DÍA 85
26 DE MARZO (JUECES 20:1-RUT 1:22)
CAPÍTULO 20
CONDENACIÓN
DEL CRIMEN DE GABAA
1 Entonces todos los hijos de Israel
salieron, desde Dan hasta Beerseba y la tierra de Galaad, y la asamblea acudió
como un solo hombre a Jehovah en Mizpa. 2 Los jefes de todo el
pueblo, de todas las tribus de Israel, estaban presentes en la reunión del
pueblo de Dios, 400.000 hombres de infantería que sacaban espada. 3
Y los hijos de Benjamín oyeron que los hijos de Israel habían subido a Mizpa.
Entonces dijeron los hijos de Israel:
—Decid cómo fue
cometido este crimen.
4 El levita, marido de la mujer asesinada,
respondió y dijo:
—Yo llegué con mi
concubina a Gabaa de Benjamín para pasar la noche. 5 Entonces se
levantaron contra mí los hombres de Gabaa y rodearon la casa por causa mía, por
la noche, con la idea de matarme. Violaron a mi concubina de tal manera que
ella murió. 6 Después sujeté a mi concubina, la corté en pedazos y
los envié por todo el territorio de la heredad de Israel, por cuanto habían cometido
una infamia y una vileza en Israel. 7 He aquí, todos vosotros, oh
hijos de Israel, dad aquí vuestro parecer y consejo.
8 Entonces todo el pueblo, como un solo
hombre, se levantó y dijo:
—¡Ninguno de
nosotros irá a su morada, ni nadie regresará a su casa! 9 Y ahora,
esto es lo que haremos a Gabaa: Subiremos por sorteo contra ella. 10
De todas las tribus de Israel tomaremos 10 hombres de cada 100 y 100 de cada
1.000 y 1.000 de cada 10.000, que lleven provisiones al pueblo, para que yendo
a Gabaa de Benjamín, le hagan conforme a toda la vileza que ha cometido en
Israel.
BENJAMÍN EN
PIE DE GUERRA
11 Todos los hombres de Israel se juntaron
contra la ciudad, unidos como un solo hombre. 12 Y las tribus de
Israel enviaron hombres por toda la tribu de Benjamín, diciendo:
—¿Qué crimen es
éste, que se ha cometido entre vosotros? 13 Ahora pues, entregad a
esos hombres perversos que están en Gabaa, para que los matemos y extirpemos el
mal de en medio de Israel.
Pero los hijos de
Benjamín no quisieron escuchar la voz de sus hermanos, los hijos de Israel. 14
Más bien, los hijos de Benjamín vinieron de sus ciudades y se reunieron en
Gabaa para salir a la guerra contra los hijos de Israel. 15 Aquel
día fueron contados los hijos de Benjamín: 26.000 hombres de las ciudades, que
sacaban espada, sin contar a los habitantes de Gabaa, que fueron 700 hombres
escogidos. 16 Entre toda aquella gente había 700 hombres escogidos
que eran zurdos, todos los cuales tiraban una piedra con la honda a un cabello,
y no fallaban.
GUERRA DE
EXTERMINIO CONTRA BENJAMÍN
17 Fueron contados los hombres de Israel,
excluyendo a los de Benjamín: 400.000 hombres que sacaban espada, todos hombres
de guerra. 18 Luego se levantaron los hijos de Israel, subieron a
Betel y consultaron a Dios diciendo:
—¿Quién subirá
primero por nosotros a la batalla contra los hijos de Benjamín?
Y Jehovah
respondió:
—Judá subirá
primero.
19 Los hijos de Israel se levantaron por la
mañana y acamparon frente a Gabaa. 20 Salieron los hijos de Israel a
la batalla contra Benjamín. Y los hombres de Israel dispusieron la batalla
contra ellos junto a Gabaa. 21 Pero los hijos de Benjamín salieron
de Gabaa y aquel día dejaron muertos en tierra a 22.000 hombres de Israel. 22
Sin embargo, el pueblo se fortaleció, y los hombres de Israel volvieron a
disponer la batalla en el mismo lugar donde la habían dispuesto el primer día. 23
Los hijos de Israel subieron y lloraron delante de Jehovah hasta el atardecer,
y consultaron a Jehovah diciendo:
—¿Volveremos a la
batalla contra los hijos de Benjamín, nuestros hermanos?
Y Jehovah les
respondió:
—Subid contra
ellos.
24 El segundo día, los hijos de Israel se
acercaron a los hijos de Benjamín. 25 Aquel segundo día los de
Benjamín salieron de Gabaa contra ellos y dejaron muertos en tierra a otros
18.000 de los hijos de Israel, todos los cuales sacaban espada.
