DÍA 153
2 DE JUNIO (ESTER 9:1-JOB 3:26)
CAPÍTULO 9
LA VENGANZA DE LOS JUDÍOS
1 El día 13
del mes duodécimo, que es el mes de Adar, cuando habían de ser ejecutados la
palabra del rey y su decreto, el mismo día en que los enemigos de los judíos
esperaban ganar poder sobre ellos, ocurrió todo lo contrario. Porque fueron los
judíos los que ganaron poder sobre los que les aborrecían. 2 Los
judíos se congregaron en sus ciudades en todas las provincias del rey Asuero,
para echar mano sobre los que habían procurado su mal. Nadie les pudo resistir,
porque en todos los pueblos había caído el miedo a ellos. 3 Todos
los magistrados de las provincias, los sátrapas, los gobernadores y los
encargados de las obras del rey enaltecían a los judíos, porque el miedo a
Mardoqueo había caído sobre ellos. 4 Pues Mardoqueo era grande en el
palacio real; su fama se difundía por todas las provincias, y se iba engrandeciendo
más y más.
5 Los judíos
dieron a sus enemigos un golpe de espada con matanza y destrucción, e hicieron
con sus enemigos lo que quisieron. 6 En Susa, la capital, los judíos
mataron y destruyeron a 500 hombres. 7 Entonces mataron a
Parsandata, Dalfón, Aspata, 8 Porata, Adalías, Aridata, 9
Parmasta, Arisai, Aridai y Vaizata, 10 los diez hijos de Amán hijo
de Hamedata, el enemigo de los judíos. Pero no echaron mano a sus despojos.
11 El mismo
día llegó al rey el número de los muertos en Susa, la capital. 12 Y
el rey dijo a la reina Ester:
—Si en Susa, la capital, los judíos han matado
y destruido a 500 hombres y a los diez hijos de Amán, ¿qué habrán hecho en las
otras provincias del rey? ¿Cuál es, pues, tu petición? Te será dada. ¿Qué más
solicitas? Y será hecho.
13 Y Ester
respondió:
—Si al rey le parece bien, concédase también
mañana a los judíos en Susa, para que hagan conforme a lo decretado para hoy, y
que cuelguen en la horca a los diez hijos de Amán.
14 El rey
mandó que se hiciera así. El decreto se promulgó en Susa, y colgaron a los diez
hijos de Amán. 15 Entonces los judíos que estaban en Susa se
congregaron también el día 14 del mes de Adar, y mataron en Susa a 300 hombres.
Pero no echaron mano a sus despojos.
INSTITUCIÓN DE LA FIESTA DE PURIM
16 También el
resto de los judíos que estaban en las provincias del reino se congregó para
defenderse y así descansar de sus enemigos, y mataron a 75.000 de los que les
aborrecían. Pero no echaron mano a sus despojos.
17 Esto
ocurrió el día 13 del mes de Adar. Y el día 14 del mismo mes reposaron y lo
hicieron día de banquete y de regocijo. 18 Pero los judíos que
estaban en Susa se congregaron el 13 y también el 14 del mismo mes, y el 15 del
mes reposaron y lo hicieron día de banquete y de regocijo. 19 Por
eso los judíos que viven a campo abierto en las aldeas sin muros, hacen del 14
del mes de Adar un día de alegría, de banquete y de fiesta, y para enviar
porciones, cada uno a su vecino.
20 Mardoqueo
escribió estas cosas y envió cartas a todos los judíos que estaban en todas las
provincias del rey Asuero, cercanas y lejanas, 21 ordenándoles que
celebraran cada año los días 14 y 15 del mes de Adar; 22 porque en
estos días los judíos tuvieron reposo de sus enemigos. El mes que de tristeza
se cambió en alegría, y de duelo en día de fiesta, se les ordenó que lo
celebrasen con días de banquete y de regocijo, y para enviar porciones, cada
uno a su vecino, y regalos a los necesitados.
