DÍA 96
6 DE ABRIL (1º
SAMUEL 28:1-31:13)
CAPÍTULO 28
LOS FILISTEOS SE ALISTAN
CONTRA ISRAEL
1 Aconteció que en aquellos días los filisteos reunieron sus tropas en un
ejército para combatir contra Israel. Entonces Aquis dijo a David:
—Bien sabes que debes ir conmigo a la campaña tú
con tus hombres.
2 David respondió a Aquis:
—Sabrás, pues, lo que puede hacer tu servidor.
Y Aquis dijo a David:
—Entonces te haré mi guarda personal para
siempre.
SAÚL ACUDE A LA ESPIRITISTA DE
ENDOR
3 Samuel ya había muerto, y todo Israel había lamentado su partida. Lo
habían sepultado en su ciudad, en Ramá. Y Saúl había quitado del país
a los que evocaban a los muertos y a los adivinos.
4 Los filisteos se reunieron, vinieron y acamparon en Sunem. Saúl reunió
a todo Israel, y ellos acamparon en Gilboa. 5 Al ver Saúl el
campamento de los filisteos, se atemorizó, y su corazón se estremeció en gran
manera. 6 Entonces Saúl consultó a Jehovah, pero Jehovah no le
respondió ni por sueños, ni por Urim, ni por los profetas.
7 Entonces Saúl dijo a sus servidores:
—Buscadme una mujer que sepa evocar a los
muertos, para que yo vaya a ella y consulte por medio de ella.
Sus servidores le respondieron:
—He aquí que en Endor hay una mujer que sabe
evocar a los muertos.
8 Saúl se disfrazó poniéndose otra ropa, y fue con dos hombres. Llegaron
de noche a la mujer, y él dijo:
—Por favor, evócame a los muertos y haz que suba
quien yo te diga.
9 Pero la mujer le respondió:
—He aquí, tú sabes lo que ha hecho Saúl; cómo ha
quitado del país a los que evocan a los muertos y a los adivinos. ¿Por qué,
pues, pones una trampa a mi vida para causarme la muerte?
10 Saúl le juró por Jehovah, diciendo:
—¡Vive Jehovah, que ningún mal te vendrá por
esto!
11 Entonces la mujer preguntó:
—¿A quién haré que suba?
El respondió:
—Haz que suba Samuel.
12 Al ver la mujer a Samuel, gritó fuertemente. Y la mujer habló a Saúl
diciendo:
13 -¿Por qué me has engañado? ¡Tú eres Saúl!
El rey le dijo:
—No tengas miedo. ¿Qué has visto?
La mujer respondió a Saúl:
—He visto un ser divino que
sube de la tierra.
14 Entonces él le preguntó:
—¿Qué aspecto tiene?
Ella respondió:
—Sube un hombre anciano, envuelto en un manto.
Saúl entendió que era Samuel, e inclinando el
rostro a tierra se postró. 15 Entonces Samuel preguntó a Saúl:
—¿Por qué me has molestado haciéndome subir?
Saúl respondió:
—Estoy muy angustiado, pues los filisteos
combaten contra mí, y Dios se ha apartado de mí. No me responde más, ni por
medio de profetas, ni por sueños. Por esto te he llamado, para que me declares
lo que tengo que hacer.
16 Entonces Samuel dijo:
—¿Para qué me preguntas a mí, puesto que Jehovah
se ha apartado de ti y se ha vuelto tu adversario? 17 Jehovah ha
hecho lo que dijo por medio de mí, pues Jehovah ha quitado el
reino de tu mano y lo ha dado a tu prójimo, a David; 18 porque no obedeciste la voz
de Jehovah ni ejecutaste el ardor de su ira contra Amalec. Por
eso Jehovah te ha hecho esto hoy. 19 Además, Jehovah entregará a Israel y también a ti en mano de los
filisteos. Mañana estaréis conmigo, tú y tus hijos. Jehovah entregará también
el ejército de Israel en mano de los filisteos.
