DÍA 83
24 DE MARZO (JUECES 13:1-16:31)
CAPÍTULO 13
NACIMIENTO DE
SANSÓN
1 Los hijos de Israel volvieron a hacer lo
malo ante los ojos de Jehovah, y los entregó Jehovah en mano de los filisteos
durante cuarenta años.
2 Había un hombre de Zora, de la familia de
los danitas, que se llamaba Manoa. Su mujer era estéril y nunca había dado a
luz. 3 Y el ángel de Jehovah se apareció a la mujer y le dijo:
—He aquí que tú
eres estéril y no has dado a luz, pero concebirás y darás a luz un hijo. 4
Ahora, guárdate, por favor, y no bebas vino ni licor. Tampoco comas nada
inmundo, 5 porque he aquí que concebirás y darás a luz un hijo sobre
cuya cabeza no pasará navaja, porque el niño será nazareo de Dios desde el
vientre de su madre. El comenzará a librar a Israel de mano de los filisteos.
6 La mujer fue y se lo contó a su marido
diciendo:
—Un hombre de
Dios ha venido a mí, y su aspecto era como el aspecto de un ángel de Dios,
temible en gran manera. No le pregunté de dónde era, y él no me dijo su nombre.
7 Pero me dijo: "He aquí que concebirás y darás a luz un hijo.
Ahora pues, no bebas vino ni licor; no comas nada inmundo, porque el niño será
nazareo de Dios desde el vientre de su madre hasta el día de su muerte."
8 Entonces Manoa imploró a Jehovah y dijo:
—Oh Señor, te
ruego que aquel hombre de Dios que enviaste venga de nuevo a nosotros y nos
enseñe lo que debemos hacer con el niño que ha de nacer.
9 Dios escuchó la voz de Manoa, y el ángel
de Dios volvió otra vez a la mujer, cuando ella estaba sentada en el campo,
pero Manoa su marido no estaba con ella. 10 La mujer se apresuró,
corrió y avisó a su marido diciéndole:
—¡He aquí que se
me ha aparecido el hombre que vino a mí el otro día!
11 Manoa se levantó y siguió a su mujer; y
cuando llegó al hombre, le preguntó:
—¿Eres tú el
hombre que habló a la mujer?
El respondió:
—Sí, yo soy.
12 Entonces Manoa dijo:
—Cuando tu
palabra se cumpla, ¿cuál será la norma de vida del niño, y qué se le ha de
hacer?
13 Y el ángel de Jehovah respondió a Manoa:
—La mujer se
guardará de todas las cosas que le dije: 14 Que no coma nada que
provenga de la vid, ni beba vino ni licor, ni coma nada inmundo. Ha de guardar
todo lo que le he mandado.
15 Entonces Manoa dijo al ángel de Jehovah:
—Permítenos
detenerte y preparar para ti un cabrito del rebaño.
16 Y el ángel de Jehovah respondió a Manoa:
—Aunque me
detengas, no comeré de tu comida. Pero si quieres ofrecer holocausto, ofrécelo
a Jehovah.
Manoa no sabía
que él era el ángel de Jehovah. 17 Entonces Manoa preguntó al ángel
de Jehovah:
—¿Cuál es tu
nombre, para que te honremos cuando se cumpla tu palabra?
18 El ángel de Jehovah le respondió:
—¿Por qué preguntas
por mi nombre? Es Admirable.
19 Manoa tomó un cabrito del rebaño con su
ofrenda vegetal, y lo sacrificó sobre la peña a Jehovah. Entonces él hizo un
prodigio ante la vista de Manoa y de su mujer. 20 Aconteció que
mientras la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel de Jehovah subió en
la llama del altar ante la vista de Manoa y de su mujer, quienes se postraron
en tierra sobre sus rostros.
21 El ángel de Jehovah no volvió a aparecer
a Manoa ni a su mujer. Entonces Manoa se dio cuenta de que era el ángel de
Jehovah, 22 y Manoa dijo a su mujer:
—¡Ciertamente
moriremos, porque hemos visto a Dios!
23 Pero su mujer le respondió:
—Si Jehovah
hubiera querido matarnos, no habría aceptado de nuestras manos el holocausto y
la ofrenda. No nos habría mostrado todas estas cosas, ni ahora nos habría
anunciado esto.
