DÍA 110
20 DE ABRIL (1º
REYES 12:1-14:31)
CAPÍTULO 12
LA DIVISIÓN DEL REINO
1 Entonces Roboam fue a Siquem, porque todo Israel había ido a Siquem
para proclamarle rey. 2 Y sucedió que cuando lo oyó Jeroboam hijo de
Nabat (que aún estaba en Egipto, a donde había huido a causa del rey Salomón),
Jeroboam volvió de Egipto. 3 Entonces mandaron a llamarle, y
Jeroboam vino con toda la congregación de Israel, y hablaron a Roboam diciendo:
4 -Tu padre agravó nuestro yugo; pero ahora, alivia tú el duro trabajo y
el pesado yugo que tu padre puso sobre nosotros, y te serviremos.
5 El les dijo:
—Idos, y volved a mí dentro de tres días.
El pueblo se fue. 6 Entonces el rey
Roboam consultó a los ancianos que habían servido a su
padre Salomón, cuando aún vivía, y preguntó:
—¿Cómo aconsejáis vosotros que yo responda a
este pueblo?
7 Y ellos le respondieron diciendo:
—Si te constituyes hoy en servidor de este
pueblo y les sirves, y al responderles les hablas buenas palabras, ellos serán
tus siervos para siempre.
8 Pero él dejó de lado el consejo que le habían dado los ancianos, y
consultó a los jóvenes que se habían criado con él y
que estaban a su servicio. 9 Les preguntó:
—¿Qué aconsejáis vosotros que respondamos a este
pueblo que me ha hablado diciendo: "Alivia el yugo que tu padre puso sobre
nosotros"?
10 Entonces los jóvenes que se habían criado con él le
respondieron diciendo:
—Así contestarás a este pueblo que ha hablado
contigo diciendo: "Tu padre hizo pesado nuestro yugo; pero tú, hazlo más
liviano sobre nosotros"; así les hablarás: "Mi dedo meñique es más
grueso que los lomos de mi padre. 11 Ahora bien, mi padre cargó
sobre vosotros un pesado yugo; pero yo añadiré a vuestro yugo. Mi padre os
castigó con látigos, pero yo os castigaré con escorpiones."
12 Al tercer día vino Jeroboam con todo el pueblo a Roboam, como el rey
había hablado diciendo: "Volved a mí al tercer día." 13
Entonces el rey respondió al pueblo con dureza, y dejó de lado el consejo que
le habían dado los ancianos. 14 Les habló siguiendo el consejo de
los jóvenes, diciendo:
—Mi padre hizo pesado vuestro yugo, pero yo
añadiré a vuestro yugo. Mi padre os castigó con látigos, pero yo os castigaré
con escorpiones.
15 El rey no hizo caso del pueblo, porque esto estaba dispuesto de parte
de Jehovah, para que se cumpliera la palabra que había hablado a Jeroboam hijo
de Nabat por medio de Ajías de Silo. 16 Y viendo todo Israel que el
rey no les había hecho caso, el pueblo respondió al rey diciendo:
—¿Qué parte tenemos nosotros con David? ¡No
tenemos herencia en el hijo de Isaí! ¡Israel, a tus moradas! ¡Mira ahora por tu
propia casa, oh David!
Entonces Israel se fue a sus moradas, 17
pero Roboam reinó sobre los hijos de Israel que habitaban en las ciudades de
Judá. 18 Después el rey Roboam envió a Adoniram, que
estaba a cargo del tributo laboral; pero todo Israel le apedreó, y murió.
Entonces el rey Roboam se apresuró a subir en un carro para huir a Jerusalén. 19 Así se rebeló Israel contra
la casa de David, hasta el día de hoy.
20 Aconteció que al oír todo Israel que Jeroboam había vuelto, le mandaron
a llamar a la asamblea y le hicieron rey de todo Israel. No quedó quien
siguiese a la casa de David, sino sólo la tribu de Judá.
