DÍA 74
15 DE MARZO (JOSUÉ 10:1-12:24)
CAPÍTULO 10
LOS AMORREOS SUBEN CONTRA GABAÓN
1 Sucedió que cuando Adonisedec, rey de Jerusalén, oyó que Josué había
tomado Hai y la había destruido, haciendo con Hai y su rey lo que había hecho
con Jericó y su rey, y que los habitantes de Gabaón habían hecho la paz con los
israelitas y estaban entre ellos, 2 tuvo gran temor; porque Gabaón
era una ciudad grande, como una de las ciudades reales, mayor que Hai, y porque
todos sus hombres eran valientes. 3 Entonces Adonisedec rey de
Jerusalén mandó a decir a Hojam rey de Hebrón, a Piream rey de Jarmut, a Jafía
rey de Laquis y a Debir rey de Eglón: 4 "Subid y ayudadme a
combatir a Gabaón, porque ha hecho la paz con Josué y con los hijos de
Israel."
5 Entonces los cinco reyes de los amorreos (el rey de Jerusalén, el rey de
Hebrón, el rey de Jarmut, el rey de Laquis y el rey de Eglón) se reunieron y
subieron con todos sus ejércitos. Acamparon frente a Gabaón y combatieron contra
ella. 6 Entonces los habitantes de Gabaón mandaron a decir a Josué,
al campamento en Gilgal: "No abandones a tus siervos. Sube rápidamente a
nosotros para protegernos y ayudarnos, porque todos los reyes de los amorreos
que habitan en la región montañosa se han agrupado contra nosotros."
LA DERROTA DE LOS AMORREOS
7 Josué subió de Gilgal con toda la gente de guerra y todos los hombres
valientes, 8 y Jehovah dijo a Josué:
—No tengas temor de ellos, porque yo los he entregado en tu mano. Ninguno
de ellos podrá resistir delante de ti.
9 Después de subir toda la noche desde Gilgal, Josué cayó sobre ellos de
repente. 10 Jehovah los turbó delante de Israel y los hirió con gran
mortandad en Gabaón. Los persiguió por el camino que sube a Bet-jorón y los hirió
hasta Azeca y Maqueda. 11 Y sucedió que cuando iban huyendo de los
israelitas por la bajada de Bet-jorón, Jehovah arrojó desde el cielo grandes
piedras sobre ellos, hasta Azeca; y murieron. Fueron muchos más los que
murieron a causa de las piedras del granizo, que aquellos a quienes los hijos
de Israel mataron a espada.
12 Entonces Josué habló a Jehovah el día en que Jehovah entregó a los
amorreos ante los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas:
"¡Sol, detente sobre Gabaón;
y tú, luna, sobre el valle de Ajalón!"
13 Y el sol se detuvo y la luna se paró, hasta que el pueblo se hubo vengado
de sus enemigos. ¿No está escrito esto en el libro de Jaser? El sol se detuvo
en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero. 14
Nunca hubo un día semejante, ni antes ni después de aquel día, cuando Jehovah
escuchó la voz de un hombre; porque Jehovah combatía por Israel. 15
Luego Josué, y todo Israel con él, volvió al campamento en Gilgal.
16 Los cinco reyes huyeron y se escondieron en la cueva de Maqueda. 17
Y le fue dicho a Josué que los cinco reyes habían sido hallados escondidos en
la cueva de Maqueda. 18 Entonces Josué dijo:
—Haced rodar grandes piedras a la entrada de la cueva y poned hombres junto
a ella, para que los guarden. 19 Pero vosotros, no os detengáis,
sino perseguid a vuestros enemigos y heridles la retaguardia. No les dejéis
entrar en sus ciudades, porque Jehovah vuestro Dios los ha entregado en vuestra
mano.
20 Aconteció que cuando Josué y los hijos de Israel habían acabado de
herirlos con gran mortandad hasta destruirlos, los que quedaron de ellos
entraron en las ciudades fortificadas. 21 Después, todo el pueblo
regresó ileso al campamento de Josué en Maqueda. No hubo quien dijera algo en
contra de los hijos de Israel. 22 Entonces dijo Josué:
—Abrid la entrada de la cueva y sacadme de ella a esos cinco reyes.
