domingo, 1 de marzo de 2015

LECTURA 1 DE MARZO

DÍA 60

1 DE MARZO (DEUTERONOMIO 1:1-2:37)

EL QUINTO LIBRO DE MOISÉS

DEUTERONOMIO

CAPÍTULO 1

1 Estas son las palabras que Moisés habló a todo Israel al otro lado del Jordán, en el desierto, en el Arabá frente a Suf, entre Parán, Tofel, Labán, Hazerot y Di-zahab. 2 Once días duró el viaje desde Horeb hasta Cades-barnea, por la ruta de la región montañosa de Seír. 3 El primero del mes undécimo del año 40, Moisés habló a los hijos de Israel conforme a todo lo que Jehovah le había mandado con respecto a ellos, 4 después que derrotó a Sejón, rey de los amorreos que habitaba en Hesbón, y a Og, rey de Basán que habitaba en Astarot y en Edrei.

MOISÉS INICIA SU PRIMER DISCURSO

5 Moisés empezó a explicar esta ley en la tierra de Moab, al otro lado del Jordán, y dijo: 6 "Jehovah nuestro Dios nos habló en Horeb diciendo: ’Bastante habéis permanecido en este monte. 7 Volveos, marchad e id a la región montañosa de los amorreos y a todos sus vecinos en el Arabá, en la región montañosa y en la Sefela, en el Néguev y por la costa del mar, a la tierra de los cananeos y al Líbano, hasta el gran río, el río Eufrates. 8 Mirad, yo he puesto la tierra delante de vosotros. Entrad y tomad posesión de la tierra que Jehovah juró a vuestros padres Abraham, Isaac y Jacob, que les daría a ellos y a sus descendientes después de ellos.’

MOISÉS NOMBRA JUECES

9 "En aquel tiempo yo os hablé diciendo: ’Yo solo no puedo cargar con vosotros. 10 Jehovah vuestro Dios os ha multiplicado, y he aquí que hoy sois tan numerosos como las estrellas del cielo. 11 ¡Jehovah, Dios de vuestros padres, os multiplique mil veces más, y os bendiga como os lo ha prometido! 12 Pero, ¿cómo podré llevar yo solo vuestras preocupaciones, vuestras cargas y vuestros pleitos? 13 Proveeos entre vuestras tribus de hombres sabios, entendidos y experimentados, para que yo los ponga como vuestros jefes.’ 14 Vosotros me respondisteis y dijisteis: ’Está bien hacer lo que has dicho.’ 15 Entonces tomé a los jefes de vuestras tribus, hombres sabios y experimentados, y los puse como vuestros jefes; como jefes de mil, jefes de cien, jefes de cincuenta, jefes de diez y como oficiales de vuestras tribus. 16 En aquel tiempo mandé a vuestros jueces diciendo: ’Oíd la causa de vuestros hermanos y juzgad con justicia entre un hombre y su hermano o el forastero que está con él. 17 No hagáis distinción de personas en el juicio; oiréis tanto al pequeño como al grande. No tengáis temor de nadie, porque el juicio es de Dios. Pero la causa que os sea difícil la traeréis a mí, y yo la oiré.’ 18 Os mandé, pues, en aquel tiempo todo lo que habíais de hacer.

MOISÉS ENVÍA ESPÍAS A CANAÁN

19 "Partimos de Horeb y fuimos por aquel desierto grande y terrible que habéis visto, dirigiéndonos a la región montañosa de los amorreos, como Jehovah nuestro Dios nos había mandado; y llegamos hasta Cades-barnea. 20 Entonces os dije: ’Habéis llegado a la región montañosa de los amorreos, la cual nos da Jehovah nuestro Dios. 21 Mira, Jehovah tu Dios te ha entregado la tierra que está delante de ti. Sube y tómala en posesión, como Jehovah, Dios de tus padres, te ha dicho. ¡No temas ni desmayes!’

22 "Todos vosotros os acercasteis a mí y dijisteis: ’Enviemos delante de nosotros hombres que nos reconozcan la tierra y nos traigan información acerca del camino por donde hemos de ir y de las ciudades a las que habremos de llegar.’ 23 Me pareció bien lo dicho, y tomé a doce hombres de vosotros, un hombre por tribu. 24 Ellos se dirigieron y subieron a la región montañosa; llegaron hasta el arroyo de Escol y reconocieron la tierra. 25 Tomaron en sus manos muestras del fruto de la tierra y nos las trajeron. También nos dieron informes diciendo: ’La tierra que Jehovah nuestro Dios nos da es buena.’

