DÍA 172
21 DE JUNIO (SALMOS 38:1-43:5)
SALMO 38
PLEGARIA EN EL SUFRIMIENTO
(Salmo de David. Para conmemorar)
1 Oh Jehovah,
no me reprendas en tu furor,
ni me castigues en tu ira.
2 Porque tus
flechas han penetrado en mí,
y sobre mí ha descendido tu mano.
3 No hay parte
sana en mi cuerpo
a causa de tu ira;
no hay paz en mis huesos
a causa de mi pecado.
4 Porque mis
iniquidades han sobrepasado mi cabeza;
como carga pesada me agobian.
5 Hieden y
supuran mis heridas
a causa de mi locura.
6 Estoy
encorvado y abatido en gran manera;
ando enlutado todo el día.
7 Porque mis
espaldas están inflamadas,
y no hay parte sana en mi cuerpo.
8 Estoy
debilitado y totalmente molido;
gimo a causa de la conmoción de mi corazón.
9 Oh Señor,
delante de ti están todos mis deseos,
y mi gemido no te es oculto.
10 Mi corazón
palpita fuertemente,
y mi vigor me ha abandonado.
Aun la luz de mis ojos ya no está conmigo.
11 Mis amigos
y compañeros se han apartado de mi plaga;
mis parientes se han mantenido alejados.
12 Los que
buscaban mi vida
armaron trampas,
y los que procuraban mi mal
profirieron amenazas.
Maquinaban fraudes todo el día.
13 Pero yo,
como si fuera sordo, no escuchaba,
y era como un mudo que no abre la boca.
14 Actué como
un hombre que no oye,
y en cuya boca no hay amonestación.
15 Pues en ti,
oh Jehovah, he esperado;
tú responderás, oh Jehovah, Dios mío.
16 Porque
dije:
"No sea que se alegren de mí,
y cuando resbale mi pie,
se enaltezcan sobre mí."
17 Porque yo
estoy a punto de caer,
y mi dolor está delante de mí continuamente.
18 Por eso
confesaré mi iniquidad;
me acongojaré por mi pecado.
19 Porque mis
enemigos están vivos y fuertes;
se han aumentado los que me aborrecen sin
motivo.
20 Los que
pagan mal por bien me son hostiles,
por seguir yo lo bueno.
21 No me
desampares, oh Jehovah.
Dios mío, no te alejes de mí;
22 apresúrate
a socorrerme,
oh Señor, salvación mía.
SALMO
39
LA BREVEDAD DE LA VIDA
(Al músico principal. A Jedutún. Salmo de
David)
1 Yo dije:
"Cuidaré mis caminos
para no pecar con mi lengua.
Guardaré mi boca con freno,
en tanto que el impío esté frente a mí."
2 Enmudecí,
quedé en silencio;
me callé aun respecto de lo bueno,
pero mi dolor se agravó.
3 Mi corazón
se enardeció dentro de mí;
fuego se encendió en mi suspirar,
y así hablé con mi lengua:
4 Hazme saber,
oh Jehovah, mi final,
y cuál sea la medida de mis días.
Sepa yo cuán pasajero soy.
5 He aquí, has
hecho que mis días sean breves;
mi existencia es como nada delante
de ti.
De veras, sólo vanidad es todo hombre en su
gloria. (Selah)
6 En la
oscuridad deambula el hombre;
de veras, en vano se inquieta por acumular,
y no sabe quién lo recogerá.
7 Ahora, oh
Señor, ¿qué esperaré?
Mi esperanza está en ti.
8 Líbrame de
todas mis rebeliones;
no me pongas por burla del insensato.
9 Enmudecí; no
abrí mi boca,
porque tú eres quien lo hizo.
10 Aparta de
mí tu plaga;
por el movimiento de tu mano soy consumido.
11 Con
castigos por el pecado corriges al hombre,
y deshaces como polilla su hermosura.
Ciertamente vanidad es todo
hombre. (Selah)
12 Escucha mi
oración, oh Jehovah;
oye mi clamor y no calles ante mis lágrimas.
Porque forastero soy para ti,
un advenedizo, como todos mis padres.
