DÍA 90
31 DE MARZO (1º
SAMUEL 13:1-14:52)
CAPÍTULO 13
SAÚL ANTE LA AMENAZA DE LOS
FILISTEOS
1 Saúl tenía [30] años cuando comenzó a reinar, y reinó sobre Israel [40]
y 2 años.
2 Saúl escogió para sí 3.000 hombres de Israel; y de ellos 2.000 estaban
con Saúl en Micmas y en la región montañosa de Betel, y 1.000 estaban con
Jonatán en Gabaa de Benjamín. Y despidió al resto del pueblo, cada uno a su
morada.
3 Entonces Jonatán atacó el destacamento de los filisteos que había en
Geba, y lo oyeron los filisteos. Luego Saúl hizo tocar la corneta por todo el
país, diciendo: "¡Oigan los hebreos!" 4 Y todo Israel oyó
que se decía: "Saúl ha atacado el destacamento de los filisteos, y también
Israel se ha hecho odioso a los filisteos."
Entonces el pueblo fue convocado en Gilgal para seguir a Saúl.
5 También los filisteos se reunieron para combatir contra Israel,
movilizando 3.000 carros, 6.000 jinetes y gente
tan numerosa como la arena de la orilla del mar. Ellos subieron y acamparon en
Micmas, al este de Bet-avén.
6 Cuando los hombres de Israel se vieron en aprietos, porque el pueblo
fue puesto en apuros, se escondieron en cuevas, grietas, peñascos, fosas y
cisternas. 7 Y algunos de los hebreos cruzaron el Jordán hacia la
tierra de Gad y de Galaad.
SAÚL ACTÚA TORPEMENTE Y ES
REPROBADO
Saúl estaba aún en Gilgal, y todo el pueblo iba
tras él, temblando. 8 El esperó siete días, conforme al plazo que
Samuel había señalado. Pero como Samuel no venía a Gilgal y el pueblo se le
dispersaba, 9 Saúl dijo:
—Traedme el holocausto y los sacrificios de paz.
El ofreció el holocausto. 10 Y
sucedió que al acabar de ofrecer el holocausto, he aquí que venía Samuel. Saúl
le salió al encuentro para saludarle, 11 y Samuel le preguntó:
—¿Qué has hecho?
Saúl respondió:
—Cuando vi que el pueblo se me dispersaba, que
tú no venías en el plazo señalado y que los filisteos estaban reuniéndose en
Micmas, 12 entonces pensé: "Los filisteos descenderán ahora a
Gilgal contra mí, y yo no he implorado el favor de
Jehovah." Por eso me vi forzado y ofrecí el holocausto.
13 Entonces Samuel dijo a Saúl:
—Has actuado torpemente. No guardaste el
mandamiento que Jehovah tu Dios te dio. ¡Pues ahora Jehovah hubiera confirmado
tu reino sobre Israel para siempre! 14 Pero ahora tu reino no será duradero. Jehovah se ha buscado un hombre
según su corazón, a quien Jehovah ha designado como el soberano de su pueblo,
porque tú no has guardado lo que Jehovah te mandó.
15 Entonces Samuel se levantó y subió de Gilgal a Gabaa de Benjamín.
LOS FILISTEOS INCURSIONAN EN
ISRAEL
Saúl pasó revista a la gente que se hallaba con
él, unos 600 hombres. 16 Entonces Saúl, su hijo Jonatán y la gente
que se hallaba con ellos se quedaron en Gabaa de Benjamín.
Los filisteos habían acampado en Micmas, 17
y de su campamento salieron los destructores en tres escuadrones. Un escuadrón
se dirigió por el camino de Ofra hacia la tierra de Sual. 18 Otro
escuadrón se dirigió hacia Bet-jorón, y el tercer escuadrón se dirigió hacia la
región que mira al valle de Zeboím, hacia el desierto.