EL PUEBLO SE DESALIENTA

26 "Sin embargo, no quisisteis subir. Más bien, fuisteis rebeldes contra el mandato de Jehovah vuestro Dios, 27 y murmurasteis en vuestras tiendas, diciendo: ’Porque Jehovah nos aborrece, nos ha sacado de la tierra de Egipto, para entregarnos en mano de los amorreos para destruirnos. 28 ¿A dónde iremos? Nuestros hermanos han hecho desfallecer nuestros corazones diciendo: Este pueblo es más grande y más alto que nosotros. Las ciudades son grandes y fortificadas hasta el cielo, y también vimos allí a los anaquitas.’ 29 Entonces os dije: ’No os aterroricéis ni tengáis temor de ellos. 30 Jehovah, vuestro Dios, quien va delante de vosotros, él combatirá por vosotros de la manera que lo hizo por vosotros en Egipto ante vuestros propios ojos, 31 como también en el desierto, donde habéis visto que Jehovah vuestro Dios os ha traído, como trae un hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta que habéis llegado a este lugar.’ 32 Aun con esto no creísteis a Jehovah vuestro Dios, 33 quien iba delante de vosotros en el camino, con fuego de noche y con nube de día, a fin de explorar el lugar donde habíais de acampar, y para mostraros el camino a seguir.

CASTIGO DEL PUEBLO EN EL DESIERTO

34 "Entonces Jehovah oyó la voz de vuestras palabras. Y se enojó y juró diciendo: 35 ’Ninguno de estos hombres de esta mala generación verá la buena tierra que juré dar a vuestros padres, 36 excepto Caleb hijo de Jefone. El la verá; a él y a sus hijos les daré la tierra que él pisó, porque siguió a Jehovah con integridad.’ 37 Por causa de vosotros Jehovah se enfureció también contra mí, y dijo: ’Tampoco tú entrarás allá. 38 Josué hijo de Nun, que está delante de ti, él entrará allá. Anímale, porque él hará que Israel la herede. 39 Pero vuestros pequeños, de quienes dijisteis que serían una presa; vuestros hijos que hoy no distinguen entre lo bueno y lo malo, ellos entrarán allá. A ellos la daré, y ellos tomarán posesión de ella. 40 Pero vosotros, volveos y marchaos al desierto, rumbo al mar Rojo.’

DERROTA DE ISRAEL EN HORMA

41 "Entonces respondisteis y me dijisteis: ’Hemos pecado contra Jehovah. Nosotros subiremos y pelearemos conforme a todo lo que Jehovah nuestro Dios nos ha mandado.’

"Os ceñisteis cada uno sus armas y pensasteis que era cosa fácil subir a la región montañosa. 42 Entonces Jehovah me dijo que os dijera: ’No subáis ni peleéis, porque yo no estoy entre vosotros. No seáis derrotados delante de vuestros enemigos.’

43 "Yo os hablé, pero no escuchasteis. Al contrario, fuisteis rebeldes contra lo que había dicho Jehovah; actuasteis con arrogancia y subisteis a la región montañosa. 44 Pero los amorreos que habitaban en aquella región montañosa salieron a vuestro encuentro, os persiguieron como lo hacen las avispas, y os destrozaron desde Seír hasta Horma. 45 Entonces volvisteis y llorasteis delante de Jehovah, pero Jehovah no escuchó vuestra voz ni os prestó atención. 46 Así permanecisteis en Cades por muchos días, según los días que permanecisteis allí.

CAPÍTULO 2

INSTRUCCIONES PARA EL PASO POR SEÍR

1 "Entonces nos volvimos y partimos hacia el desierto, rumbo al mar Rojo, como Jehovah me había dicho; y rodeamos por muchos días la región montañosa de Seír. 2 Y Jehovah me habló diciendo: 3 ’Bastante tiempo habéis rodeado estos montes; dirigíos hacia el norte. 4 Manda al pueblo diciendo: Cuando vosotros paséis por el territorio de vuestros hermanos, los hijos de Esaú que habitan en Seír, ellos tendrán miedo de vosotros. Pero guardaos mucho; 5 no contendáis con ellos. Yo no os daré de su tierra, ni aun la huella de la planta de un pie, porque he dado a Esaú como posesión la región montañosa de Seír. 6 Les compraréis con dinero los alimentos que comáis. También, adquiriréis de ellos con dinero el agua que bebáis.’ 7 Jehovah tu Dios te ha bendecido en toda la obra de tus manos. El conoce tu caminar por este gran desierto. Jehovah tu Dios ha estado contigo estos cuarenta años, y ninguna cosa te ha faltado.

INSTRUCCIONES PARA EL PASO POR MOAB

8 "Pasamos de largo a nuestros hermanos, los hijos de Esaú que habitan en Seír, por el camino del Arabá de Eilat y de Ezión-geber, y cambiando de dirección nos dirigimos rumbo al desierto de Moab. 9 Entonces Jehovah me dijo: ’No molestes a Moab ni contiendas con ellos, porque no te daré posesión en su tierra. He dado Ar como posesión a los hijos de Lot.’ 10 (Los emitas habitaron allí antes. Estos eran un pueblo grande y numeroso; eran altos como los anaquitas. 11 Ellos, como los anaquitas, también eran considerados como refaítas, pero los moabitas los llamaban emitas. 12 También los horeos habitaban antes en Seír, pero los hijos de Esaú los desalojaron y los destruyeron delante de ellos. Luego habitaron en su lugar, así como ha hecho Israel en la tierra de su posesión que Jehovah les ha dado.) 13 ’Levantaos, pues, y cruzad el arroyo de Zered.’

