DÍA 156
5 DE JUNIO (JOB 10:1-13:28)
CAPÍTULO 10
1 »Mi alma
está hastiada de mi vida.
Daré rienda suelta a mi queja;
hablaré en la amargura de mi alma.
2 Diré a Dios:
No me condenes;
hazme entender por qué contiendes conmigo.
3 ¿Te parece
bueno oprimir
y desechar la obra de tus manos,
mientras resplandeces
sobre el consejo de los impíos?
4 ¿Acaso tus
ojos son humanos?
¿Acaso ves como ve un hombre?
5 ¿Son tus
días como los días de un hombre;
o tus años, como los días de un mortal,
6 para que
indagues mi iniquidad
e inquieras por mi pecado?
7 Tú sabes que
yo no soy culpable,
y que no hay quien libre de tu mano.
8 »Tus manos
me formaron y me hicieron,
¿y después, cambiando, me destruyes?
9 Acuérdate,
por favor,
de que tú me formaste como al barro,
y que me harás volver al polvo.
10 ¿Acaso no
me derramaste como a la leche,
y me cuajaste como al queso?
11 De piel y
de carne me vestiste,
y me entretejiste con huesos y tendones.
12 Vida y
misericordia me concediste,
y tu cuidado guardó mi espíritu.
13 Estas cosas
tenías escondidas en tu corazón;
yo sé que esto estaba en tu mente.
14 Si peco,
entonces me vigilas,
y no me declaras inocente de mi iniquidad.
15 Si soy
culpable, ¡ay de mí!
Pero aun siendo justo, no levanto mi cabeza,
pues estoy harto de ignominia y de ver mi
aflicción.
16 Si me
levanto, me cazas como a león,
y vuelves a mostrar en mí tus proezas.
17 Traes de
nuevo tus testigos contra mí,
y aumentas contra mí tu ira
con tropas de relevo en mi contra.
18 »¿Por qué,
pues, me sacaste de la matriz?
Hubiera yo expirado, y ningún ojo me habría
visto.
19 Habría sido
como si nunca hubiera existido,
conducido desde el vientre hasta la tumba.
20 ¿Acaso no
son pocos los días de mi existencia?
Apártate de mí, de modo que me aliente un
poco,
21 antes que
me vaya, para no volver,
a la tierra de oscuridad y de tinieblas:
22 tierra
lóbrega como la oscuridad,
de densas tinieblas y desorden,
donde lo que brilla es como oscuridad.
CAPÍTULO
11
PRIMERA INTERVENCIÓN DE ZOFAR
1 Entonces
intervino Zofar el namatita y dijo:
2 -¿No ha de
tener respuesta
tal abundancia de palabras?
¿Habrá de salir justificado el charlatán?
3 ¿Harán
callar a los hombres tus jactancias?
¿Harás escarnio, sin que haya quien te
afrente?
4 Tú dices:
"Mi doctrina es pura,
y yo soy limpio ante tus ojos."
5 Pero, ¡quién
diera que Dios hablara
y abriera sus labios para contigo!
6 El te
revelaría los secretos de la sabiduría,
porque la sagacidad es de doble valor.
Así conocerías que Dios, en tu favor,
ha pasado por alto parte de tu iniquidad.
7 »¿Alcanzarás
tú las cosas profundas de Dios?
¿Alcanzarás el propósito del Todopoderoso?
8 Es más alto
que los cielos;
¿qué puedes tú hacer?
Es más profundo que el Seol;
¿qué puedes tú saber?
9 Su dimensión
es más extensa que la tierra
y más ancha que el mar.
10 »Si Dios
pasa y aprisiona, o si congrega,
¿quién le puede detener?
11 Ya que él
conoce a los hombres vanos,
¿no examinará la iniquidad cuando la vea?
12 El hombre
de cabeza hueca se hará inteligente
cuando un borriquillo de asno montés nazca
humano.
13 »Si tú
predispones tu corazón
y extiendes a él tus manos
14 (si hay
injusticia en tus manos,
aléjala de ti,
y no cobijes la maldad en tu morada),
15 entonces
levantarás tu cara libre de mancha
y estarás firmemente fundado,
y no temerás.
16 Pues así te
olvidarás de tu sufrimiento;
como aguas que ya pasaron lo recordarás.
17 Tu
existencia será más resplandeciente que el mediodía;
aun la oscuridad te será como la alborada.
18 Estarás
confiado, porque hay esperanza;
explorarás alrededor y te acostarás seguro.
19 Te
recostarás, y no habrá quien te espante;
muchos implorarán tu favor.
20 Pero los
ojos de los malos serán consumidos;
no habrá para ellos escapatoria,
y su esperanza será el último suspiro.
CAPÍTULO
12
JOB RESPONDE A ZOFAR
1 Entonces
respondió Job y dijo:
2 -Ciertamente
vosotros sois el pueblo,
y con vosotros morirá la sabiduría.
3 Pero yo
también, como vosotros, tengo entendimiento;
en nada soy inferior a vosotros.
¿Quién no sabe tales cosas?
4 »Soy alguien
que para su amigo
es motivo de risa,
uno que clamó a Dios, y se le respondió,
un justo e íntegro que es motivo de risa.
5 Según la
evaluación de quien no se duele,
él es una tea despreciada;
pero estuvo lista para los pies que resbalan.
6 Las moradas
de los destructores prosperan,
y los que provocan a Dios están seguros
en aquello que la mano de Dios les ha traído.
7 »En efecto,
pregunta, por favor,
a los cuadrúpedos, y te enseñarán;
a las aves del cielo, y te informarán.
