DÍA 92
2 DE ABRIL (1º
SAMUEL 17:1-18:30)
CAPÍTULO 17
GOLIAT DESAFÍA
AL EJÉRCITO DE ISRAEL
1 Los filisteos reunieron sus tropas para
la guerra y se congregaron en Soco, que pertenecía a Judá. Después acamparon
entre Soco y Azeca, en Efes-damim. 2 También Saúl y los hombres de
Israel se reunieron y acamparon en el valle de Ela y dispusieron la batalla
contra los filisteos. 3 Los filisteos estaban a un lado sobre una
colina, y los israelitas al otro lado sobre otra colina; y el valle estaba
entre ellos.
4 Entonces, de las tropas de los filisteos
salió un paladín que se llamaba Goliat, de Gat. Este tenía de estatura seis
codos y un palmo. 5 Llevaba un casco de bronce en la cabeza y estaba
vestido con una cota de malla de bronce que pesaba 5.000 siclos. 6
Sobre sus piernas tenía grebas de bronce y entre sus hombros llevaba una
jabalina de bronce. 7 El asta de su lanza parecía un rodillo de
telar, y su punta de hierro pesaba 600 siclos. Y su escudero iba delante de él.
8 Entonces se detuvo y gritó al ejército de Israel, diciendo:
—¿Para qué salís
a disponer la batalla? ¿No soy yo el filisteo, y vosotros los siervos de Saúl?
¡Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí! 9 Si él
puede luchar conmigo y me vence, nosotros seremos vuestros esclavos. Pero si yo
puedo más que él y lo venzo, vosotros seréis nuestros esclavos y nos serviréis.
10 -Y el filisteo añadió-: ¡Yo desafío hoy al ejército de Israel!
¡Dadme un hombre para que luche contra mí!
11 Cuando Saúl y todo Israel oyeron estas
palabras del filisteo, se amedrentaron y tuvieron mucho temor.
DAVID OYE EL
DESAFÍO DE GOLIAT
12 Ahora bien, David era hijo de un hombre
efrateo de Belén de Judá, que se llamaba Isaí y que tenía ocho hijos. En los
días de Saúl este hombre era anciano, de edad muy avanzada. 13 Los
tres hijos mayores de Isaí habían ido tras Saúl a la guerra. Los nombres de sus
tres hijos que habían ido a la guerra eran: Eliab el primogénito, Abinadab el
segundo y Sama el tercero. 14 David era el menor. Y mientras los
tres mayores habían ido tras Saúl, 15 David iba y volvía de donde
estaba Saúl, para apacentar las ovejas de su padre en Belén.
16 Aquel filisteo se aproximaba por la
mañana y por la tarde, presentándose así durante cuarenta días.
17 Isaí dijo a su hijo David:
—Toma, por favor,
para tus hermanos un efa de este grano tostado y estos diez panes, y llévalos
de prisa al campamento donde están tus hermanos. 18 Lleva también
estos diez quesos para el jefe de millar. Averigua si tus hermanos están bien y
toma alguna prenda de ellos. 19 Saúl y ellos, con todos los hombres
de Israel, están en el valle de Ela, combatiendo contra los filisteos.
20 David se levantó muy de mañana, y dejando
las ovejas al cuidado de un guarda, tomó las cosas y se fue, como Isaí le había
mandado. Llegó al círculo del campamento cuando las fuerzas disponían la
batalla y daban el grito de guerra. 21 Los israelitas y los
filisteos estaban dispuestos, ejército contra ejército.
22 Las cosas que David traía las dejó en
manos del guarda del equipaje, y corrió hacia el ejército. Cuando llegó, saludó
a sus hermanos, deseándoles paz. 23 Entonces, mientras hablaba con
ellos, he aquí aquel paladín que se llamaba Goliat, el filisteo de Gat, salió
del ejército de los filisteos y repitió las mismas palabras, las cuales oyó
David.
