jueves, 18 de junio de 2015

LECTURA 18 DE JUNIO

DÍA 169

18 DE JUNIO (SALMOS 25:1-30:12)

SALMO 25

PLEGARIA EN MEDIO DE LA AFLICCIÓN

(Salmo de David)

1 A ti, oh Jehovah,
levantaré mi alma.
2 ¡Dios mío, en ti confío!
No sea yo avergonzado.
No triunfen sobre mí mis enemigos.
3 Ciertamente ninguno de los que confían en ti será avergonzado.
Serán avergonzados los que se rebelan sin causa.

4 Muéstrame, oh Jehovah, tus caminos;
enséñame tus sendas.
5 Encamíname en tu verdad y enséñame,
porque tú eres el Dios de mi salvación.
En ti he esperado todo el día.

6 Acuérdate, oh Jehovah,
de tu compasión y de tu misericordia, que son perpetuas.
7 No te acuerdes de los pecados de mi juventud ni de mis rebeliones.
Conforme a tu misericordia
acuérdate de mí, por tu bondad, oh Jehovah.

8 Bueno y recto es Jehovah;
por eso él enseñará a los pecadores el camino.
9 Encaminará a los humildes en la justicia
y enseñará a los humildes su camino.
10 Todas las sendas de Jehovah son misericordia y verdad
para con los que guardan su pacto y sus testimonios.
11 Por amor de tu nombre, oh Jehovah,
perdona también mi iniquidad,
porque es grande.

12 ¿Qué hombre es el que teme a Jehovah?
El le enseñará el camino que ha de escoger.
13 Su alma reposará en bienestar,
y sus descendientes heredarán la tierra.
14 El secreto de Jehovah es para los que le temen;
a ellos hará conocer su pacto.
15 Mis ojos están siempre puestos en Jehovah,
porque él sacará mis pies de la red.

16 Mírame y ten misericordia de mí,
porque estoy solitario y afligido.
17 Las angustias de mi corazón se han aumentado;
sácame de mis congojas.
18 Mira mi aflicción y mis afanes;
perdona todos mis pecados.
19 Mira cómo se han multiplicado mis enemigos,
y con odio violento me aborrecen.
20 Guarda mi alma y líbrame;
no sea yo avergonzado,
porque en ti me he refugiado.
21 La integridad y la rectitud me guarden,
porque en ti he esperado.

22 Redime, oh Dios, a Israel
de todas sus angustias.

SALMO 26

ORACIÓN DEL QUE ANDA EN INTEGRIDAD

(Salmo de David)

1 Hazme justicia, oh Jehovah,
porque yo en mi integridad he andado.
Asimismo, he confiado en Jehovah;
no vacilaré.
2 Examíname, oh Jehovah, y pruébame.
Purifica mi conciencia y mi corazón;
3 porque tu misericordia está delante de mis ojos,
y camino en tu verdad.

4 No me he sentado con los hombres falsos
ni tengo tratos con los hipócritas.
5 Aborrezco la reunión de los malhechores;
nunca me he sentado con los impíos.
6 Lavaré mis manos en inocencia,
e iré alrededor de tu altar, oh Jehovah,
7 para proclamar con voz de agradecimiento
y contar todas tus maravillas.

8 Oh Jehovah, he amado la habitación de tu casa,
el lugar de la morada de tu gloria.
9 No recojas mi alma junto con los pecadores,
ni mi vida con los hombres sanguinarios,
10 en cuyas manos hay infamia,
y cuya mano derecha está llena de soborno.

11 Pero yo andaré en mi integridad;
redímeme y ten misericordia de mí.
12 Mis pies se han afirmado en suelo llano;
en las congregaciones te bendeciré, oh Jehovah.

SALMO 27

LA CONFIANZA DEL QUE BUSCA A JEHOVAH

(Salmo de David)

1 Jehovah es mi luz y mi salvación;
¿de quién temeré?
Jehovah es la fortaleza de mi vida;
¿de quién me he de atemorizar?

2 Cuando se acercaron a mí los malhechores,
mis adversarios y mis enemigos,
para devorar mis carnes,
tropezaron y cayeron.
3 Aunque acampe un ejército contra mí,
mi corazón no temerá.
Aunque contra mí se levante guerra,
aun así estaré confiado.
4 Una cosa he pedido a Jehovah;
ésta buscaré:
que more yo en la casa de Jehovah
todos los días de mi vida,
para contemplar la hermosura de Jehovah,
y para inquirir en su templo.
5 Porque en su enramada me esconderá en el día del mal;
me ocultará en lo reservado de su tabernáculo;
me pondrá en alto sobre una roca.
6 Ahora levantará mi cabeza
sobre mis enemigos que me rodean,
y en su tabernáculo ofreceré sacrificios de júbilo.
Cantaré y entonaré salmos a Jehovah.

7 Escucha, oh Jehovah,
mi voz con que clamo a ti.
Ten misericordia de mí y respóndeme.
8 Mi corazón ha dicho:
"Buscad su rostro."
¡Tu rostro buscaré, oh Jehovah!
9 No escondas de mí tu rostro;
no apartes con ira a tu siervo.
Tú has sido mi ayuda;
no me dejes ni me desampares,
oh Dios de mi salvación.