8 O habla a la
tierra, y te enseñará;
y los peces del mar te lo contarán.
9 ¿Cuál de
todos ellos no sabe
que la mano de Jehovah ha hecho esto?
10 En sus
manos está
la vida de todo viviente
y el hálito de todo mortal.
11 ¿No
distingue el oído las palabras,
y el paladar prueba la comida?
12 En los
ancianitos hay sabiduría;
y en la mucha edad, entendimiento.
13 »Con Dios
están la sabiduría y el poder;
suyo es el consejo y el entendimiento.
14 Si él
destruye,
no será edificado de nuevo.
Si él cierra ante el hombre,
no habrá quien le abra.
15 Si él
detiene las aguas, se secan;
y si las deja ir, trastornan la tierra.
16 Con él
están el poderío y la victoria;
suyo es el que yerra y el que hace errar.
17 A los
consejeros despoja de consejo
y entontece a los jueces.
18 El suelta
las ataduras que imponen los reyes,
y ata con una cuerda sus cinturas.
19 Hace ir
descalzos a los sacerdotes,
y arruina a los poderosos.
20 Quita la
palabra a los tenidos por fieles,
y a los ancianos priva de discernimiento.
21 Derrama
menosprecio sobre los nobles,
y afloja el cinturón de los fuertes.
22 Descubre
las profundidades de las tinieblas
y saca a la luz la densa oscuridad.
23 Lleva las
naciones al apogeo y luego las destruye;
él expande a los pueblos y los abandona.
24 Priva de
reflexión a los jefes del pueblo de la tierra,
y les hace errar sin rumbo en el vacío.
25 No teniendo
luz van palpando las tinieblas,
y los hace tambalear como borrachos.
CAPÍTULO
13
1 »He aquí que
todo esto han visto mis ojos;
mis oídos lo han escuchado y entendido.
2 Como
vosotros lo sabéis,
yo también lo sé;
en nada soy menos que vosotros.
3 Sin embargo,
yo hablaré al Todopoderoso,
pues quiero argumentar con Dios.
4 »En cuanto a
vosotros,
lo recubrís todo con mentira;
todos vosotros sois médicos inútiles.
5 ¡Oh que
callarais del todo!
Ello os sería contado por sabiduría.
6 Escuchad,
pues, mi razonamiento
y estad atentos a los argumentos de mis
labios.
7 ¿A favor de
Dios hablaréis perversidad?
¿A favor de él hablaréis engaño?
8 ¿Habréis de
mostrar por él parcialidad?
¿Contenderéis a favor de Dios?
9 ¿Os irá bien
cuando él os escudriñe?
¿Acaso os burlaréis de él
como quien se burla de un hombre?
10 Ciertamente
él os reprobará,
si en secreto mostráis parcialidad.
11 ¿No os
espantará su majestad,
y caerá sobre vosotros su pavor?
12 Vuestras
máximas son proverbios de polvo,
y vuestras defensas son defensas de barro.
13 »Callad
delante de mí, y yo hablaré,
me pase lo que me pase.
14 ¿Por qué he
de arrancar mi carne
con mis propios dientes?
¿O he de exponer mi vida en mi mano?
15 He aquí,
aunque él me mate,
en él he de esperar.
Ciertamente defenderé ante su presencia mis
caminos.
16 Esto
también me será salvación,
porque un impío no iría a su presencia.
17 Oíd con
atención mi discurso;
oíd con vuestros oídos mi declaración.
18 He aquí que
yo he preparado mi causa,
y sé que seré declarado justo.
19 ¿Quién es
el que ha de contender conmigo?
Pues si ahora yo callara, expiraría.
20 »Sólo dos
cosas no hagas conmigo;
entonces no me esconderé de tu rostro:
21 Aparta de
mí tu mano,
y no me espante tu terror.
22 Llama,
entonces, y yo responderé;
o yo hablaré, y tú me responderás:
23 ¿Cuántas
son mis faltas o mis pecados?
Hazme entender mi rebelión y mi pecado.
24 ¿Por qué escondes
tu rostro,
y me consideras tu enemigo?
25 ¿Aterras a
una hoja que es arrebatada?
¿Has de perseguir a una paja seca?
26 Pues
escribes contra mí cosas amargas,
y me haces sufrir por los pecados de mi
juventud.
27 Pones mis
pies en el cepo
y vigilas todas mis sendas;
imprimes marcas en las plantas de mis pies.
28 Así el
hombre se gasta como un odre,
como un vestido comido por la polilla.
TENIENDO UN RAZONAMIENTO ADECUADO DE MÍ MISMO
REFLEXIÓN
Vuestras máximas son proverbios de polvo, y
vuestras defensas son defensas de barro. (Job 13:12)
Es muy fácil estar del otro lado, en frente de
la persona que pasa por aflicción, y argumentar lo que nosotros suponemos por
que le está aconteciendo tal situación. Es muy fácil estar bien, y condenar a
los demás por lo que están pasando. Es muy fácil creerse que tienes a Dios de
tu parte, y decirles a los demás que no tienen lo que tú tienes porque no buscas
a Dios correctamente. Es muy fácil juzgar a lo demás, cuando estas en un
momento de éxito en tu vida. Es muy fácil decirles a los demás que tú si tienes
el control de Dios, cuando los demás no están obteniendo lo que tú tienes. ¿Pero
cuando Dios examine, seremos capaces de ser aprobados por él?
ORACIÓN
Mi Dios que nunca tenga un concepto más alto
de mí que el que pueda tener, que siempre piense de mí con cordura. Amén.
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