DÍA 88
29 DE MARZO (1º SAMUEL 5:1-8:22)
CAPÍTULO 5
EL ARCA DE
DIOS Y LA IMAGEN DE DAGÓN
1 Después de haber capturado el arca de
Dios, los filisteos la llevaron de Eben-ezer a Asdod. 2 Los
filisteos tomaron el arca de Dios, la introdujeron en el templo de Dagón y la
pusieron junto a Dagón. 3 Y cuando los de Asdod se levantaron
temprano al día siguiente, he aquí que Dagón estaba caído en tierra sobre su
rostro, frente al arca de Jehovah. Entonces tomaron a Dagón y lo pusieron otra
vez en su sitio.
4 Pero al levantarse temprano al día
siguiente, he aquí que Dagón estaba caído en tierra sobre su rostro, frente al
arca de Jehovah; y la cabeza y las manos de Dagón estaban cortadas, sobre el
umbral. Sólo el tronco le había quedado a Dagón. 5 Por esta razón
los sacerdotes de Dagón, y todos los que entran en el templo de Dagón, no pisan
el umbral de Dagón en Asdod, hasta el día de hoy.
EL ARCA TRAE
PLAGAS A LOS FILISTEOS
6 La mano de Jehovah se agravó contra los
de Asdod: Los asoló y los hirió con tumores, tanto en Asdod como en sus
territorios. 7 Al ver esto, los hombres de Asdod dijeron:
—¡Que no se quede
con nosotros el arca del Dios de Israel, porque su mano es dura sobre nosotros
y sobre Dagón nuestro dios!
8 Entonces mandaron reunirse con ellos a
todos los gobernantes de los filisteos y les preguntaron:
—¿Qué haremos con
el arca del Dios de Israel?
Ellos
respondieron:
—Que el arca del
Dios de Israel sea trasladada a Gat.
Y trasladaron el
arca del Dios de Israel. 9 Pero aconteció, después que la habían
trasladado, que la mano de Jehovah fue contra la ciudad ocasionando gran
pánico. E hirió a los hombres de la ciudad, desde el menor hasta el mayor, de
modo que aparecieron en ellos tumores. 10 Entonces enviaron el arca
de Dios a Ecrón. Y sucedió que cuando el arca de Dios llegó a Ecrón, los de
Ecrón dieron voces diciendo:
—¡Han trasladado
hasta nosotros el arca del Dios de Israel, para que nos haga morir a nosotros y
a nuestro pueblo!
11 Entonces mandaron reunir a todos los
gobernantes de los filisteos, y dijeron:
—Enviad el arca
del Dios de Israel y que vuelva a su lugar, no sea que nos mate a nosotros y a
nuestro pueblo.
Pues había pánico
de muerte en toda la ciudad, y la mano de Dios se había agravado allí. 12
Los hombres que no habían muerto fueron llagados con tumores, y el clamor de la
ciudad subía hasta el cielo.
CAPÍTULO 6
LOS FILISTEOS
DEVUELVEN EL ARCA
1 El arca de Jehovah estuvo en la tierra de
los filisteos siete meses. 2 Entonces los filisteos llamaron a los
sacerdotes y adivinos, y les preguntaron:
—¿Qué haremos con
el arca de Jehovah? Dadnos a conocer cómo la hemos de enviar a su lugar.
3 Ellos respondieron:
—Si enviáis el
arca del Dios de Israel, no la enviéis sola; sino más bien, enviadle una
ofrenda por la culpa. Entonces seréis sanados y entenderéis por qué su mano no
se apartó de vosotros.
4 Ellos preguntaron:
—¿Cuál será la
ofrenda por la culpa que le hemos de enviar?
Ellos
respondieron:
—Daréis cinco
tumores de oro y cinco ratones de oro, conforme al número de los gobernantes de
los filisteos, porque la misma plaga os ha afligido a todos vosotros y a
vuestros gobernantes. 5 Haced, pues, figuras de vuestros tumores y
de los ratones que destruyen la tierra, y dad gloria al Dios de Israel; quizás
aligere el peso de su mano sobre vosotros, sobre vuestros dioses y sobre
vuestra tierra. 6 ¿Por qué endureceréis vuestro corazón, como los
egipcios y el faraón endurecieron su corazón? Después que él se había mofado de
ellos, ¿no los dejaron ir, y se fueron? 7 Haced, pues, una carreta
nueva; luego tomad dos vacas que estén criando, sobre las cuales no haya sido
puesto yugo; uncid las vacas a la carreta y haced volver sus terneros, de
detrás de ellas, al corral. 8 Tomad luego el arca de Jehovah y
ponedla sobre la carreta. Poned junto a ella, en una caja, los objetos de oro
que le habéis de dar como ofrenda por la culpa, y dejadla ir. 9 Entonces
mirad: Si sube a Bet-semes por el camino hacia su territorio, entonces es
Jehovah quien nos ha hecho este mal tan grande. Si no, nos convenceremos de que
no fue su mano la que nos hirió, sino que nos ha sucedido por casualidad.