10 Aunque mi padre y mi madre me dejen,
con todo, Jehovah me recogerá.
11 Enséñame, oh Jehovah, tu camino;
guíame por sendas de rectitud
a causa de los que me son contrarios.
12 No me entregues a la voluntad de mis adversarios,
porque contra mí se han levantado
testigos falsos que respiran violencia.
13 ¡Oh, si yo no creyese que he de ver la bondad de Jehovah
en la tierra de los vivientes!

14 Espera en Jehovah.
Esfuérzate, y aliéntese tu corazón.
¡Sí, espera en Jehovah!

SALMO 28

JEHOVAH ESCUCHA LA ORACIÓN

(Salmo de David)

1 A ti clamaré, oh Jehovah;
Roca mía, no te hagas sordo para conmigo.
No suceda que por quedarte en silencio ante mí,
yo llegue a ser semejante a los que descienden a la fosa.
2 Escucha la voz de mis ruegos cuando clamo a ti,
cuando alzo mis manos hacia tu lugar santísimo.

3 No me arrastres junto con los impíos,
con los que hacen iniquidad,
los cuales hablan de paz a su prójimo,
pero la maldad está en su corazón.
4 Dales conforme a sus hechos
y conforme a la maldad de sus actos.
Dales conforme a la obra de sus manos.
¡Dales su recompensa!
5 Porque no atendieron a los hechos de Jehovah,
ni a la obra de sus manos,
él los derribará y no los volverá a edificar.

6 Bendito sea Jehovah,
que oyó la voz de mis ruegos.
7 Jehovah es mi fuerza y mi escudo;
en él esperó mi corazón.
Fui ayudado, y se gozó mi corazón;
con mi canción le alabaré.

8 Jehovah es la fuerza de su pueblo,
la fortaleza de salvación para su ungido.
9 Salva a tu pueblo y bendice a tu heredad;
pastoréalos y enaltécelos para siempre.

SALMO 29

LA VOZ DE JEHOVAH EN LA TORMENTA

(Salmo de David)

1 Dad a Jehovah, oh hijos de los fuertes;
dad a Jehovah la gloria y el poder.
2 Dad a Jehovah la gloria debida a su nombre.
Adorad a Jehovah en la hermosura de la santidad.

3 Voz de Jehovah sobre las aguas:
¡Truena el Dios de gloria!
¡Es Jehovah sobre las caudalosas aguas!

4 Voz de Jehovah con poder;
voz de Jehovah con gloria.
5 Voz de Jehovah que quiebra los cedros;
Jehovah despedaza los cedros del Líbano.
6 Los hace saltar como terneros;
al Líbano y al Sirión hizo saltar
como crías de toros salvajes.

7 Voz de Jehovah que aviva las llamas de fuego.
8 Voz de Jehovah que estremece al desierto.
Jehovah estremece al desierto de Cades.
9 La voz de Jehovah estremece las encinas y desnuda los bosques.
Y en su templo todos los suyos proclaman su gloria.

10 Jehovah se sentó ante el diluvio;
Jehovah se sentó como rey para siempre.
11 Jehovah dará fortaleza a su pueblo;
Jehovah bendecirá a su pueblo con paz.

SALMO 30

ALABANZA AL DADOR DE LA VIDA

(Salmo. Cántico para la dedicación del templo. De David)

1 Te glorificaré, oh Jehovah,
porque me has levantado
y no has dejado que mis enemigos se alegren de mí.
2 Oh Jehovah, Dios mío, a ti clamé,
y me sanaste.
3 Oh Jehovah, tú has hecho subir mi alma del Seol;
me has dado vida para que no descienda a la fosa.

4 Cantad a Jehovah, vosotros sus fieles;
celebrad la memoria de su santidad.
5 Porque su ira dura sólo un momento,
pero su favor dura toda la vida.
Por la noche dura el llanto,
pero al amanecer vendrá la alegría.

6 Yo dije en medio de mi tranquilidad:
"No seré movido jamás."
7 Tú, oh Jehovah, por tu buena voluntad
estableciste mi monte con poder.
Pero escondiste tu rostro, y quedé turbado.

8 A ti, oh Jehovah, invocaré;
al Señor suplicaré:
9 "¿Qué provecho hay en mi muerte,
cuando descienda a la sepultura?
¿Te alabará el polvo?
¿Anunciará tu verdad?
10 Escucha, oh Jehovah, y ten misericordia de mí;
Jehovah, sé tú mi ayudador."

11 Has convertido mi lamento en una danza;
quitaste mi vestido de luto y me ceñiste de alegría.
12 Por eso mi alma te cantará y no callará.
Oh Jehovah, Dios mío, te alabaré para siempre.


DARLE A DIOS SIEMPRE LA HONRA EN TODO


REFLEXIÓN

Jehovah es la fuerza de su pueblo (Salmo 28:8)

Así es, muchos hijos de Dios confían en muchas coas, sobre todo cosas materiales. Pero no saben que nuestra verdadera fuerza e encuentra en Dios. Muchos quieren prestigio, hablan de la manera como Dios los usa. Pero no le dan la honra debida a Dios, no saben que esa fuerza viene de Dios. No la tenemos por nuestro propio mérito, ni la obtenemos por ser lo preferido de Dios. Si no confiamos en él verdadera mente, no podremos mantener esa bendición de Dios. Si no podemos reconocer de donde viene esa fuerza, entonces e nos será quitada. Nuestra fuerza viene de Dios, tenemos que honrarle debidamente. Tengamos cuidado con esto.

ORACIÓN

Mi Dios que pueda siempre reconocer, que tú eres el que lleva a delante todas las cosas. Amén.





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