DÍA 173
22 DE JUNIO (SALMOS 44:1-48:14)
SALMO 44
PLEGARIA POR LA LIBERACIÓN NACIONAL
(Al músico principal. De los hijos de Coré.
Masquil)
1 Oh Dios, con
nuestros oídos hemos oído;
nuestros padres nos han contado de la obra que
hiciste en sus días, en tiempos antiguos.
2 Con tu mano
echaste a las naciones para plantarlos a ellos;
abatiste a los pueblos y los arrojaste.
3 No se
apoderaron de la tierra por su espada, ni su brazo los libró;
sino tu diestra, tu brazo,
y la luz de tu rostro;
porque tú los favorecías.
4 Tú, oh Dios,
eres mi Rey;
manda liberación a Jacob.
5 Por medio de
ti embestiremos a nuestros enemigos;
en tu nombre pisotearemos a los que se nos
oponen.
6 No confiaré
en mi arco,
ni mi espada me librará;
7 pues tú nos
libras de nuestros enemigos
y avergüenzas a los que nos aborrecen.
8 En Dios nos
gloriaremos todo el tiempo,
y alabaremos su nombre para
siempre. (Selah)
9 Sin embargo,
nos has desechado
y nos has confundido;
ya no sales con nuestros ejércitos.
10 Nos has
hecho retroceder ante el enemigo,
y los que nos aborrecen nos han saqueado.
11 Nos has
puesto como ovejas para el consumo,
y nos has esparcido entre las naciones.
12 Has vendido
de balde a tu pueblo,
y ningún provecho has ganado con su precio.
13 Nos has
puesto como afrenta ante nuestros vecinos,
por burla y ridículo ante los que están
a nuestro alrededor.
14 Nos has
puesto como refrán en medio de las naciones,
y como objeto de burla en medio de los
pueblos.
15 Cada día mi
confusión está delante
de mí,
y mi cara se cubre de vergüenza,
16 por la voz
del que injuria y deshonra,
por causa del enemigo y del vengativo.
17 Todo esto
nos ha venido,
pero no nos hemos olvidado de ti,
ni hemos faltado a tu pacto.
18 No se ha
vuelto atrás nuestro corazón,
ni tampoco nuestros pasos se han apartado de
tu camino,
19 para que
nos abatas en el lugar de los chacales
y nos cubras con densa oscuridad.
20 Si nos
hubiésemos olvidado del nombre de nuestro Dios
o alzado nuestras manos a un dios extraño,
21 ¿no
averiguaría esto Dios,
quien conoce los secretos del corazón?
22 Más bien,
por tu causa nos matan cada día;
somos tratados como ovejas para el matadero.
23 Despierta;
¿por qué duermes, oh Señor?
Despierta; no nos abandones para siempre.
24 ¿Por qué
escondes tu rostro
y te olvidas de nuestra aflicción y opresión?
25 Nuestra
alma está agobiada hasta el polvo;
nuestro vientre está pegado a la tierra.
26 Levántate,
socórrenos
y redímenos por tu misericordia.
SALMO
45
CANCIÓN PARA LAS BODAS DEL REY
(Al músico principal. Sobre Sosanim. Para los
hijos de Coré. Masquil. Canción de amor)
1 Mi corazón
rebosa de palabras buenas;
dedico al rey mi canto.
Mi lengua es como pluma de un veloz escriba.
2 Tú eres el
más hermoso de los hijos del hombre;
la gracia se ha derramado en tus labios.
Por eso Dios te ha bendecido para siempre.
3 Ciñe tu
espada sobre tu muslo, oh valiente, en tu gloria y majestad.
4 En tu
majestad cabalga y triunfa por causa de la verdad, de la humildad y de la
justicia.
Tu mano derecha te mostrará cosas asombrosas.
5 Pueblos
caerán debajo de ti;
tus flechas agudas penetrarán en el corazón de
los enemigos del rey.
6 Tu trono, oh
Dios, es eterno y para siempre;
cetro de justicia es el cetro de tu reino.
7 Has amado la
justicia y aborrecido la injusticia;
por eso te ha ungido Dios, el Dios tuyo,
con aceite de gozo, más que a tus compañeros.
8 Mirra, áloe
y casia exhalan todas tus vestiduras;
en palacios de marfil te han recreado los
instrumentos de cuerda.
9 Hijas de
reyes hay en tu corte de honor;
la reina está de pie a tu derecha con oro de Ofir.
10 Oye, hija,
y mira; inclina tu oído:
Olvida tu pueblo y la casa de tu padre.
11 El rey
desea tu hermosura;
inclínate hacia él, porque él es tu señor.
12 Las hijas
de Tiro vienen con presentes,
y los ricos del pueblo imploran tu favor.
13 Toda
gloriosa está la hija del rey;
de perlas engastadas en oro es su vestido.
14 Con vestido
bordado será llevada ante el rey.
Vírgenes irán detrás de ella;
sus compañeras serán traídas a ti.
15 Serán
traídas con alegría y con gozo,
y entrarán en el palacio del rey.
16 En lugar de
tus padres estarán tus hijos,
a quienes harás príncipes en toda la tierra.
17 Haré
perpetua la memoria de tu nombre
en todas las generaciones,
por lo cual te alabarán los pueblos
eternamente y para siempre.