10 Y los hombres lo hicieron así. Tomaron
dos vacas que estaban criando, las uncieron a la carreta y encerraron sus
terneros en el corral. 11 Luego pusieron sobre la carreta el arca de
Jehovah y la caja con los ratones de oro y las figuras de sus tumores. 12
Entonces las vacas se fueron de frente por el camino de Bet-semes. Iban por el
camino, mugiendo mientras iban, sin apartarse ni a la derecha ni a la
izquierda. Y los gobernantes de los filisteos fueron tras ellas hasta la
frontera de Bet-semes.
El arca de
Dios vuelve a Israel
13 Los habitantes de Bet-semes estaban
segando el trigo en el valle, y alzando sus ojos divisaron el arca y se
alegraron al verla. 14 La carreta llegó al campo de Josué, de
Bet-semes, y se detuvo allí, porque había una gran piedra. Entonces ellos
partieron la madera de la carreta y ofrecieron las vacas en holocausto a
Jehovah. 15 Los levitas bajaron el arca de Jehovah y la caja que
estaba junto a ella, en la cual estaban los objetos de oro, y las pusieron
sobre aquella gran piedra. Aquel día los hombres de Bet-semes hicieron
holocaustos y ofrecieron sacrificios a Jehovah. 16 Cuando los cinco
gobernantes de los filisteos vieron esto, regresaron a Ecrón el mismo día.
17 Los tumores de oro que los filisteos
dieron a Jehovah como ofrenda por la culpa fueron: uno por Asdod, uno por Gaza,
uno por Ascalón, uno por Gat y uno por Ecrón. 18 También los ratones
de oro fueron según el número de todas las ciudades filisteas de los cinco
gobernantes, tanto las ciudades fortificadas como sus aldeas sin muros. La gran
piedra, sobre la cual colocaron el arca de Jehovah, está en el campo de Josué,
de Bet-semes, hasta el día de hoy.
19 Entonces Dios hirió a algunos de los
hombres de Bet-semes, porque habían mirado dentro del arca de Jehovah. Hirió a
setenta personas del pueblo. Y el pueblo hizo duelo, porque Jehovah los había
herido con una plaga tan grande. 20 Los hombres de Bet-semes
dijeron:
—¿Quién podrá
estar delante de Jehovah, este Dios santo? ¿Y a quién irá desde nosotros?
21 Entonces enviaron mensajeros a los
habitantes de Quiriat-jearim, y dijeron:
—Los filisteos
han devuelto el arca de Jehovah. Descended y subidla a vuestro lugar.
CAPÍTULO 7
1 Los hombres de Quiriat-jearim vinieron,
subieron el arca de Jehovah y la llevaron a la casa de Abinadab, en la colina.
Luego consagraron a su hijo Eleazar para que guardase el arca de Jehovah.
ISRAEL SE
CONSAGRA A JEHOVAH EN MIZPA
2 Aconteció que desde el día en que el arca
llegó a Quiriat-jearim, pasó mucho tiempo, unos veinte años; y toda la casa de
Israel gemía por Jehovah. 3 Entonces Samuel habló a toda la casa de
Israel, diciendo:
—Si de todo
vuestro corazón os volvéis a Jehovah, quitad de en medio de vosotros los dioses
extraños y las Astartes, y preparad vuestro corazón para Jehovah. Servidle sólo
a él, y él os librará de mano de los filisteos.
4 Entonces los hijos de Israel quitaron los
Baales y las Astartes, y sirvieron sólo a Jehovah. 5 Y Samuel dijo:
—Reunid a todo Israel
en Mizpa, y yo oraré por vosotros a Jehovah.
6 Se reunieron en Mizpa, sacaron agua y la
vertieron delante de Jehovah. Aquel día ayunaron allí y dijeron:
—Hemos pecado
contra Jehovah.
Y Samuel juzgaba
a los hijos de Israel en Mizpa.
VICTORIA DE
ISRAEL EN EBEN-EZER
7 Cuando los filisteos oyeron que los hijos
de Israel se habían reunido en Mizpa, los gobernantes de ellos subieron contra
Israel. Al oír esto, los hijos de Israel tuvieron temor de los filisteos. 8
Y los hijos de Israel dijeron a Samuel:
—No ceses de
clamar por nosotros a Jehovah nuestro Dios, para que nos guarde de la mano de
los filisteos.
9 Entonces Samuel tomó un cordero de leche
y lo ofreció entero a Jehovah, como holocausto. Samuel clamó a Jehovah por
Israel, y Jehovah le escuchó. 10 Y aconteció que mientras Samuel
ofrecía el holocausto, los filisteos se acercaron para combatir contra los
hijos de Israel. Pero Jehovah tronó aquel día con gran estruendo sobre los
filisteos. El los confundió, y ellos fueron derrotados ante Israel. 11
Los hombres de Israel salieron de Mizpa y persiguieron a los filisteos,
hiriéndolos hasta abajo de Betcar.
12 Luego Samuel tomó una piedra y la puso
entre Mizpa y Sen, y la llamó Eben-ezer, diciendo:
—¡Hasta aquí nos
ayudó Jehovah!
13 Así los filisteos fueron sometidos y no
volvieron más a invadir el territorio de Israel.
