jueves, 11 de junio de 2015

LECTURA 11 DE JUNIO

DÍA 162

11 DE JUNIO (JOB 32:1-34:37)

CAPÍTULO 32

LA INTERVENCIÓN DE ELIHÚ

1 Estos tres hombres cesaron de responder a Job, porque él era justo ante sus propios ojos. 2 Entonces se encendió contra Job la ira de Elihú hijo de Beraquel el buzita, de la familia de Ram. Se encendió su ira contra Job, por cuanto se justificaba más a sí mismo que a Dios. 3 Igualmente, se encendió su ira contra los tres amigos, porque no hallaban qué responder, aunque habían condenado a Job. 4 Elihú había esperado para hablar a Job, porque ellos eran mayores que él en edad. 5 Pero al ver Elihú que no había respuesta en la boca de aquellos tres hombres, se encendió en ira. 6 Entonces intervino Elihú hijo de Beraquel el buzita y dijo:

—Yo soy menor en años,
y vosotros sois ancianos;
por eso tuve miedo
y temí declararos mi opinión.
7 Pensé que hablarían los días,
y los muchos años darían a conocer sabiduría.
8 No obstante, es el espíritu en el hombre,
el soplo del Todopoderoso, que le hace entender.
9 No son los mayores los sabios,
ni los viejos los que disciernen lo justo.
10 Por eso digo: Escuchadme,
yo también expresaré mi parecer.
11 He aquí, he esperado vuestras palabras;
he escuchado vuestras razones,
mientras rebuscabais qué decir.
12 Yo os he prestado atención,
pero he aquí que ninguno de vosotros
ha logrado reprobar a Job
o responder a sus dichos.
13 No sea que digáis:
"Hemos hallado la sabiduría;
Dios lo refutará, no el hombre."
14 El no dirigió sus palabras a mí,
ni yo le responderé con vuestros dichos.
15 »Se desconcertaron;
no volvieron a responder;
se les fueron los razonamientos.
16 ¿He de esperar porque ellos no hablan,
porque pararon y no respondieron más?
17 Yo también responderé mi parte;
yo también expresaré mi parecer.
18 Porque estoy lleno de palabras,
y me impulsa mi espíritu dentro de mí.
19 He aquí que mi interior es como vino sin respiradero,
y como odres nuevos va a reventar.
20 Hablaré, pues, y hallaré desahogo;
abriré mis labios y responderé.
21 Yo no haré distinción de personas,
a ningún hombre adularé.
22 Porque nunca he sabido adular;
mi Hacedor me llevaría en breve.

CAPÍTULO 33

1 »No obstante, oh Job, escucha, por favor, mis razones;
atiende a todas mis palabras.
2 He aquí, yo abro mi boca;
mi lengua habla en mi paladar.
3 Mis dichos declaran mi rectitud de corazón;
lo que mis labios saben lo dicen con sinceridad.
4 El Espíritu de Dios me hizo;
el aliento del Todopoderoso me da vida.
5 Si acaso puedes, respóndeme.
Alístate y preséntate ante mí.
6 He aquí que yo estoy, como tú, ante Dios;
yo también fui formado de barro.
7 He aquí, mi terror no te ha de espantar,
ni mi mano pesará demasiado sobre ti.

8 »En verdad, tú hablaste a oídos míos;
yo oí el sonido de tus palabras:
9 "Yo soy limpio y sin transgresión;
soy inocente, y no hay maldad en mí.
10 He aquí, Dios halla pretextos
contra mí
y me considera su enemigo.
11 Puso mis pies en el cepo
y vigila todas mis sendas."
12 »He aquí yo te respondo
que en esto no tienes razón,
porque Dios es más grande que el hombre.
13 ¿Por qué contiendes contra él,
siendo que él no da cuenta
de ninguna de sus palabras?
14 Porque Dios habla de una manera,
y de otra, pero nadie lo nota.
15 Habla por sueños, en visión nocturna,
cuando el sopor cae sobre los hombres,
cuando uno se adormece sobre la cama.
16 Entonces abre el oído de los hombres
y sella la instrucción para ellos,
17 para apartar al hombre de lo que hace,
para destruir la arrogancia del varón,
18 para librar su alma de la fosa
y su vida de ser traspasada por la lanza.

19 »El es reprendido con dolor sobre su lecho,
y con constante dolor en sus huesos.
20 Hacen que su vida aborrezca el alimento;
y su alma, su comida favorita.
21 Su carne se consume hasta dejar de ser vista,
y aparecen sus huesos que no se veían.
22 Su alma se acerca a la fosa,
y su vida a los que causan la muerte.
23 »Oh, si hubiese a su lado un ángel,
un intercesor, uno entre mil,
para declarar al hombre lo que le es recto,
24 y que al ser favorecido por la gracia,
dijese: "Líbralo de descender a la fosa,
pues le he hallado rescate."
25 Entonces su carne volvería a ser
más tierna que en su adolescencia,
y volvería a los días de su juventud.
26 Oraría a Dios, y le sería favorable.
Vería su rostro con gritos de júbilo,
y Dios restituiría al hombre su justicia.
27 Cantaría entre los hombres diciendo:
"Yo había pecado y pervertido lo recto,
y no me fue retribuido.
28 El libró mi alma de pasar a la fosa,
y mi vida verá la luz."