ROBOAM DESISTE DE ATACAR A
ISRAEL
21 Entonces Roboam llegó a Jerusalén y reunió a todos los de la casa de
Judá y a la tribu de Benjamín, 180.000 guerreros escogidos, a fin de combatir
contra la casa de Israel y devolver el reino a Roboam hijo de Salomón. 22
Pero la palabra de Dios vino a Semaías, hombre de Dios, diciendo: 23
"Habla a Roboam hijo de Salomón, rey de Judá, y a toda la casa de Judá y
de Benjamín, y al resto del pueblo, diciendo que 24 así ha dicho
Jehovah: ’No subáis ni combatáis contra vuestros hermanos, los hijos de Israel.
Volveos, cada uno a su casa, porque de parte mía ha sucedido esto.’ "
Ellos escucharon la palabra de Jehovah y
desistieron de ir, conforme a la palabra de Jehovah.
JEROBOAM ALEJA A ISRAEL DE
JEHOVAH
25 Jeroboam reedificó Siquem, en la región montañosa de Efraín, y habitó
en ella. De allí fue y reedificó Penuel. 26 Y Jeroboam pensó en su
corazón: "Ahora el reino volverá a la casa de David, 27 si este
pueblo sube para ofrecer sacrificios en la casa de Jehovah en Jerusalén. El
corazón de este pueblo se volverá a su señor Roboam, rey de Judá, y me matarán
y volverán a Roboam, rey de Judá." 28 Y habiendo tomado
consejo, el rey hizo dos becerros de oro y dijo al pueblo: "¡Bastante
habéis subido a Jerusalén! ¡He aquí tus dioses, oh Israel, que te hicieron
subir de la tierra de Egipto!"
29 Puso el uno en Betel y el otro lo puso en Dan. 30 Y esto fue
ocasión de pecado, porque el pueblo iba para adorar delante de uno de ellos,
hasta Dan. 31 También hizo santuarios en los lugares altos e
instituyó sacerdotes de entre la gente común, que no eran hijos de Leví. 32
Jeroboam instituyó una fiesta el día 15 del mes octavo, semejante
a la fiesta que había en Judá, y subió al altar que hizo en Betel, para ofrecer
sacrificios a los becerros que había hecho. En Betel estableció también
sacerdotes para los lugares altos que había edificado. 33 Subió al altar que había
hecho en Betel, el día 15 del mes octavo, fecha
que inventó en su corazón. Hizo la fiesta para los hijos de Israel y subió al
altar para quemar incienso.
CAPÍTULO
13
JEROBOAM Y EL PROFETA DE JUDÁ
1 He aquí que un hombre de Dios llegó de Judá a Betel, por mandato de
Jehovah, cuando Jeroboam estaba de pie junto al altar para quemar incienso. 2
Y clamó contra el altar, por mandato de Jehovah, diciendo:
—Altar, altar, así ha dicho Jehovah: "He
aquí, a la casa de David le nacerá un hijo que se llamará Josías, quien matará sobre
ti a los sacerdotes de los lugares altos que queman incienso sobre ti; y sobre
ti quemarán huesos de hombres."
3 Aquel mismo día dio una señal diciendo:
—Esta es la señal de que Jehovah ha hablado: He
aquí que el altar se partirá, y la ceniza que está sobre él se desparramará.
4 Sucedió que cuando el rey Jeroboam oyó la palabra que el hombre de Dios
había clamado contra el altar de Betel, extendió su mano desde el altar,
diciendo:
—¡Prendedle!
Pero se le secó la mano que había extendido
contra él, de manera que no pudo volverla hacia sí. 5 Entonces el
altar se partió, y la ceniza se desparramó del altar, conforme a la señal que
el hombre de Dios había dado por mandato de Jehovah. 6 Entonces el
rey respondió y dijo al hombre de Dios:
—Implora, por favor, a Jehovah tu
Dios y ora por mí, para que mi mano me sea restaurada.
