lunes, 29 de junio de 2015

LECTURA 29 DE JUNIO

DÍA 180

29 DE JUNIO (SALMOS 79:1-84:12)

SALMO 79

LAMENTO POR LA RUINA DE JERUSALÉN

(Salmo de Asaf)

1 Oh Dios, los gentiles han venido a tu heredad.
Han contaminado tu santo templo,
y a Jerusalén han reducido a montones de escombros.
2 Han dado los cuerpos de tus siervos
como comida a las aves de los cielos;
han dado la carne de tus fieles
a los animales de la tierra.
3 Derramaron como agua su sangre
en los alrededores de Jerusalén;
no hubo quien los enterrase.
4 Somos una afrenta para nuestros vecinos,
burla y ridículo ante los que están a nuestro alrededor.

5 ¿Hasta cuándo, oh Jehovah?
¿Has de estar airado para siempre?
¿Arderá como fuego tu celo?
6 Derrama tu ira sobre las naciones que no te conocen
y sobre los reinos que no invocan tu nombre.
7 Porque han devorado a Jacob,
y han desolado su morada.

8 No recuerdes contra nosotros
los pecados de nuestros antepasados.
Salgan pronto a encontrarnos tus misericordias,
porque estamos muy abatidos.
9 Ayúdanos, oh Dios, salvación nuestra,
por causa de la gloria de tu nombre.
Líbranos y expía nuestros pecados
por amor de tu nombre.
10 ¿Por qué han de decir los gentiles:
"¿Dónde está su Dios?"
Sea dada a conocer a las naciones y ante nuestros ojos
la venganza de la sangre de tus siervos,
que ha sido derramada.
11 Llegue a tu presencia el gemido de los presos.
Conforme a la grandeza de tu brazo,
preserva a los sentenciados a muerte.
12 Devuelve a nuestros vecinos siete veces en sus caras,
la infamia con que te han deshonrado, oh Jehovah.
13 Entonces nosotros,
pueblo tuyo y ovejas de tu prado,
te confesaremos para siempre;
por generación y generación contaremos de tus alabanzas.

SALMO80

SÚPLICA POR LA RESTAURACIÓN

(Al músico principal. Sobre Sosanim. Testimonio. Salmo de Asaf)

1 ¡Oh Pastor de Israel, escucha,
tú que conduces a José como a un rebaño!
¡Tú, que estás entre los querubines,
resplandece 2 delante de Efraín, de Benjamín y de Manasés!
Despierta tu poderío y ven para salvarnos.
3 Oh Dios, ¡restáuranos!
Haz resplandecer tu rostro,
y seremos salvos.

4 Jehovah Dios de los Ejércitos,
¿hasta cuándo has de mostrar tu indignación
contra la oración de tu pueblo?
5 Nos has dado a comer pan de lágrimas.
Nos has dado a beber lágrimas en abundancia.
6 Nos has puesto por escarnio a nuestros vecinos;
nuestros enemigos se mofan de nosotros.
7 Oh Dios de los Ejércitos, ¡restáuranos!
Haz resplandecer tu rostro,
y seremos salvos.

8 Trajiste una vid de Egipto;
echaste a las naciones y la plantaste.
9 Limpiaste el lugar delante de ella.
Hiciste que echara raíz, y llenó la tierra.
10 Los montes fueron cubiertos por su sombra,
y sus ramas llegaron a ser como cedros de Dios.
11 Extendió sus ramas hasta el mar,
y hasta el Río sus renuevos.
12 ¿Por qué has roto sus cercas
de modo que la vendimien todos los que pasan por el camino?
13 El jabalí salvaje la devasta;
las criaturas del campo se alimentan de ella.
14 Oh Dios de los Ejércitos, vuelve, por favor;
mira desde el cielo, considera y visita esta viña.
15 Su cepa que plantó tu diestra
—el hijo que fortaleciste para ti-,
16 está quemada con fuego; la han cortado.
¡Perezcan por la reprensión de tu rostro!