"Así cruzamos el arroyo de Zered. 14 El tiempo que anduvimos desde Cades-barnea hasta que cruzamos el arroyo de Zered fue de treinta y ocho años, hasta que se acabó toda la generación de hombres de guerra de en medio del campamento, como Jehovah les había jurado. 15 La mano de Jehovah también estuvo contra ellos para destruirlos de en medio del campamento, hasta acabarlos.

INSTRUCCIONES PARA EL PASO POR AMÓN

16 "Aconteció que cuando finalmente murieron todos los hombres de guerra de entre el pueblo, 17 Jehovah me habló diciendo: 18 ’Tú pasarás hoy por el territorio de Moab, es decir, de Ar, 19 y te acercarás a los hijos de Amón. Pero no los molestes ni contiendas con ellos, porque no te he de dar posesión en la tierra de los hijos de Amón. La he dado como posesión a los hijos de Lot.’ 20 (También esta tierra fue considerada tierra de los refaítas. En otro tiempo habitaron en ella los refaítas, pero los amonitas los llamaban zomzomeos. 21 Estos eran un pueblo grande y numeroso; eran altos como los anaquitas. A éstos destruyó Jehovah delante de los amonitas que les sucedieron y habitaron en su lugar, 22 como hizo también con los horeos, a los cuales destruyó delante de los hijos de Esaú que habitan en Seír, quienes sucedieron a aquéllos y habitaron en su lugar, hasta el día de hoy. 23 De la misma manera, los caftoreos que habían salido de Caftor destruyeron a los aveos que vivían en aldeas hasta Gaza, y habitaron en su lugar.) 24 ’Levantaos, partid y cruzad el río Arnón. Mira, yo he entregado en tu mano a Sejón el amorreo, rey de Hesbón, y su tierra. Comienza a tomar posesión de ella y contiende con él en guerra. 25 Hoy comenzaré a infundir miedo y temor de ti entre los pueblos debajo de todo el cielo. Ellos oirán tu fama, y temblarán y se estremecerán a causa de ti.’

ISRAEL DERROTA A SEJÓN, REY DE HESBÓN

26 "Desde el desierto de Cademot envié mensajeros a Sejón, rey de Hesbón, con un mensaje de paz, diciendo: 27 ’Déjame pasar por tu tierra. Iré sólo por el camino. No me apartaré ni a la derecha ni a la izquierda. 28 Me venderás por dinero la comida que yo coma, y me darás por dinero el agua que yo beba. Solamente permíteme pasar a pie, 29 como hicieron conmigo los hijos de Esaú que habitan en Seír y los moabitas que habitan en Ar, hasta que yo cruce el Jordán hacia la tierra que Jehovah nuestro Dios nos da.’ 30 Pero Sejón, rey de Hesbón, no quiso que pasáramos por su territorio, porque Jehovah tu Dios había endurecido su espíritu y obstinado su corazón para entregarlo en tu mano, como en el día de hoy.

31 "Entonces me dijo Jehovah: ’Mira, yo he comenzado a entregar delante de ti a Sejón y su tierra. Comienza a tomar posesión de su tierra.’

32 "Sejón salió a nuestro encuentro, él con todo su pueblo, para combatir en Jahaz. 33 Pero Jehovah nuestro Dios lo entregó delante de nosotros, y lo matamos a él, a sus hijos y a todo su pueblo. 34 En aquel tiempo tomamos todas sus ciudades y las destruimos por completo. No dejamos ningún sobreviviente de los hombres, las mujeres y los niños. 35 Sólo tomamos para nosotros los animales y el botín de las ciudades que capturamos 36 desde Aroer, que está en la ribera del río Arnón, y la ciudad que está en el valle, hasta Galaad. No hubo ciudad que fuera demasiado fuerte para nosotros; Jehovah nuestro Dios las entregó todas delante de nosotros. 37 Solamente no te acercaste a la tierra de los hijos de Amón, ni a todo lo que está junto al río Jaboc, ni a las ciudades de la región montañosa, según todo lo que Jehovah nuestro Dios nos había mandado.

CUANDO CAMBIAMOS LOS PLANES DE DIOS


REFLEXIÓN

En aquel tiempo yo os hablé diciendo: ’Yo solo no puedo cargar con vosotros (Deuteronomio 1:9)

Dios estaba preparando todo, preparando al pueblo, para que pudiera habitar tranquilamente en la tierra prometida. Les dio las leyes, para que vivieran de acuerdo con la santidad de Dios. Levantó el tabernáculo para que pudieran adorarle, y les dio sacerdotes y levitas para que los guiaran en la adoración. Les organizó la forma de gobierno, por medio de los jueces que los guiarían. Pero el pueblo no entendía los propósitos de Dios, en la tierra prometida empezaron a cambiar lo planificado por Dios. Así también a pasado con nosotros, la iglesia su pueblo redimido. Hemos ido cambiando lo que estaba planificado desde antes de la fundación de este mundo. Tenemos que volver a los propósitos de Dios.

ORACIÓN


Señor hazme comprender cuales eran tus propósitos al querer formar un pueblo que te sirva, enséñame a buscar lo que está en tu corazón. Amén.

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