El hombre de Dios imploró el favor de Jehovah, y
la mano del rey le fue restaurada, y volvió a ser como antes. 7 Entonces el rey dijo al hombre de Dios:
—Ven conmigo a casa y come, y
yo te daré un presente.
8 Pero el hombre de Dios respondió al rey:
—Aunque me dieses la mitad de tu casa, no iría
contigo, ni comería pan, ni bebería agua en este lugar; 9 porque me
ha sido ordenado por mandato de Jehovah, diciendo: "No comas pan, ni bebas
agua, ni vuelvas por el camino que vayas."
10 Se fue, pues, por otro camino y no volvió por el camino por donde había
venido a Betel.
EXTRAÑO FINAL DEL PROFETA DE
JUDÁ
11 Vivía en Betel un profeta anciano, a quien fueron sus hijos y le
contaron todo lo que el hombre de Dios había hecho aquel día en Betel. También
contaron a su padre las palabras que había hablado al rey. 12 Y su padre les preguntó:
—¿Por qué camino se fue?
Y sus hijos le mostraron el camino por donde se
había ido el hombre de Dios que había venido de Judá. 13 El dijo a
sus hijos:
—Aparejadme el asno.
Ellos le aparejaron el asno. Entonces montó
sobre él, 14 fue tras aquel hombre de Dios y le halló sentado debajo
de la encina. Le preguntó:
—¿Eres tú el hombre de Dios que vino de Judá?
Le respondió:
—Sí, yo soy.
15 Entonces le dijo:
—Ven conmigo a casa y come pan.
16 Pero él respondió:
—No podré volver contigo ni entrar contigo.
Tampoco comeré pan ni beberé agua contigo en este lugar, 17 porque
me fue dicho por mandato de Jehovah: "No comas pan, ni bebas agua de allí,
ni vuelvas por el camino que vayas."
18 Y le dijo:
—Yo también soy profeta como tú, y un ángel me
ha hablado por mandato de Jehovah, diciendo: "Hazle volver contigo a tu
casa, para que coma pan y beba agua."
Pero le mintió. 19 Entonces se volvió
con él, y comió pan en su casa y bebió agua. 20 Y aconteció que
estando ellos sentados a la mesa, vino la palabra de Jehovah al profeta que le
había hecho volver, 21 y clamó al hombre de Dios que había venido de
Judá, diciendo:
—Así ha dicho Jehovah: "Porque has sido
desobediente al dicho de Jehovah y no guardaste el mandamiento que Jehovah tu
Dios te había mandado, 22 sino que volviste y comiste pan y bebiste
agua en este lugar del cual él te había dicho que no comieras pan ni bebieras
agua, tu cuerpo no entrará en el sepulcro de tus padres."
23 Sucedió que cuando había comido pan y bebido agua, el
profeta que le había hecho volver le aparejó el asno. 24 Cuando se fue, un león lo
encontró en el camino y lo mató. Su cadáver quedó tendido en el camino. El asno
estaba de pie junto a él, y también el león estaba de pie junto al cadáver. 25
Y he aquí que pasaron unos hombres y vieron el cadáver que estaba tendido en el
camino y el león que estaba de pie junto al cadáver, y fueron y lo dijeron en
la ciudad donde habitaba el profeta anciano. 26 Cuando se enteró el
profeta que le había hecho volver del camino, dijo:
—El es el hombre de Dios que fue desobediente al
mandato de Jehovah. Por eso Jehovah le ha entregado al león, que le ha
destrozado y matado conforme a la palabra que Jehovah le había dicho.
27 Entonces habló a sus hijos diciendo:
—Aparejadme el asno.
Ellos se lo aparejaron. 28 Y fue y
halló el cadáver tendido en el camino, y el asno y el león que estaban junto al
cadáver. El león no había devorado el cadáver ni había destrozado al asno. 29
El profeta levantó el cuerpo del hombre de Dios, lo colocó sobre el asno y se
lo llevó. El profeta anciano fue a la ciudad para hacer duelo por él y
sepultarlo. 30 Puso su cuerpo en su propio sepulcro, e hicieron
duelo por él diciendo:
—¡Ay, hermano mío!