23 Así lo hicieron y sacaron de la cueva a estos cinco reyes: el rey de
Jerusalén, el rey de Hebrón, el rey de Jarmut, el rey de Laquis y el rey de
Eglón. 24 Y sucedió que cuando sacaron a estos reyes ante Josué,
éste llamó a todos los hombres de Israel y dijo a los jefes de los hombres de
guerra que habían ido con él:
—Acercaos y poned vuestros pies sobre los cuellos de estos reyes.
Ellos se acercaron y pusieron sus pies sobre los cuellos de ellos. 25
Y Josué les dijo:
—No temáis ni os atemoricéis; esforzaos y sed valientes, porque así hará
Jehovah a todos vuestros enemigos contra los cuales combatís.
26 Después de esto, Josué los hirió, los mató y los hizo colgar de cinco
árboles; y estuvieron colgados de los árboles hasta el atardecer. 27
Y sucedió que cuando el sol se ponía, Josué mandó que los quitasen de los
árboles y los echasen en la cueva donde se habían escondido. Después pusieron
grandes piedras a la entrada de la cueva, las cuales están hasta este mismo
día.
28 En aquel día Josué tomó Maqueda y la hirió a filo de espada, juntamente
con su rey. La destruyó por completo con todo lo que en ella tenía vida, sin
dejar sobrevivientes. E hizo con el rey de Maqueda como había hecho con el rey
de Jericó.
CONQUISTA DEL SUR DE CANAÁN
29 Josué, y todo Israel con él, pasó de Maqueda a Libna y combatió contra
Libna. 30 Jehovah también entregó la ciudad y a su rey en mano de
Israel, e hirieron a filo de espada a todo lo que en ella tenía vida, sin dejar
sobrevivientes en ella. E hizo a su rey como había hecho con el rey de Jericó.
31 Josué, y todo Israel con él, pasó de Libna a Laquis. Acamparon contra ella
y la combatieron. 32 Jehovah también entregó Laquis en mano de
Israel, y la tomó al segundo día. Mató a espada todo lo que en ella tenía vida,
como había hecho con Libna.
33 Entonces Horam, rey de Gezer, fue en ayuda de Laquis, pero Josué mató a él
y a su gente, hasta no dejarle ningún sobreviviente.
34 Josué, y todo Israel con él, pasó de Laquis a Eglón. Acamparon contra ella
y la combatieron. 35 El mismo día la tomaron y la hirieron a filo de
espada. Aquel día él destruyó a todo lo que en ella tenía vida, como había
hecho con Laquis.
36 Luego Josué, y todo Israel con él, subió de Eglón a Hebrón, y la
combatieron. 37 La tomó y mató a espada a su rey y a la gente de
todas sus aldeas con todo lo que en ellas tenía vida, sin dejar sobrevivientes.
Como había hecho con Eglón, así la destruyó con todo lo que en ella tenía vida.
38 Después Josué, y todo Israel con él, se volvió contra Debir y la combatió.
39 La tomó, y mataron a espada a su rey y a la gente de todas sus
aldeas. Destruyeron todo lo que allí tenía vida, sin dejar sobrevivientes. Como
había hecho con Hebrón y con Libna y con su rey, así hizo con Debir y con su
rey.
40 Conquistó, pues, Josué toda la tierra: la región montañosa, el Néguev, la
Sefela y las laderas, y a todos sus reyes, sin dejar sobrevivientes. Mató todo
lo que tenía vida, como Jehovah Dios de Israel había mandado. 41
Josué los derrotó desde Cades-barnea hasta Gaza, y toda la tierra de Gosén
hasta Gabaón. 42 Josué tomó a todos estos reyes y sus tierras, de
una vez, porque Jehovah Dios de Israel combatía por Israel.