24 La mujer dio a luz un hijo y le puso por
nombre Sansón. El niño creció, y Jehovah lo bendijo. 25 El Espíritu
de Jehovah comenzó a manifestarse en él en el campamento de Dan, entre Zora y
Estaol.
CAPÍTULO 14
SANSÓN SE CASA
CON UNA FILISTEA
1 Entonces Sansón descendió a Timnat, y vio
en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos. 2 Cuando
regresó, se lo contó a su padre y a su madre, diciendo:
—He visto en
Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos. Ahora pues, tomádmela por
mujer.
3 Pero su padre y su madre le dijeron:
—¿No hay una
mujer entre las hijas de tus parientes, ni en todo nuestro pueblo, para que
vayas tú a tomar mujer de los filisteos incircuncisos?
Pero Sansón dijo
a su padre:
—Tómala para mí,
porque ella me gusta.
4 Su padre y su madre no sabían que esto
provenía de Jehovah, quien buscaba un motivo contra los filisteos. En aquel
tiempo los filisteos dominaban sobre Israel.
5 Entonces Sansón descendió con su padre y
su madre a Timnat. Cuando llegaron a las viñas de Timnat, he aquí un cachorro
de león venía rugiendo hacia él. 6 Y el Espíritu de Jehovah
descendió con poder sobre Sansón, quien, sin tener nada en su mano, despedazó
al león como quien despedaza un cabrito. Pero no contó a su padre ni a su madre
lo que había hecho. 7 Descendió, pues, y habló a la mujer; y ella le
agradó a Sansón.
8 Al regresar después de algunos días para
tomarla por mujer, se apartó para ver el cuerpo muerto del león. Y he aquí que
en el cadáver del león había un enjambre de abejas y miel. 9 El la
recogió con sus manos, y se fue comiéndola por el camino. Cuando alcanzó a su
padre y a su madre, les dio a ellos, y ellos comieron. Pero no les contó que
había recogido la miel del cadáver del león.
10 Su padre descendió a donde estaba la
mujer. Luego Sansón hizo allí un banquete, porque así lo solían hacer los
novios. 11 Y sucedió que cuando le vieron, trajeron a treinta
compañeros para que estuviesen con él. 12 Y Sansón les dijo:
—Permitid que os
proponga una adivinanza. Si en los siete días del banquete la interpretáis
acertadamente y me la descubrís, os daré treinta prendas de lino y treinta
vestidos finos. 13 Pero si no me la podéis interpretar, vosotros me
daréis a mí las treinta prendas de lino y los treinta vestidos finos.
Ellos
respondieron:
—Dinos la
adivinanza, y la escucharemos.
14 Entonces les dijo:
—Del que come
salió comida,
y del fuerte
salió dulzura.
Ellos no pudieron
interpretar la adivinanza en tres días. 15 Y sucedió que en el
cuarto día dijeron a la mujer de Sansón:
—Persuade a tu
marido para que nos interprete la adivinanza. Si no, te quemaremos a ti y a la
casa de tu padre. ¿Será que nos habéis invitado aquí para despojarnos?
16 La mujer de Sansón lloró delante de él y
le dijo:
—Tú sólo me odias
y no me amas. Has propuesto una adivinanza a los hijos de mi pueblo, y no me la
has interpretado a mí.
El le respondió:
—He aquí que ni a
mi padre ni a mi madre se la he interpretado, y ¿te la había de interpretar a
ti?
17 Ella lloró delante de él los siete días
que ellos tuvieron banquete. Y aconteció que al séptimo día él se la
interpretó, porque ella le presionaba. Entonces ella explicó la adivinanza a
los hijos de su pueblo. 18 Y al séptimo día, antes de la puesta del
sol, los hombres de la ciudad le contestaron:
—¿Qué cosa es más
dulce que la miel? ¿Y qué cosa es más fuerte que el león?
El les respondió:
—Si no hubierais
arado con mi vaquilla, no habríais descubierto mi adivinanza.