23 Los judíos
aceptaron hacer lo que habían comenzado a celebrar y lo que les escribió
Mardoqueo, 24 porque Amán hijo de Hamedata, el agageo, enemigo de
todos los judíos, había planeado el exterminio de los judíos y había realizado
un pur, es decir, un sorteo para confundirlos y acabar con ellos. 25
Pero cuando Ester fue a la presencia del rey, éste declaró por escrito que el
perverso plan que concibió contra los judíos recayera sobre su cabeza. Y
colgaron a él y a sus hijos en la horca. 26 Por esto llamaron a
estos días Purim, debido a la palabra pur.
Entonces, por todas las palabras de este
documento, por lo que ellos habían visto al respecto y por lo que les había
sucedido, 27 los judíos establecieron y se comprometieron a aceptar
para ellos mismos, para sus descendientes y para todos los que se hubiesen
adherido a ellos, la obligación de no dejar de celebrar estos dos días, según
está escrito al respecto, en su respectiva fecha, cada año. 28 Y
estos días son recordados y celebrados de generación en generación en todas las
familias, provincias y ciudades.
Estos días de Purim no dejarán de celebrarse
entre los judíos, ni su memoria cesará entre sus descendientes. 29
La reina Ester hija de Abijail, junto con el judío Mardoqueo, suscribió con
plena autoridad confirmando esta segunda carta acerca de Purim. 30
Mardoqueo envió cartas a todos los judíos, a las 127 provincias del reino de
Asuero, con palabras de paz y verdad, 31 para instituir estos días
de Purim en sus fechas señaladas, tal como el judío Mardoqueo y la reina Ester
habían establecido para ellos, tal como lo habían aceptado para ellos mismos y
para sus descendientes, con respecto a sus ayunos y a su clamor. 32
El mandato de Ester confirmó estas cosas acerca de Purim, y fue escrito en un
libro.
CAPÍTULO 10
LA GRANDEZA DE MARDOQUEO
1 El rey
Asuero impuso tributo sobre la tierra y las costas del mar. 2 Todos
los hechos de su autoridad y de su poder, y el acta de la grandeza de
Mardoqueo, a la que le elevó el rey, ¿no están escritos en el libro de las
crónicas de los reyes de Media y de Persia? 3 Porque el judío
Mardoqueo fue el segundo después del rey Asuero. El fue grande entre los judíos
y querido por la mayoría de sus hermanos. Procuraba el bienestar de su pueblo y
promovía la paz entre todos los de su linaje.
EL LIBRO DE
JOB
CAPÍTULO
1
INTEGRIDAD Y PROSPERIDAD DE JOB
1 Hubo un
hombre en la tierra de Uz, que se llamaba Job. Aquel hombre era íntegro y
recto, temeroso de Dios y apartado del mal. 2 Le nacieron siete
hijos y tres hijas. 3 Poseía 7.000 ovejas, 3.000 camellos, 500
yuntas de bueyes, 500 asnos y muchísimos siervos. Y aquel hombre era el más
grande de todos los orientales.
4 Sus hijos
iban y celebraban un banquete en la casa de cada uno, en su día, y mandaban a
llamar a sus tres hermanas, para que comiesen y bebiesen con ellos. 5
Y cuando habían transcurrido los días de banquete, sucedía que Job mandaba a
llamarlos y los purificaba. Levantándose muy de mañana, ofrecía holocaustos
conforme al número de todos ellos. Pues decía Job: "Quizás mis hijos habrán
pecado y habrán maldecido a Dios en sus corazones." De esta manera hacía
continuamente.
SATANÁS CUESTIONA LA INTEGRIDAD DE JOB
6 Aconteció
cierto día que vinieron los hijos de Dios para presentarse ante Jehovah, y
entre ellos vino también Satanás. 7 Y Jehovah preguntó a Satanás:
—¿De dónde vienes?
Satanás respondió a Jehovah diciendo:
—De recorrer la tierra y de andar por ella.
8 Y Jehovah
preguntó a Satanás:
—¿No te has fijado en mi siervo Job, que no
hay otro como él en la tierra: un hombre íntegro y recto, temeroso de Dios y
apartado del mal?
9 Y Satanás
respondió a Jehovah diciendo:
—¿Acaso teme Job a Dios de balde? 10
¿Acaso no le has protegido a él, a su familia y a todo lo que tiene? El trabajo
de sus manos has bendecido, y sus posesiones se han aumentado en la tierra. 11
Pero extiende, por favor, tu mano y toca todo lo que tiene, ¡y verás si no te
maldice en tu misma cara!