26 Entonces subieron todos los hijos de
Israel y todo el pueblo, y fueron a Betel. Lloraron, permanecieron allí delante
de Jehovah, ayunaron aquel día hasta el atardecer y ofrecieron holocaustos y
sacrificios de paz delante de Jehovah. 27 Los hijos de Israel
consultaron a Jehovah. (El arca del pacto de Dios estaba allí en aquellos días;
28 y Fineas hijo de Eleazar, hijo de Aarón, servía delante de ella
en aquellos días.) Ellos preguntaron:
—¿Volveremos a
salir a la batalla contra los hijos de Benjamín, nuestros hermanos; o
desistiremos?
Y Jehovah
respondió:
—Subid, porque
mañana yo los entregaré en vuestra mano.
29 Entonces Israel puso gente emboscada
alrededor de Gabaa. 30 Y el tercer día, cuando los hijos de Israel
subieron contra los hijos de Benjamín, dispusieron la batalla frente a Gabaa,
como las otras veces. 31 Los hijos de Benjamín salieron para
enfrentar al pueblo y fueron alejados de la ciudad. Como las otras veces,
comenzaron a matar a algunos de ellos en el campo, por los caminos, uno de los
cuales sube a Betel y otro a Gabaa. Habían matado a unos treinta hombres de
Israel, 32 y los hijos de Benjamín decían: "¡Son vencidos
delante de nosotros, como la primera vez!" Pero los hijos de Israel habían
dicho: "Huiremos y los alejaremos de la ciudad, hasta los caminos." 33
Entonces todos los hombres de Israel se levantaron de su lugar, y dispusieron
la batalla en Baal-tamar. La gente emboscada de Israel se lanzó desde su lugar,
al oeste de Gabaa, 34 y fueron ante Gabaa 10.000 hombres escogidos
de todo Israel.
La batalla
comenzó a arreciar, pero ellos no se daban cuenta de que el desastre se les
venía encima. 35 Jehovah derrotó a Benjamín ante Israel, y los hijos
de Israel mataron aquel día a 25.100 hombres de Benjamín, todos los cuales
sacaban espada. 36 Entonces los hijos de Benjamín vieron que estaban
derrotados.
Los hombres de
Israel habían cedido terreno a Benjamín, porque estaban confiados en la gente
emboscada que habían puesto contra Gabaa. 37 La gente de la
emboscada se apresuró y acometió contra Gabaa. La gente de la emboscada se
desplegó y mató a filo de espada a toda la ciudad. 38 Los hombres de
Israel tenían un acuerdo con los de la emboscada: que se hiciera subir una gran
columna de humo desde la ciudad.
39 Cuando los hombres de Israel retrocedieron
en la batalla, los de Benjamín comenzaron a derribar muertos a unos treinta
hombres de Israel y decían: "Ciertamente son vencidos delante de nosotros,
como en la primera batalla." 40 Pero cuando la señal, una
columna de humo, comenzó a subir de la ciudad, entonces Benjamín miró hacia
atrás, y he aquí que el fuego de la ciudad entera subía al cielo. 41
Entonces los hombres de Israel se volvieron, y los de Benjamín se
aterrorizaron, porque vieron que el desastre se les había venido encima. 42
Luego volvieron las espaldas ante los hombres de Israel, hacia el camino del
desierto. Pero la batalla los alcanzó, y los que venían de las ciudades los
destruían en medio de ellos. 43 Así cercaron a los de Benjamín, los
persiguieron desde Noja, y los acosaron hasta la misma Gabaa, por el lado
oriental. 44 Cayeron 18.000 hombres de Benjamín, todos ellos hombres
de valor.
45 Entonces se dirigieron hacia el desierto,
y huyeron a la peña de Rimón; y fueron muertos otros 5.000 hombres en los
caminos. Continuaron acosándolos hasta Gidom y mataron a otros 2.000 hombres de
ellos. 46 Y todos los que cayeron de Benjamín aquel día fueron
25.000 hombres que sacaban espada, todos hombres de valor. 47 Pero
600 hombres se dirigieron al desierto y huyeron a la peña de Rimón, y permanecieron
en la peña de Rimón durante cuatro meses. 48 Los hombres de Israel
se volvieron contra los hijos de Benjamín y en las ciudades hirieron a filo de
espada tanto a hombres como animales, y todo lo que fue hallado. Asimismo,
prendieron fuego a todas las ciudades que hallaron.
CAPÍTULO 21
ISRAEL LLORA
POR BENJAMÍN
1 Los hombres de Israel habían jurado en
Mizpa, diciendo: "Ninguno de nosotros dará su hija por mujer a los de
Benjamín." 2 Entonces el pueblo fue a Betel, y ellos
permanecieron allí, delante de Dios, hasta el atardecer. Y alzando su voz
lloraron amargamente y dijeron:
3 -Oh Jehovah Dios de Israel, ¿por qué ha
sucedido esto en Israel, que falte hoy una tribu de Israel?