19 Entonces el Espíritu de Jehovah descendió
con poder sobre él. Y él bajó a Ascalón, mató a treinta hombres de ellos, y
tomando sus despojos, dio los vestidos finos a los que habían interpretado la
adivinanza. Encendido en ira, regresó a la casa de su padre. 20
Entonces la mujer de Sansón fue dada a su compañero que le había asistido en
sus bodas.
CAPÍTULO 15
SANSÓN SE
VENGA DE LOS DE TIMNAT
1 Después de algún tiempo, en los días de
la siega del trigo, Sansón fue a visitar a su mujer llevándole un cabrito del
rebaño. Y pensó: "Me uniré a mi mujer en el cuarto." Pero el padre de
ella no le dejó entrar. 2 El padre de ella dijo:
—Pensé que la aborrecías
del todo y se la di a tu compañero. Pero su hermana menor, ¿no es más hermosa
que ella? Tómala, por favor, para ti en su lugar.
3 Sansón le respondió:
—¡Esta vez yo
quedaré sin culpa ante los filisteos, si les hago algún mal!
4 Sansón se fue, atrapó 300 zorras, tomó
teas, y atando las zorras por las colas, puso una tea entre cada dos colas. 5
Después prendió fuego a las teas, soltó las zorras en los trigales de los
filisteos, y quemó las gavillas y la mies por segar, y hasta las viñas y los olivares.
6 Entonces los filisteos preguntaron:
—¿Quién ha hecho
esto?
Y les
respondieron:
—Sansón, el yerno
del timnateo, porque éste le quitó su mujer y se la dio a su compañero.
Los filisteos
fueron y quemaron a la mujer y a su padre. 7 Entonces Sansón les
dijo:
—Puesto que
habéis actuado así, ¡ciertamente no pararé hasta haberme vengado de vosotros!
8 Entonces les golpeó en el muslo y en la
cadera, con gran mortandad. Luego descendió y habitó en la cueva de la peña de
Etam.
SANSÓN MATA
MIL FILISTEOS EN LEJI
9 Entonces los filisteos subieron y
acamparon en Judá, extendiéndose hasta Leji. 10 Y los hombres de
Judá les preguntaron:
—¿Por qué habéis
subido contra nosotros?
Ellos
respondieron:
—Hemos subido
para prender a Sansón, a fin de hacerle lo mismo que él nos ha hecho.
11 Entonces bajaron 3.000 hombres de Judá a
la cueva de la peña de Etam y preguntaron a Sansón:
—¿No sabes tú que
los filisteos dominan sobre nosotros? ¿Qué es esto que nos has hecho?
El les respondió:
—Lo mismo que
ellos me han hecho a mí, eso les he hecho yo a ellos.
12 Entonces le dijeron:
—Hemos venido
para prenderte y entregarte en mano de los filisteos.
Y Sansón les
dijo:
—Juradme que
vosotros no me mataréis.
13 Le respondieron:
—No; de ninguna
manera te mataremos. Sólo te ataremos bien y te entregaremos en su mano.
Entonces lo
ataron con dos cuerdas nuevas y lo hicieron subir de la peña. 14
Cuando llegaba hasta Leji, los filisteos salieron a su encuentro con gritos de
júbilo. Entonces el Espíritu de Jehovah descendió con poder sobre él, las
cuerdas que estaban en sus brazos se volvieron como lino quemado al fuego, y
las ataduras se cayeron de sus manos. 15 Y hallando una quijada de
asno todavía fresca, extendió la mano, la tomó y mató con ella a mil hombres. 16
Entonces dijo Sansón:
—Con una quijada
de asno
los amontoné a
montones;
con una quijada
de asno
he matado a mil
varones.
17 Cuando acabó de hablar, arrojó la quijada
de su mano. Y llamó a aquel lugar Ramat-leji.
SANSÓN EN EL
MANANTIAL DE EN-HACORÉ
18 Teniendo mucha sed, Sansón clamó a
Jehovah diciendo:
—Tú has dado esta
gran liberación por mano de tu siervo; y ahora, ¿he de morir de sed y caer en
mano de los incircuncisos?
19 Entonces Dios abrió la hondonada que hay
en Leji, y de allí salió agua. El bebió, recobró su fuerza y se reanimó. Por
eso llamó el nombre de aquel lugar En-hacoré, que está en Leji hasta el día de
hoy.