SALMO
46
JEHOVAH, PROTECTOR DE SU PUEBLO
(Al músico principal. De los hijos de Coré.
Sobre Alamot. Cántico)
1 Dios es
nuestro amparo y fortaleza,
nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
2 Por eso no
temeremos aunque la tierra tiemble,
aunque los montes se derrumben en el corazón
del mar,
3 aunque sus
aguas rujan y echen espuma,
y se estremezcan los montes por su braveza. (Selah)
4 Hay un río
cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios,
el santuario, morada del Altísimo.
5 Dios está en
medio de ella;
no será movida.
Dios la ayudará al clarear la mañana.
6 Las naciones
se conmocionan,
se tambalean los reinos.
El emite su voz, y se derrite la tierra.
7 Jehovah de
los Ejércitos está con nosotros;
nuestro refugio es el Dios de
Jacob. (Selah)
8 Venid y ved
los hechos de Jehovah,
quien ha causado desolaciones en la tierra.
9 Hasta los
confines de la tierra hace cesar las guerras;
quiebra el arco, rompe la lanza
y quema los carros en el fuego.
10 "Estad
quietos y reconoced que yo soy Dios.
Exaltado he de ser entre las naciones;
exaltado seré en la tierra."
11 Jehovah de
los Ejércitos está con nosotros;
nuestro refugio es el Dios de
Jacob. (Selah)
SALMO
47
JEHOVAH, REY DE TODA LA TIERRA
(Al músico principal. De los hijos de Coré.
Salmo)
1 ¡Pueblos
todos, aplaudid!
¡Aclamad a Dios con voz de júbilo!
2 Porque
Jehovah, el Altísimo, es temible,
gran Rey sobre toda la tierra.
3 El someterá
los pueblos a nosotros,
las naciones debajo de nuestros pies.
4 Porque él ha
elegido nuestra heredad,
el orgullo de Jacob, al cual
amó. (Selah)
5 Subió Dios
en medio de aclamación;
Jehovah, con sonido de corneta.
6 ¡Cantad a
Dios, cantad!
¡Cantad a nuestro Rey, cantad!
7 Porque Dios
es el Rey de toda la tierra,
cantad con entendimiento.
8 ¡Dios reina
sobre las naciones!
¡Dios se ha sentado sobre su santo trono!
9 Se han
reunido los gobernantes de los pueblos
con el pueblo del Dios de Abraham,
10 porque de
Dios son las defensas de la tierra.
¡El es muy enaltecido!
SALMO 48
LA GLORIA DE LA CIUDAD DEL GRAN REY
(Cántico. Salmo de los hijos de Coré)
1 ¡Grande es
Jehovah
y digno de suprema alabanza,
en la ciudad de nuestro Dios,
en el monte de su santuario!
2 ¡Qué hermosa
altura!
El gozo de toda la tierra es el monte Sion por
el lado norte,
la ciudad del Gran Rey.
3 Dios es
conocido por refugio
en sus palacios.
4 Porque, he
aquí, los reyes se han aliado;
han avanzado juntos.
5 Pero
viéndola así, se quedaron atónitos;
se turbaron y se dieron prisa a huir.
6 Allí se
apoderó de ellos el estremecimiento;
tuvieron dolor como de mujer
que da a luz.
7 Con el
viento del oriente
rompes las naves de Tarsis.
8 Como lo
oímos, así lo hemos visto
en la ciudad de Jehovah de los Ejércitos,
la ciudad de nuestro Dios:
Dios la afirmará para siempre. (Selah)
9 Oh Dios,
hemos pensado en tu misericordia,
en medio de tu templo.
10 Conforme a
tu nombre, oh Dios,
así es tu alabanza hasta los confines de la
tierra.
Tu diestra está llena de justicia.
11 Se alegrará
el monte Sion;
las hijas de Judá se regocijarán
a causa de tus juicios.
12 Id
alrededor de Sion y rodeadla;
contad sus torres.
13 Observad
detenidamente su muro exterior;
examinad sus palacios, para que lo contéis a
la generación venidera.
14 Porque Dios
es nuestro Dios eternamente y para siempre;
por siempre nos guiará.
TODA
CONFIANZA DEBE VENIR DE DIOS
REFLEXIÓN
No confiaré en mi arco, ni mi espada me
librará (Salmo 44:6)
Si digo que confía en
Dios, no puedo esperar ser liberado por medio de mis propias fuerzas. Si tengo
mucha confianza en mí mismo y en mis capacidades, no puedo ir a Dios a pedirle
ayuda. Si tengo suficiente de mí mismo, entonces para que necesito de Dios.
Quiero tenerlo todo, supe confianza en mí mismo y el poder de Dio obre mí por si
acaso. Pero esto no funciona así o confías en ti o confía en Dios, para hacer
todas las cosas. Para ver que funciona mejor o quien sabe lo que hay que hacer.
Dios siempre será nuestro sustentador, pero espera pacientemente a que se
agoten tus fuerzas y tus capacidades; y así puedas reconocer que no podemos
hacer nada fuera de Dios.
ORACIÓN
Mi Señor enséñame a
confiar en ti por encima de todas las coa, así podremos caminar juntos en todo
momento. Amén.
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