DÍA 87
28 DE MARZO (1º SAMUEL 2:1-4:22)
CAPÍTULO 2
ORACIÓN DE ANA
AL DEDICAR A SAMUEL
1 Entonces Ana oró y dijo:
"Mi corazón
se regocija en Jehovah;
mi poder se
enaltece en Jehovah.
Mi boca se
ensancha contra mis enemigos,
porque me he
alegrado en tu salvación.
2 "No hay santo como Jehovah,
porque no hay
ninguno aparte de ti;
no hay roca como
nuestro Dios.
3 No multipliquéis palabras altaneras;
cesen en vuestra
boca las palabras insolentes.
Porque Jehovah es
un Dios de todo saber;
por él son
examinadas las acciones.
4 "Los arcos de los fuertes son
quebrados,
pero los que
tropiezan se ciñen de poder.
5 Los que estaban saciados se alquilan por
comida,
pero los que
estaban hambrientos dejan de estarlo.
Aun la que era
estéril da a luz siete hijos,
pero la que tenía
muchos hijos languidece.
6 "Jehovah hace morir y hace vivir.
El hace descender
al Seol y hace subir.
7 Jehovah hace empobrecer y hace
enriquecer.
El humilla y
enaltece.
8 El levanta del polvo al pobre,
y al necesitado
enaltece desde la basura,
para hacerle
sentar con los nobles
y hacerle poseer
un trono de honor.
Porque de Jehovah
son las columnas de la tierra,
y sobre ellas
asentó el mundo.
9 "El guarda los pies de sus fieles,
pero los impíos
perecen en las tinieblas;
porque nadie
triunfará por su propia fuerza.
10 Jehovah quebrantará a sus adversarios;
contra ellos
tronará desde los cielos.
Jehovah juzgará
los confines de la tierra.
El dará fortaleza
a su rey
y enaltecerá el
poder de su ungido."
11 Después, Elcana regresó a su casa en
Ramá, pero el niño servía a Jehovah delante del sacerdote Elí.
CONDUCTA DE
LOS HIJOS DE ELÍ, Y DE SAMUEL
12 Los hijos de Elí eran hombres impíos, que
no tenían conocimiento de Jehovah. 13 Los sacerdotes acostumbraban a
proceder con el pueblo de esta manera: Cuando alguno ofrecía un sacrificio, y
mientras era cocida la carne, el criado del sacerdote iba con un tenedor de
tres dientes en su mano, 14 y lo metía en el perol, en el caldero,
en la olla o en la marmita. Y todo lo que sacaba el tenedor, el sacerdote lo
tomaba para sí. Esto hacían con todo israelita que iba allí a Silo. 15
Asimismo, el criado del sacerdote iba, aun antes que quemaran el sebo, y decía
al que sacrificaba: "Da al sacerdote carne para asar, porque no tomará de
ti carne cocida, sino cruda." 16 Si el hombre le respondía:
"Deja que primero hagan arder el sebo, y después toma todo lo que te
apetezca", él decía: "No, dámela ahora mismo; de lo contrario, la
tomaré por la fuerza."
17 El pecado de los jóvenes era muy grande
delante de Jehovah, porque los hombres trataban con irreverencia las ofrendas
de Jehovah.
18 El niño Samuel servía delante de Jehovah,
vestido con un efod de lino. 19 Su madre le hacía año tras año una
túnica pequeña, y se la llevaba cuando iba con su marido para ofrecer el
sacrificio anual. 20 Entonces Elí bendecía a Elcana y a su mujer
diciendo: "Jehovah te dé hijos de esta mujer, en lugar de este que ella
pidió a Jehovah." Y regresaban a su casa.
21 Jehovah visitó a Ana con su favor, y ella
concibió y dio a luz tres hijos y dos hijas. Y el niño Samuel crecía delante de
Jehovah.