20 Sansón juzgó a Israel durante veinte
años, en los días de los filisteos.
CAPÍTULO 16
SANSÓN CARGA
CON LAS PUERTAS DE GAZA
1 Sansón fue a Gaza y vio allí a una mujer
prostituta, y se unió a ella. 2 Y fue dicho a los de Gaza:
"Sansón ha venido acá." Entonces ellos lo rodearon y lo estuvieron
acechando toda la noche, junto a la puerta de la ciudad. Estos estuvieron en
silencio toda la noche, diciendo: "Cuando aparezca la luz de la mañana,
entonces lo mataremos." 3 Pero Sansón estuvo acostado solamente
hasta la medianoche. Se levantó a la medianoche, y tomando las puertas de la
ciudad con sus dos postes, las arrancó con cerrojo y todo. Las puso sobre sus
hombros y las subió a la cumbre del monte que mira hacia Hebrón.
Dalila entrega
a Sansón
4 Aconteció después de esto que Sansón se
enamoró de una mujer del valle de Sorec, cuyo nombre era Dalila. 5 Y
fueron a ella los jefes de los filisteos y le dijeron:
—Persuádele y
averigua en qué consiste su gran fuerza, y con qué lo podríamos dominar para
atarlo y atormentarlo. Entonces cada uno de nosotros te dará 1.100 piezas de
plata.
6 Y Dalila dijo a Sansón:
—Dime, por favor,
en qué consiste tu gran fuerza, y con qué podrías ser atado para ser
atormentado.
7 Sansón le respondió:
—Si me atan con
siete cuerdas de arco frescas que aún no estén secas, entonces me debilitaré y
seré como un hombre cualquiera.
8 Los jefes de los filisteos le llevaron
siete cuerdas de arco frescas que aún no estaban secas, y ella lo ató con
ellas. 9 Ella tenía personas acechando en un cuarto. Entonces ella
le dijo:
—¡Sansón, los
filisteos sobre ti!
Pero él rompió
las cuerdas como un cordel de estopa se rompe cuando toca el fuego. Y no se
supo en qué consistía su fuerza. 10 Entonces Dalila dijo a Sansón:
—He aquí que te
has burlado de mí y me has dicho mentiras. Ahora dime, por favor, con qué
podrías ser atado.
11 El le dijo:
—Si me atan
fuertemente con sogas nuevas que no hayan sido usadas, entonces me debilitaré y
seré como un hombre cualquiera.
12 Luego Dalila tomó sogas nuevas y lo ató
con ellas. Y le dijo:
—¡Sansón, los
filisteos sobre ti!
Y había personas
acechando en el cuarto. Pero él rompió las sogas de sus brazos como un hilo. 13
Entonces Dalila dijo a Sansón:
—Hasta ahora te
has burlado de mí y me has dicho mentiras. Dime, pues, con qué podrías ser
atado.
El entonces le
dijo:
—Si tejes los
siete mechones de mi cabellera entre la urdimbre, [y los aseguras con la
clavija del telar contra la pared, me debilitaré y seré como un hombre
cualquiera.
Dalila lo hizo
dormir y tejió los siete mechones de su cabellera entre la urdimbre.] 14
Luego ella aseguró la clavija y le dijo:
—¡Sansón, los
filisteos sobre ti!
Pero al despertar
de su sueño, él arrancó la clavija del telar con la tela. 15 Y ella
le dijo:
—¿Cómo, pues,
dices: "Yo te amo", siendo que tu corazón no está conmigo? Ya son
tres veces las que te has burlado de mí, y no me has revelado en qué consiste
tu gran fuerza.
16 Y aconteció que como ella le presionaba
todos los días con sus palabras y le importunaba, el alma de él fue reducida a
mortal angustia. 17 Entonces le descubrió todo su corazón y le dijo:
—Nunca pasó una
navaja sobre mi cabeza, porque soy nazareo de Dios desde el vientre de mi
madre. Si soy rapado, entonces mi fuerza se apartará de mí, me debilitaré y
seré como un hombre cualquiera.
18 Viendo Dalila que él le había descubierto
todo su corazón, envió a llamar a los jefes de los filisteos, diciendo:
"Venid esta vez, porque él me ha descubierto todo su corazón."
