jueves, 12 de marzo de 2015

LECTURA 12 DE MARZO

DÍA 71

12 DE MARZO (DEUTERONOMIO 33.1-JOSUÉ 2.24)

CAPÍTULO 33

BENDICIÓN DE MOISÉS PARA ISRAEL

1 Esta es la bendición con la cual Moisés, hombre de Dios, bendijo a los hijos de Israel, antes de morir. 2 El dijo:

"Jehovah vino de Sinaí
y de Seír les resplandeció.
Apareció desde los montes de Parán
y vino con miríadas de santos,
y a su diestra fuego refulgente.
3 Ciertamente él ama a los pueblos;
Todos sus santos están en sus manos.
Ellos se postran a tus pies
y reciben tus palabras.

4 "Moisés nos prescribió la ley,
la heredad de la congregación de Jacob.
5 El ha sido rey en Jesurún,
cuando se congregaban los jefes del pueblo,
la comunidad de las tribus de Israel.

6 "¡Viva Rubén, y no muera!
Y sean numerosos sus hombres."

7 Esto dijo acerca de Judá:
"Escucha, oh Jehovah, la voz de Judá;
tráelo a su pueblo.
Sus manos le basten,
y séle ayuda contra sus enemigos.

8 Dijo acerca de Leví:
"Dale a Leví tu Tumim
y tu Urim a tu hombre piadoso
al cual probaste en Masá,
y con quien contendiste en las aguas de Meriba.
9 El que dijo de su padre y de su madre:
’No los conozco.’
No reconoció a sus hermanos,
ni conoció a sus propios hijos.
Pues ellos guardaron tu palabra
y observaron tu pacto.
10 Ellos enseñarán tus juicios a Jacob,
y tu ley a Israel.
Pondrán delante de ti el incienso
y sobre tu altar la ofrenda del todo quemada.
11 ¡Bendice, oh Jehovah, lo que ellos hagan!
¡Recibe con agrado la obra de sus manos!
Hiere las espaldas de sus enemigos
y de los que le aborrecen,
de modo que no se levanten."

12 Dijo acerca de Benjamín:
"El amado de Jehovah
habitará confiado cerca de él.
El lo protegerá todo el día,
y entre sus hombros morará."

13 Dijo acerca de José:
"Bendita de Jehovah sea su tierra
con lo mejor del cielo, con el rocío
y con el océano que se extiende abajo,
14 con lo mejor que produce el sol,
y con lo mejor que da la luna,
15 con lo principal de las montañas antiguas,
con lo mejor de las colinas eternas,
16 con lo mejor de la tierra y de su plenitud,
y el favor de aquel que moraba en la zarza.
Que esto venga sobre la cabeza de José,
y sobre la coronilla del príncipe de sus hermanos.
17 El tiene el esplendor del primogénito del toro;
sus cuernos son como los del toro salvaje.
Con ellos embestirá a los pueblos
hasta los confines de la tierra.
¡Estas son las miríadas de Efraín!
¡Estos son los millares de Manasés!"

18 Dijo acerca de Zabulón:
"¡Alégrate, oh Zabulón, en tus salidas;
y tú, oh Isacar, en tus tiendas!
19 Convocarán a los pueblos al monte,
y allí ofrecerán sacrificios de justicia.
Porque absorberán la abundancia de los mares,
y los tesoros escondidos de la arena."

20 Dijo acerca de Gad:
"¡Bendito el que hizo ensanchar a Gad!
Como león habita,
y arrebata el brazo y aun la coronilla.
21 Escogió lo mejor de la tierra para sí,
pues allí estaba la parte del legislador.
Cuando se congregaron los jefes del pueblo,
realizó la justicia de Jehovah,
sus juicios acerca de Israel."

22 Dijo acerca de Dan:
"Dan es un cachorro de león
que salta desde Basán."

23 Dijo acerca de Neftalí:
"Neftalí, satisfecho con favores
y lleno de las bendiciones de Jehovah,
posee la región del mar y del sur."

24 Dijo acerca de Aser:
"¡Bendito más que los hijos sea Aser!
Sea querido por sus hermanos
y moje su pie en aceite.
25 De hierro y bronce sean tus cerrojos,
y tu fuerza sea como tus días."

26 "¡No hay como el Dios de Jesurún!
El cabalga sobre los cielos en tu ayuda,
y sobre las nubes en su majestad.
27 El eterno Dios es tu refugio,
y abajo están los brazos eternos.
El echará de delante de ti al enemigo,
diciendo: ’¡Destruye!’
28 Israel habitará confiado;
el manantial de Jacob estará solitario
en tierra de grano y de vino nuevo.
También sus cielos gotearán rocío.
29 ¡Bienaventurado eres tú, oh Israel!
¿Quién como tú, oh pueblo salvo por Jehovah,
escudo de tu socorro y espada de tu excelencia?
Tus enemigos tratarán de engañarte,
pero tú pisotearás sus lugares altos."