DAVID SE
OFRECE PARA LUCHAR CON GOLIAT
24 Todos los hombres de Israel, al ver a
aquel hombre, huían de su presencia y tenían mucho miedo. 25 Los
hombres de Israel decían:
—¿Habéis visto a
ese hombre que ha salido? El se adelanta para desafiar a Israel. Y sucederá que
al que lo venza, el rey le enriquecerá con grandes riquezas, le dará su hija y
eximirá de tributos a su casa paterna en Israel.
26 David habló a los que estaban junto a él
y preguntó:
—¿Qué harán por
el hombre que venza a ese filisteo y quite la afrenta de Israel? Porque, ¿quién
es ese filisteo incircunciso para que desafíe a los escuadrones del Dios
viviente?
27 La gente le respondió las mismas
palabras, diciendo:
—Así se hará al
hombre que lo venza.
28 Eliab, su hermano mayor, le oyó hablar a
los hombres. Entonces Eliab se encendió en ira contra David y le preguntó:
—¿Para qué has
descendido acá? ¿Y con quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto?
¡Yo conozco tu arrogancia y la malicia de tu corazón! ¡Has descendido para ver
la batalla!
29 David respondió:
—¿Qué he hecho yo
ahora? ¿No fue sólo una palabra?
30 Se apartó de él hacia otro y preguntó lo
mismo. Y la gente le respondió igual que antes.
31 Las palabras que David había dicho fueron
oídas y le fueron referidas a Saúl, quien le hizo venir. 32 Y David
dijo a Saúl:
—No desmaye el
corazón de nadie a causa de él. Tu siervo irá y luchará contra ese filisteo.
33 Saúl dijo a David:
—Tú no podrás ir
contra ese filisteo para luchar contra él; porque tú eres un muchacho, y él es
un hombre de guerra desde su juventud.
34 David respondió a Saúl:
—Tu siervo ha
sido pastor de las ovejas de su padre. Y cuando venía un león o un oso y tomaba
alguna oveja del rebaño, 35 yo salía tras él, lo hería y la
rescataba de su boca. Si se levantaba contra mí, yo lo agarraba por la melena,
lo hería y lo mataba. 36 Fuese león o fuese oso, tu siervo lo
mataba. Ese filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha desafiado a
los escuadrones del Dios viviente. 37 -Y David añadió-: ¡Jehovah,
quien me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él me
librará de la mano de ese filisteo!
Y Saúl dijo a
David:
—¡Vé, y que
Jehovah sea contigo!
GOLIAT
DESPRECIA Y MALDICE A DAVID
38 Saúl vistió a David con su propia
armadura. Le puso un casco de bronce sobre su cabeza y lo vistió con una cota
de malla. 39 Luego David se ciñó la espada de él sobre su ropa e
intentó andar, porque no estaba acostumbrado. Entonces David dijo a Saúl:
—Yo no puedo
andar con esto, porque no estoy acostumbrado.
David se quitó de
encima aquellas cosas. 40 Entonces tomó su cayado en su mano y
escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en la bolsa pastoril, en el
zurrón que llevaba. Y con su honda en su mano, se fue hacia el filisteo. 41
El filisteo venía acercándose a David, precedido de su escudero. 42
Cuando el filisteo miró y vio a David, lo tuvo en poco, porque era un joven de
tez sonrosada y de hermoso semblante. 43 Y el filisteo preguntó a
David:
—¿Acaso soy yo un
perro para que vengas contra mí con palos?
El filisteo
maldijo a David por sus dioses. 44 También el filisteo dijo a David:
—¡Ven a mí, y
daré tu carne a las aves del cielo y a los animales del campo!
45 Entonces David dijo al filisteo:
—Tú vienes contra
mí con espada, lanza y jabalina. Pero yo voy contra ti en el nombre de Jehovah
de los Ejércitos, Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has desafiado. 46
Jehovah te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré. Te cortaré la cabeza y daré
hoy los cadáveres del ejército filisteo a las aves del cielo y a los animales
del campo. ¡Y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel! 47
También todos estos congregados sabrán que Jehovah no libra con espada ni con
lanza. ¡De Jehovah es la batalla! ¡Y él os entregará en nuestra mano!