Entonces los jefes de los filisteos fueron a ella, llevando el dinero en la
mano.
19 Ella hizo que él se durmiese sobre sus
rodillas. Llamó a un hombre, quien le rapó los siete mechones de su cabeza.
Entonces ella comenzó a atormentarlo, pues su fuerza se había apartado de él. 20
Y ella le dijo:
—¡Sansón, los
filisteos sobre ti!
El se despertó de
su sueño y pensó: "Saldré como las otras veces y me escaparé." Pero
no sabía que Jehovah ya se había apartado de él. 21 Entonces los
filisteos le echaron mano, le sacaron los ojos y lo llevaron a Gaza. Y lo
ataron con cadenas de bronce, para que moliese en la cárcel. 22 Sin
embargo, después que fue rapado, el cabello de su cabeza comenzó a crecer.
VENGANZA Y
MUERTE DE SANSÓN
23 Entonces los jefes de los filisteos se
reunieron para ofrecer un gran sacrificio a Dagón su dios y para regocijarse. Y
decían:
—¡Nuestro dios ha
entregado en nuestra mano a Sansón, nuestro enemigo!
24 Al verlo el pueblo, alabó a su dios
diciendo:
—¡Nuestro dios ha
entregado en nuestra mano a nuestro enemigo, al destructor de nuestra tierra,
que había matado a muchos de los nuestros!
25 Y aconteció que cuando el corazón de
ellos estaba alegre, dijeron:
—Llamad a Sansón
para que nos sirva de espectáculo.
Llamaron a Sansón
de la cárcel, y servía de espectáculo delante de ellos. Lo pusieron entre las
columnas. 26 Y Sansón dijo al joven que le guiaba de la mano:
—Déjame palpar
las columnas sobre las cuales descansa el edificio, para que me apoye en ellas.
27 El edificio estaba lleno de hombres y
mujeres. Todos los jefes de los filisteos estaban allí, y en la azotea había
como 3.000 hombres y mujeres que estaban mirando el espectáculo de Sansón. 28
Entonces Sansón clamó a Jehovah diciendo:
—¡Señor Jehovah,
por favor, acuérdate de mí! Dame, te ruego, fuerzas solamente esta vez, oh
Dios, para que de una vez tome venganza de los filisteos por mis dos ojos.
29 En seguida Sansón palpó las dos columnas
de en medio, sobre las cuales descansaba el edificio; y se apoyó contra ellas,
contra una con su mano derecha y contra la otra con su mano izquierda. 30
Y dijo Sansón:
—¡Muera yo con
los filisteos!
Entonces empujó
con fuerza, y el edificio cayó sobre los jefes y sobre toda la gente que estaba
en él. Y fueron más los que mató al morir que los que había matado durante su
vida.
31 Sus hermanos y toda la casa de su padre
fueron y lo recogieron. Luego lo llevaron y lo sepultaron entre Zora y Estaol,
en el sepulcro de su padre Manoa. El juzgó a Israel durante veinte años.
DIOS NUESTRA ÚNICA FUERZA
REFLEXIÓN
¡Señor Jehovah,
por favor, acuérdate de mí! Dame, te ruego, fuerzas solamente esta vez (Jue.
26:18)
Después de una vida
debatiéndose entre obedecer a Dios y querer vivir su vida como él quisiera, aquí
está Sansón reconociendo que todo en su vida le vino por que le fue concedido
por Dios. Su gran fuerza y su liderazgo, todo provenía de Dios y dependía de su
buena relación con él. Dios lo había dotado con grandes características, tanto
que llegaban a atormentar a los filisteos. Ellos querían acabar con Sansón, y
le encontraron su punto débil. Pero al final al Sansón reconocer que todo
proviene de Dios, pide su fuerza solo por última vez para terminar su tares, la
cual le había sido encomendada por Dios. Acabar con los filisteos.
ORACIÓN
Mi Dios que pueda culminar la tarea que me ha sido
encomendada por ti, dame las fuerzas necesarias para poder serte fiel hasta el
final. Amén.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Puedes dejar tu comentario acerca del tema que se esta tratando en el momento o responder a algún otro comentario que alguien haya dejado, pero no se permitirán comentarios obscenos, discriminatorios ni despreciativos en esta página.