sábado, 6 de junio de 2015

LECTURA 6 DE JUNIO

DÍA 157

6 DE JUNIO (JOB 14:1-16:22)

CAPÍTULO 14

1 »El hombre, nacido de mujer, es corto de días y lleno de tensiones.
2 Brota como una flor y se marchita;
huye como una sombra y no se detiene.
3 ¿Sobre uno así abres tus ojos,
y lo traes a juicio contigo?
4 ¿Quién puede sacar lo limpio de lo impuro? ¡Nadie!
5 Ciertamente sus días están determinados,
y el número de sus meses
depende de ti.
Tú le has fijado sus límites,
los cuales no podrá traspasar.
6 Aparta de él tu mirada, y que descanse
hasta que, cual un jornalero,
haya disfrutado su día.

7 »Porque para el árbol hay esperanza;
si es cortado, se renovará,
y su retoño no dejará de ser.
8 Aunque su raíz se envejece en la tierra
y su tronco muere en el suelo,
9 al percibir el agua reverdecerá
y echará ramas como planta.
10 Pero el hombre muere y desaparece;
el hombre expira, ¿y dónde estará?
11 Se agotan las aguas de un lago,
y un río mengua y se seca;
12 así yace el hombre y no se vuelve a levantar.
Hasta que no haya más cielos,
no lo despertarán,
ni lo levantarán de su sueño.

13 »¡Cómo quisiera que me escondieses en el Seol,
que me encubrieses hasta que se apaciguara tu furor
y que fijases un plazo para acordarte
de mí!
14 Si el hombre muere, ¿volverá a vivir?
Todos los días de mi milicia esperaré
hasta que llegue mi relevo.
15 Entonces llamarás, y yo te responderé.
Añorarás la obra de tus manos.
16 Porque ahora me cuentas los pasos,
y no das tregua a mi pecado.
17 Mi transgresión tienes sellada en una bolsa
y recubres mi iniquidad.

18 »Sin embargo, la montaña cae y se deshace,
y la peña es removida de su lugar.
19 Las aguas desgastan las piedras,
y su crecida arrastra el polvo de la tierra;
así haces perecer la esperanza del hombre.
20 Para siempre prevaleces contra él,
hasta que se va;
desfiguras su rostro y lo despides.
21 Si sus hijos alcanzan honra,
él no lo sabrá.
Y si llegan a ser empequeñecidos,
él no lo comprenderá.
22 Su cuerpo le da sólo dolores,
y su alma hace duelo por él.

CAPÍTULO 15

SEGUNDA INTERVENCIÓN DE ELIFAZ

1 Entonces intervino Elifaz el temanita y dijo:
2 -¿Ha de responder el sabio con vano conocimiento?
¿Ha de llenar su vientre de viento oriental?
3 ¿Ha de argüir con expresiones inútiles
y con palabras sin provecho?
4 Ciertamente tú anulas la devoción
y menoscabas la meditación delante de Dios.
5 Porque tu iniquidad instruye a tu boca,
y adoptas el lenguaje de los astutos.
6 Tu boca te condena, no yo;
y tus labios testifican contra ti.

7 »¿Fuiste tú el primer hombre que nació?
¿Naciste antes que las colinas?
8 ¿Has escuchado el secreto de Dios,
para que tú solo te apropies de la sabiduría?
9 ¿Qué sabes tú que no sepamos nosotros?
¿Qué entendimiento tienes
que nosotros no tengamos?
10 También entre nosotros hay hombres canosos,
hombres muy ancianos,
mayores en años que tu padre.
11 ¿En tan poco tienes el consuelo de Dios
y la palabra que se te dice con ternura?
12 ¿Por qué te arrebata tu corazón,
y por qué guiñan tus ojos,
13 para que vuelvas tu espíritu contra Dios
y dejes salir tales palabras de tu boca?

14 »¿Qué es el hombre para considerarse limpio;
y el nacido de mujer, para que se considere justo?
15 Si Dios no se fía ni de sus santos,
ni aun los cielos son puros ante sus ojos,
16 ¿cuánto menos el abominable y corrupto,
el hombre que bebe como agua la iniquidad?