DAVID MATA A
GOLIAT
48 Aconteció que cuando el filisteo se
levantó y se fue acercando al encuentro de David, éste se dio prisa y corrió al
combate contra el filisteo. 49 Entonces David metió su mano en la
bolsa, tomó de allí una piedra y la arrojó con la honda, hiriendo al filisteo
en la frente. La piedra quedó clavada en su frente, y éste cayó de bruces en
tierra. 50 Así venció David al filisteo con una honda y una piedra,
y lo mató sin tener espada en su mano. 51 Entonces David corrió, se
puso sobre el filisteo, y tomando la espada de éste, la sacó de su vaina y lo
mató cortándole la cabeza con ella.
Cuando los
filisteos vieron muerto a su héroe, huyeron. 52 Entonces los hombres
de Israel y de Judá se levantaron gritando, y persiguieron a los filisteos
hasta la entrada de Gat, y hasta las puertas de Ecrón. Los cadáveres de los
filisteos yacían por el camino de Saraim hasta Gat y Ecrón.
53 Cuando los hijos de Israel volvieron de
perseguir a los filisteos, les saquearon su campamento. 54 Luego
David tomó la cabeza del filisteo y la llevó a Jerusalén, pero puso sus armas
en su morada.
AMISTAD DE
DAVID Y JONATÁN
55 Cuando Saúl vio a David que salía para
encontrarse con el filisteo, preguntó a Abner, el jefe del ejército:
—Abner, ¿de quién
es hijo ese joven?
Abner respondió:
56 -¡Vive tu alma, oh rey, que no lo sé!
El rey dijo:
—Pregunta, pues,
de quién es hijo ese joven.
57 Cuando David volvía de matar al filisteo,
teniendo la cabeza del filisteo en su mano, Abner lo tomó y lo llevó a Saúl.
58 Saúl le preguntó:
—Joven, ¿de quién
eres hijo?
David respondió:
—Soy hijo de tu
siervo Isaí, de Belén.
CAPÍTULO 18
1 Aconteció que cuando David terminó de
hablar con Saúl, el alma de Jonatán se quedó ligada a la de David, y Jonatán le
amó como a sí mismo. 2 Aquel día Saúl le retuvo y no le dejó volver
a la casa de su padre.
3 Entonces Jonatán hizo un pacto con David,
porque le amaba como a sí mismo. 4 Y Jonatán se quitó la túnica que
llevaba y se la dio a David, junto con otras prendas suyas, inclusive su
espada, su arco y su cinturón.
5 David iba a donde Saúl le enviaba y tenía
éxito, por lo cual Saúl lo puso al mando de la gente de guerra. Y esto era
agradable a los ojos de todo el pueblo y a los ojos de los servidores de Saúl.
SAÚL TIENE
CELOS DE DAVID
6 Aconteció que mientras ellos volvían,
cuando David regresaba de vencer al filisteo, las mujeres de todas las ciudades
de Israel salieron para recibir al rey Saúl, cantando y danzando con gozo, al
son de panderos y otros instrumentos musicales. 7 Y mientras
danzaban, las mujeres cantaban y decían:
"¡Saúl
derrotó a sus miles!
¡Y David a sus
diez miles!"
8 Saúl se enojó muchísimo. Estas palabras
le desagradaron, y pensó: "A David le dan diez miles, y a mí me dan miles.
¡No le falta más que el reino!"
9 Desde aquel día en adelante, Saúl miraba
con sospecha a David.
10 Aconteció al día siguiente que un espíritu
malo de parte de Dios se apoderó de Saúl, y éste desvariaba dentro de su casa.
David tañía el arpa con su mano, como lo hacía día tras día, y Saúl tenía una
lanza en la mano. 11 Entonces Saúl arrojó la lanza pensando:
"¡Clavaré a David en la pared!" Pero David le esquivó dos veces.