22 Elí ya era muy anciano y oía todo lo que
hacían sus hijos a todo Israel, y cómo se acostaban con las mujeres que servían
a la entrada del tabernáculo de reunión. 23 El les preguntó:
—¿Por qué hacéis
semejantes cosas? Yo oigo de todo este pueblo acerca de vuestras malas
acciones. 24 No, hijos míos, no es bueno el rumor que oigo y que el
pueblo de Jehovah difunde. 25 Si un hombre peca contra otro hombre,
Dios intercederá por él; pero si alguno peca contra Jehovah, ¿quién intercederá
por él?
Sin embargo,
ellos no escucharon la voz de su padre, porque Jehovah quería hacerlos morir. 26
Y el niño Samuel crecía en estatura y en gracia para con Dios y los hombres.
PROFECÍA
CONTRA LA CASA DE ELÍ
27 Entonces un hombre de Dios vino a Elí y
le dijo: "Así dice Jehovah: ’Yo me manifesté claramente a la casa de tu
padre, cuando estaban en Egipto al servicio de la casa del faraón. 28
Yo le escogí como sacerdote mío entre todas las tribus de Israel, para que
subiera a mi altar, quemara el incienso y llevara el efod en mi presencia. Yo
he dado a la casa de tu padre todas las ofrendas quemadas de los hijos de
Israel. 29 ¿Por qué habéis desdeñado mis sacrificios y mis ofrendas
que mandé ofrecer en mi morada? Has honrado a tus hijos más que a mí, y os
habéis engordado con lo mejor de todas las ofrendas de mi pueblo Israel.’
30 "Por tanto, dice Jehovah Dios de
Israel: ’En verdad, yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre estarían
delante de mí para siempre.’ Pero ahora, dice Jehovah: ¡De ninguna manera! Yo
honraré a los que me honran, pero los que me desprecian serán tenidos en poco. 31
He aquí vienen días cuando cortaré tu brazo y el brazo de la casa de tu padre,
de modo que en tu casa no haya ancianos. 32 Tú verás que tu morada
padece necesidad, mientras yo colmo de bienes a Israel; y jamás habrá ancianos
en tu casa. 33 Pero no eliminaré completamente a los tuyos que
sirven en mi altar, para consumir tus ojos y llenar tu alma de dolor. Todos los
descendientes de tu casa morirán en la edad viril. 34 Te servirá de
señal esto que acontecerá a tus dos hijos, Ofni y Fineas: Ambos morirán en el
mismo día. 35 Pero yo levantaré para mí un sacerdote fiel que actúe
conforme a mi corazón y a mi alma. Le edificaré una casa firme, y él andará en
presencia de mi ungido todos los días. 36 Y sucederá que el que
quede de tu casa irá a postrarse delante de él por un poco de dinero y por un
bocado de pan, diciéndole: ’Por favor, asóciame con alguno de los servicios
sacerdotales, a fin de que yo tenga un poco de pan para comer.’ "
CAPÍTULO 3
JEHOVAH SE
REVELA AL JOVEN SAMUEL
1 El joven Samuel servía a Jehovah delante
de Elí. La palabra de Jehovah escaseaba en aquellos días, y no había visiones
con frecuencia. 2 Pero aconteció cierto día, mientras Elí (cuyos
ojos habían comenzado a debilitarse, de modo que no podía ver) estaba acostado
en su aposento 3 y Samuel dormía en el templo de Jehovah donde
estaba el arca de Dios, que antes que la lámpara de Dios fuese apagada, 4
Jehovah llamó a Samuel, y él respondió:
—Heme aquí.
5 Y corrió a Elí diciendo:
—Heme aquí. ¿Para
qué me has llamado?
Elí respondió:
—Yo no te he
llamado. Vuelve a acostarte.
El se volvió y se
acostó, 6 y Jehovah volvió a llamar:
—¡Samuel!
Samuel se
levantó, fue a Elí y dijo:
—Heme aquí. ¿Para
qué me has llamado?
Elí respondió:
—Hijo mío, yo no
te he llamado. Vuelve a acostarte.