12 Y Jehovah
respondió a Satanás:
—He aquí, todo lo que él tiene está en tu
poder. Solamente no extiendas tu mano contra él.
Entonces Satanás salió de la presencia de
Jehovah.
SATANÁS ARRUINA LA CASA DE JOB
13 Aconteció
cierto día, cuando sus hijos y sus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en la
casa de su hermano, el primogénito, 14 que un mensajero llegó a Job
y le dijo:
—Estando los bueyes arando, y las asnas
paciendo cerca de ellos, 15 cayeron de sorpresa los sabeos y se los
llevaron. Y a los criados mataron a filo de espada. Sólo yo escapé para darte
la noticia.
16 Todavía
estaba éste hablando, cuando llegó otro y le dijo:
—¡Fuego de Dios cayó del cielo, y quemó las
ovejas y consumió a los criados! Sólo yo escapé para darte la noticia.
17 Todavía
estaba éste hablando, cuando llegó otro y le dijo:
—Los caldeos formaron tres escuadrones,
arremetieron contra los camellos y se los llevaron. Y mataron a los criados a
filo de espada. Sólo yo escapé para darte la noticia.
18 Todavía
estaba éste hablando, cuando llegó otro y le dijo:
—Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y
bebiendo vino en la casa de su hermano, el primogénito. 19 Y he aquí
que un fuerte viento vino del otro lado del desierto y golpeó las cuatro
esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes, y murieron. Sólo yo escapé
para darte la noticia.
20 Entonces
Job se levantó, rasgó su manto y se rapó la cabeza; se postró a tierra y adoró.
21 Y dijo:
—Desnudo salí del vientre de mi madre, y
desnudo volveré allá. Jehovah dio, y Jehovah quitó. ¡Sea bendito el nombre de
Jehovah!
22 En todo
esto Job no pecó ni atribuyó a Dios despropósito alguno.
CAPÍTULO
2
SATANÁS ARRUINA LA SALUD DE JOB
1 Aconteció
cierto día que vinieron los hijos de Dios para presentarse ante Jehovah, y
entre ellos vino también Satanás, para presentarse ante Jehovah. 2
Jehovah preguntó a Satanás:
—¿De dónde vienes?
Y Satanás respondió a Jehovah:
—De recorrer la tierra y de andar por ella.
3 Jehovah
preguntó a Satanás:
—¿No te has fijado en mi siervo Job, que no
hay otro como él en la tierra: un hombre íntegro y recto, temeroso de Dios y
apartado del mal; y que todavía se aferra a su integridad a pesar de que tú me
incitaste contra él para que lo arruinara sin motivo?
4 Y Satanás
respondió a Jehovah diciendo:
—¡Piel por piel! Todo lo que el hombre tiene
lo dará por su vida. 5 Pero extiende, pues, tu mano y toca sus
huesos y su carne, y verás si no te maldice en tu misma cara.
6 Y Jehovah
respondió a Satanás:
—He aquí, él está en tu poder; pero respeta su
vida.
7 Entonces
Satanás salió de la presencia de Jehovah e hirió a Job con unas llagas
malignas, desde la planta de sus pies hasta su coronilla. 8 Tomaba
un pedazo de tiesto para rascarse con él, y estaba sentado en medio de las
cenizas. 9 Entonces su mujer le dijo:
—¿Todavía te aferras a tu integridad? ¡Maldice
a Dios, y muérete!
10 Pero él le
respondió:
—¡Has hablado como hablaría cualquiera de las
mujeres insensatas! Recibimos el bien de parte de Dios, ¿y no recibiremos
también el mal?
En todo esto Job no pecó con sus labios.
JOB ES VISITADO POR SUS TRES AMIGOS
11 Entonces
tres amigos de Job -Elifaz el temanita, Bildad el sujita y Zofar el namatita-
se enteraron de todo el mal que le había sobrevenido y vinieron, cada uno de su
lugar. Convinieron juntos en ir a él para expresarle su condolencia y para
consolarle. 12 Y cuando alzaron los ojos desde lejos y no le
pudieron reconocer, alzaron su voz y lloraron. Cada uno rasgó su manto, y
esparcieron polvo hacia el cielo, sobre sus cabezas. 13 Luego se
sentaron en tierra con él por siete días y siete noches. Y ninguno de ellos le
decía una sola palabra, porque veían que el dolor era muy grande.
