sábado, 21 de marzo de 2015

LECTURA 21 DE MARZO

DÍA 80

21 DE MARZO (JUECES 5:1-7:25)

CAPÍTULO 5

EL CÁNTICO DE DÉBORA

1 Aquel día cantó Débora con Barac hijo de Abinoam, diciendo:

2 "Por haberse puesto al frente los caudillos en Israel,
por haberse ofrecido el pueblo voluntariamente,
¡bendecid a Jehovah!

3 "Oíd, oh reyes; escuchad, oh gobernantes:
Yo cantaré a Jehovah;
cantaré salmos a Jehovah Dios de Israel.

4 "Oh Jehovah, cuando saliste de Seír,
cuando marchaste desde el campo de Edom, la tierra tembló;
también los cielos gotearon,
y las nubes gotearon agua.
5 Los montes temblaron delante de Jehovah;
aquel Sinaí, delante de Jehovah Dios de Israel.

6 "En los días de Samgar hijo de Anat,
en los días de Jael,
los caminos quedaron abandonados,
y los caminantes se apartaban
por sendas retorcidas.
7 Quedaron abandonadas las aldeas en Israel;
quedaron abandonadas hasta que yo, Débora, me levanté.
¡Me levanté como madre en Israel!

8 "Cuando escogían dioses nuevos,
la guerra estaba a las puertas;
y no se veía ni lanza ni escudo
entre cuarenta mil en Israel.
9 ¡Mi corazón está con los jefes de Israel!
Los que voluntariamente
se ofrecieron entre el pueblo:
¡Bendecid a Jehovah!

10 "Los que cabalgáis sobre asnas blancas,
los que os sentáis sobre tapices,
y los que vais por el camino, considerad
11 la voz de los que cantan junto a los abrevaderos,
donde recitan los justos hechos de Jehovah,
los justos hechos de sus aldeanos que moran a campo abierto en Israel.
Entonces descendió a las puertas el pueblo de Jehovah.

12 "¡Despierta, despierta, oh Débora!
¡Despierta, despierta!
¡Entona un cántico!
¡Levántate, oh Barac!
¡Lleva tus cautivos, oh hijo de Abinoam!
13 Entonces descendió el remanente de los poderosos,
y el pueblo de Jehovah vino a mí con los valientes.

14 "De Efraín vinieron algunos cuyas raíces estaban en Amalec;
detrás viniste tú, oh Benjamín, con tu pueblo;
de Maquir descendieron los jefes;
de Zabulón vinieron los que llevan la vara de mando.
15 Los jefes de Isacar fueron con Débora.
Así como Barac, también fue Isacar.
Fue traído tras él en el valle.

"En las divisiones de Rubén
hubo grandes deliberaciones del corazón.
16 ¿Por qué te quedaste entre los rediles
para escuchar los balidos de los rebaños?
¡En las divisiones de Rubén
hubo grandes deliberaciones del corazón!

17 "Galaad se quedó al otro lado del Jordán.
Y Dan, ¿por qué se quedó junto a los navíos?
También Aser se mantuvo en la costa del mar,
y se quedó habitando en sus bahías.

18 "Zabulón es el pueblo
que expuso su vida hasta la muerte;
Neftalí también, en las alturas del campo.

19 "Vinieron los reyes y combatieron;
entonces combatieron los reyes de Canaán
en Taanac, junto a las aguas de Meguido,
¡pero no se llevaron botín de plata!

20 "Desde los cielos combatieron las estrellas;
desde sus órbitas combatieron contra Sísara.
21 El torrente de Quisón los arrastró,
el antiguo torrente, el torrente de Quisón.
¡Marcha, oh alma mía, con poder!
22 Entonces resonaron los cascos de los caballos,
por el continuo galope de sus corceles.

23 " ’¡Maldecid a Meroz!’,
dijo el ángel de Jehovah.
’Maldecid severamente a sus moradores,
porque no vinieron en ayuda de Jehovah,
en ayuda de Jehovah con los valientes.’

24 "¡Bendita entre las mujeres sea Jael,
mujer de Heber el queneo.
Sea bendita entre las mujeres que habitan en tiendas.
25 El pidió agua, y ella le dio leche;
en taza de nobles le sirvió nata.
26 Con su mano tomó la estaca,
y con su derecha el mazo de obrero.
Golpeó a Sísara, machacó su cabeza,
perforó y atravesó su sien.
27 A los pies de ella se encorvó y cayó;
quedó tendido.
A los pies de ella se encorvó y cayó.
Donde se encorvó, allí cayó extenuado.