17 Sea tu mano sobre el hombre de tu diestra,
sobre el hijo del hombre que fortaleciste para ti mismo.
18 Así no nos apartaremos de ti;
nos darás vida, e invocaremos tu nombre.
19 Oh Jehovah Dios de los Ejércitos,
¡restáuranos!
Haz resplandecer tu rostro,
y seremos salvos.

SALMO 81

CANCIÓN FESTIVA

(Al músico principal. Sobre Guitit. Salmo de Asaf)

1 ¡Cantad con gozo a Dios, fortaleza nuestra!
Aclamad con júbilo al Dios de Jacob.
2 Entonad himnos y tocad el tamboril,
la suave lira y el arpa.
3 Tocad la corneta en luna nueva;
en luna llena, por nuestra solemnidad.
4 Porque estatuto es de Israel,
ordenanza del Dios de Jacob.
5 En José lo instituyó por testimonio,
cuando salió contra la tierra de Egipto.

Escuché un idioma que no conocía:
6 "Aparté su hombro de debajo de la carga;
sus manos fueron apartadas del peso de los cestos.
7 Clamaste en la calamidad, y yo te libré.
Te respondí en lo oculto del trueno.
Te probé junto a las aguas de
Meriba.       (Selah)

8 "Escucha, oh pueblo mío,
y testificaré contra ti.
¡Oh Israel, si me oyeras … !
9 No haya dios extraño en medio de ti,
ni te postres ante dios extranjero.
10 Yo soy Jehovah tu Dios,
que te hice venir de la tierra de Egipto.
Abre bien tu boca, y la llenaré.

11 "Pero mi pueblo no escuchó mi voz;
Israel no me quiso a mí.
12 Por eso los entregué a la dureza de su corazón,
y caminaron según sus propios consejos.
13 ¡Oh, si mi pueblo me hubiera escuchado;
si Israel hubiera andado en mis
caminos … !
14 En un instante habría yo sometido a sus enemigos,
y habría vuelto mi mano contra sus adversarios.
15 Los que aborrecen a Jehovah se le habrían sometido,
y su castigo habría sido eterno.
16 Los habría sustentado con la suculencia del trigo;
con miel de la roca te habría saciado."

SALMO 82

REPRENSIÓN A LOS JUECES INJUSTOS

(Salmo de Asaf)

1 Dios está de pie en la asamblea divina;
en medio de los dioses ejerce el juicio:

2 "¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente
y entre los impíos haréis distinción de personas?      (Selah)
3 Rescatad al necesitado y al huérfano;
haced justicia al pobre y al indigente.
4 Librad al necesitado y al menesteroso;
libradlo de la mano de los impíos.

5 "Ellos no saben ni entienden;
andan en tinieblas.
¡Todos los cimientos de la tierra son conmovidos!
6 Yo os dije: ’Vosotros sois dioses;
todos vosotros sois hijos del Altísimo.’
7 Sin embargo, como un hombre moriréis
y caeréis como cualquiera de los gobernantes."

8 ¡Levántate, oh Dios; juzga la tierra,
porque tú poseerás todas las naciones!

SALMO 83

SÚPLICA CONTRA LAS NACIONES HOSTILES

(Cántico. Salmo de Asaf)

1 Oh Dios, no guardes silencio.
No calles, oh Dios,
ni permanezcas inmóvil.
2 Porque he aquí que rugen tus enemigos,
y los que te aborrecen han levantado la cabeza.
3 Contra tu pueblo han consultado astutamente;
han entrado en consejo contra tus protegidos.
4 Han dicho: "Venid y destruyámoslos,
de modo que dejen de ser una nación
y no haya más memoria del nombre de Israel."