LABOR
ITINERANTE DE SAMUEL
La mano de
Jehovah estuvo contra los filisteos todo el tiempo de Samuel. 14 Y
fueron restituidas a Israel las ciudades que los filisteos le habían tomado
desde Ecrón hasta Gat. Israel rescató sus territorios de mano de los filisteos.
Y hubo paz entre Israel y los amorreos.
15 Samuel juzgó a Israel todo el tiempo que
vivió. 16 El iba año tras año y hacía un recorrido por Betel, Gilgal
y Mizpa; y juzgaba a Israel en todos estos lugares. 17 Después
regresaba a Ramá, pues allí estaba su casa; y allí también juzgaba a Israel.
Allí mismo edificó un altar a Jehovah.
CAPÍTULO 8
ISRAEL PIDE UN
REY
1 Aconteció que habiendo envejecido Samuel,
puso a sus hijos como jueces de Israel. 2 Su hijo primogénito se
llamaba Joel, y su segundo, Abías. Ellos fueron jueces en Beerseba. 3
Pero sus hijos no andaban en los caminos de él. Más bien, se desviaron tras las
ganancias deshonestas, aceptando soborno y pervirtiendo el derecho.
4 Entonces todos los ancianos de Israel se
reunieron y fueron a Samuel, en Ramá, 5 y le dijeron:
—He aquí que tú
has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos. Por eso, constitúyenos
ahora un rey que nos gobierne, como tienen todas las naciones.
6 Estas palabras desagradaron a Samuel,
porque dijeron: "Danos un rey que nos gobierne." Samuel oró a
Jehovah, 7 y Jehovah le dijo:
—Escucha la voz
del pueblo en todo lo que te diga, porque no es a ti a quien han desechado. Es
a mí a quien han desechado, para que no reine sobre ellos. 8 De la
misma manera que han hecho conmigo desde el día en que los saqué de Egipto
hasta el día de hoy, abandonándome y sirviendo a otros dioses, así hacen
contigo también. 9 Ahora pues, escucha su voz, pero adviérteles
solemnemente y declárales cuál será el proceder del rey que ha de reinar sobre
ellos.
Advertencia
sobre el proceder del rey
10 Samuel refirió todas las palabras de
Jehovah al pueblo que le había pedido un rey. 11 Y dijo:
—Este será el
proceder del rey que reine sobre vosotros: Tomará a vuestros hijos y los pondrá
en sus carros y en su caballería, para que corran delante de su carro. 12
Nombrará para sí jefes de millares y jefes de cincuenta. Hará que aren sus
campos y sieguen su mies, que fabriquen sus armas de guerra y el equipo de sus
carros. 13 Tomará a vuestras hijas para que sean perfumadoras,
cocineras y panaderas. 14 También tomará lo mejor de vuestras
tierras, de vuestras viñas y de vuestros olivares, y los dará a sus servidores.
15 Tomará el diezmo de vuestros granos y viñedos para dárselo a sus
funcionarios y servidores. 16 Tomará a vuestros siervos, a vuestras
siervas, vuestros mejores bueyes y vuestros mejores asnos para ocuparlos en sus
obras. 17 También tomará el diezmo de vuestros rebaños, y vosotros
mismos seréis sus siervos. 18 Aquel día clamaréis a causa de vuestro
rey que os habréis elegido, pero aquel día Jehovah no os escuchará.
19 Sin embargo, el pueblo rehusó escuchar a
Samuel. Y dijeron:
—¡No! Más bien,
que haya rey sobre nosotros. 20 Entonces nosotros seremos también
como todas las naciones. Nuestro rey nos gobernará, saldrá al frente de
nosotros y llevará a cabo nuestras batallas.
21 Samuel escuchó todas las palabras del
pueblo y las refirió a oídos de Jehovah. 22 Y Jehovah dijo a Samuel:
—Escucha su voz y
constituye un rey sobre ellos.
Entonces Samuel
dijo a los hombres de Israel:
—Regrese cada uno
a su ciudad.
SIN DIOS EN NUESTRA VIDA PERECEMOS
REFLEXIÓN
La mano de
Jehovah estuvo contra los filisteos todo el tiempo de Samuel. 14 Y
fueron restituidas a Israel las ciudades que los filisteos le habían tomado
desde Ecrón hasta Gat. Israel rescató sus territorios de mano de los filisteos.
Y hubo paz entre Israel y los amorreos. (1Sam. 7:13-14)
Cuando decidimos
servir verdaderamente a Dios, entonces él empieza a enderezar las cosas que
nosotros mismo hemos torcido. Un proverbio dice que cuando estamos con Dios, él
reconcilia hasta nuestros enemigos. Así que tomemos esa decisión, busquemos a
Dios como debe ser buscados, y veremos como todo empieza a tener sentido
nuevamente. Mientras nos alejemos de Dios, estaremos fuera de su protección. El
día que decidamos buscarle nuevamente, entonces empezaremos a disfrutar de su
protección.
ORACIÓN
Mi Dios que pueda
entender que estar lejos de ti, es no recibir tu protección. Mantenme siempre cerca de ti, aunque a veces
no vea su beneficio. Amén.
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