DÍA 180
29 DE
JUNIO (SALMOS 79:1-84:12)
SALMO
79
LAMENTO POR LA RUINA DE JERUSALÉN
(Salmo de Asaf)
1 Oh Dios, los
gentiles han venido a tu heredad.
Han contaminado tu santo templo,
y a Jerusalén han reducido a montones de
escombros.
2 Han dado los
cuerpos de tus siervos
como comida a las aves de los cielos;
han dado la carne de tus fieles
a los animales de la tierra.
3 Derramaron
como agua su sangre
en los alrededores de Jerusalén;
no hubo quien los enterrase.
4 Somos una
afrenta para nuestros vecinos,
burla y ridículo ante los que están a nuestro
alrededor.
5 ¿Hasta
cuándo, oh Jehovah?
¿Has de estar airado para siempre?
¿Arderá como fuego tu celo?
6 Derrama tu
ira sobre las naciones que no te conocen
y sobre los reinos que no invocan tu nombre.
7 Porque han
devorado a Jacob,
y han desolado su morada.
8 No recuerdes
contra nosotros
los pecados de nuestros antepasados.
Salgan pronto a encontrarnos tus
misericordias,
porque estamos muy abatidos.
9 Ayúdanos, oh
Dios, salvación nuestra,
por causa de la gloria de tu nombre.
Líbranos y expía nuestros pecados
por amor de tu nombre.
10 ¿Por qué
han de decir los gentiles:
"¿Dónde está su Dios?"
Sea dada a conocer a las naciones y ante
nuestros ojos
la venganza de la sangre de tus siervos,
que ha sido derramada.
11 Llegue a tu
presencia el gemido de los presos.
Conforme a la grandeza de tu brazo,
preserva a los sentenciados a muerte.
12 Devuelve a
nuestros vecinos siete veces en sus caras,
la infamia con que te han deshonrado, oh
Jehovah.
13 Entonces
nosotros,
pueblo tuyo y ovejas de tu prado,
te confesaremos para siempre;
por generación y generación contaremos de tus
alabanzas.
SALMO80
SÚPLICA POR LA RESTAURACIÓN
(Al músico principal. Sobre Sosanim.
Testimonio. Salmo de Asaf)
1 ¡Oh Pastor
de Israel, escucha,
tú que conduces a José como a un rebaño!
¡Tú, que estás entre los querubines,
resplandece 2 delante de Efraín, de
Benjamín y de Manasés!
Despierta tu poderío y ven para salvarnos.
3 Oh Dios,
¡restáuranos!
Haz resplandecer tu rostro,
y seremos salvos.
4 Jehovah Dios
de los Ejércitos,
¿hasta cuándo has de mostrar tu indignación
contra la oración de tu pueblo?
5 Nos has dado
a comer pan de lágrimas.
Nos has dado a beber lágrimas en abundancia.
6 Nos has
puesto por escarnio a nuestros vecinos;
nuestros enemigos se mofan de nosotros.
7 Oh Dios de
los Ejércitos, ¡restáuranos!
Haz resplandecer tu rostro,
y seremos salvos.
8 Trajiste una
vid de Egipto;
echaste a las naciones y la plantaste.
9 Limpiaste el
lugar delante de ella.
Hiciste que echara raíz, y llenó la tierra.
10 Los montes
fueron cubiertos por su sombra,
y sus ramas llegaron a ser como cedros de
Dios.
11 Extendió
sus ramas hasta el mar,
y hasta el Río sus renuevos.
12 ¿Por qué
has roto sus cercas
de modo que la vendimien todos los que pasan
por el camino?
13 El jabalí
salvaje la devasta;
las criaturas del campo se alimentan de ella.
14 Oh Dios de
los Ejércitos, vuelve, por favor;
mira desde el cielo, considera y visita esta
viña.
15 Su cepa que
plantó tu diestra
—el hijo que fortaleciste para ti-,
16 está
quemada con fuego; la han cortado.
¡Perezcan por la reprensión de tu rostro!