20 Entonces Saúl cayó en tierra, tan largo como era, y tuvo gran temor por
las palabras de Samuel. No le quedaban fuerzas, pues no había comido nada en
todo el día ni en toda la noche. 21 Luego la mujer vino a Saúl; y al
verle tan aterrorizado, le dijo:
—He aquí que tu sierva ha obedecido tu voz. He
arriesgado mi vida y he escuchado las palabras
que me has hablado. 22 Ahora pues, te ruego que tú también escuches la voz de tu sierva:
Permíteme poner delante de ti un pedazo de pan, a fin de que comas y recuperes
fuerzas para seguir tu camino.
23 El rehusó diciendo:
—No comeré.
Pero sus servidores, junto con la mujer, le
insistieron; y él les escuchó. Luego se levantó del suelo y se sentó sobre la cama.
24 La mujer tenía en la casa un ternero engordado, y se apresuró a
matarlo. Luego tomó harina, la amasó y coció con ella panes sin levadura. 25
Los puso delante de Saúl y de sus servidores. Después que comieron, se
levantaron y partieron aquella misma noche.
CAPÍTULO 29
DAVID ES EXCLUIDO DE IR CONTRA
ISRAEL
1 Los filisteos reunieron todas sus tropas en Afec, e Israel acampó junto
al manantial que está en Jezreel.
2 Cuando los gobernantes de los filisteos pasaron revista a sus
batallones de cien y de mil hombres, se halló que David y sus hombres iban en
la retaguardia, con Aquis. 3 Entonces los jefes de los filisteos preguntaron:
—¿Qué hacen aquí estos hebreos?
Aquis respondió a los jefes de los filisteos:
—¿No es éste David, siervo de Saúl rey de
Israel, que ha estado conmigo por días y por años, y en quien no he hallado
nada malo desde el día en que se pasó a mí, hasta el día de hoy?
4 Pero los jefes de los filisteos se enojaron contra él y le dijeron:
—Haz volver a ese hombre. Que se vuelva al lugar
que le señalaste y que no venga con nosotros a la batalla, no sea que en la
batalla se vuelva nuestro enemigo. Porque, ¿con qué cosa ganaría mejor el favor
de su señor que con las cabezas de estos hombres? 5 ¿No es éste
David, de quien cantaban con danzas diciendo: "Saúl derrotó a sus miles, y
David a sus diez miles"?
6 Entonces Aquis llamó a David y le dijo:
—¡Vive Jehovah, que tú has sido recto! Me ha
parecido bien tu salir y tu entrar en el ejército conmigo, pues ninguna cosa
mala he hallado en ti desde el día que viniste a mí, hasta el día de hoy. Pero
a los ojos de los gobernantes tú no eres grato. 7 Ahora pues, vuelve
y vete en paz, para no desagradar a los gobernantes de los filisteos.
8 David preguntó a Aquis:
—Pero, ¿qué he hecho? ¿Qué has hallado en tu
siervo, desde el día que vine a estar contigo hasta el día de hoy, para que yo
no vaya y luche contra los enemigos de mi señor el rey?
9 Aquis respondió y dijo a David:
—Yo sé que tú eres grato a mis ojos, como un
ángel de Dios. Pero los jefes de los filisteos han dicho: "Que él no vaya
a la batalla con nosotros." 10 Levántate, pues, muy de mañana, tú
y los siervos de tu señor que han venido contigo. Y levantándoos muy de mañana,
partid al amanecer.
11 Entonces David y sus hombres se levantaron muy de mañana para irse y
regresar a la tierra de los filisteos, y los filisteos subieron a Jezreel.
CAPÍTULO 30
DAVID SE VENGA DE LOS
AMALEQUITAS
1 Cuando David y sus hombres llegaron a Siclag al tercer día, los
amalequitas habían hecho una incursión en el Néguev y en Siclag. Habían atacado
Siclag y la habían incendiado. 2 También se habían llevado cautivas
a las mujeres y a todos los que estaban en ella, desde
el menor hasta el mayor. Pero no mataron a nadie, sino que los tomaron cautivos
y siguieron su camino.
3 David y sus hombres llegaron a la ciudad, y he aquí que estaba
incendiada y que sus mujeres, sus hijos y sus hijas habían sido llevados
cautivos. 4 Entonces David y la gente que estaba con él alzaron su
voz y lloraron hasta que les faltaron las fuerzas para llorar. 5
También habían sido tomadas cautivas las dos mujeres de David, Ajinoam, de
Jezreel, y Abigaíl, que fuera mujer de Nabal, de Carmel.