28 "La madre de Sísara se asoma a la ventana,
y mirando por la celosía, dice a gritos:
’¿Por qué tarda su carro en venir?
¿Por qué se detienen las ruedas de sus carros?’
29 Las más sabias de sus damas le responden,
y ella se repite a sí misma las palabras:
30 ’¿No habrán capturado botín?
¿No lo estarán repartiendo?
Para cada hombre una joven, o dos;
un botín de ropas de colores para Sísara;
un botín de bordados de colores,
bordados por ambos lados,
para mi cuello … ¡Qué botín!’

31 "¡Perezcan así todos tus enemigos, oh Jehovah!
Pero los que te aman sean como el sol
cuando se levanta en su poderío."

Y la tierra reposó durante cuarenta años.

CAPÍTULO 6

LOS MADIANITAS OPRIMEN A ISRAEL

1 Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehovah. Entonces Jehovah los entregó en mano de Madián durante siete años, 2 y la mano de Madián prevaleció contra Israel. Por causa de los madianitas los hijos de Israel se hicieron escondrijos en las montañas, y cuevas y lugares fortificados. 3 Porque sucedía que cuando Israel sembraba, subían contra él los madianitas, los amalequitas y los hijos del oriente. 4 Y acampando contra ellos, arruinaban las cosechas de la tierra hasta cerca de Gaza. No dejaban qué comer en Israel: ni ovejas, ni toros, ni asnos; 5 porque venían con sus ganados y con sus tiendas, siendo como langostas por su multitud. Ellos y sus camellos eran innumerables; así venían a la tierra para devastarla. 6 Israel era empobrecido en gran manera por causa de los madianitas. Y los hijos de Israel clamaron a Jehovah.

7 Y sucedió que cuando los hijos de Israel clamaron a Jehovah a causa de los madianitas, 8 Jehovah envió a los hijos de Israel un profeta, que les dijo:

—Así ha dicho Jehovah Dios de Israel: "Yo os hice subir de Egipto y os saqué de la casa de esclavitud. 9 Os libré de mano de los egipcios y de mano de todos los que os oprimían, a los cuales eché de delante de vosotros y os di su tierra. 10 Y os dije: ’Yo soy Jehovah vuestro Dios; no veneréis a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis.’ Pero no habéis obedecido mi voz."

GEDEÓN ANTE EL ÁNGEL DE JEHOVAH

11 Entonces el ángel de Jehovah fue y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, que pertenecía a Joás el abiezerita. Su hijo Gedeón estaba desgranando el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas. 12 Y se le apareció el ángel de Jehovah, y le dijo:

—¡Jehovah está contigo, oh valiente guerrero!

13 Y Gedeón le respondió:

—¡Oh, señor mío! Si Jehovah está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Dónde están todas sus maravillas que nuestros padres nos han contado diciendo: "¿No nos sacó Jehovah de Egipto?" Ahora Jehovah nos ha desamparado y nos ha entregado en mano de los madianitas.

14 Jehovah le miró y le dijo:

—Vé con esta tu fuerza y libra a Israel de mano de los madianitas. ¿No te envío yo?

15 Entonces le respondió:

—¡Oh, Señor mío! ¿Con qué podré yo librar a Israel? He aquí que mi familia es la más insignificante de Manasés, y yo soy el más pequeño en la casa de mi padre.

16 Pero Jehovah le dijo:

—Ciertamente yo estaré contigo, y tú derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.

17 Y él le respondió:

—Si he hallado gracia ante tus ojos, dame, por favor, una señal de que eres tú el que hablas conmigo. 18 Te ruego que no te vayas de aquí, hasta que yo vuelva a ti y traiga mi presente y lo ponga delante de ti.

El respondió:

—Yo me quedaré hasta que vuelvas.

19 Gedeón entró, y preparó un cabrito y panes sin levadura de un efa de harina. Puso la carne en una canasta y puso el caldo en una olla; luego se los trajo y se los presentó debajo de la encina.

20 Y el ángel de Dios le dijo:

—Toma la carne y los panes sin levadura; ponlos sobre esta peña y vierte el caldo.

El lo hizo así. 21 Entonces el ángel de Jehovah extendió el cayado que tenía en la mano, y con la punta tocó la carne y los panes sin levadura, y subió fuego de la peña, que consumió la carne y los panes sin levadura. Y el ángel de Jehovah desapareció de su vista.

22 Dándose cuenta Gedeón de que era el ángel de Jehovah, exclamó:

—¡Ay, Señor Jehovah! ¡Pues he visto cara a cara al ángel de Jehovah!

23 Jehovah le dijo:

—La paz sea contigo. No temas; no morirás.

24 Entonces Gedeón edificó allí un altar a Jehovah, y lo llamó Jehovah-shalom. Este permanece hasta el día de hoy en Ofra de los abiezeritas.