17 Sea tu mano
sobre el hombre de tu diestra,
sobre el hijo del hombre que fortaleciste para
ti mismo.
18 Así no nos
apartaremos de ti;
nos darás vida, e invocaremos tu nombre.
19 Oh Jehovah
Dios de los Ejércitos,
¡restáuranos!
Haz resplandecer tu rostro,
y seremos salvos.
SALMO
81
CANCIÓN FESTIVA
(Al músico principal. Sobre Guitit. Salmo de
Asaf)
1 ¡Cantad con
gozo a Dios, fortaleza nuestra!
Aclamad con júbilo al Dios de Jacob.
2 Entonad
himnos y tocad el tamboril,
la suave lira y el arpa.
3 Tocad la
corneta en luna nueva;
en luna llena, por nuestra solemnidad.
4 Porque
estatuto es de Israel,
ordenanza del Dios de Jacob.
5 En José lo
instituyó por testimonio,
cuando salió contra la tierra de Egipto.
Escuché un idioma que no conocía:
6 "Aparté
su hombro de debajo de la carga;
sus manos fueron apartadas del peso de los
cestos.
7 Clamaste en
la calamidad, y yo te libré.
Te respondí en lo oculto del trueno.
Te probé junto a las aguas de
Meriba.
(Selah)
8
"Escucha, oh pueblo mío,
y testificaré contra ti.
¡Oh Israel, si me oyeras … !
9 No haya dios
extraño en medio de ti,
ni te postres ante dios extranjero.
10 Yo soy
Jehovah tu Dios,
que te hice venir de la tierra de Egipto.
Abre bien tu boca, y la llenaré.
11 "Pero
mi pueblo no escuchó mi voz;
Israel no me quiso a mí.
12 Por eso los
entregué a la dureza de su corazón,
y caminaron según sus propios consejos.
13 ¡Oh, si mi
pueblo me hubiera escuchado;
si Israel hubiera andado en mis
caminos … !
14 En un
instante habría yo sometido a sus enemigos,
y habría vuelto mi mano contra sus
adversarios.
15 Los que
aborrecen a Jehovah se le habrían sometido,
y su castigo habría sido eterno.
16 Los habría
sustentado con la suculencia del trigo;
con miel de la roca te habría saciado."
SALMO
82
REPRENSIÓN A LOS JUECES INJUSTOS
(Salmo de Asaf)
1 Dios está de
pie en la asamblea divina;
en medio de los dioses ejerce el juicio:
2 "¿Hasta
cuándo juzgaréis injustamente
y entre los impíos haréis distinción de
personas? (Selah)
3 Rescatad al
necesitado y al huérfano;
haced justicia al pobre y al indigente.
4 Librad al
necesitado y al menesteroso;
libradlo de la mano de los impíos.
5 "Ellos
no saben ni entienden;
andan en tinieblas.
¡Todos los cimientos de la tierra son
conmovidos!
6 Yo os dije:
’Vosotros sois dioses;
todos vosotros sois hijos del Altísimo.’
7 Sin embargo,
como un hombre moriréis
y caeréis como cualquiera de los
gobernantes."
8 ¡Levántate,
oh Dios; juzga la tierra,
porque tú poseerás todas las naciones!
SALMO
83
SÚPLICA CONTRA LAS NACIONES HOSTILES
(Cántico. Salmo de Asaf)
1 Oh Dios, no
guardes silencio.
No calles, oh Dios,
ni permanezcas inmóvil.
2 Porque he
aquí que rugen tus enemigos,
y los que te aborrecen han levantado la
cabeza.
3 Contra tu
pueblo han consultado astutamente;
han entrado en consejo contra tus protegidos.
4 Han dicho:
"Venid y destruyámoslos,
de modo que dejen de ser una nación
y no haya más memoria del nombre de
Israel."
5 Han
conspirado juntos, de común acuerdo;
han hecho pacto contra ti.
6 Las tiendas
de Edom, los ismaelitas,
Moab, los hagrienos,
7 Biblos,
Amón, Amalec,
los filisteos con los habitantes de Tiro.