17 »Escúchame; yo te informaré
y te contaré lo que he visto;
18 lo que los sabios nos han revelado
sin encubrir nada de lo de sus padres.
19 Sólo a ellos les fue dada la tierra,
y ningún extraño pasó por en medio de ellos.
20 El impío se retuerce de dolor todos los días,
y un cierto número de años
han sido reservados para el tirano.
21 Voces de espanto resuenan en sus oídos;
y aun en la paz vendrá su destructor.
22 El no cree que ha de volver de las tinieblas,
y que está destinado para la espada.
23 Va errante en pos del pan,
diciendo: "¿Dónde estará?"
Sabe que el día de las tinieblas
le está listo, a la mano.
24 Le aterran la tristeza y la aflicción;
lo abruman como un rey listo para el ataque.
25 Porque ha extendido su mano contra Dios,
y se ha comportado con soberbia
contra el Todopoderoso.
26 Porque embiste contra él con cuello erguido,
con el doble saliente de su escudo.
27 Aunque su cara se cubra de gordura
y le crezcan pliegues de grasa en las caderas,
28 habitará en ciudades desoladas,
en casas donde nadie vive
y que están destinadas a ser escombros.
29 No se enriquecerá, ni le durarán sus bienes;
tampoco extenderá su patrimonio sobre la tierra.
30 No escapará de las tinieblas.
La llama secará sus ramas,
y por el soplo de su boca desaparecerá.

31 »No confíe en la vanidad,
engañándose a sí mismo,
pues vanidad será su recompensa.
32 Ella se cumplirá antes de su tiempo,
y su copa no estará frondosa.
33 Como la vid dejará caer sus uvas agraces
y arrojará sus flores como el olivo.
34 Porque la compañía de los impíos es estéril,
y el fuego consumirá las moradas del soborno.
35 Conciben afanes y dan a luz iniquidad;
sus entrañas preparan el engaño.

CAPÍTULO 16

JOB RESPONDE A ELIFAZ

1 Entonces respondió Job y dijo:
2 -He oído muchas cosas como éstas;
consoladores gravosos sois todos vosotros.
3 ¿Habrá fin para las palabras vacías?
¿Qué te incita a responder?
4 Yo también podría hablar como vosotros.
Si vuestra alma estuviera en lugar de mi alma,
yo también podría componer discursos contra vosotros,
y por vosotros sacudiría mi cabeza.
5 Os alentaría con mi boca,
y el movimiento de mis labios traería alivio.

6 »Pero si hablo,
mi dolor no tiene alivio;
y si dejo de hablar,
¿qué se ha de ir de mí?
7 Pero ahora Dios me tiene agobiado.
Ha desolado toda mi compañía,
8 y me ha llenado de arrugas.
Mi debilidad responde en mi propia cara;
ha venido a ser testigo
y se ha levantado contra mí.
9 Su furor me ha despedazado,
pues me aborrece;
contra mí hace crujir sus dientes.
Mi adversario aguza su mirada
contra mí.
10 Contra mí han abierto su boca;
con afrenta han golpeado mis mejillas.
A una se han juntado contra mí.
11 Dios me ha entregado a los perversos;
me ha empujado a las manos de los impíos.
12 Yo estaba tranquilo, pero él me sacudió;
me tomó por el cuello y me despedazó.
El me ha puesto por blanco suyo;
13 sus arqueros me han rodeado.
Atraviesa mis riñones sin compasión
y derrama por tierra mi hiel.
14 Abre en mí brecha tras brecha;
contra mí arremete como un guerrero.

15 »He cosido cilicio sobre mi piel
y he hundido mi fuerza en el polvo.
16 Mi rostro está enrojecido con el llanto,
y sobre mis párpados hay densa oscuridad,
17 a pesar de no haber violencia en mis manos
y de ser pura mi oración.

18 »¡Oh tierra, no encubras mi sangre!
¡Que no haya lugar para mi clamor!
19 He aquí que también ahora
mi testigo está en los cielos;
en las alturas está mi defensor.
20 Mis amigos me escarnecen;
mis ojos derraman lágrimas ante Dios.
21 ¡Oh, si alguien llevara la causa
de un hombre ante Dios
como entre el hombre y su prójimo!
22 Porque los pocos años se van,
y yo iré por el camino sin retorno.


HACIÉNDONOS SOLIDARIO CON EL AGRAVIADO


REFLEXIÓN

¡Oh, si alguien llevara la causa
de un hombre ante Dios
como entre el hombre y su prójimo! (Job 16:21)

Es todo lo que pide una persona que se encuentra en una situación de angustia, que alguien llevará su asunto ante Dios, que alguien interceda ante Dio por él, y su carga sea aliviada. Pero Job no encontró esto en sus amigos, y ya al final le empezaron a condenar más fuerte. Arremetieron con dureza contra uno en angustia, no fueron de consuelo y compañía. Debemos de tener cuidado de juzgar con ligereza a alguien que se encuentra en una situación de gravidez, si no tenemos nada que decir mejor que el silencio, por lo menos seamos de compañía para el agraviado.

ORACIÓN

Mi Dios que siempre mi pensamiento sea de ayudar al que se encuentra en angustia. Amén.





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