7 Samuel todavía no conocía a Jehovah, ni
la palabra de Jehovah le había sido aún revelada. 8 Jehovah llamó
por tercera vez a Samuel; y él se levantó, fue a Elí y dijo:
—Heme aquí. ¿Para
qué me has llamado?
Entonces Elí
entendió que Jehovah llamaba al joven. 9 Y Elí dijo a Samuel:
—Vé y acuéstate;
y sucederá que si te llama, dirás: "Habla, oh Jehovah, que tu siervo
escucha."
Samuel se fue y
se acostó en su sitio. 10 Entonces vino Jehovah, se paró y llamó
como las otras veces:
—¡Samuel, Samuel!
Samuel respondió:
—Habla, que tu
siervo escucha.
11 Y Jehovah dijo a Samuel:
—He aquí, yo voy
a hacer algo en Israel, que a quien lo escuche le retiñirán ambos oídos. 12
Aquel día cumpliré contra Elí, de principio a fin, todas las cosas que he
hablado contra su casa. 13 Yo le he declarado que juzgaré a su casa
para siempre, por la iniquidad que él conoce; porque sus hijos han blasfemado
contra Dios, y él no les ha reprochado. 14 Por tanto, he jurado a la
casa de Elí que la iniquidad de su casa jamás será expiada, ni con sacrificios
ni con ofrendas.
15 Samuel permaneció acostado hasta la
mañana. Luego abrió las puertas de la casa de Jehovah, pero Samuel temía contar
la visión a Elí. 16 Entonces Elí llamó a Samuel y le dijo:
—Hijo mío,
Samuel.
El respondió:
—Heme aquí.
17 El le preguntó:
—¿Qué es lo que
te ha hablado? Por favor, no me lo encubras. Así te haga Dios y aun te añada,
si me encubres una palabra de todo lo que ha hablado contigo.
18 Samuel se lo contó todo sin encubrirle
nada. Entonces él dijo:
—¡El es Jehovah!
Que haga lo que le parezca bien.
19 Samuel crecía, y Jehovah estaba con él y
no dejaba sin cumplir ninguna de sus palabras. 20 Todo Israel, desde
Dan hasta Beerseba, sabía que Samuel estaba acreditado como profeta de Jehovah.
21 Jehovah volvió a manifestarse en Silo, pues era en Silo donde
Jehovah se revelaba a Samuel mediante la palabra de Jehovah.
CAPÍTULO 4
1 Y la palabra de Samuel llegaba a todo
Israel.
LOS FILISTEOS
CAPTURAN EL ARCA
Por aquel tiempo
Israel salió en pie de guerra al encuentro de los filisteos, y acampó junto a
Eben-ezer, mientras que los filisteos acamparon en Afec. 2 Los
filisteos se dispusieron para combatir contra Israel; y cuando se libró la
batalla, Israel fue vencido ante los filisteos, quienes mataron en el campo de
batalla a unos 4.000 hombres.
3 Cuando el pueblo volvió al campamento,
los ancianos de Israel preguntaron:
—¿Por qué nos ha
causado hoy Jehovah una derrota ante los filisteos? Hagamos traer acá desde
Silo el arca del pacto de Jehovah, a fin de que venga en medio de nosotros y
nos libre de mano de nuestros enemigos.
4 Entonces el pueblo envió a Silo, e
hicieron traer de allí el arca del pacto de Jehovah de los Ejércitos, que tiene
su trono entre los querubines. Ofni y Fineas, los dos hijos de Elí, estaban
allí con el arca del pacto de Dios.
5 Aconteció que cuando el arca del pacto de
Jehovah llegó al campamento, todo Israel gritó con un júbilo tan grande que la
tierra tembló. 6 Cuando los filisteos oyeron el estruendo del
júbilo, preguntaron:
—¿A qué se debe
este estruendo de gran júbilo en el campamento de los hebreos?