GEDEÓN CONTIENDE CON BAAL

25 Aconteció aquella misma noche que Jehovah le dijo:

—Toma un toro del hato que pertenece a tu padre, y un segundo toro de siete años. Luego derriba el altar de Baal que tiene tu padre, y corta el árbol ritual de Asera que está junto a él. 26 Edifica ordenadamente un altar a Jehovah tu Dios en la cumbre de este peñasco. Luego toma el segundo toro y sacrifícalo en holocausto sobre la leña del árbol ritual de Asera que habrás cortado.

27 Entonces Gedeón tomó diez hombres de sus siervos e hizo como Jehovah le había dicho. Pero sucedió que temiendo hacerlo de día, por causa de la casa de su padre y de los hombres de la ciudad, lo hizo de noche.

28 Cuando por la mañana se levantaron los hombres de la ciudad, he aquí que el altar de Baal había sido derribado, el árbol ritual de Asera que estaba junto a él había sido cortado, y el segundo toro había sido ofrecido en holocausto sobre el altar edificado. 29 Entonces se preguntaban unos a otros:

—¿Quién ha hecho esto?

Cuando indagaron y buscaron, dijeron:

—Gedeón hijo de Joás ha hecho esto.

Entonces los hombres de la ciudad dijeron a Joás:

30 -Saca fuera a tu hijo, para que muera; porque ha derribado el altar de Baal y ha cortado el árbol ritual de Asera que estaba junto a él.

31 Joás respondió a todos los que estaban frente a él:

—¿Contenderéis vosotros por Baal? ¿Vosotros lo defenderéis? ¡El que contienda por Baal, que muera antes de mañana! Si es un dios, que contienda por sí mismo, porque alguien ha derribado su altar.

32 Aquel día Gedeón fue llamado Jerobaal, que quiere decir: "Que Baal contienda con él", por cuanto derribó su altar.

GEDEÓN PRUEBA A DIOS CON EL VELLÓN

33 Todos los madianitas, los amalequitas y los hijos del oriente se reunieron, y cruzando el río acamparon en el valle de Jezreel. 34 Entonces Gedeón fue investido por el Espíritu de Jehovah. El tocó la corneta, y los de Abiezer acudieron para ir tras él. 35 Envió mensajeros por todo Manasés, y los de Manasés también acudieron para ir tras él. Asimismo, envió mensajeros a Aser, a Zabulón y a Neftalí, los cuales subieron a su encuentro. 36 Pero Gedeón dijo a Dios:

—Si has de librar a Israel por mi mano, como has dicho, 37 he aquí que yo pondré un vellón de lana en la era. Si el rocío está sólo en el vellón y toda la tierra queda seca, entonces sabré que librarás a Israel por mi mano, como has dicho.

38 Y aconteció así. Cuando se levantó muy de mañana, exprimió el vellón y sacó de él el rocío, una taza llena de agua. 39 Pero Gedeón dijo a Dios:

—No se encienda tu ira contra mí; permite que hable una vez más. Sólo probaré una vez más con el vellón: Por favor, que sólo el vellón quede seco y que el rocío esté sobre todo el suelo.

40 Y Dios lo hizo así aquella noche. Sucedió que sólo el vellón quedó seco y que el rocío estuvo sobre todo el suelo.

CAPÍTULO 7

GEDEÓN ESCOGE 300 GUERREROS

1 Jerobaal (es decir, Gedeón) se levantó muy de mañana con todo el pueblo que estaba con él, y acamparon junto al manantial de Harod. El campamento de los madianitas estaba al norte del suyo, cerca de la colina de Moré, en el valle. 2 Y Jehovah dijo a Gedeón:

—El pueblo que está contigo es demasiado numeroso para que yo entregue a los madianitas en su mano. No sea que Israel se jacte contra mí diciendo: "Mi propia mano me ha librado." 3 Ahora pues, pregona a oídos del pueblo, y di: "¡Quien tema y tiemble, que se vuelva!"

Entonces Gedeón los probó, y se volvieron 22.000 de ellos, y se quedaron 10.000. 4 Pero Jehovah dijo a Gedeón:

—El pueblo aún es demasiado numeroso. Hazlos descender a las aguas y allí te los probaré. Del que yo te diga: "Este irá contigo", ése irá contigo; pero de cualquiera que yo te diga: "Este no irá contigo", el tal no irá.

5 Entonces hizo descender el pueblo a las aguas, y Jehovah dijo a Gedeón:

—A todo el que lama el agua con su lengua, como lame el perro, lo pondrás aparte. Asimismo, a cualquiera que se doble sobre sus rodillas para beber.

6 El número de los hombres que lamieron el agua, llevándola a su boca con la mano, fue de 300. Todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas para beber agua. 7 Entonces Jehovah dijo a Gedeón:

—Con los 300 hombres que lamieron el agua os libraré y entregaré a los madianitas en tu mano. El resto del pueblo, que se vaya cada uno a su lugar.