19 En toda la tierra de Israel no había un solo herrero, porque los
filisteos habían dicho: "No sea que los hebreos se hagan espadas o
lanzas." 20 Todos los israelitas iban a los filisteos para
afilar cada uno su reja de arado, su azadón, su hacha o su hoz. 21
El afilado costaba un pim, tanto para las rejas de arado,
como para los azadones, los tridentes, las hachas o para afinar las aguijadas. 22 Sucedió, pues, que en el día
de la batalla no había ni una espada ni una lanza en poder de ninguno de los
que estaba con Saúl y con Jonatán, excepto Saúl y su hijo Jonatán, que sí las
tenían.
23 Después el destacamento de los filisteos se dirigió al paso de Micmas.
CAPÍTULO 14
DIOS DA VICTORIA POR MEDIO DE
JONATÁN
1 Aconteció cierto día que Jonatán hijo de Saúl dijo a su escudero:
—Ven, pasemos hasta el destacamento de los
filisteos que está al otro lado.
Pero no lo hizo saber a su padre. 2
Saúl estaba en las afueras de Gabaa, debajo de un granado que hay en Migrón.
Los que estaban con él eran como 600 hombres. 3 El que llevaba el
efod era Ajías hijo de Ajitob (hermano de Icabod), hijo de Fineas, hijo de Elí,
sacerdote de Jehovah en Silo. Pero el pueblo no sabía que Jonatán se había ido.
4 En el paso por donde Jonatán procuraba llegar al destacamento de los
filisteos, había un peñasco agudo a un lado, y otro peñasco agudo al lado
opuesto. El uno se llamaba Boses; y el otro, Sene. 5 Uno de los
peñascos estaba situado al norte, hacia Micmas; y el otro al sur, hacia Gabaa. 6
Entonces Jonatán dijo a su escudero:
—Ven, pasemos al destacamento de esos
incircuncisos. Quizás Jehovah haga algo por medio de nosotros, porque nada
impide a Jehovah salvar con muchos o con pocos.
7 Su escudero le respondió:
—Haz todo lo que está en tu corazón; vé, he aquí
que yo estoy contigo, a tu disposición.
8 Y Jonatán dijo:
—He aquí que nosotros pasaremos hacia aquellos
hombres y dejaremos que nos vean. 9 Si nos dicen así: "Esperad
hasta que nos acerquemos a vosotros", entonces nos quedaremos en nuestro
lugar y no subiremos hacia donde ellos están. 10 Pero si nos dicen
así: "Subid hasta nosotros", entonces subiremos; porque Jehovah los
ha entregado en nuestra mano. Esta será la señal para nosotros.
11 Ambos se dejaron ver por el destacamento de los filisteos, y éstos
dijeron:
—¡He allí los hebreos que salen de las cuevas
donde se habían escondido!
12 Los hombres del destacamento gritaron a Jonatán y a su escudero,
diciendo:
—¡Subid hasta nosotros, y os haremos saber una
cosa!
Y Jonatán dijo a su escudero:
—Sube detrás de mí, porque Jehovah los ha
entregado en mano de Israel.
13 Jonatán subió trepando con sus manos y sus pies; y tras él, su
escudero. Los filisteos caían delante de Jonatán, y su escudero los remataba
detrás de él. 14 Este fue el primer ataque, en el que Jonatán y su
escudero mataron a unos veinte hombres en el espacio de media yugada de tierra.
15 Entonces hubo pánico en el campamento, en el campo y entre toda la
gente. Los del destacamento y también los destructores temblaron; y la tierra
se sacudió, pues hubo gran pánico.
16 Los centinelas de Saúl miraron desde Gabaa de Benjamín, y he aquí que
la multitud se dispersaba yendo en todas direcciones. 17 Entonces
Saúl dijo a la gente que estaba con él:
—¡Pasad revista y ved quién de los nuestros se
ha ido!
Al pasar revista, he aquí que faltaban Jonatán y
su escudero.