6 David estaba muy angustiado, porque el pueblo hablaba de apedrearlo.
Todo el pueblo estaba con ánimo amargado, cada uno por causa de sus hijos y de
sus hijas. Pero David se fortaleció en Jehovah su Dios. 7 Entonces
David dijo al sacerdote Abiatar hijo de Ajimelec:
—Tráeme, por favor, el efod.
Abiatar trajo el efod a David, 8 y
David consultó a Jehovah diciendo:
—¿He de perseguir a esa banda? ¿La podré
alcanzar?
Y Jehovah le respondió:
—Persíguela, porque de cierto la alcanzarás y
librarás a los cautivos.
9 Entonces David partió con los 600 hombres que estaban con él, y
llegaron hasta el arroyo de Besor, donde se quedaron algunos de ellos. 10
Pero David continuó persiguiendo, él con 400 hombres, porque 200 se quedaron
atrás, los cuales estaban muy agotados para pasar el arroyo de Besor.
11 Hallaron en el campo a un hombre egipcio y lo llevaron a David. Le
dieron pan para comer y agua para beber. 12 También le dieron un
pedazo de torta de higos secos y dos tortas de pasas. Después que comió,
recobró sus fuerzas, pues no había comido pan ni
había bebido agua durante tres días y tres noches. 13 Entonces David le preguntó:
—¿De quién eres tú? ¿De dónde eres tú?
Y respondió:
—Yo soy un joven egipcio, siervo de un
amalequita. Mi amo me abandonó hace tres días, porque yo estaba enfermo. 14
Nosotros hicimos una incursión en la región del Néguev de los quereteos, en el
de Judá, y en el Néguev de Caleb. También incendiamos Siclag.
15 David le preguntó:
—¿Podrás llevarme tú a esa banda?
El respondió:
—Júrame por Dios que no me matarás ni me
entregarás en mano de mi amo, y yo te llevaré a esa banda.
16 Entonces los llevó, y he aquí que estaban desparramados sobre la
superficie de toda la tierra, comiendo, bebiendo y haciendo fiesta por todo
aquel gran botín que habían tomado de la tierra de los filisteos y de la tierra
de Judá. 17 David los atacó desde antes del amanecer hasta la tarde
del día siguiente. Ninguno de ellos escapó, excepto unos 400 jóvenes que
montaron en los camellos y huyeron. 18 Así libró David todo lo que
habían tomado los amalequitas. Asimismo, David libró a sus dos mujeres. 19
No les faltó cosa alguna, ni pequeña ni grande, ni de los hijos, ni de las
hijas, ni de las cosas robadas, ni nada de cuanto habían tomado para sí. Todo
lo recuperó David.
DAVID REPARTE EL BOTÍN
20 David tomó también todas las ovejas y las vacas. Y llevándolas delante
del otro ganado, decían:
—¡Este es el botín de David!
21 Entonces David vino a los 200 hombres que habían quedado muy agotados
para seguirle, a los cuales habían hecho quedar en el arroyo de Besor. Ellos
salieron a recibir a David y a la gente que venía con él. Y cuando David se acercó
a aquella gente, les saludó deseándoles paz. 22 Entonces
intervinieron todos los malos y perversos que había entre los hombres que
habían ido con David, y dijeron:
—Puesto que no fueron con nosotros, no les
daremos del botín que hemos salvado, excepto a cada uno su mujer y sus hijos;
que los tomen y que se vayan.
23 Pero David respondió:
—No hagáis eso, hermanos míos, con lo que nos ha
dado Jehovah, quien nos ha protegido y ha entregado en nuestra mano la banda
que vino contra nosotros. 24 ¿Quién os escuchará en este asunto?
Igual parte han de tener los que descienden a la batalla y los que se quedan
con el equipaje. ¡Que se lo repartan por igual!
25 Y sucedió que desde aquel día en adelante él hizo que esto fuera ley y
decreto en Israel, hasta el día de hoy.