4 Al día siguiente, el pueblo se levantó
muy de mañana. Edificaron allí un altar, y ofrecieron holocaustos y sacrificios
de paz. 5 Y los hijos de Israel dijeron:
—¿Quién de entre
todas las tribus de Israel no ha venido a la congregación, a Jehovah?
Porque se había
hecho un juramento solemne contra quien no subiera ante Jehovah en Mizpa,
diciendo: "Morirá irremisiblemente."
MUJERES PARA
LOS SOBREVIVIENTES
6 Los hijos de Israel se lamentaban por
causa de Benjamín su hermano, y decían:
—¡Una tribu ha
sido cortada hoy de Israel! 7 ¿Qué haremos en cuanto a conseguir
mujeres para los que han quedado? Porque nosotros hemos jurado por Jehovah que
no les daremos por mujeres a nuestras hijas. 8 -Y añadieron-: ¿Hay
alguno de entre las tribus de Israel que no haya subido a Jehovah, en Mizpa?
Y he aquí,
hallaron que ninguno de Jabes, en Galaad, había ido al campamento, a la
congregación. 9 Cuando el pueblo fue contado, he aquí que no había
allí ningún hombre de los habitantes de Jabes, en Galaad. 10
Entonces la asamblea envió allá a 12.000 hombres de los valientes. Y les
mandaron diciendo:
—Id y matad a
filo de espada a los habitantes de Jabes, en Galaad, con las mujeres y los
niños. 11 Esto es lo que habéis de hacer: Eliminaréis a todo hombre,
y a toda mujer que haya tenido unión sexual con varón.
12 Entre los habitantes de Jabes, en Galaad,
hallaron a 400 muchachas vírgenes, que no habían tenido unión sexual con varón;
y las llevaron al campamento en Silo, en tierra de Canaán.
13 Entonces toda la asamblea envió un
mensaje a los hijos de Benjamín que estaban en la peña de Rimón, y les
proclamaron la paz. 14 En aquel tiempo volvieron los de Benjamín, y
les dieron por mujeres a las que habían conservado vivas de las mujeres de
Jabes, en Galaad. Pero éstas no fueron suficientes para ellos.
15 El pueblo se lamentaba por causa de
Benjamín, porque Jehovah había abierto una brecha en las tribus de Israel. 16
Entonces los ancianos de la asamblea dijeron:
—¿Qué haremos en
cuanto a conseguir mujeres para los que han quedado? Porque las mujeres de
Benjamín han sido exterminadas. 17 -Y dijeron-: Lo que era de
Benjamín sea herencia de sus sobrevivientes, para que no sea exterminada una
tribu de Israel. 18 Pero nosotros no les podemos dar mujeres de
nuestras hijas.
Porque los hijos
de Israel habían jurado diciendo: "¡Maldito el que dé mujer a los de
Benjamín!" 19 Y dijeron:
—He aquí que cada
año hay fiesta de Jehovah en Silo.
Silo está al
norte de Betel, al lado oriental del camino que sube de Betel a Siquem, y al
sur de Lebona. 20 Y mandaron a los hijos de Benjamín, diciendo:
—Id y poned
emboscada en las viñas. 21 Mirad; y he aquí que cuando las jóvenes
de Silo salgan a bailar en círculos, vosotros saldréis de las viñas y
arrebataréis cada uno una mujer para sí de las jóvenes de Silo, y os iréis a la
tierra de Benjamín. 22 Y sucederá que cuando sus padres o sus
hermanos vengan a pleito ante nosotros, les diremos: "Hacednos el favor de
concedérnoslas, porque nosotros no conseguimos en la guerra mujeres para todos
ellos. Además, vosotros no sois culpables, porque no se las habéis dado."
23 Los hijos de Benjamín lo hicieron así, y
tomaron mujeres, una cada uno, raptándolas de entre las que danzaban. Después
se fueron, volvieron a sus heredades, reedificaron las ciudades y habitaron en
ellas. 24 También los hijos de Israel partieron de allí, cada uno a
su tribu o clan; y se fueron de allí, cada uno a su heredad.
25 En aquellos días no había rey en Israel,
y cada uno hacía lo que le parecía recto ante sus propios ojos.
EL LIBRO DE
RUT
CAPÍTULO 1
AMARGA
HISTORIA DE NOEMÍ
1 Aconteció en los días en que gobernaban
los jueces, que hubo hambre en el país. Entonces un hombre de Belén de Judá fue
a vivir en los campos de Moab, con su mujer y sus dos hijos. 2 El
nombre de aquel hombre era Elimelec; el nombre de su mujer era Noemí, y los
nombres de sus dos hijos eran Majlón y Quelión. Ellos eran efrateos de Belén de
Judá.