43 Después Josué, y todo Israel con él, volvió al campamento de Gilgal.
CAPÍTULO 11
CONQUISTA DEL NORTE DE CANAÁN
1 Sucedió que cuando Jabín rey de Hazor oyó esto, envió un mensaje a Jobab
rey de Madón, al rey de Simrón, al rey de Acsaf, 2 a los reyes que
habitaban en la región montañosa del norte, en la llanura del sur del mar Quinéret,
en la Sefela y en Nafot-dor al occidente, 3 a los cananeos que
habitaban al oriente y al occidente, a los amorreos, a los heteos, a los
ferezeos, a los jebuseos de la región montañosa y a los heveos de las faldas
del Hermón, en la tierra de Mizpa. 4 Entonces ellos, y todos sus
ejércitos con ellos, un pueblo tan numeroso como la arena que está a la orilla
del mar, salieron con gran cantidad de caballos y carros. 5 Todos
estos reyes se reunieron, y fueron y acamparon juntos al lado de las aguas de
Merom, para combatir contra Israel. 6 Pero Jehovah dijo a Josué:
—No tengas temor de ellos, porque mañana a esta hora yo entregaré muertos a
todos ellos, delante de Israel. Desjarretarás sus caballos y quemarás sus
carros.
7 Entonces Josué y toda la gente de guerra con él fueron y cayeron de
repente sobre ellos al lado de las aguas de Merom. 8 Jehovah los
entregó en mano de los israelitas, quienes los derrotaron y los persiguieron
hasta la gran Sidón, hasta Misrefot-maim y hasta el valle de Mizpa al oriente.
Y los mató, hasta no dejarles sobrevivientes. 9 Josué hizo con ellos
como Jehovah le había mandado: Desjarretó sus caballos y quemó sus carros.
10 En aquel tiempo Josué volvió y tomó Hazor, y mató a espada a su rey. Hazor
había sido antes la capital de todos estos reinos. 11 Mataron a
espada a todo cuanto tenía vida en ella, destruyendo y no dejando nada vivo. E
incendió a Hazor.
12 Asimismo, Josué tomó todas las ciudades de estos reyes, y a todos sus
reyes. Los mató a espada y los destruyó, como lo había mandado Moisés, siervo
de Jehovah. 13 Pero Israel no incendió ninguna de las ciudades que
estaban sobre sus montículos de ruinas, excepto Hazor, la cual Josué sí
incendió. 14 Los hijos de Israel tomaron para sí todo el botín de
estas ciudades junto con el ganado, pero mataron a espada a todos los hombres
hasta destruirlos, sin dejar uno solo vivo.
RESUMEN DE LA CONQUISTA DE CANAÁN
15 De la manera que Jehovah había mandado a su siervo Moisés, así mandó
Moisés a Josué, y así lo hizo Josué, sin omitir nada de todo lo que Jehovah
había mandado a Moisés. 16 Así tomó Josué toda esta tierra: la
región montañosa, todo el Néguev, toda la tierra de Gosén, la Sefela, el Arabá,
la región montañosa de Israel y sus laderas, 17 desde el monte Halac
que sube hasta Seír, hasta Baal-gad, en el valle del Líbano, a las faldas del
monte Hermón. Capturó a todos sus reyes, los hirió y los mató.
18 Por mucho tiempo Josué tuvo guerra con todos estos reyes. 19 No
hubo ciudad que hiciese la paz con los hijos de Israel, excepto los heveos que
moraban en Gabaón. Todo el resto lo tomaron en batalla. 20 Esto
provenía de Jehovah, quien endurecía el corazón de ellos, para que resistiesen
con la guerra a Israel, a fin de que fueran destruidos sin que se les tuviese
misericordia; para que fuesen desarraigados, como Jehovah había mandado a
Moisés.
21 Por aquel tiempo Josué fue y destruyó a los anaquitas de la región
montañosa de Hebrón, de Debir y de Anab, y de toda la región montañosa de Judá
y de toda la de Israel. Josué los destruyó a ellos con sus ciudades. 22
Ninguno de los anaquitas quedó en la tierra de los hijos de Israel. Sólo
quedaron algunos en Gaza, en Gat y en Asdod.