26 Cuando David llegó a Siclag, envió parte del botín a sus amigos, los
ancianos de Judá, diciendo: "He aquí un regalo para
vosotros del botín de los enemigos de Jehovah." 27 Lo envió a los que estaban en
Betel, a los de Ramot en el Néguev, a los de Jatir, 28 a los de
Aroer, a los de Sifmot, a los de Estemoa, 29 a los de Racal, a los
que estaban en las ciudades de los de Jerameel, a los que estaban en las
ciudades de los queneos, 30 a los de Horma, a los de Corasán, a los
de Atac, 31 a los de Hebrón y a los de todos los lugares donde David
había andado con sus hombres.
CAPÍTULO 31
MUERTE DE SAÚL Y DE SUS HIJOS
1 Los filisteos combatieron contra Israel, y los hombres de Israel
huyeron delante de los filisteos y cayeron muertos en el monte Gilboa. 2
Los filisteos siguieron de cerca a Saúl y a sus hijos; y mataron a Jonatán, a
Abinadab y a Malquisúa, hijos de Saúl.
3 La batalla arreció contra Saúl, y los hombres que tiran con el arco lo
encontraron; y fue herido gravemente por los arqueros. 4 Entonces
Saúl dijo a su escudero: "Saca tu espada y atraviésame con ella, no sea
que vengan esos incircuncisos y me atraviesen, y hagan mofa de
mí." Pero su escudero no quiso, porque tenía mucho miedo. Entonces Saúl
tomó la espada y se dejó caer sobre ella. 5 Al ver su escudero que Saúl estaba muerto, él
también se dejó caer sobre su espada y murió junto con él. 6 Así
murieron aquel día Saúl, sus tres hijos, su escudero y también todos sus
hombres junto con él. 7 Y al ver los hombres de Israel que estaban
al otro lado del valle, y los del otro lado del Jordán, que los de Israel
habían huido, y que Saúl y sus hijos habían muerto, abandonaron las ciudades y
huyeron. Entonces los filisteos fueron y habitaron en ellas.
8 Aconteció que al día siguiente, cuando los filisteos fueron para
despojar a los muertos, hallaron a Saúl y a sus tres hijos caídos en el monte
Gilboa. 9 Ellos le cortaron la cabeza y le despojaron de sus armas,
y enviaron mensajeros por toda la tierra de los filisteos para dar la buena
noticia en el templo de sus ídolos y al pueblo. 10 Después pusieron sus armas en
el templo de Astarte, y clavaron su cadáver contra el muro de Bet-seán.
11 Cuando todos los habitantes de Jabes, en
Galaad, oyeron lo que los filisteos habían hecho con Saúl, 12 todos los hombres valientes
se levantaron, caminaron toda aquella noche y tomaron del muro de Bet-seán el
cadáver de Saúl y los cadáveres de sus hijos. Cuando llegaron a Jabes, los
incineraron allí. 13 Luego tomaron sus restos y
los sepultaron debajo del tamarisco en Jabes, y ayunaron siete días.
MALAS DECISIONES TOMADAS EN DESESPERACIÓN
REFLEXIÓN
Buscadme una mujer que sepa evocar a los
muertos, para que yo vaya a ella y consulte por medio de ella (1Sam. 28:7)
Saúl Había acabado con la adivinación en Israel,
porque eso estaba contemplado en la ley. Pero en el momento en que no tuvo
respuesta de Dios por los medios normales, la solución que se le ocurre es
consultar a Samuel, que había muerto, a través de una adivina. Peor fue el
remedio que la enfermedad, lo que las personas hacen para querer mantener su
estatus. Un estatus que ya no existía, porque le fue quitado por desobedecer.
Por no querer dar su brazo a torcer, entonces echa mano del pecado; consultar a
Dios por medio de las tácticas de Satanás. Tenemos que cuidarnos de esta
actitud, creernos ser algo que Dios no ha designado. Mantener una apariencia
delante de las personas, la cual ni siquiera Dios ha establecido. Entonces
empezaremos a echar mano de cosas que son abominación a Dios, buscando mantener
algo que no procede de él.
ORACIÓN
Mi Dios ayúdame a siempre estar claro con
respecto a mi posición en este mundo designada por ti, que no llegue al extremo
de pecar contra ti por creerme lo que no soy. Amén
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Puedes dejar tu comentario acerca del tema que se esta tratando en el momento o responder a algún otro comentario que alguien haya dejado, pero no se permitirán comentarios obscenos, discriminatorios ni despreciativos en esta página.