CAPÍTULO 34

MUERTE Y SEPULTURA DE MOISÉS

1 Entonces subió Moisés de la llanura de Moab al monte Nebo, en la cumbre del Pisga, que está frente a Jericó. Y Jehovah le mostró toda la tierra: desde Galaad hasta Dan, 2 todo Neftalí, la tierra de Efraín y de Manasés, toda la tierra de Judá hasta el mar Grande, 3 el Néguev y la llanura del valle de Jericó (la ciudad de las palmeras), hasta Zoar. 4 Y Jehovah le dijo: "Esta es la tierra de la cual juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: ’A tus descendientes la daré.’ Yo te he permitido que la mires con tus ojos, pero tú no cruzarás allá."

5 Y allí murió Moisés, siervo de Jehovah, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehovah. 6 Y él lo sepultó en el valle, en la tierra de Moab, frente a Bet-peor. Nadie conoce su sepulcro, hasta el día de hoy.

7 Moisés tenía 120 años cuando murió. Sus ojos nunca se debilitaron, ni perdió su vigor. 8 Los hijos de Israel hicieron duelo por Moisés en las llanuras de Moab durante treinta días, hasta que se cumplieron los días del llanto y de duelo por Moisés.

9 Y Josué hijo de Nun estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él. Así que los hijos de Israel le obedecieron e hicieron como Jehovah había mandado a Moisés.

10 Nunca en Israel se levantó otro profeta como Moisés, a quien Jehovah conociera cara a cara. 11 Nadie fue como él, ni por todas las señales y prodigios que Jehovah le mandó hacer en la tierra de Egipto contra el faraón, contra todos sus servidores y contra toda su tierra, 12 ni por la mano poderosa y los hechos asombrosos, como los que Moisés hizo ante los ojos de todo Israel.

EL LIBRO DE

JOSUÉ

CAPÍTULO 1

JOSUÉ ASUME EL MANDO

1 Aconteció después de la muerte de Moisés, siervo de Jehovah, que Jehovah habló a Josué hijo de Nun, ayudante de Moisés, diciendo:

2 -Mi siervo Moisés ha muerto. Ahora, levántate, pasa el Jordán tú con todo este pueblo, a la tierra que yo doy a los hijos de Israel. 3 Yo os he dado, como lo había prometido a Moisés, todo lugar que pise la planta de vuestro pie. 4 Vuestro territorio será desde el desierto y el Líbano hasta el gran río, el río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el mar Grande, donde se pone el sol. 5 Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te desampararé. 6 Esfuérzate y sé valiente, porque tú harás que este pueblo tome posesión de la tierra que juré a sus padres que les daría. 7 Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de cumplir toda la ley que mi siervo Moisés te mandó. No te apartes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito en todo lo que emprendas. 8 Nunca se aparte de tu boca este libro de la Ley; más bien, medita en él de día y de noche, para que guardes y cumplas todo lo que está escrito en él. Así tendrás éxito, y todo te saldrá bien. 9 ¿No te he mandado que te esfuerces y seas valiente? No temas ni desmayes, porque Jehovah tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.

10 Entonces Josué mandó a los oficiales del pueblo, diciendo:

11 -Pasad por en medio del campamento y mandad al pueblo diciendo: "Preparaos alimentos, porque dentro de tres días cruzaréis el Jordán para entrar a tomar posesión de la tierra que Jehovah vuestro Dios os da para que la poseáis."

12 Josué también habló a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés, diciendo:

13 -Acordaos de lo que os mandó Moisés, siervo de Jehovah, diciendo: "Jehovah vuestro Dios os ha dado reposo y os ha dado esta tierra. 14 Vuestras mujeres, vuestros niños y vuestros ganados se quedarán en la tierra que Moisés os ha dado a este lado del Jordán. Pero vosotros, todos los guerreros valientes, cruzaréis armados al frente de vuestros hermanos y les ayudaréis, 15 hasta que Jehovah haya dado reposo a vuestros hermanos como a vosotros, y ellos también tomen posesión de la tierra que les da Jehovah vuestro Dios. Después volveréis a la tierra que tenéis como posesión, que os ha dado Moisés, siervo de Jehovah, a este lado del Jordán, donde se levanta el sol."

16 Y ellos respondieron a Josué diciendo:

—Nosotros haremos todas las cosas que nos has mandado, e iremos a dondequiera que nos envíes. 17 De la manera que hemos obedecido a Moisés en todas las cosas, así te obedeceremos a ti. Sólo que Jehovah tu Dios esté contigo, como estuvo con Moisés. 18 Cualquiera que sea rebelde a tu mandato y que no obedezca tus palabras en todo lo que le mandes, que muera. ¡Solamente esfuérzate y sé valiente!

CAPÍTULO 2

JOSUÉ ENVÍA ESPÍAS A JERICÓ

1 Josué hijo de Nun envió secretamente dos espías desde Sitim, diciéndoles:

—Id y reconoced la tierra y Jericó.