Llegaron a los
campos de Moab y se quedaron allí. 3 Pero Elimelec, marido de Noemí,
murió; y ella quedó con sus dos hijos, 4 los cuales tomaron para sí
mujeres moabitas. El nombre de la una era Orfa; y el de la otra, Rut. Habitaron
allí unos diez años. 5 Y murieron también los dos, Majlón y Quelión,
quedando la mujer sin sus dos hijos y sin su marido.
RUT OPTA POR
EL PUEBLO DE DIOS
6 Entonces Noemí se levantó con sus nueras,
para regresar de los campos de Moab, porque oyó allí que Jehovah había visitado
a su pueblo para darles pan. 7 Salió con sus dos nueras del lugar
donde estaba, y emprendieron el camino para regresar a la tierra de Judá. 8
Entonces Noemí dijo a sus dos nueras:
—Id y volveos,
cada una a la casa de su madre. Que Jehovah haga misericordia con vosotras,
como la habéis hecho vosotras con los difuntos y conmigo. 9 Jehovah
os conceda hallar descanso, cada una en la casa de su marido.
Luego las besó, y
ellas alzaron su voz y lloraron. 10 Y le dijeron:
—Ciertamente
nosotras volveremos contigo a tu pueblo.
11 Y Noemí respondió:
—Volveos, hijas
mías. ¿Para qué habéis de venir conmigo? ¿Acaso tengo más hijos en el vientre,
que puedan ser vuestros maridos? 12 Volveos, hijas mías, idos;
porque yo ya soy demasiado vieja para tener marido. Aunque dijera que tengo
esperanza, y si esta noche yo tuviera marido y aun diese a luz hijos, 13
¿esperaríais vosotras hasta que crecieran? ¿Habríais de quedaros sin casar por
causa de ellos? No, hijas mías, mi amargura es mayor que la vuestra, porque la
mano de Jehovah se ha levantado contra mí.
14 Entonces ellas, alzando su voz, lloraron
otra vez. Luego Orfa besó a su suegra, pero Rut se quedó con ella. 15
Noemí le dijo:
—He aquí, tu
cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses. Vuélvete tú tras ella.
16 Pero Rut respondió:
—No me ruegues
que te deje y que me aparte de ti; porque a dondequiera que tú vayas, yo iré; y
dondequiera que tú vivas, yo viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será
mi Dios. 17 Donde tú mueras, yo moriré; y allí seré sepultada. Así
me haga Jehovah y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre tú y
yo.
18 Viendo Noemí que Rut estaba tan resuelta
a ir con ella, no le dijo nada más.
AMARGO RETORNO
A BELÉN
19 Caminaron ellas dos hasta que llegaron a
Belén. Y aconteció que cuando entraron en Belén, toda la ciudad se conmovió a
causa de ellas. Y decían:
—¿No es ésta
Noemí?
20 Y ella les respondía:
—No me llaméis
Noemí; llamadme Mara, porque el Todopoderoso ha hecho muy amarga mi vida. 21
Yo me fui llena, pero Jehovah me ha hecho volver vacía. ¿Por qué, pues, me
llamáis Noemí, ya que Jehovah me ha afligido y el Todopoderoso me ha abatido?
22 Así volvió Noemí con su nuera, Rut la
moabita. Volvieron de los campos de Moab y llegaron a Belén al comienzo de la
siega de la cebada.
OBEDIENCIA A DIOS O FILOSOFÍA HUMANA
REFLEXIÓN
¿por qué ha
sucedido esto en Israel, que falte hoy una tribu de Israel? (Jue. 21:3)
Así tiene que hacerse
con el mal, hay que cortarlo de raíz. No es fácil ejecutar una orden proveniente
de la santidad de Dios, hay que sobrepasar nuestros límites de derechos
humanos. El mal en nuestra vida y en nuestra comunidad se radicaría, si ejecutáramos
órdenes de este tipo. Si siguiéramos las ordenanzas de Dios al pie de la letra,
nuestra vida espiritual sería diferente a lo que estamos viviendo en la
actualidad. Pero para poder realizar eso, tenemos que sobrepasar nuestros
límites de derechos humanos y de no discriminación. Nada fácil. Así que siempre
nos debatiremos entre obedecer a Dios incondicionalmente, o someternos a las
ordenanzas filosóficas de este mundo.
ORACIÓN
Mi Señor que
pueda yo entender lo que significa tu Santidad, y que pueda practicarla
correctamente. Amén.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Puedes dejar tu comentario acerca del tema que se esta tratando en el momento o responder a algún otro comentario que alguien haya dejado, pero no se permitirán comentarios obscenos, discriminatorios ni despreciativos en esta página.