31 Sucedió que después de haberlo sepultado, habló a sus hijos diciendo:
—Cuando yo muera, sepultadme en el sepulcro en
que está sepultado el hombre de Dios. Poned mis restos junto
a los suyos, 32 porque sin duda sucederá lo que él proclamó por mandato de Jehovah
contra el altar que está en Betel y contra todos los santuarios de los lugares
altos que hay en las ciudades de Samaria.
AJÍAS PROFETIZA CONTRA
JEROBOAM
33 Después de este suceso, Jeroboam no se volvió de su mal camino. Más
bien, volvió a designar sacerdotes de entre la gente común para los lugares
altos. Investía a quien deseaba, y él llegaba a ser sacerdote de los lugares
altos. 34 Y esto vino a ser el pecado de la casa de Jeroboam, por lo
cual fue cortada y destruida de sobre la faz de la tierra.
CAPÍTULO 14
1 En aquel tiempo Abías hijo de Jeroboam cayó enfermo, 2 y
Jeroboam dijo a su mujer:
—Por favor, levántate, disfrázate para que no
reconozcan que eres la mujer de Jeroboam, y vé a Silo. He aquí que allá está el
profeta Ajías, quien me dijo que yo iba a ser rey sobre este pueblo. 3
Toma contigo diez panes, galletas y un frasco de miel, y vé a él; él te dirá lo que
ha de suceder al niño.
4 La mujer de Jeroboam lo hizo así. Se levantó, fue a Silo y llegó a la
casa de Ajías. Ajías ya no podía ver, pues su vista se le había oscurecido a
causa de su vejez. 5 Pero Jehovah había dicho a Ajías:
—He aquí que la mujer de Jeroboam viene a
consultarte acerca de su hijo que está enfermo. Así y así le has de responder,
pues cuando ella venga, fingirá ser una desconocida.
6 Y sucedió que cuando Ajías oyó el ruido de sus pasos, al entrar ella
por la puerta, dijo:
—Entra, mujer de Jeroboam. ¿Por qué finjes ser
una desconocida? Yo he sido enviado con malas noticias para ti. 7 Vé
y di a Jeroboam que así ha dicho Jehovah Dios de Israel: "Pues bien, yo te
levanté de en medio del pueblo y te hice el soberano de mi pueblo Israel; 8
arranqué el reino de la casa de David y te lo entregué a ti. Pero tú no has
sido como mi siervo David, que guardó mis mandamientos y caminó en pos de mí
con todo su corazón, haciendo sólo lo recto ante mis ojos. 9 Al
contrario, has hecho lo malo, más que todos los que te han precedido, porque
fuiste, y para provocarme a ira te hiciste otros dioses e imágenes de
fundición; y a mí me diste la espalda. 10 Por tanto, he aquí que yo
traeré el mal sobre la casa de Jeroboam; eliminaré en Israel a todo varón de
Jeroboam, tanto al esclavo como al libre. Barreré por completo la casa de
Jeroboam, como se barre el estiércol, hasta que no quede nada. 11 Al que de Jeroboam muera en
la ciudad, se lo comerán los perros; y al que muera en el campo, se lo comerán
las aves del cielo; porque Jehovah lo ha dicho."
12 »En cuanto a ti, levántate y vete a tu casa. Cuando tus pies entren en
la ciudad, el niño morirá. 13 Todo Israel hará duelo por él y le
sepultará; pues éste es el único de los de Jeroboam que será sepultado, porque
de la casa de Jeroboam sólo en él se ha hallado algo bueno delante de Jehovah
Dios de Israel. 14 Pero Jehovah levantará para sí un rey en Israel,
el cual eliminará la casa de Jeroboam en este día y ahora mismo. 15
Y Jehovah golpeará a Israel, como cuando la caña se agita en las aguas.