29 »He aquí, Dios hace todas estas cosas
con el hombre, dos y tres veces,
30 para restaurar su alma de la fosa
y para iluminarlo con la luz de la vida.

31 »Atiende, oh Job; escúchame.
Calla, y yo hablaré.
32 Si tienes palabras, respóndeme.
Habla, porque yo quiero justificarte.
33 Y si no, escúchame.
Calla, y yo te enseñaré sabiduría.

CAPÍTULO 34

1 Elihú continuó diciendo:

2 -Oíd, oh sabios, mis palabras;
vosotros, los que sabéis, atendedme.
3 Porque el oído distingue las palabras,
y el paladar prueba la comida.
4 Escojamos lo que es correcto;
conozcamos entre nosotros lo bueno.
5 Pues Job ha dicho: "Yo soy justo,
pero Dios me ha quitado mi derecho.
6 ¿He de mentir respecto a mi derecho?
Mi herida es incurable
a pesar de que no hubo transgresión."

7 »¿Qué hombre hay como Job,
que bebe el escarnio como agua,
8 que va en compañía con los que obran iniquidad,
y anda con los hombres impíos?
9 Pues ha dicho:
"El hombre no sacará provecho
de estar de acuerdo con Dios."

10 »Por tanto, oídme, hombres entendidos.
¡Lejos esté de Dios la impiedad,
y del Todopoderoso la iniquidad!
11 Porque él retribuye al hombre
de acuerdo con sus obras,
y hace que cada uno halle
lo que corresponde a sus caminos.
12 Realmente, Dios no hará injusticia;
el Todopoderoso no pervertirá el derecho.
13 ¿Quién le ha puesto a cargo de su tierra?
¿Quién le ha encomendado el mundo entero?
14 Si él se propusiera en su corazón
y retirara su espíritu y su aliento,
15 toda carne perecería juntamente,
y el hombre volvería al polvo.

16 »Si has entendido, oye esto;
escucha la voz de mis palabras:
17 ¿Acaso gobernará el que aborrece el derecho?
¿Condenarás al Justo y Poderoso?
18 El es el que dice al rey: "¡Perverso!"
o a los nobles: "¡Impíos!"
19 El no hace distinción de los príncipes,
ni favorece al rico ante el pobre,
pues todos son obra de sus manos.
20 En un momento morirán,
a medianoche.
La gente será sacudida y pasará;
los poderosos serán eliminados,
y no por mano.

21 »Porque los ojos de Dios están
sobre los caminos del hombre;
él puede ver todos sus pasos.
22 No hay tinieblas ni oscuridad
para que allí se puedan esconder
los que hacen iniquidad.
23 Pues Dios no impone plazo al hombre
para que vaya a juicio ante él.
24 El quebranta a los fuertes sin consulta,
y en lugar de ellos establece a otros.
25 Por cuanto conoce los hechos de ellos;
en una noche los trastorna,
y son aplastados.
26 Por sus maldades los castiga
en un lugar donde lo vean.
27 Porque dejaron de seguirle,
y no consideraron ninguno de sus caminos,
28 haciendo que el clamor del pobre llegase ante él,
y que él oyera el clamor de los afligidos.
29 Si él calla, ¿quién le inculpará?
Si esconde su rostro, ¿quién lo contemplará?
El está igualmente sobre pueblos e individuos,
30 para evitar que reine el hombre impío
y que ponga trampas al pueblo.

31 »Porque, ¿quién ha dicho a Dios:
"Ya he llevado mi castigo;
no volveré a ofender.
32 Enséñame tú lo que yo no puedo ver;
y si hice maldad, no lo volveré a hacer"?
33 ¿Acaso ha de retribuir según tus condiciones,
porque tú rechazas las suyas?
Pues tú eres quien escoge, y no yo;
habla entonces lo que sabes.
34 »Los hombres entendidos
y el varón sabio que me escucha me lo dirán:
35 "Job no habla sabiamente;
sus palabras no son con entendimiento."
36 ¡Oh, que Job fuera examinado a fondo,
pues responde como los hombres inicuos!
37 Porque a su pecado añade la rebelión;
aplaude en medio de nosotros
y multiplica sus palabras contra Dios.


NO HABLEMOS CON LIGEREZA


REFLEXIÓN

Realmente, Dios no hará injusticia; el Todopoderoso no pervertirá el derecho. (Job 34:12)

Tiene razón en lo que dice, de Dio no procede ningún mal. Dios no aplica las adversidades por maldad, él puede corregir nuestras acciones, puede dejar que sucedan ciertas cosas para llamar nuestra atención, o probarnos para que aclaremos nuestra situación con él. Pero jamás hará las cosas por el puro placer de vernos sufrir, o para vernos o traer confusión. Así que si estas cosas suceden en medio de situaciones adversas, es porque los que perdimos el rumbo fuimos nosotros y el enemigo se aprovechó de la situación. El amigo de Job estaba un poco equivocado, como lo están muchos hoy en día. El creía que el mal que le vino a Job, es consecuencia directa de sus malas acciones. Por esta misma razón muchos se equivocan hoy día, pareciera que quisiéramos ver en derrota a los que Dios bendice. Entonces justificamos lo que vemos, y condenamos al que está en adversidad.

ORACIÓN

Mi Señor que pueda aclarar mi mente y saber reconocer cuando tú etas trabajando con alguien, así pueda consolarlo y ayudar a sobrellevar su carga. Amén.





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