13 Aparta de
mí tu mirada, de modo que me alegre
antes que me vaya y deje de ser.
SALMO
40
TESTIMONIO DE LA SALVACIÓN DIVINA
(Al músico principal. Salmo de David)
1
Pacientemente esperé a Jehovah,
y él se inclinó a mí y oyó mi clamor.
2 Y me hizo
subir del pozo de la desesperación,
del lodo cenagoso.
Puso mis pies sobre una roca
y afirmó mis pasos.
3 Puso en mi
boca un cántico nuevo,
una alabanza a nuestro Dios.
Muchos verán esto y temerán,
y confiarán en Jehovah.
4
Bienaventurado el hombre que pone su confianza en Jehovah,
y no vuelve la mirada a los soberbios,
ni a los que se enredan con la falsedad.
5 Oh Jehovah,
Dios mío,
tú has multiplicado tus maravillas
y tus pensamientos para con nosotros.
No hay nadie comparable a ti.
Si intentara referirme y hablar de ellos,
serían demasiados como para ser contados.
6 El
sacrificio y la ofrenda no te agradan;
tú has abierto mis oídos.
Holocaustos y sacrificios por el pecado no has
pedido.
7 Entonces
dije: "He aquí, yo vengo.
En el rollo de pergamino está escrito acerca
de mí:
8 ’El hacer tu
voluntad, oh Dios mío, me ha agradado;
y tu ley está en medio de mi corazón.’ "
9 He anunciado
justicia en la gran congregación;
he aquí, no he detenido mis labios.
Oh Jehovah, tú lo sabes.
10 No he
encubierto tu justicia dentro de mi corazón;
he proclamado tu fidelidad y tu salvación.
No he ocultado tu misericordia
ni tu verdad en la gran congregación.
11 Tú, oh
Jehovah, no detengas de mí tu compasión;
que tu misericordia y tu verdad me guarden
siempre.
12 Porque me
han rodeado males incontables;
me han alcanzado mis iniquidades,
y no puedo levantar la vista.
Son más numerosos que los cabellos de mi cabeza,
y mi corazón me ha fallado.
13 ¡Ten a
bien, oh Jehovah, librarme!
¡Oh Jehovah, apresúrate a socorrerme!
14 Sean
avergonzados y humillados a una
los que buscan mi vida para cortarla.
15 Vuelvan
atrás y sean confundidos
los que desean mi mal.
Sean desolados a causa de su vergüenza
los que dicen: "¡Ajá, ajá!"
16 Gócense y
alégrense en ti todos los que te buscan.
Digan siempre los que aman tu salvación:
"¡Jehovah sea engrandecido!"
17 Aunque yo
sea pobre y necesitado,
Jehovah pensará en mí.
Tú eres mi ayuda y mi libertador;
¡Oh Dios mío, no te tardes!
SALMO
41
ORACIÓN DESDE EL LECHO DE DOLOR
(Al músico principal. Salmo de David)
1
¡Bienaventurado el que se preocupa del pobre!
En el día malo lo librará Jehovah.
2 Jehovah lo
guardará y le dará vida,
para que sea feliz en la tierra.
No lo entregará a la voluntad de sus enemigos.
3 Jehovah lo
sustentará en el lecho de dolor.
En su enfermedad, tú transformarás su
postración.
4 Yo dije:
"Oh Jehovah,
ten misericordia de mí;
sana mi alma,
porque contra ti he pecado."
5 Mis enemigos
hablan mal de mí y preguntan:
"¿Cuándo se morirá, y perecerá su
nombre?"
6 Si alguien
viene a verme, habla mentira.
Su corazón acumula iniquidad para sí,
y saliendo afuera, lo divulga.
7 Reunidos
murmuran contra mí todos los que me aborrecen;
contra mí traman el mal.
8 "Algo
abominable se ha derramado sobre él.
El que cayó en la cama
no se volverá a levantar."
9 Aun mi amigo
íntimo,
en quien yo confiaba y quien comía de mi pan,
ha levantado contra mí el talón.
10 Pero tú, oh
Jehovah,
ten misericordia de mí;
haz que me levante,
y les daré su merecido.