Arrancará a Israel de esta buena tierra que dio a sus padres, y los esparcirá
hacia el otro lado del Río, porque han hecho sus árboles rituales de Asera y
han provocado a ira a Jehovah. 16 Entregará a Israel a causa de los pecados de Jeroboam, quien pecó e
hizo pecar a Israel.
17 Entonces la mujer de Jeroboam se levantó, se fue y llegó a Tirsa.
Cuando ella entró por el umbral de la casa, el niño murió. 18 Lo
sepultaron, y todo Israel hizo duelo por él, conforme a la palabra que Jehovah
había hablado por medio de su siervo, el profeta Ajías.
19 Los demás hechos de Jeroboam, las guerras que hizo y cómo reinó, he
aquí que están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel. 20
El tiempo que reinó Jeroboam fue de 22 años, y reposó con sus padres. Y su hijo
Nadab reinó en su lugar.
ROBOAM Y LA INVASIÓN DE SISAC
21 Roboam hijo de Salomón reinó en Judá. Roboam tenía 41 años cuando
comenzó a reinar, y reinó 17 años en Jerusalén, la ciudad que Jehovah había
elegido de entre todas las tribus de Israel para poner allí su nombre. El
nombre de su madre era Naama la amonita.
22 Judá hizo lo malo ante los ojos de Jehovah; y con los pecados que
cometieron, le provocaron a celos más que todo lo que habían hecho sus padres. 23
También se edificaron lugares altos, piedras rituales y árboles de Asera, en
toda colina alta y debajo de todo árbol frondoso. 24 También había en el país
varones consagrados a la prostitución ritual, e
hicieron conforme a todas las prácticas abominables de las naciones que Jehovah
había echado de delante de los hijos de Israel.
25 Y sucedió que en el quinto año del rey Roboam subió Sisac, rey de Egipto,
contra Jerusalén 26 y tomó los tesoros de la casa de Jehovah y los
tesoros de la casa del rey; todo lo tomó. También tomó todos los escudos de oro
que había hecho Salomón. 27 En lugar de ellos, el rey Roboam hizo
escudos de bronce y los entregó a la custodia de los jefes de la escolta, que
guardaban la entrada de la casa del rey. 28 Y sucedía que cuantas
veces el rey entraba en la casa de Jehovah, los de la escolta los llevaban, y
después los volvían a poner en la cámara de los de la escolta.
29 Los demás hechos de Roboam y todas las cosas que hizo, ¿no están
escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? 30 Hubo
guerra constante entre Roboam y Jeroboam. 31 Roboam reposó con sus
padres y fue sepultado con sus padres en la Ciudad de David. El nombre de su
madre era Naama la amonita. Y su hijo Abías reinó
en su lugar.
LA OBEDIENCIA A DIOS NO TIENE SUSTITUTO
REFLEXIÓN
…arranqué el reino de la casa de David y te lo
entregué a ti. Pero tú no has sido como mi siervo David, que guardó mis mandamientos
y caminó en pos de mí con todo su corazón, haciendo sólo lo recto ante mis
ojos. (1Rey. 14:8)
Dios nos hace promesas, y debemos de tomar en
cuenta toda palabra que sale de su boca. Joroboan se inventó otra realidad en
su cabeza, contraría a lo que Dios le había prometido. Así que se aparta
completamente de Dios y toma decisiones equivocadas, que repercuten
directamente en el pueblo y en su familia. Simplemente por no escuchar, por no
creer, o por entender solo lo que le interesaba, ser el rey de Israel. El solo
tenía que andar correctamente delante de Dios, haciendo lo que le había
mandado. Pero ese cargo, puesto, nombramiento es muy fuerte, todos creyeron que
podían andar como quisieran; porque eran los reyes. Se olvidaron de andar
cuidado delante de Dios, que era lo único que los podía mantener con bien en
toda su vida.
ORACIÓN
Mi Dios que pueda siempre mantener en mi mente el hecho que obedecerte,
es lo único que me mantendrá con bien en este mundo. Amén.
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