8 Tomaron en sus manos las provisiones del pueblo y las cornetas. Y él despidió a todos aquellos hombres de Israel, cada uno a su morada; pero retuvo a los 300 hombres. El campamento de Madián estaba abajo, en el valle.

GEDEÓN ESPÍA EL CAMPAMENTO DE MADIÁN

9 Aconteció que aquella noche Jehovah le dijo:

—Levántate y desciende contra el campamento, porque yo lo he entregado en tu mano. 10 Y si tienes miedo de descender, desciende al campamento tú con tu criado Fura, 11 y oirás lo que conversan. Luego tus manos se fortalecerán, y descenderás contra el campamento.

Entonces descendió él con su criado Fura hasta uno de los puestos avanzados de la gente armada del campamento. 12 Los madianitas, los amalequitas y todos los hijos del oriente se extendían por el valle, numerosos como langostas. Sus camellos eran incontables, numerosos como la arena que está a la orilla del mar. 13 Y cuando llegó Gedeón, he aquí que un hombre estaba contando un sueño a su compañero y decía:

—He aquí, he tenido un sueño. Veía un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de Madián. Llegó hasta la tienda, y la golpeó de tal manera que cayó. Le dio la vuelta de arriba abajo, y la tienda cayó.

14 Su compañero respondió y dijo:

—¡Esto no es otra cosa que la espada de Gedeón hijo de Joás, hombre de Israel! ¡Dios ha entregado en su mano a los madianitas con todo el campamento!

15 Y aconteció que cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, adoró. Después volvió al campamento de Israel y dijo:

—¡Levantaos, porque Jehovah ha entregado el campamento de Madián en vuestra mano!

GEDEÓN DERROTA A LOS MADIANITAS

16 Gedeón dividió los 300 hombres en tres escuadrones, puso en la mano de todos ellos cornetas y cántaros vacíos con teas encendidas dentro de los cántaros, 17 y les dijo:

—Miradme a mí y haced lo que yo haga. Y he aquí que cuando yo llegue a las afueras del campamento, lo que yo haga, hacedlo también vosotros. 18 Cuando yo toque la corneta con todos los que están conmigo, vosotros que estaréis alrededor de todo el campamento también tocaréis las cornetas y gritaréis: "¡Por Jehovah y por Gedeón!"

19 Llegaron, pues, Gedeón y los 100 hombres que llevaba consigo a las afueras del campamento, al comienzo de la vigilia intermedia, cuando acababan de relevar los guardias. Entonces tocaron las cornetas y quebraron los cántaros que llevaban en sus manos. 20 Los tres escuadrones tocaron las cornetas, y quebrando los cántaros tomaron las teas con su mano izquierda mientras que con la derecha tocaban las cornetas y gritaban:

—¡La espada por Jehovah y por Gedeón!

21 Cada uno permaneció en su lugar alrededor del campamento. Pero todo el ejército echó a correr gritando y huyendo. 22 Mientras los 300 hombres tocaban las cornetas, Jehovah puso la espada de cada uno contra su compañero en todo el campamento.

El ejército huyó hasta Bet-sita, hacia Zereda, y hasta el límite de Abel-mejola junto a Tabat. 23 Y una vez convocados, los israelitas de Neftalí, de Aser y de todo Manasés persiguieron a los madianitas. 24 Entonces Gedeón envió mensajeros por toda la región montañosa de Efraín, diciendo: "Descended al encuentro de los madianitas y tomad antes que ellos los vados hasta Bet-bara y el Jordán."

Y convocados todos los hombres de Efraín, tomaron los vados hasta Bet-bara y el Jordán. 25 Entonces capturaron a dos jefes de los madianitas: a Oreb y a Zeeb. Mataron a Oreb en la peña de Oreb, y a Zeeb lo mataron en el lagar de Zeeb. Siguieron persiguiendo a los madianitas y trajeron a Gedeón las cabezas de Oreb y de Zeeb, al otro lado del Jordán.


AFERRADOS AL ESPÍRITU DE DIOS


REFLEXIÓN

Entonces Gedeón fue investido por el Espíritu de Jehovah (Jue. 6:34)

Así debemos siempre pelear nuestras batallas, investidos por el Espíritu de Dios. Nuestras luchas son espirituales, contra el enemigo de Dios. La única mane de poder vencer, es que estemos llenos del espíritu de Dios. No podemos ir a la batalla con alguien espiritual con armas carnales, con sabiduría, ciencia, conocimiento, filosofía, teología, jamás podremos ganarle una batalla a nuestro enemigo. Solo Dios y su gran poder , es el que puede darnos la victoria.

ORACIÓN


Señor mantente conmigo, mantén mi fe en ti, y así podre vencer a Satanás. Amén.

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