23 Así tomó Josué toda la tierra, conforme a todo lo que Jehovah había dicho
a Moisés. Josué la entregó como heredad a Israel, conforme a la distribución de
sus tribus.
Y la tierra reposó de la guerra.
CAPÍTULO 12
REYES DERROTADOS POR MOISÉS
1 Estos son los reyes de la tierra a quienes derrotaron los hijos de Israel
y cuyas tierras poseyeron al lado oriental del Jordán, desde el río Arnón hasta
el monte Hermón y todo el Arabá oriental:
2 Sejón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón. Este reinaba desde
Aroer, que está en la ribera del río Arnón, y desde el centro del valle hasta
el río Jaboc, que sirve de frontera con los hijos de Amón. Esta región incluía
la mitad de Galaad 3 y el Arabá, desde el mar Quinéret, al oriente,
hasta el mar del Arabá, o mar Salado, al oriente en dirección a Bet-jesimot, y
por el sur hasta más abajo de las faldas del Pisga.
4 Og, rey de Basán, sobreviviente de los refaítas, quien residía en Astarot
y en Edrei. 5 Este reinaba en el monte Hermón, en Salca y en todo
Basán, hasta la frontera de Gesur y de Maaca y en la mitad de Galaad, hasta la
frontera de Sejón, rey de Hesbón.
6 Moisés, siervo de Jehovah, y los hijos de Israel los derrotaron. Y Moisés,
siervo de Jehovah, dio la tierra en posesión a los rubenitas, a los gaditas y a
la media tribu de Manasés.
REYES DERROTADOS POR JOSUÉ
7 Estos son los reyes de la tierra a quienes derrotaron Josué y los hijos de
Israel en el lado occidental del Jordán, desde Baal-gad, en el valle del
Líbano, hasta el monte Halac que sube a Seír, cuya tierra dio Josué en posesión
a las tribus de Israel conforme a su distribución, 8 en la región
montañosa, en la Sefela, en el Arabá, en las laderas, en el desierto y en el
Néguev, donde habitaban los heteos, los amorreos, los cananeos, los ferezeos,
los heveos y los jebuseos:
9 El rey de Jericó, uno; el rey de Hai (que está junto a Betel), uno; 10
el rey de Jerusalén, uno; el rey de Hebrón, uno; 11 el rey de
Jarmut, uno; el rey de Laquis, uno; 12 el rey de Eglón, uno; el rey
de Gezer, uno; 13 el rey de Debir, uno; el rey de Geder, uno; 14
el rey de Horma, uno; el rey de Arad, uno; 15 el rey de Libna, uno;
el rey de Adulam, uno; 16 el rey de Maqueda, uno; el rey de Betel,
uno; 17 el rey de Tapúaj, uno; el rey de Hefer, uno; 18
el rey de Afec, uno; el rey de Sarón, uno; 19 el rey de Madón, uno;
el rey de Hazor, uno; 20 el rey de Simron-merón, uno; el rey de
Acsaf, uno; 21 el rey de Taanac, uno; el rey de Meguido, uno; 22
el rey de Quedes, uno; el rey de Jocneam del Carmelo, uno; 23 el rey
de Dor en Nafot-dor, uno; el rey de Goím en Gilgal, uno; 24 el rey
de Tirsa, uno. Treinta y un reyes en total.
COMPORTÁNDONOS CORRECTAMENTE DELANTE DE DIOS
REFLEXIÓN
Nunca hubo un día semejante, ni antes ni después de aquel día, cuando
Jehovah escuchó la voz de un hombre; porque Jehovah combatía por Israel (Jos.
10:14)
Cuando estamos dentro de la voluntad de Dios, cuando le estamos obedeciendo
en todo, cuando le damos la gloria debida a su nombre, cuando estamos en lo
correcto delante de Dios, entonces todas las cosas saldrán bien, veremos como
suceden cosas extraordinarias a nuestro alrededor, Dios nos escuchará, porque
él peleará por nosotros.
ORACIÓN
Señor que pueda estar en tu
presencia, pueda entenderte, aprender a escucharte y a obedecer tus mandatos.
Amén.
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