5 Han conspirado juntos, de común acuerdo;
han hecho pacto contra ti.
6 Las tiendas de Edom, los ismaelitas,
Moab, los hagrienos,
7 Biblos, Amón, Amalec,
los filisteos con los habitantes de Tiro.
8 También los asirios se han juntado con ellos
y sirven de brazo a los hijos de
Lot.      (Selah)

9 Hazlos como a Madián;
como a Sísara y a Jabín,
en el arroyo de Quisón.
10 Perecieron en Endor,
y fueron hechos abono para el suelo.
11 Pon a sus nobles como a Oreb y a Zeeb;
a todos sus príncipes, como a Zébaj y a Zalmuna.
12 Porque han dicho:
"Heredemos nosotros los prados de Dios."

13 Oh Dios mío, hazlos como remolino de hojas,
como paja ante el viento,
14 como fuego que quema el bosque,
como llama que abrasa las montañas.
15 Persíguelos con tu tempestad;
aterrorízalos con tu huracán.
16 Llena sus caras de vergüenza;
y que busquen tu nombre, oh Jehovah.
17 Sean confundidos y turbados para siempre;
sean afrentados y perezcan.
18 Conozcan que tu nombre es Jehovah.
¡Tú solo eres Altísimo sobre toda la tierra!

SALMO 84

ANHELO POR LA CASA DE DIOS

(Al músico principal. Sobre Guitit. Para los hijos de Coré. Salmo)

1 ¡Cuán amables son tus moradas,
oh Jehovah de los Ejércitos!
2 Mi alma anhela y aun desea ardientemente los atrios de Jehovah.
Mi corazón y mi carne cantan con gozo al Dios vivo.
3 Hasta el pajarito halla una casa,
y la golondrina un nido para sí,
donde poner sus polluelos cerca de tus altares,
oh Jehovah de los Ejércitos,
¡Rey mío y Dios mío!
4 ¡Bienaventurados los que habitan en tu casa!
Continuamente te alabarán.      (Selah)

5 ¡Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas,
y en cuyo corazón están tus caminos!
6 Cuando pasan por el valle de lágrimas,
lo convierten en manantial.
También la lluvia temprana lo cubre de bendición.
7 Irán de poder en poder,
y verán a Dios en Sion.

8 Oh Jehovah Dios de los Ejércitos,
oye mi oración.
Escucha, oh Dios de Jacob.      (Selah)
9 Mira, oh Dios, escudo nuestro;
pon tu vista en el rostro de tu ungido.
10 Porque mejor es un día en tus atrios,
que mil fuera de ellos.
Prefiero estar en el umbral de la casa de mi Dios,
que habitar en moradas de impiedad.
11 Porque sol y escudo es Jehovah Dios;
gracia y gloria dará Jehovah.
No privará del bien
a los que andan en integridad.
12 Oh Jehovah de los Ejércitos,
¡bienaventurado el hombre que confía en ti!


APRENDIENDO A ANDAR EN LA VEDAD DE DIOS


REFLEXIÓN

Por eso los entregué a la dureza de su corazón, y caminaron según sus propios consejos. (Salmo 81:12)

Cuando no queremos escuchar la voz de Dios ni mucho menos obedecerla, entonces Dios mismo procede contra nosotros de esta manera. Queremos hacer lo que nos parece bien, no queremos reconocer lo que Dios manda a decir, entonces no hay excusa, Dio nos pondrá a obedecer nuestro propio consejo. Hablamos a la personas y les decimos que es Dios quien ha mandado a decir eso, entonces nos pondrá a seguir nuestro propio consejo. Si pretendemos ser profeta y no sabemos o no queremos hablar lo que Dios dice, entonces nos dejará a nuestra deriva escuchando y siguiendo nuestro propio consejo. En esa circunstancia ya no hay palabra de Dios, Dios ya no habla con esa persona; todo el que lo escuche estará escuchando de su propio razonamiento. Así que pongámonos en orden y dejemos de creernos lo que no somos, solo Dios es quien puede sacarnos de nuestro enredo.

ORACIÓN

Mi Dios que nunca ponga mi consejo por encima de tu palabra, que no pretenda colocarlos al mismo nivel. Amén.






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