18 Entonces Saúl dijo a Ajías:
—¡Trae el arca de Dios!
Porque el arca de Dios estaba en ese día con los
hijos de Israel. 19 Y aconteció que mientras Saúl hablaba con el
sacerdote, la agitación aumentaba más y más en el campamento de los filisteos.
Entonces Saúl dijo al sacerdote:
—¡Retira tu mano!
20 Entonces Saúl se reunió con toda la gente que estaba con él, y fueron a
la batalla. Y he aquí que la espada de cada uno se volvía contra su compañero,
y había gran confusión. 21 Y los hebreos que anteriormente habían
estado con los filisteos, y que habían subido con ellos de los alrededores al
campamento, también ellos se pusieron de parte de los israelitas que estaban
con Saúl y Jonatán. 22 Asimismo, todos los hombres de Israel que se
habían escondido en la región montañosa de Efraín oyeron que los filisteos
huían, y ellos también salieron a perseguirlos en la batalla.
23 Así Jehovah dio la victoria a Israel aquel día. Y la batalla llegó
hasta Bet-avén.
SAÚL PONE EN APUROS AL PUEBLO
24 Pero aquel día los hombres de Israel fueron puestos en apuros, porque
Saúl había sometido al pueblo bajo juramento, diciendo:
"¡Maldito sea cualquiera que coma algo antes del anochecer, hasta que yo
haya tomado venganza de mis enemigos!" Así que ninguno del pueblo había
probado alimento.
25 Todo el pueblo llegó a un bosque, y en la superficie del campo había miel. 26 Cuando el pueblo entró
en el bosque, he aquí que la miel corría, pero nadie acercó la mano a su boca,
porque el pueblo temía el juramento. 27 Pero Jonatán no había oído
cuando su padre había sometido al pueblo bajo juramento. Y extendiendo la punta
de una vara que llevaba en su mano, la mojó en un panal de miel y acercó su
mano a su boca; y le brillaron los ojos. 28 Entonces alguien del
pueblo le habló diciendo:
—Tu padre expresamente ha sometido al pueblo
bajo juramento, diciendo: "Maldito sea el hombre que coma algo hoy." Por
eso desfallece el pueblo.
29 Entonces Jonatán respondió:
—Mi padre ha ocasionado destrucción al país. Ved
cómo han brillado mis ojos por haber probado un poco de esta miel. 30
¡Cuánto mejor si el pueblo hubiera comido hoy libremente del botín que tomó de
sus enemigos! ¿No se hubiera ocasionado una gran derrota a los filisteos?
31 Aquel día hirieron a los filisteos desde Micmas hasta Ajalón. Pero el
pueblo se cansó mucho, 32 y se lanzaron sobre el botín y tomaron
ovejas, vacas y terneros, a los cuales degollaron sobre el suelo. Y el pueblo
los comió con la sangre.
33 Informaron a Saúl diciendo:
—¡He aquí, el pueblo está pecando contra
Jehovah, comiendo carne con la sangre!
Y él dijo:
—¡Habéis cometido una traición! Haced rodar una
piedra grande hasta aquí. 34 -Y Saúl añadió-: Dispersaos entre el
pueblo y decidles que cada uno me traiga su toro, y cada cual su oveja, y
degolladlos aquí y comed. No pequéis contra Jehovah comiendo carne con la
sangre.
Aquella noche todo el pueblo llevó cada uno
consigo su toro, y los degollaron allí.
35 Después Saúl edificó un altar a Jehovah. Este altar fue el primero que
él edificó a Jehovah.
El pueblo libra de la muerte a
Jonatán
36 Entonces dijo Saúl:
—Descendamos de noche contra los filisteos y
saqueémoslos hasta el amanecer. No dejemos a ninguno de ellos.
Y dijeron:
—Haz todo lo que te parezca bien.
Luego dijo el sacerdote:
—Acerquémonos a Dios aquí.