Cuando se
enteraron de que el arca de Jehovah había sido traída al campamento, 7
los filisteos tuvieron miedo. Y decían:
—¡Los dioses han
venido al campamento! -Y añadían-: ¡Ay de nosotros, porque semejante cosa no
había sucedido antes! 8 ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de mano
de estos dioses fuertes? Estos son los dioses que hirieron a los egipcios con
toda clase de plagas en el desierto. 9 Esforzaos, oh filisteos, y
sed hombres, para que no sirváis a los hebreos como ellos os han servido a
vosotros. ¡Sed hombres y combatid!
10 Los filisteos combatieron, e Israel fue
vencido; y cada uno huyó a su morada. Ocurrió una gran derrota, pues cayeron de
Israel 30.000 hombres de infantería. 11 El arca de Dios fue tomada,
y fueron muertos Ofni y Fineas, los dos hijos de Elí.
TRAGEDIA EN LA
CASA DE ELÍ
12 Aquel mismo día, cierto hombre de
Benjamín corrió desde el campo de batalla hasta Silo, con la ropa rasgada y
tierra sobre su cabeza. 13 Cuando llegó, he aquí que Elí estaba
sentado en un banco vigilando junto al camino, porque su corazón temblaba a
causa del arca de Dios. Cuando aquel hombre llegó a la ciudad y dio la noticia,
toda la ciudad prorrumpió en griterío. 14 Al oír Elí el estruendo
del griterío, preguntó:
—¿Qué estruendo
de alboroto es éste?
El hombre se dio
prisa, vino y dio la noticia a Elí. 15 Elí tenía ya 98 años; sus
pupilas estaban inmóviles, de modo que no podía ver. 16 El hombre
dijo a Elí:
—Soy el que ha
venido de la batalla; hoy escapé de la batalla.
Y Elí le
preguntó:
—¿Qué ha pasado,
hijo mío?
17 El mensajero respondió y dijo:
—Israel ha huido
delante de los filisteos. Ha ocurrido una gran mortandad entre el pueblo.
También han muerto tus dos hijos, Ofni y Fineas; y el arca de Dios ha sido
capturada.
18 Y aconteció que cuando él mencionó el
arca de Dios, Elí cayó de espaldas del banco, junto a la puerta. Se quebró la
nuca, y murió, porque era hombre anciano y obeso. El había juzgado a Israel
durante cuarenta años.
19 También su nuera, la mujer de Fineas, que
estaba encinta y próxima a dar a luz, al oír la noticia de que el arca de Dios
había sido capturada y que su suegro y su marido habían muerto, se encorvó y
dio a luz; porque le sobrevinieron sus dolores. 20 Al tiempo que
moría, le decían las que estaban junto a ella:
—No tengas temor,
porque has dado a luz un hijo.
Pero ella no
respondió ni prestó atención. 21 Ella llamó al niño Icabod diciendo:
—La gloria se ha
apartado de Israel.
Dijo esto porque
el arca de Dios había sido capturada, y por lo ocurrido a su suegro y a su
marido. 22 Ella dijo:
—La gloria se ha
apartado de Israel, porque el arca de Dios ha sido capturada.
OBRANDO SIEMPRE EN LA SANTIDAD DE DIOS
REFLEXIÓN
La palabra de
Jehovah escaseaba en aquellos días, y no había visiones con frecuencia (1Sam.
3:1)
Así sucede cuando
los líderes del pueblo no hacen las cosas, de acuerdo con la palabra de Dios.
Los Hijos de Elí, que eran los que realizaban los trabajos sacerdotales, se
habían corrompido. Elí, no los reprendía. Entonces Dios reprende a Elí y a sus
hijos. Esto trae como consecuencia que Dios no se revela a su pueblo, a los
predicadores se les seca la palabra, los profetas no reciben revelación. El
peligro que podemos ver en esto, es que para mantener el prestigio, los líderes
echan mano de otras circunstancias que no provienen de Dios. Porque Dios no se
revela ni se revelará.
ORACIÓN
Mi Dios ayúdame a
mantenerme siempre en tus caminos y en tu verdad, que pueda hacer las obras que
nos has mandados, pero siempre a la luz de tu verdad. Amén.
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