8 También los
asirios se han juntado con ellos
y sirven de brazo a los hijos de
Lot. (Selah)
9 Hazlos como
a Madián;
como a Sísara y a Jabín,
en el arroyo de Quisón.
10 Perecieron
en Endor,
y fueron hechos abono para el suelo.
11 Pon a sus
nobles como a Oreb y a Zeeb;
a todos sus príncipes, como a Zébaj y a
Zalmuna.
12 Porque han
dicho:
"Heredemos nosotros los prados de
Dios."
13 Oh Dios
mío, hazlos como remolino de hojas,
como paja ante el viento,
14 como fuego
que quema el bosque,
como llama que abrasa las montañas.
15 Persíguelos
con tu tempestad;
aterrorízalos con tu huracán.
16 Llena sus
caras de vergüenza;
y que busquen tu nombre, oh Jehovah.
17 Sean
confundidos y turbados para siempre;
sean afrentados y perezcan.
18 Conozcan
que tu nombre es Jehovah.
¡Tú solo eres Altísimo sobre toda la tierra!
SALMO
84
ANHELO POR LA CASA DE DIOS
(Al músico principal. Sobre Guitit. Para los
hijos de Coré. Salmo)
1 ¡Cuán
amables son tus moradas,
oh Jehovah de los Ejércitos!
2 Mi alma
anhela y aun desea ardientemente los atrios de Jehovah.
Mi corazón y mi carne cantan con gozo al Dios
vivo.
3 Hasta el
pajarito halla una casa,
y la golondrina un nido para sí,
donde poner sus polluelos cerca de tus
altares,
oh Jehovah de los Ejércitos,
¡Rey mío y Dios mío!
4
¡Bienaventurados los que habitan en tu casa!
Continuamente te alabarán. (Selah)
5
¡Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas,
y en cuyo corazón están tus caminos!
6 Cuando pasan
por el valle de lágrimas,
lo convierten en manantial.
También la lluvia temprana lo cubre de
bendición.
7 Irán de
poder en poder,
y verán a Dios en Sion.
8 Oh Jehovah
Dios de los Ejércitos,
oye mi oración.
Escucha, oh Dios de Jacob. (Selah)
9 Mira, oh
Dios, escudo nuestro;
pon tu vista en el rostro de tu ungido.
10 Porque
mejor es un día en tus atrios,
que mil fuera de ellos.
Prefiero estar en el umbral de la casa de mi
Dios,
que habitar en moradas de impiedad.
11 Porque sol
y escudo es Jehovah Dios;
gracia y gloria dará Jehovah.
No privará del bien
a los que andan en integridad.
12 Oh Jehovah
de los Ejércitos,
¡bienaventurado el hombre que confía en ti!
APRENDIENDO A ANDAR EN LA VEDAD DE DIOS
REFLEXIÓN
Por eso los entregué a la dureza de su
corazón, y caminaron según sus propios consejos. (Salmo 81:12)
Cuando no queremos escuchar
la voz de Dios ni mucho menos obedecerla, entonces Dios mismo procede contra nosotros
de esta manera. Queremos hacer lo que nos parece bien, no queremos reconocer lo
que Dios manda a decir, entonces no hay excusa, Dio nos pondrá a obedecer nuestro
propio consejo. Hablamos a la personas y les decimos que es Dios quien ha mandado
a decir eso, entonces nos pondrá a seguir nuestro propio consejo. Si pretendemos
ser profeta y no sabemos o no queremos hablar lo que Dios dice, entonces nos
dejará a nuestra deriva escuchando y siguiendo nuestro propio consejo. En esa
circunstancia ya no hay palabra de Dios, Dios ya no habla con esa persona; todo
el que lo escuche estará escuchando de su propio razonamiento. Así que
pongámonos en orden y dejemos de creernos lo que no somos, solo Dios es quien
puede sacarnos de nuestro enredo.
ORACIÓN
Mi Dios que nunca
ponga mi consejo por encima de tu palabra, que no pretenda colocarlos al mismo
nivel. Amén.
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