
—¡Tu siervo estuvo
en medio de la batalla, y he aquí que uno se apartó trayéndome a un hombre y me
dijo: "Guarda a este hombre, porque si llega a escapar, tu vida responderá
por la suya o pagarás un talento de plata." 40 Pero sucedió que
mientras tu siervo estaba ocupado en una y otra cosa, él desapareció.
Entonces el rey
de Israel le dijo:
—¡Esa será tu
sentencia! ¡Tú mismo la has pronunciado!
41 Entonces se quitó apresuradamente la
venda de sus ojos, y el rey de Israel reconoció que era uno de los profetas. 42
Y éste dijo al rey:
—Así ha dicho
Jehovah: "¡Por cuanto soltaste de la mano al hombre que yo había designado
como anatema, tu vida responderá por la suya, y tu pueblo por el suyo!"
43 El rey de Israel se fue a su casa decaído
y enfadado, y llegó a Samaria.
CAPÍTULO 21
ACAB Y LA VIÑA
DE NABOT
1 Pasadas estas cosas aconteció que Nabot
de Jezreel tenía una viña en Jezreel, junto al palacio de Acab, rey de Samaria.
2 Y Acab habló a Nabot diciendo:
—Dame tu viña
para que me sirva como huerto de verduras, porque está junto a mi casa, y yo te
daré por ella otra viña mejor que ésta. O si te parece mejor, te pagaré su
precio en dinero.
3 Nabot respondió a Acab:
—¡Guárdeme
Jehovah de darte la heredad de mis padres!
4 Acab se fue a su casa decaído y enfadado
por las palabras que le había respondido Nabot de Jezreel, quien le había
dicho: "No te daré la heredad de mis padres." Se acostó en su cama,
volvió su cara y no tomó alimentos.
5 Jezabel, su mujer, fue a él y le
preguntó:
—¿Por qué está
decaído tu espíritu, y no tomas alimentos?
6 Y él le respondió:
—Porque hablé con
Nabot de Jezreel y le dije: "Dame tu viña por dinero; o si te parece
mejor, te daré otra viña por ella." Y él respondió: "No te daré mi
viña."
7 Su mujer Jezabel le dijo:
—¿Tú actúas ahora
como rey sobre Israel? ¡Levántate, toma alimentos, y alégrese tu corazón! ¡Yo
te daré la viña de Nabot de Jezreel!
8 Entonces ella escribió cartas en nombre
de Acab, las selló con su anillo y las envió a los ancianos y principales que
habitaban en su ciudad con Nabot. 9 Las cartas que escribió decían
así:
Proclamad ayuno y
haced que Nabot se siente frente al pueblo. 10 Haced que se sienten
frente a él dos hombres perversos para que testifiquen contra él diciendo:
"¡Tú has maldecido a Dios y al rey!" Entonces sacadlo y apedreadlo, y
que muera.
11 Los hombres de su ciudad, los ancianos y
los principales que vivían en su ciudad hicieron como les mandó Jezabel.
Conforme a lo escrito en las cartas que ella había enviado, 12
proclamaron ayuno e hicieron sentar a Nabot frente al pueblo. 13
Luego vinieron los dos hombres perversos y se sentaron frente a él. Y estos
hombres perversos dieron testimonio contra Nabot frente al pueblo, diciendo:
—Nabot ha
maldecido a Dios y al rey.
Lo sacaron de la
ciudad y lo apedrearon, y murió. 14 Después enviaron a decir a
Jezabel: "Nabot ha sido apedreado y ha muerto."
15 Sucedió que cuando Jezabel oyó que Nabot
había sido apedreado y que había muerto, Jezabel dijo a Acab:
—Levántate y toma
posesión de la viña de Nabot de Jezreel, quien no te la quiso dar por dinero.
Nabot ya no vive; ha muerto.
16 Y sucedió que cuando Acab oyó que Nabot
había muerto, se levantó Acab para descender a la viña de Nabot de Jezreel a
fin de tomar posesión de ella.
ELÍAS ANUNCIA
JUICIO CONTRA ACAB
17 Aconteció que vino la palabra de Jehovah
a Elías el tisbita, diciendo:
18 -Levántate, desciende al encuentro de
Acab, rey de Israel, que reside en Samaria. He aquí que está en la viña de
Nabot, a donde ha descendido para tomar posesión de ella. 19 Le
hablarás diciendo: "Así ha dicho Jehovah: ’¿Has asesinado y también has
tomado posesión?’ " Luego le hablarás diciendo: "Así ha dicho
Jehovah: ’En el lugar donde los perros lamieron la sangre de Nabot, los perros
lamerán también tu sangre, tu misma sangre.’ "
20 Acab dijo a Elías:
—¿Así que me has
encontrado, enemigo mío?
El respondió:
—Te he encontrado,
porque te has vendido para hacer lo malo ante los ojos de Jehovah. 21
Así dice Jehovah: "He aquí, yo traeré el mal sobre ti y te barreré por
completo. Eliminaré de Acab a todo varón en Israel, tanto al esclavo como al
libre. 22 Yo haré a los de tu casa como a los de la casa de Jeroboam
hijo de Nabat y a los de la casa de Baasa hijo de Ajías, por la provocación con
que me has provocado a ira y con que has hecho pecar a Israel." 23
También de Jezabel ha hablado Jehovah diciendo: "Los perros comerán a
Jezabel en la parcela de Jezreel. 24 Al que de Acab muera en la
ciudad, lo comerán los perros; y al que muera en el campo, lo comerán las aves
del cielo."
25 No hubo realmente nadie como Acab, que se
vendiera para hacer lo malo ante los ojos de Jehovah, pues su mujer Jezabel lo
incitaba. 26 El actuó de manera muy abominable, yendo tras los
ídolos, conforme a todo lo que hacían los amorreos, a los cuales Jehovah había
echado de delante de los hijos de Israel.
27 Y sucedió que cuando Acab oyó estas palabras,
rasgó sus vestiduras, puso cilicio sobre su cuerpo, ayunó y se acostó con el
cilicio; y andaba humillado. 28 Entonces vino la palabra de Jehovah
a Elías el tisbita, diciendo:
29 -¿Has visto cómo se ha humillado Acab
delante de mí? Por cuanto se ha humillado delante de mí, no traeré el mal en
sus días; en los días de su hijo traeré el mal sobre su casa.
OBEDECER LA VOZ DE DIOS
REFLEXIÓN
…por mandato de
Jehovah (1Rey 20:35)
Hablando de
profeta, siempre tienen que hacer lo que Dio le mande. Pero esto no va olo con
lo profeta, todos estamos involucrado en esto. Tenemos que obedecer la voz de
Dios, aunque en ocasiones sea algo que no tiene sentido o no parezca una
locura. Aunque no este un León esperándonos a la vuelta de la equina para
devorarnos, por no obedecer la voz de Dios. Si puede ser que la circunstancia a
nuestro alrededor se tornen un poco extrañas, luego nos preguntamos porque Dios
no nos ayuda. Obedecer la voz de Dios no es cosa fácil, hay que estar bien dispuesto
para hacerlo correctamente.
ORACIÓN
Señor que aprenda
a obedecer tu voz, que pueda en todo momento estar dispuesto a agradarte en
todo. Amén.
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