11 En esto
conoceré que de mí te has agradado:
en que mi enemigo no cante victoria sobre mí.
12 En cuanto a
mí, en mi integridad me has sustentado,
y me haces estar delante de ti para siempre.
13 ¡Bendito
sea Jehovah Dios de Israel,
desde la eternidad hasta la eternidad!
Amén y amén.
SEGUNDA PARTE: SALMOS 42-72
SALMO
42
ANHELO POR LA PRESENCIA DE DIOS
(Al músico principal. Masquil de los hijos de
Coré)
1 Como ansía
el venado las corrientes de las aguas,
así te ansía a ti, oh Dios, el alma mía.
2 Mi alma
tiene sed de Dios, del Dios vivo.
¿Cuándo iré para presentarme delante de Dios?
3 Mis lágrimas
han sido mi alimento día y noche,
mientras me dicen todos los días:
"¿Dónde está tu Dios?"
4 Recuerdo
estas cosas y derramo mi alma dentro de mí:
cuando pasaba con la muchedumbre, guiándolos
hasta la casa de Dios,
con voz de alegría y de acción de gracias
de la multitud en fiesta.
5 ¿Por qué te
abates, oh alma mía,
y te turbas dentro de mí?
Espera a Dios, porque aún le he de alabar.
¡El es la salvación de mi ser, 6 y
mi Dios!
Mi alma está abatida dentro de mí.
Por esto me acordaré de ti
en la tierra del Jordán y del Hermón,
en el monte de Mizar.
7 Un abismo
llama a otro por la voz de tus cascadas;
todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.
8 De día,
mandará Jehovah su misericordia;
y de noche, su canción estará conmigo,
la oración al Dios de mi vida.
9 Diré a Dios:
"Roca mía,
¿por qué te has olvidado de mí?
¿Por qué he de andar enlutado por la opresión
del enemigo?"
10 Mientras
mis huesos se quebrantan,
mis enemigos me afrentan diciéndome cada día:
"¿Dónde está tu Dios?"
11 ¿Por qué te
abates, oh alma mía,
y por qué te turbas dentro de mí?
Espera a Dios, porque aún le he de alabar.
¡El es la salvación de mi ser, y mi Dios!
SALMO 43
ANHELO POR LA CASA DE DIOS
1 Júzgame, oh
Dios, y defiende mi causa.
Líbrame de una nación impía,
del hombre de engaño e iniquidad.
2 Siendo tú el
Dios de mi fortaleza,
¿por qué me has desechado?
¿Por qué he de andar enlutado por la opresión
del enemigo?
3 Envía tu luz
y tu verdad;
éstas me guiarán.
Ellas me conducirán a tu monte santo
y a tus moradas.
4 Llegaré
hasta el altar de Dios,
a Dios, mi alegría y mi gozo.
Te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío.
5 ¿Por qué te
abates, oh alma mía,
y por qué te turbas dentro de mí?
Espera a Dios, porque aún le he de alabar.
¡El es la salvación de mi ser, y mi Dios!
DIOS SIEMPRE SE ACORDARÁ DE TI
REFLEXIÓN
Aunque yo sea pobre y necesitado, Jehovah
pensará en mí.
Esto es lo bueno de Dios, él ve y socorre a
todo el mundo. Hoy día hay una línea de pensamiento en la iglesia, que
pareciera que Dios prefiere a cierto tipo de persona. Si estamos prospero Dios nos
escuchará, pareciera que no escuchara al necesitado. Entonces primero tenemos
que salir de nuestra pobreza y de nuestra dificultad, entonces Dio empezará a escucharnos.
Pero esa línea de pensamiento está equivocada, y según este versículo Dios si
conoce y sabe de todas la personas. No podemos pensar en cosas malas, mucho
menos hablarlas o nombrarlas, porque Dios no desea nada de eso. Pero es precisamente
en esos tiempos difíciles, cuando surge nuestra necesidad de buscar a Dios.
También en esa necesidad, Dios se acuerda de nosotros.
ORACIÓN
Mi Dios te doy las gracias, porque aún en
medio de mi necesidad o pobreza; tú te acuerdas de mí. Amén.
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