CAPÍTULO
3
JOB MALDICE EL DÍA EN QUE NACIÓ
1 Después de
esto Job abrió su boca y maldijo su día. 2 Tomó Job la palabra y
dijo:
3 -Perezca el
día en que nací,
y la noche en que se dijo:
"¡Un varón ha sido concebido!"
4 Sea aquel
día tinieblas.
Dios no pregunte por él desde arriba,
ni resplandezca la claridad sobre él.
5 Reclámenlo
para sí las tinieblas
y la densa oscuridad;
repose sobre él una nube,
y cáusele terror el oscurecimiento
del día.
6 Apodérese de
aquella noche la oscuridad.
No sea contada junto con los días
del año
ni aparezca en el cómputo de los meses.
7 ¡He aquí,
sea aquella noche estéril;
no penetren en ella los gritos de júbilo!
8 Maldíganla
los que maldicen el día,
los que se aprestan a instigar al Leviatán.
9 Oscurézcanse
sus estrellas matutinas.
Espere la luz, pero no le llegue,
ni vea los destellos de la aurora;
10 porque no
cerró las puertas de la matriz,
para esconder de mis ojos el sufrimiento.
11 »¿Por qué
no morí en las entrañas,
o expiré al salir del vientre?
12 ¿Por qué me
recibieron las rodillas?
¿Para qué los pechos que mamé?
13 Pues ahora
yacería y estaría en quietud.
Dormiría y tendría reposo
14 junto con
los reyes y los consejeros de la tierra,
que reedificaron ruinas para sí;
15 o con los
príncipes que poseían el oro
y que llenaban de plata sus casas.
16 ¡Oh! ¿Por
qué no fui escondido como un abortivo,
como las criaturas que nunca vieron
la luz?
17 Allí los
impíos dejan de perturbar;
allí descansan los de agotadas fuerzas.
18 Los
prisioneros están juntos en descanso
y no escuchan la voz del capataz.
19 Tanto el
pequeño como el grande están allí;
y el esclavo, ya libre de su amo.
20 »¿Para qué
darle luz al que sufre,
y vida a los de alma amargada;
21 a los que
esperan la muerte,
y no llega, aunque la busquen
más que a tesoros enterrados;
22 a los que
se alegran ante el gozo
y se regocijan cuando hallan el sepulcro;
23 al hombre
cuyo camino está escondido,
y a quien Dios ha cercado?
24 Porque
antes de mi pan viene mi suspiro,
y mis gemidos corren como el agua.
25 El miedo
que presentía me ha sobrevenido;
lo que me daba terror me ha acontecido.
26 No tengo
tranquilidad;
no tengo quietud; no tengo sosiego;
más bien, me viene la desesperación.
ENTENDIENDO EL MAL EN NUESTRAS VIDAS
REFLEXIÓN
He aquí, él está en tu poder; pero respeta su
vida. (Job 2:6)
Una cosa, que en nuestro entender no es
aceptable, es el hecho que de parte de Dios tenga ángeles que puedan hacer daño
a la personas y sobre todo a su pueblo. Pero permitir Dios que Satanás nos
toque y no haga daño, son palabras mayores. Pero parece ser cierto el hecho que
dentro de la voluntad permisiva de Dios, deje que tal cosa no acontezca. Ningún
mal procede directamente de Dios, ya que su santidad no lo permite. Dios es un
ser puramente santo, no hay ninguna gota de maldad en todo su ser. Cuando
determina que algo malo debe acontecer, no lo ejecuta él directamente. Su personalidad
no se lo permite, por eso tiene a ciertos ángeles que ejecutan la maldad. Y por
la otra parte, para eso está Satanás para ejecutar el mal en este mundo. Así
que ciertamente alguno males que nos acontecen, están designados por Dios. Él
deja que ocurra, para bien de nosotros, según la Biblia.
ORACIÓN
Mi Dios ayúdame a no perder la fe en ti, en esos
tiempos difíciles. Amén.
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