12 Saúl temía a David porque Jehovah estaba
con él, mientras que se había apartado de Saúl. 13 Entonces Saúl
alejó de sí a David, haciéndole jefe de mil; y éste salía y entraba al frente
del pueblo. 14 David tenía éxito en todos sus asuntos, pues Jehovah
estaba con él. 15 Al ver Saúl que David tenía mucho éxito, le tenía
miedo. 16 Pero todo Israel y Judá amaban a David, porque él era
quien salía y entraba al frente de ellos.
DAVID LLEGA A
SER YERNO DE SAÚL
17 Entonces Saúl dijo a David:
—He aquí Merab,
mi hija mayor. Yo te la daré por mujer, con tal que me seas un hombre valiente
y lleves a cabo las batallas de Jehovah.
Pero Saúl
pensaba: "No será mi mano contra él. ¡La mano de los filisteos será contra
él!"
18 David respondió a Saúl:
—¿Quién soy yo, y
qué es mi vida o la familia de mi padre en Israel, para que yo sea yerno del
rey?
19 Pero sucedió que cuando llegó el tiempo
en que Merab, hija de Saúl, debía ser dada a David, fue dada por mujer a Adriel
el mejolatita.
20 Pero Mical, la otra hija de Saúl, amaba a
David. Esto le fue dicho a Saúl, y el asunto le pareció bien. 21
Luego pensó Saúl: "Yo se la daré para que le sirva de trampa y para que la
mano de los filisteos sea contra él." Y Saúl dijo a David por segunda vez:
—Hoy serás mi
yerno.
22 Entonces Saúl dio órdenes a sus
servidores:
—Hablad en
secreto a David, diciéndole: "He aquí, el rey te aprecia, y todos sus
servidores te quieren bien; sé, pues, yerno del rey."
23 Los servidores de Saúl dijeron estas
palabras a oídos de David, y éste preguntó:
—¿Os parece poca
cosa ser yerno del rey, siendo yo un hombre pobre e insignificante?
24 Los servidores de Saúl dieron a éste la
respuesta diciendo:
—Estas palabras
ha dicho David.
25 Y Saúl dijo:
—Decid esto a
David: "El rey no tiene interés en el precio matrimonial, sino en 100
prepucios de filisteos, para vengarse de los enemigos del rey."
Pero Saúl pensaba
hacer caer a David en mano de los filisteos. 26 Y cuando los
servidores de Saúl declararon a David estas palabras, agradó a David el asunto
de ser yerno del rey.
Antes que se
cumpliera el plazo, 27 David se levantó y partió con su gente. Mató
a 200 hombres de los filisteos, llevó sus prepucios y los entregó todos al rey,
para llegar a ser yerno del rey. Y Saúl le dio por mujer a su hija Mical. 28
Pero al ver y reconocer que Jehovah estaba con David y que Mical hija de Saúl
le amaba, 29 Saúl temió aún más a David. Y Saúl fue hostil a David
todos los días.
30 Los jefes de los filisteos continuaron
saliendo a la guerra. Y sucedía que cada vez que lo hacían, David tenía más
éxito que todos los servidores de Saúl, por lo que su nombre se hizo muy
apreciado.
RECONOCIENDO LA SOBERANÍA DE DIOS
REFLEXIÓN
También todos
estos congregados sabrán que Jehovah no libra con espada ni con lanza. ¡De
Jehovah es la batalla! ¡Y él os entregará en nuestra mano! (1Sam 17:47)
Tenemos que
confiar en todo momento, en el poder de Dios. En toda y cada circunstancia,
Dios tiene una victoria para nosotros. Lo único que debemos hacer nosotros es
reconocer confiar en él, tenemos que reconocer que el actúa en cada situación
de nuestra vida. Para cada situación en que nos encontremos, él siempre tiene
la salida. De nada sirve nuestras habilidades y conocimiento, ante la gran
sapiencia de Dios. De nada sirve el entrenamiento que tengamos, si el no dirige
nuestro andar. De nada sirven las espadas y las lanzas, Dios es el que concede
la victoria; con lo que tengamos a mano.
ORACIÓN
Mi Dios enséñame
a reconocerte como soberano en todo, y que solo de ti procede la victoria.
Amén.
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