Ellos fueron y entraron en la casa de una mujer prostituta que se llamaba Rajab, y pasaron la noche allí. 2 Entonces avisaron al rey de Jericó, diciendo:

—Unos hombres de los hijos de Israel han venido aquí esta noche para explorar la tierra.

3 Entonces el rey de Jericó mandó decir a Rajab:

—Saca a los hombres que han venido a ti y han entrado en tu casa, porque han venido para explorar todo el país.

4 Pero la mujer, que había tomado a los dos hombres y los había escondido, dijo:

—Es verdad que vinieron a mí unos hombres, pero yo no sabía de dónde eran. 5 Cuando iba a ser cerrada la puerta de la ciudad, siendo ya oscuro, esos hombres salieron y no sé a dónde se han ido. Perseguidlos aprisa y los alcanzaréis.

6 Pero ella los había hecho subir a la azotea y los había escondido entre unos manojos de lino que tenía ordenados sobre la azotea. 7 Entonces los hombres los persiguieron por el camino del Jordán, hasta los vados. Y después que salieron los que los perseguían, cerraron las puertas de la ciudad.

8 Antes de que ellos se acostasen, ella subió a la azotea, donde estaban, y les dijo:

9 -Sé que Jehovah os ha dado esta tierra, porque el miedo a vosotros ha caído sobre nosotros. Todos los habitantes de esta tierra se han desmoralizado a causa de vosotros. 10 Porque hemos oído que Jehovah hizo que las aguas del mar Rojo se secaran delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y lo que habéis hecho a los dos reyes de los amorreos al otro lado del Jordán: a Sejón y a Og, a los cuales habéis destruido por completo. 11 Al oír esto, nuestro corazón desfalleció. No ha quedado más aliento en ninguno a causa de vosotros, porque Jehovah vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra. 12 Y ahora, por favor, juradme por Jehovah que como he mostrado misericordia para con vosotros, así haréis vosotros con la familia de mi padre, de lo cual me daréis una señal segura. 13 Dejaréis vivir a mi padre, a mi madre, a mis hermanos, a mis hermanas y a todos los suyos, y libraréis nuestras vidas de la muerte.

14 Los hombres le respondieron:

—Nuestra vida sea por la vuestra, hasta la muerte, si tú no hablas de este asunto nuestro. Entonces, cuando Jehovah nos haya dado la tierra, mostraremos para contigo misericordia y verdad.

15 Luego ella los hizo descender con una cuerda por la ventana, porque su casa estaba sobre la muralla de la ciudad, y ella vivía en la muralla. 16 Luego les dijo:

—Marchaos hacia la región montañosa, para que no os encuentren los que fueron tras vosotros. Escondeos allí tres días, hasta que hayan regresado los que os persiguen. Después seguiréis vuestro camino.

17 Los hombres le dijeron:

—Nosotros quedaremos libres de este juramento que nos has hecho jurar, 18 a menos que, cuando entremos en la tierra, ates este cordón rojo a la ventana por la cual nos has descolgado. Reunirás junto a ti en la casa a tu padre, a tu madre, a tus hermanos y a toda la familia de tu padre. 19 Cualquiera que salga fuera de las puertas de tu casa, su sangre caerá sobre su propia cabeza, y nosotros quedaremos libres. Pero si alguien pone su mano sobre cualquiera que esté en la casa contigo, su sangre caerá sobre nuestra cabeza. 20 También si hablas de este asunto nuestro, nosotros quedaremos libres del juramento que nos has hecho jurar.

21 Ella respondió:

—Como habéis dicho, así sea.

Luego los despidió, y se fueron. Y ella ató el cordón rojo a la ventana.

22 Caminando ellos, llegaron a la región montañosa y estuvieron allí tres días, hasta que los que los perseguían regresaron. Quienes los perseguían los buscaron por todo el camino, pero no los hallaron. 23 Después, los dos hombres se volvieron, descendieron de la región montañosa y cruzaron el Jordán. Fueron a Josué hijo de Nun y le contaron todas las cosas que les habían acontecido. 24 Ellos dijeron a Josué:

—¡Jehovah ha entregado toda la tierra en nuestras manos! Todos los habitantes de esta tierra tiemblan ante nosotros.

UNA ACTITUD DIFERENTE


REFLEXIÓN

¡Jehovah ha entregado toda la tierra en nuestras manos! (Jos. 2:24)

Que actitud tan diferente, después de cuarenta años y una generación posterior. Por lo menos habían aprendido la lección, lección muy dura que Dios le había dado. No tuvieron la culpa de la rebeldía de sus padres, pero sufrieron las consecuencias durante cuarenta años. Así que se quedaron sorprendidos de lo que Dios ya estaba haciendo, él estaba cumpliendo su promesa. Estos espías fueron con la actitud correcta, observar lo que Dios estaba haciendo.

ORACIÓN


Mi Dios que tenga presente siempre que tú dominas sobre todas las cosas, que todo en este mundo se mueve por tu voluntad. Amén.

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