37 Y Saúl consultó a Dios:
—¿Descenderé tras los filisteos? ¿Los entregarás
en mano de Israel?
Pero aquel día él no le dio respuesta. 38
Entonces dijo Saúl:
—Acercaos acá todos los jefes del pueblo.
Averiguad y ved por quién ha surgido hoy este pecado. 39 ¡Vive Jehovah que libra a
Israel, que aunque sea por mi hijo Jonatán, él morirá irremisiblemente!
En todo el pueblo no hubo quien le respondiese. 40
Entonces dijo a todo Israel:
—Vosotros os pondréis a un lado; mi hijo Jonatán
y yo nos pondremos al otro.
El pueblo respondió a Saúl:
—Haz lo que te parezca bien.
41 Saúl dijo a Jehovah Dios de Israel:
—Concédenos un resultado perfecto.
Fueron tomados Jonatán y Saúl, y el pueblo salió
libre. 42 Luego dijo Saúl:
—Haced el sorteo entre mi hijo Jonatán y yo.
Y fue tomado Jonatán. 43 Entonces
Saúl dijo a Jonatán:
—Declárame: ¿Qué has hecho?
Jonatán se lo declaró diciendo:
—Es verdad que probé un poco de miel con la
punta de la vara que llevaba en mi mano. Heme aquí; moriré.
44 Saúl respondió:
—¡Así me haga Dios y aun me añada, que morirás
irremisiblemente, Jonatán!
45 Pero el pueblo preguntó a Saúl:
—¿Ha de morir Jonatán, el que ha logrado esta
gran victoria en Israel? ¡Que no sea así! ¡Vive Jehovah, que no caerá a tierra
ni un cabello de su cabeza, porque hoy ha actuado con Dios!
Así el pueblo libró a Jonatán, y éste no murió. 46
Saúl dejó de perseguir a los filisteos, y los filisteos se fueron a su lugar.
Resumen del reinado de Saúl
47 Cuando Saúl empezó a ejercer el reinado sobre Israel, hizo la guerra
contra todos sus enemigos de alrededor: contra Moab, contra los hijos de Amón,
contra Edom, contra los reyes de Soba y contra los filisteos. A dondequiera que
se dirigía era vencedor. 48 Combatió con valentía y derrotó a
Amalec, y libró a Israel de mano de los que lo saqueaban.
49 Los hijos de Saúl eran: Jonatán, Isvi y Malquisúa. Los
nombres de sus dos hijas eran: el de la mayor Merab, y el de la menor Mical. 50 El nombre de su mujer era
Ajinoam hija de Ajimaas. El nombre del jefe de su ejército era Abner hijo de
Ner, tío de Saúl. 51 Quis, padre de Saúl, y Ner, padre de Abner,
eran hijos de Abiel.
52 Había guerra encarnizada contra los filisteos durante todo el tiempo de
Saúl. Cuando Saúl veía algún hombre valiente o esforzado, lo añadía a los
suyos.
REPROBADO ANTES DE COMENZAR LA TAREA
REFLEXIÓN
No guardaste el mandamiento que Jehovah tu Dios
te dio (1Sam. 13:13)
No había comenzado a reinar, solo había sido
nombrado por Samuel; y no pudo hacer las cosas de acuerdo con Dios. Tal como
Dios lo había dicho por medio de Moisés, en el libro de Deuteronomio. Así
estaba sucediendo, el rey se creería con la autoridad de hacer el trabajo
religioso. Pero él no fue designado para eso, su labor era gobernar al pueblo.
Así nosotros debemos estar claro para la obra que Dios nos encomienda, y no
tomar atribuciones más allá de las que nos fueron dadas.
ORACIÓN
Señor que pueda siempre estar claro en el rol
que debo cumplir para ti, para no dejar de hacer la tarea que me has
encomendado ni tomarme atribuciones que no me corresponde. Amén.
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